Atencion!!!: Contiene slash entre Bill y Georg
Dedicado a mis amigas Julia y Ines
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Los focos de una famosa discoteca de Munich se apagaban para dar inicio a la canción más esperada de la noche, el remix de "Durch den Monsun". Con el inicio de la canción la discoteca se estremeció cuando todos empezaron a bailar. Todos menos Georg que al encenderse las luces seguía sentado en su taburete junto a la barra. El castaño pidió otra copa, la cuarta, mientras maldecía por volver a oír aquella voz que le hacia enloquecer. Aquella voz que oía en entrevistas, conciertos, ensayos… que llenaba todo.
Al terminar la cuarta copa el alcohol empezó a causar problemas a los sentidos del castaño que comenzaba a tener dificultad para hablar y enfocar la vista. En algún momento dejo de tener la vista perdida para centrarla en una chica. La joven de pelo negro con mechas blancas llevaba los ojos pintados de negro, era de constitución delgada y alta, vestía una cazadora de cuero negro y rojo, unos pantalones bajos que se ajustaban a la cadera y por los que sobresalía la ropa interior. En su cadera se adivinadaba un tatuaje de una rosa negra. Cada rasgo de la chica le recordaba a él, desde su pelo hasta su tatuaje, que comparado con las estrellas de Bill parecía poco. Esas estrellas que tantas veces había deseado acariciar y besar.
Por un momento intentó quitarse al pelinegro de la cabeza para acercarse a hablar con aquella chica y tras permanecer mirándola unos instantes un suave cosquilleo se instaló en su estomago y por fin se decidió a levantarse de su asiento para sentarse en una silla cerca de la guapa joven. En seguida iniciaron una interesante conversación y para la sorpresa de Georg la chica no tardó en proponerle una intensa noche de pasión que el castaño no tardo en aceptar.
Ambos jóvenes compartieron una última copa antes de dirigirse a la habitación del castaño. Una vez en la habitación la chica se quito la cazadora de cuero dejando ver una pequeña camiseta negra casi transparente. Y después de lanzar la chaqueta al suelo se acercó moviéndose sensualmente al bajista que permanecía sentado en un gran y cómodo sillón. Este que estaba mirándola entre excitado y nervioso la recibió con un apasionado beso. La chica movió sus labios de los de su acompañante bajando por el cuello y llegando a la clavícula. Cuando la camiseta del castaño fue una molestia se la quito. Una vez librado de la camiseta la joven siguió besando el cuello para ir bajando hasta el bien formado torso y luego el firme abdominal. El castaño en su afán de seguir cogió a la joven y la colocó en la cama para empezar a besarla y quitarle su pequeña camiseta. Cuando la chica permaneció finalmente recostada semidesnuda se paro para mirarla.
Sus ojos bien maquillados eran bonitos pero no eran los que el deseaba que le miraran con amor y deseo. Su pecho no era aquel que en sueños acariciaba. Y sus labios no eran los que a diario seguía con la mirada hasta que un pinchazo en su interior le obligaba a desviar la mirada. Como un cubo de agua fría la realidad cayó sobre él. Fue entonces cuando el bajista realmente se dio cuenta de lo había estado a punto de hacer y con quien. Su mente le había jugado una mala pasada, por un momento había creído que era él, Bill, ese que hacía ya demasiados meses que ocupaba sus sueños. Había estado a punto de tirarse a un chica de la cual no conocía ni su nombre solo porque se parecía a el.
Aun confundido se levanto de la cama, busco su camiseta en el suelo y con un ronco "Lo siento, no eres tu a la persona que deseo" salio de la habitación y bajo al bar del hotel. Allí pidió otra copa que bebió con urgencia. Un par de copas después se dirigía a las habitaciones pero en vez de entraren la suya se paso en la de enfrente, la de Bill, y llamo. Pasaron unos momentos antes de que el pelinegro abriera con cara de sueño. A Georg su aspecto entre desaliñado y dormido y sin maquillaje le encanta y, sin darse cuenta, soltó un suspiro.
El cantante que en un principio estaba decidido a gritar algo a quien le había despertado cambio su expresión por una de preocupación cuando vio al bajista en el estado que estaba.
- ¿Qué te ha pasado¿Por qué estas aquí? – Pregunto preocupado el más joven.
- Tengo que contarte algo – Contesto torpemente el castaño.
- Vale, pero entra que aquí hace frió…
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