La Tercer Entidad

Capítulo 1: Antes de la Tormenta, la Calma

(El Host Club está abierto)

Dentro de la tercera sala de música...

- Desde los tres años de edad – Respondieron Kaoru y Hikaru

- ¿Y tienen ese mismo sueño todas las noches? – preguntó emocionada una de las muchas clientas a su alrededor.

- No nos resulta extraño – dijo Kaoru – es simplemente nuestra conexión especial que nos une aun más el uno al otro – continuó diciendo Hikaru, y mientras tomaba a su hermano de la cintura, Kaoru abrazara su cuello, chocando frentes y provocando suspiros de todas sus clientas.

- El amor entre hermanos sigue siendo una buena inversión – Kyouya se ajustaba las gafas muy satisfecho con una sonrisa inquietantemente atractiva.

Tamaki-sama posaba con sonriente galanura para sus doncellas, acariciando su suave cabello, enamorando a sus clientas con sus hermosos ojos y su porte de caballero – Heme aquí rodeado de tantas princesas y sin ningún pañuelo para contener las lágrimas que derramo al contemplar tan exuberante belleza.

- ¡Ho Tamaki-kun! – repetían su nombre sin cesar aquellas cuyo corazón había conquistado, y sin compasión el Rey seguía su monólogo principesco.

- ¡Mi corazón se inunda y me ahogo en un mar de irremediables tonos pasteles!

- ¿Tama-chan dijo pasteles? ¡Los preparé para todas! – Honey-senpai vestido de cocinerito trajo en sus manos un pastel de chocolate que había hecho el solito.

A su lado Mori-senpai atinó a decir – Mitsukuni está tomando clases de repostería.

El solo imaginarse al dulce Honey cocinando con ese gorrito de chef, y con las mejillas llenas de polvo de hornear era algo por demás tierno para sus clientas.

- Se ve delicioso Honey-senpai – Haruhi se acercó con varias tazas sobre una bandeja de plata - ¿por qué no lo acompañamos con café? – sonrió genuinamente a sus clientas conquistándolas de forma natural, y al segundo todas ellas ya estaban sentadas a la mesa.

Hora del Té...

- ¿Alguien no tiene refrigerios? – Honey preguntaba contento y todos en el salón levantaron la mano – que suerte que hice de varios sabores ¿no Takashi?

- Aha – Mori-senpai le ayudaba a repartir las porciones a cada mesa mientras Haruhi servía el café instantáneo.

- Esto... Hikaru-kun Kaoru-kun ¿no nos podrían contar más acerca de su sueño?

- Asumiendo que sea cierto – Insinuó Haruhi en susurros llenando sus tazas.

Kaoru había escuchado su comentario y le preguntó – Oye Haruhi ¿no crees que los sueños tengan significado?

Haruhi respondió sin malas intenciones – Un sueño compartido es poco común, por no decir que ni siquiera se da.

- Ha mira que lindo – dijeron los gemelos pensando en que se vengarían de ella luego.

- Nosotros los anfitriones... – Tamaki sintió la urgencia de hablar desde su mesa - ...decimos la verdad y nada más que la verdad desde el fondo de nuestros corazones. Las chicas prefieren a un hombre sensible que esté en contacto con sus emociones y sea siempre sincero en todo.

Dicho y escuchado esto todos felices llevaron a la boca un pedazo de pastel de Honey-senpai.

El sabor produjo una completa aniquilación de las papilas gustativas y un erizamiento de piel, cabello y hasta la ropa. De inmediato todos levantaron sus tazas de café amargo y se las bebieron hasta la última gota.

Tamaki aprobó el postre de Honey apenas levantando su pulgar tembloroso pues tenía la lengua entumecida para hablar.

Hikaru se le apareció por detrás y apoyó su quijada en el hombro de él sonriéndole malignamente - Haber señor, ya que siempre es sincero desde el fondo de su corazón... – continuó Kaoru apoyado sobre su otro hombro - dígale a Honey-senpai cómo le supo el pastel.

- ¿Decírselo? ¡¿A la bestia?! – Tamaki-kun se escondió detrás de su silla.

Entonces dile tú Haruhi – gemelos confabulando.

- ¿Debería decírselo? – pensaba inocentemente Haruhi.

- ¿Y... Haru-chan? ¿Te gustó el pastel que hice con tanto esfuerzo?

Honey-senpai era demasiado lindo como para decirle la cruel verdad - ¡Estaba realmente delicioso! – exclamó Haruhi aunque no le gustara lo dulce en general.

- ¿De verdad? – el pequeño Mitsukuni se emocionó – que bueno, entonces te regalaré un pastel de cada sabor solo para ti.

La pobre Haruhi quedó pálidamente sin color dibujada como garabato mientras los gemelos se reían a sus anchas.

Honey-senpai la sentó en una mesa llena de postres y se la quedó viendo con ojitos grandes. Haruhi se lo tenía que comer todo pero a su segundo bocado ya le era imposible seguir tragando.

- Mitsukuni... – dijo Mori-senpai agachándose a su altura y poniendo una mano en su hombro - ...están demasiado dulces – le confesó y el lindo Honey puso carita sorprendida y luego carita muy triste.

Las clientas no soportaron verlo así - ¡Pero así de dulces nos gusta! ¡Nos gusta mucho! – seguían comiendo el postre de Honey y con cada bocado acompañaban una taza entera de café amargo.

Mitsukuni finalmente volvió a sonreír dulcemente y Tamaki-kun exhaló aliviado. Temía que la bestia se enfadara y explotara en una bomba rosa con forma de conejo.

El Host Club terminó así sus actividades posteriormente, y transcurrió otro día más considerado normal para Haruhi, pero pronto la calma se dispersaría para expandir una vez más el mundo de los gemelos.