LO MÁS IMPORTANTE

Capítulo 1

Casi tres años habían pasado desde la última vez que John Watson había visto a Sherlock Holmes. Esos últimos momentos, esas últimas palabras volvían una y otra vez a su cabeza, atormentándole sin poder evitarlo.

Adiós, John.

Adiós. Esa palabra concreta se le había clavado en el corazón como un cuchillo. Una simple palabra, pero que era capaz de hacer tanto daño…

En algunos momentos sentía el peso de esos casi tres años como una losa sobre sus hombros. En otros momentos, parecía que todo acababa de pasar. Podía oír la voz de Sherlock justo en su oído, y revivía los segundos infinitos en los que el cuerpo del detective se estrellaba contra el suelo… Los gritos de la gente, la mano fría y sin vida de su mejor amigo, los ojos vacíos. Y el dolor, siempre el dolor.

Cuando se cumplieron dos años de lo sucedido, su psiquiatra le aconsejó que volviera a St Barts. Ella estaba convencida de que si quería recuperarse por completo debía ser capaz de estar en el lugar en el que Sherlock le había dejado, afrontar el dolor cara a cara y seguir adelante. Pero John no podía. No era solo el lugar en el que todo había acabado, era también el lugar en el que todo había empezado. Era en St Barts donde se habían conocido, donde su vida había cambiado para siempre en una forma que jamás fue capaz de imaginar. Y entonces se paraba a pensar… ¿Cómo había sido capaz Sherlock de convertir ese lugar en la encarnación de sus pesadillas?

Y luego estaba Baker Street…

John ya no vivía allí. Fue capaz de aguantar unos meses desde lo sucedido, pero después de eso tuvo que irse. Simplemente era incapaz. La señora Hudson le había suplicado que se quedara, pero John le había pedido perdón diciendo que iría a visitarla de vez en cuando, pero que no podía seguir viviendo en ese lugar. Cada rincón de esa maldita casa era Sherlock, y John no lo soportaba. No soportaba estar allí dentro y observar el sillón vacío o el violín muerto en una esquina.

Ahora, viéndolo algo más fríamente, sabía que el único motivo por el que no se había mudado inmediatamente había sido la esperanza. De alguna forma, de alguna estúpida forma, pensaba, al principio John se había negado a creer la realidad. Permanecía todo el día encerrado en el 221B de Baker Street esperando a que Sherlock apareciera por la puerta para explicarle lo que había pasado y lo que iban a hacer a partir de ahora. Estaba convencido de que había una explicación, de que por algún motivo Sherlock había tenido que engañar al resto del mundo sobre su muerte, pero que a él se lo diría, le explicaría todo y juntos harían frente a lo que fuera que estuviera pasando.

Qué imbécil.

Sherlock no había vuelto, ni lo iba a hacer. No había trampa, ni plan secreto. Todo había acabado. Y John se había ido. Ahora volvía a vivir en el pequeño piso en el que vivía antes de conocerle. La misma vida de antes, pero con un sentimiento de vacío que no le abandonaba.

Lestrade le había llamado varias veces durante el primer año. Se sentía culpable por lo que había pasado, y trataba de mitigar su culpa ofreciéndole a John la oportunidad de seguir trabajando con él en algunos casos. Las primeras veces John había ido (ignorando deliberadamente a Anderson y a Donovan, los cuales parecían no sentir remordimiento alguno por lo ocurrido) en parte debido a esa esperanza que aún albergaba, pero había sido de más bien poca ayuda. Él no era Sherlock y nunca lo sería. Si juntaba fuerzas con su compañero formaban un equipo increíble y se veía capaz de cosas que no sabía que pudiera hacer. Pero no por separado.

Mycroft también se había puesto en contacto con él. O al menos, lo había intentado. John se negaba a cogerle el teléfono o a contestar a ninguno de sus mensajes. Si bien a Lestrade le había perdonado por su parte en todo lo que había ocurrido, a Mycroft no. Había vendido a su hermano pequeño a la mente más malvada que existía por un puñado de información, permitiendo a ese hombre que ensuciara el nombre de Sherlock, conduciéndole a quitarse la vida. Jamás iba a perdonarle eso.

Aunque había momentos en los que él mismo se llegaba a culpar de lo ocurrido. Sherlock había vivido en el anonimato hasta que le conoció a él, y su estúpido blog le hizo saltar a la fama. Y tal vez, si su blog no existiera, Moriarty nunca habría reparado en él y nada de aquello habría pasado. Si John no se hubiera metido en su vida, tal vez Sherlock todavía estaría vivo. Tal vez…

Pero ya daba igual. Nada de eso importaba ahora, ahora que John estaba tumbado en la cama de su pequeña habitación, en silencio y completamente solo. Ahora todo volvía a ser igual que antes, igual que cuando Sherlock Holmes no existía y absolutamente nada pasaba en su vida.

Y a la vez, John Watson sabía que las cosas jamás volverían a ser iguales.


¡Hola!

Bueno, me he decidido a empezar esta historia sobre Sherlock, una de mis series favoritas. Este capítulo es algo así como el prefacio, una forma de introducir la situación concreta de los personajes en el momento en que se va a desarrollar la historia. Me he centrado más en John, pero mencionando a los demás para que os hagáis una idea. ¿Notáis que falte alguien importante? ¿Sí? Bueno, ya veremos… :D Los demás capítulos serán más largos, lo prometo :)

En fin, espero que os guste, yo creo que voy a disfrutar mucho escribiéndola así que espero que vosotros disfrutéis mucho también leyéndola :3

Aclarar también que esta historia es Sherlock & John. ¿Qué quiero decir con eso? Que si tienes algún tipo de problema con leer una relación romántica entre dos hombres, te recomiendo que te abstengas de seguir leyendo este fic, porque poco a poco es lo que vais a encontraros. También es la primera vez que escribo algo así, osea que los que sigáis leyendo, no seáis muy duros conmigo *.*

No me lío más, ¡muchas gracias por leer! Y reviews serían adorados, en serio, quiero saber si os va gustando ^.^

¡Kisses, sweeties! :D

- Raquel