Gemía de placer en su habitación.

- o-onee-sama…para, por favor.

- Te tengo dicho que me llames "Scanty" cuando estamos sola, Kneescoks-chwan – le decía, con una personalidad mas cariñosa, distinta a la que mostraba en publico. Era una Scanty que solo su hermana conocía y que solo a ella mostraba.

Sus dedos recorrían el rojizo y desnudo cuerpo de su amada hermana. Sus labios acariciaban cada parte que tocaban, subiendo desde las caderas hasta el cuello. Le saca con cuidado los lentes antes de acercar y juntar sus labios.

Un hilo de saliva seguía uniéndolas cuando Scanty se había separado. Estaba sonriendo al ver como el rostro de Kneesocks se volvía aun más rojizo. Juguetea con el cabello de su hermana. Le besa el cuerno. Le acaricia el cuerpo.

- One… Scanty… Scanty-chan…

- ¿Si, Kneesocks-chwan? – adoraba llamarla así. Adoraba que la llamara así.

- …Por…favor…

- ¿Por favor que? ¿Por favor, juguetea más conmigo? ¿Por favor, bésame más? ¿Por favor, hazme tuya? Por favor ¿Qué?

- Por favor…hazme tuya, Scanty…chan.

- Fufu, con gusto.

Sus manos recorren el cuerpo con suavidad, su lengua saborea cada pedazo frente a ella. Sus labios besan el cuerpo. Kneesocks grita y llora de placer. Kneesocks era suya. Amaba acariciarla. Amaba besarla. Amaba juguetear con su cuerno. Amaba sentir su cabello entre sus dedos. Amaba sentir sus anteojos al besarla. Amaba verla sin ellos. Amaba cada gramo de ella. Siempre lo había hecho. La quería solo para ella. La quería para jugar con ella. La quería para besarla. La quería para acariciarla. La quería para amarla. La quería para ella. No le importaba nada más. Solo la deseaba.

Kneesocks también la amaba. Pero distinto, no quería que Scanty fuera de ella, ella quería ser suya. Quería que ella le hiciera lo que quisiera. Quería hacer lo que ella le mandase. Quería pertenecerle. Esas estupidas Ángeles habían dicho que nunca se conseguiría un hombre, no le interesaban, ya tenía a su hermana.

Con las manos masajea los pechos de su hermana, para escucharla gemir de placer. Con la lengua, le lame la oreja, para escucharla gemir. Con los dedos la hacía gemir. Adoraba esos gemidos y esa adorable cara que ponía solo para ella. Con sus dedos la hacía gemir más y más. Con la boca besuquea su pecho. La hacía gritar más y más. Hasta que lagrimas salen de ella. Kneesocks respiraba agitadamente, pero su sonrisa y su mirada la mostraban deseosa de continuar.

- ¿Lista? – pregunto Scanty.

Kneesocks asintió.

Y li hicieron, se juntaron y empezaron a gemir juntas. Empezaron a gritar de éxtasis. Con las manos juntadas, con los labios encontrados. Moviéndose al unísono sin parar de gemir y gritar. Soltaron un largo grito y sus desnudos cuerpos cayeron en la cama, agotados y sudados. Kneesocks miró a su hermana y soltó – Te amo, Scanty.

Su hermana sonrió y, antes de besarla, dijo – Lo sé, Kneesocks-chan – lo se.