-Mas vale que tengas alguna idea de que hacer con esas babosas, amigo, o este lugar parecerá una tienda de arsenal.- comentó Kord al mirar a las decenas de babosas que había rescatado de la base del Amo del Juego

-Claro que sé que hacer con ellas. Descuida, yo me encargo.- le tranquilizó el chico. Aún no muy conforme con esta respuesta, el troll se retiró de la sala de estar, dejándolo a él, a Trixie y al topoide que había caído dormido en una de sus siestas rápidas.

-Ehm, ¿Eli?- llamó la chica.-Yo lo lamento. De verdad no sabía cuál era el fin de esa prueba.

-¿De qué hablas?- preguntó Eli confundido.- ¿Cuál prueba? ¿De qué te disculpas?

-¿Kord no te lo dijo?- El Shane negó con la cabeza.- Cuando el Amo del Juego nos separó, conectó la prueba a la que me desafió a la tuya. Cada babosa que acertara el tiro sacudiría la caseta en la que te había metido para arrojarte a la lava. Él sabía que aceptaría participar si me retaba y por poco te mato gracias a eso.

-Oh, vamos, Trix. No puedes culparte por eso. Ese sujeto sabía muy bien como actuamos. Tan solo lo usó para intentar destruirnos. jamás te culparía por eso y lo sabes.

Trixie miró hacia un lado y sonrió, luego regresó su mirada al lanzador. Él definitivamente era un Shane. Cualquier otro le hubiera hecho responsable inmediatamente por haber caído en una trampa digital y casi acabar con su vida. Pero él comprendía completamente.

-Gracias, Ei.

-¿Por qué?

-Solo... por ser tú.- respondió ella sin más antes de retirarse. El confundido Shane la miró hasta que desapareció de sus vista y luego regresó su atención a las babosas en la sala del refugio.

-Bien, y ahora, ¿qué se supone que haga con ustedes?

Un fic cortito antes de ir a clases.