-Clasificado: Mayores de siete.

-Tema: Romance/Melodrama/Humor/Ciencia-Ficción.

-Notas de la autora entre paréntesis.

-Sinopsis: El Doctor viaja acompañado de Rose Tyler, aunque un nuevo acompañante se le ha acoplado. Jack parece no estar dispuesto a abandonar la opción de vivir una aventura, lo cual será el principio de algo que ninguno aprecia ... vaya a ocurrir.

TOMO 1

EL CAPITÁN JACK HARKNESS

JACK / NINE

CAPÍTULO 1

EL AMARILLO DE LOS PLÁTANOS, LAS RUBIAS Y LOS AMORES NO CORRESPONDIDOS

La primera vez que Jack y el Doctor se conocieron, Inglaterra y la raza humana estuvieron a punto de desaparecer. Desde luego, no era un buen augurio de lo que fuera a pasar en adelante, aunque a ninguno le importó en su momento.

El Doctor viajaba con Rose, y Jack se les unió amablemente. Entonces, la novena regeneración del viejo Seños del Tiempo tenía muy claro todo sobre el capitán: un timador irresponsable y descarado, joven, aventurero y con el mundo a sus pies. Justo como a él le gustaban.

Aquella noche en 1941, el Doctor bailó en la TARDIS impulsado por la pequeña e inocente Rose Tyler. Pero ella no fue su única pareja de baile.

-Lo cierto Doctor... es que quizá, Jack quiera este baile.

-Seguro que querrá, estoy absolutamente seguro. Pero, ¿con quién?

El viejo ojigris pensaba robar a la mujer rubia una vez más, pero no espera verdaderamente que Jack le eligiera a él.

Harkness agarró sus hombros y su mano derecha. De alguna forma, no cogiéndole de la cadera había cedido el papel dominante al hombre de Gallifrey. Eso era un punto a su favor. El Doctor jamás iba a asumir el rol pasivo físico (al menos con este cuerpo).

-¿Te parece concederme este baile, señor Spock?-Se insinuó el hombre de uniforme.

Rose reía brillantemente mientras les observaba siguiendo sensualmente los pasos de la música.

-Oye, no te rías.-Se quejó el Doctor con una mueca de pesadumbre en su rostro. Hasta que se rindió al fogoso compás del ojiazul, admitiendo que a la vista estaba su derrota.

Tras muchos pasos alrededor de la sala de control, la mujer se retiró cansada a su cuarto y Jack se quedó con el Doctor.

-Eyh, Doc. ¿La última para nosotros?

-Lo dudo, capitán.-Sonrió.

-No seas aguafiestas, viejo. Una lenta... y te dejaré pilotar esta preciosidad tranquilamente. Me iré a dormir, pero dedícame una más.

El Doctor suspiró agotado de su nuevo acompañante, pero le hizo caso. Un baile lento por una noche descansada era un trato justo. Lo aceptó.

A Jack siempre le había resultado fácil la ciencia de la seducción, pero aquel hombre requería medidas extremas. El timador apoyó la cabeza en el hombro del más alto. Se había propuesto una meta, conquistarle.

-No voy a acostarme contigo, capitán.-Suspiró el Señor del Tiempo.

-¿Y quién ha dicho nada?-Rió sin dejar de bailar.

-No hace falta que lo digas si estás tan cerca.

-Supongo, Doctor, que eso significa que puedes leer mi mente. Pero... ¿qué te ha hecho querer meterte en mi cabeza?-Insinuó sonriente y el Doctor le correspondió.

-No me fío de ti.-Susurró cálidamente en su oído.

A Jack le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. ¿Qué demonios tenía aquel hombre para hacerle sentir de esa manera? Sin embargo, el significado y la intención de sus palabras hicieron desaparecer su desazón.

Tenía una mirada extraña y poca paciencia. Una culpa enorme sobre sus hombros que no le dejaba abrirse al resto que le rodeaba. Exceptuando a la chica. La chica era distinta para él. Quizás le preguntaría a ella sobre el hombre misterioso.

-Jack.-Le llamó-Jack, la canción se ha terminado. Me prometiste...

-Oh, sí claro. Perdona guapo. Lo prometido es deuda, buenas noches.-Se marchó como si nada hubiese pasado, dejando al Doctor desorientado.

...

Estaba despierto y cansado. Definitivamente optó por un café bien cargado y pedir consejo a la rubia. Se vistió con su camisa blanca y pantalones militares (Entonces era su estilo, véase en la 1ª temporada). Se topó con el Doctor en la sala de control principal, pero no se detuvo a intercambiar palabra. Estaba trabajando en la TARDIS como un adolescente en su primer coche. Cruzó a la cocina directamente, donde Rose tomaba té y galletas.

-¿Él nunca duerme?-Preguntó Jack con la caliente taza de café negro en la mano, bien sujeta del asa.

-No lo sé.-Contestó la chica-Pero no le preguntes. Siempre dice: 'Dormir es para especies en proceso de desarrollo evolutivo'. Supongo que eso significa que no.

-Es un tanto vanidoso, ¿no?

Jack le miraba tras la puerta, hablando de espaldas a Rose. La cual había empezado a percatarse de algo y se acercaba a Jack a hurtadillas, pero no se dio cuenta. Estaba demasiado ocupado observando al Doctor, y cómo trabajaba entre las chispas que soltaban los circuitos debajo de la consola.

La chaqueta de cuero negro se encontraba en reposo sobre el respaldo del asiento. El Señor del Tiempo llevaba puesto un jersey oscuro remangado hasta poco más de los codos. Al agacharse, sus pantalones se ajustaban a sus piernas. Y sus manos parecían tan fuertes sosteniendo... sería más homoerótico si sostuviera una llave inglesa, pero el destornillador sónico me vale.

-¡A ti te gusta!-Le sorprendió la rubia, sacándole de sus pensamientos picándole con el dedo en el hombro.

-Pues claro. Pero él es tan... estirado.-Expresó arrugando la nariz.

-Es normal, tiene novecientos años.-Dijo riendo.

-Pues se conserva muy bien. ¡Ja, ja, ja!

-Bien, necesitaremos hacer una parada para...-Interrumpió el Doctor volviendo a colocar sus mangas-¿De qué os reís? ¿Qué pasa? ¿Me he perdido algo gracioso?

-Olvídalo Doc. ¿Qué decías de una parada?-Preguntó Jack.

-Necesitamos energía, así que haremos una parada en Cardiff. Hay una grieta justo encima de la ciudad que nos servirá de impulso.

-¡Genial! Llamaré a Miki.-Rose se marchó con el teléfono móvil en la mano.

-¿Miki es su novio?-Jack señaló con el pulgar.

-Rikki... Miki, síp.

Lo dijo con la mirada perdida y después corrió a tomar algo en la cocina como si una corriente eléctrica acabase de despertarle.

-La quieres.-Se dio cuenta Doctor solo respondió resoplando con la misma pesadumbre que la noche anterior-¡Sí! ¡La quieres! Y ella, ¿sabes cómo está? Disponible, Doctor. Lo ponía en mi papel psíquico. (Allí en la incursión aérea alemana) ¡¿Qué haces que no vas a por ella?!

-Jack... ¿ayer me seducías y hoy haces de alcahueta. Tiene novio, se llama Miki. Ya le he arrebatado demasiado.-Dijo bebiendo un trago de agua.

Una vez más, Jack pudo ver esa vejez reflejada en aquellos ojos grises... azul pálido, cansados... Tomó la decisión en ese momento. Tal vez en aquel instante no supuso que significaría la promesa que le mantendría con vida años, décadas y siglos después. Ni siquiera se le pasó por la cabeza que aquella decisión significaría tanto a lo largo de ocasiones que aún estaban por llegar. Entonces, en su presente, solo era una momentánea decisión. La de hacer desaparecer esa expresión de su cara.

-Muy bien. Pero que te quede claro, guapo.-Sonrió orgullosamente y le miró con ojos atrayentes-Vas a ser mío.

-Sigue soñando, Jack.-Dijo poco antes de que se marchara. O eso dio por supuesto. Cuando quiso darse cuenta, le había metido la mano en el bolsillo y quitado el destornillador sónico.-¡Devuélveme eso!

-¿Por qué? Ni siquiera funciona con la madera.-Se encogió de hombros con una mueca burlona-¿Qué otra utilidad podría encontrarle? Mm...

-Ninguna que yo no le haya encontrado ya, "capitán descarado".

-Oh... pillo. ¿Me lo enseñas?-Le guiñó un ojo y salió disparado como una bala hacia su cuarto, previniendo una persecución más que segura.

Rose estaría todavía hablando con Miki y no les molestaría. El Doctor tenía más práctica corriendo, de modo que le alcanzó enseguida y no le dio tiempo a conseguir su objetivo. Le atrapó con los brazos e intentó arrebatarle lo que le había robado. Con éxito, por supuesto. Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad.

-¿Excitado, Doctor?

-Ya te gustaría.

To Be Continued