Como se los advertí… aquí me tienen nuevamente con unos de mis fic estrella, según mi humilde opinión ok!!. Luego de la nefasta crisis… que prefiero ignorar. Me decidí a escribir dos de las historias que más me motivaban... ¿Por qué? Primero porque son relatos totalmente originales que por lo menos yo no he leído en ningún otro fic de Sailor Moon en español. Segundo, porque tratan asuntos totalmente cotidianos que se ven día a día y eso a mí me encanta.
Si!! "Mala Conducta"y "Seductora en Serie" son las historias que por un buen tiempo me mantendrán ocupada, pero no se preocupen, ambos fic me tienen tan incentivada que las actualizaciones no tardarán en llegar.
La historia de este fic me parece de lo más cautivante, a mi de verdad me fascina… aunque la recomendación viene desde muy cerca ¿no?... bueno yo creo que sí. Así que mejor me espero a saber cuál es la opinión de ustedes mis queridas (os) lectoras (es).
Ahora si a leer!!...
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Disclaimer: Ningún personaje me pertenece. Los nombres que reconozcan pertenecen a la maravillosa Naoko Takeuchi.
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Dedicado: ¡A ti!... a cada uno de esos lectores que me incentivan a seguir escribiendo. ¡Muchas gracias!... por su incondicional apoyo.
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SxD
§ § Seductora en Serie § § §
SxD
Prólogo
Vancouver, Canadá. 7 años atrás.
-Uy… cuánto extrañaba este cariñoso recibimiento –suspiró hastiada mientras atravesaba con elegante gracia el hermoso jardín de tulipanes. En ningún momento dejó de percibir la envidiosa mirada de sus compañeras. Siempre era lo mismo. No podía pasar por algún lugar sin ser sometida a un minucioso escrutinio.
Cuanto lo odiaba.
Siguió su camino, ignorando arrogantemente a cada una de las viboritas. Como siempre.
Desde muy pequeña aprendió que su mejor arma frente a la envidia era la indeferencia. Y ahora con sus 17 años era una de las cosas que manejaba a la perfección. La mayoría de las veces caminaba así. Sola.
Sin embargo, ya no le importaba. Al contrario, disfrutaba perturbar con su presencia a las envidiosas… le subía considerablemente la autoestima la importancia que las muy tontas le daban a ella.
Alegre y rebelde… así era ella.
La hermosa Serena Tsukino, no se aminoraba ante nadie. De andar sensual y coqueto, deleitaba a su paso. De mirada inocente y sonrisa amorosa, cautivaba al instante.
El armonioso contraste entre su carácter y su belleza eran simplemente… una dicotomía fascinante.
A sus cortos 17 años era toda un femme fatale como decía Melissa. Su única amiga.
Midiendo un 1.75, no sabía si era su curvilíneo cuerpo o su precioso rostro el que llamaba más la atención. Lo más probable es que fueran ambos.
Sonrió con enorme alegría al llegar a su cuarto.
-¡Un año Melissa!… un año y al fin dejo este conservador colegio… ¡¡no creo soportarlo!! –Exclamó con exagerada desesperación mientras se lanzó dramáticamente a su cama-, ¡¡voy a morir!! –siguió con su teatro
Melissa, su castaña amiga la miró divertida.
-Ya cállate ¿Es necesario el show? –le preguntó de brazos cruzados.
-¡Ohh si! –Se defendió Serena–. ¡Soy una incomprendida! –le recriminó, haciendo como que lloraba. Esta era la fase del teatrito en la que Serena se auto compadecía.
-Serena deberías agradecer que, al menos, aquí nos dejan salir por el día, hay colegios en los que sólo permiten salir los fines de semana –dijo Melissa con fastidio mientras se sentaba en su cama.
Serena continúo con el show por largo rato, pero Melissa ya estaba acostumbrada. Siempre era lo mismo. Cada inicio de año su rubia amiga tenía el mismo comportamiento lastimero. Aunque ella la entendía. El exclusivo y elitista "Sant Marie College" era uno de los internados más estrictos del país, su fama y prestigio no eran en vano. Y era tan agotador volver al colegio a soportar sus inalterables costumbres conservadoras.
Melissa suspiró con resignación a la espera de que su amiga terminara de compadecerse. Se dirigió al armario y sacó la ropa que se pondría. Afortunadamente la jornada de clases por el día de hoy había terminado. Tenían la tarde libre y ninguna de las dos planeaba quedarse en el colegio cuando podían salir a dar una vuelta.
Serena sonrió y la miró dulcemente. Su amiga Melissa… cuánto la quería. Una de las pocas cosas buenas que tenía volver a clases era la compañía de su amiga Melissa Davis.
Recordó su llegada al colegio años atrás, cuánto le costó acostumbrarse a estar lejos de sus padres.
Tenía tan sólo 7 años cuando su padre, el ocupado agente diplomático Kenji Tsukino, la internó en el colegio cristiano y de señoritas más prestigioso de Canadá. Al principio lo odió, pero al tiempo comprendió que sus padres sólo deseaban darle una mejor educación. Llegó a creer que ellos no la querían, pero ese pensamiento era estúpido y malagradecido. Ikuko y Kenji la consentían cada vez que podían. En vacaciones, navidad y otras festividades ambos se desvivían en atenciones con ella… su única hija.
Serena sonrió nuevamente al recordar a sus padres. Cuánto los quería. Le dolía en el alma ver como a su mamá se le llenaban los ojos de lágrimas cada vez que tenía que volver al internado, pero era por su bien. Cuanta razón tenían. Al mirar en retrospectiva comprendía la sabiduría de su padre. Ahora ella era más segura de sí misma y cada vez más independiente.
-¿Piensas seguir con tu lamento? –le preguntó Melissa–, que yo ya estoy lista y no pienso esperarte.
-Que mala eres Mely –la acusó indignada mientras perezosamente se levantó. Llegó a su armario y no tardó en encontrar la ropa que usaría.
A la media hora después ambas salían de su cuarto. Ligeramente maquilladas y perfumadas. Melissa optó por un jeans con aplicaciones en brillos en los bolsillos y una blusa rosa. Serena en cambio, prefirió usar un delicado y corto vestido blanco que bajo el busto se ajustaba en un fino lazo de raso del mismo color. Ambas se pusieron sandalias de tacón bajo con aplicaciones en mostacillas.
Iban llegando al jardín de la salida, cuando se encontraron con la hijita del embajador de Japón… Mina Aino y su séquito de taradas rastreras. No llevaba ni un día en el internado y la irritante rubia ya las tenía hastiadas. La pobrecita padecía un 'leve' complejo de superioridad y creía que todo el mundo era inferior a ella. Además, parecía tener los dedos crespos. La muy fruncida no podía hacer nada por sí sola.
Estando sólo a unos metros de distancia Mina las miró con petulancia.
Nada hacía prever lo que le pasaría.
-¡Justicia divina! –exclamó Serena al borde del ataque de risa. Por estar tan concentrada en ella y Melissa, Mina no advirtió que una oportuna paloma pasaba por su cabeza… hasta que le cagó su delicado cabello.
-Ya Serena no seas mala… –le decía Melissa tratando de sonar seria, pero la risa la traicionó. Ambas se alejaron de la rubia brutalidad y ya más lejos se rieron con ganas.
Pobre Mina, eso si que no se lo esperaba.
Ya un poco más calmada Melissa miró a Serena recriminatoriamente.
-Serena que mala te has vuelto… yo no sé cuando me cambiaron a la dulce niñita tímida –Serena la miró acusadoramente y Melissa suspiró derrotada–, ok… yo te corrompí un poco.
-¿Un poco? –le preguntó Serena. Luego hizo una pausa y suspiró con fastidio–, rubia tarada no la soporto –le confesó.
-Pero Serena, por si no te has dado cuenta, tú igual eres rubia. No seas prejuiciosa –se burló Melissa.
-Si, pero yo nunca fui así de tonta –se defendió–. Además, es por culpa de las de su tipo que las rubias tenemos la mala fama de tontas y fáciles –argumentó en su defensa.
Melissa la miró divertida.
-Yo no sé, pero creo que ella es un diamante en bruto –señaló con calma, sopesando cada palabra. Serena la miró atónita.
-Ok. Lo de bruta, no te lo discuto, pero lo de diamante permíteme dudarlo.
Continuaron hablando y riendo por esto y aquello mientras caminaban por el extenso parque que bordeaba el gran dique en Vancouver. Tenían intención de visitar el acuario. El lugar era muy tranquilo, armonioso y a Serena le encantaba ver los delfines.
Estando en el acuario ambas retrocedían años y volvían a ser niñas.
Apenas llegaron, no tardaron en captar la mirada de más de un chico, pero ellas como siempre no le daban importancia. Melissa se adelantó a comprar los tickets para el show de los delfines mientras Serena se quedó admirando a los distintos peces del acuario. Tan abstraída estaba mirando a los peces que no se percató de la presencia de una pequeña niña a su lado. Hasta que la niña de no más de 5 años comenzó a tirarle el vestido delicadamente. Serena se sobresaltó al instante y la miró divertida.
-¿Qué te pasa pequeñita? –le preguntó amorosa.
La niña le sonrió.
-Sólo quería decirte que mi tío no deja de babear desde que llegaste –incitó a Serena a acercarse más ella hasta quedar a su altura. Serena accedió. Finalmente la niña se acercó a su oído y le susurró en secreto–: Yo creo que mi tío se enamoró de ti, pero no le digas que te conté o sino se va a enojar conmigo –le confesó.
Serena volvió a ponerse erguida y le sonrió.
-Lo lamento pequeñita, pero no ha nacido el hombre que me enamore –le señaló apenada.
No quería romper las ilusiones de la niña, pero tampoco iba a ilusionarla en vano.
-Aún no te lo han presentado que es distinto –le susurró una sensual voz a su espalda.
De inmediato se giró y quedó atónita. Ella ya se imaginaba un hombre mayor y feo. Pero al mirar al joven chico que se encontraba a escasos centímetros de ella sólo se le venía una frase a su cabeza "bendita la madre que te parió" el supuesto tío estaba de re-chupete. Ella rara vez se sentía atraída por el aspecto físico de un chico. Pero este era abrumadoramente seductor. Su imponente altura, su bien formado cuerpo, ese pelo tan negro, esos profundos ojos azules y esos tentadores labios… la dejaron literalmente loca.
Él condenado era exquisitamente hermoso.
Sin embargo, ella no iba a sucumbir tan rápido al encanto de un chico. Como pudo se apartó un poco de él y se aclaró su voz:
-Veo que alguien tiene el ego muy grande –le dijo Serena.
Él le sonrió de vuelta.
-Entre otras cosas –le guiñó un ojo y volvió a sonreírle–. Darien Shields, a tus pies indómita señorita.
Darien apenas la vio quedó fascinado con ella. Pocas veces la belleza de una mujer lo cegaba y Serena era linda… bah!! Era totalmente hermosa. Pero no fue su belleza la que lo deslumbró… fueron sus enormes y claros ojos celeste turquesa los que lo cautivaron de inmediato.
Él notó, al instante, la reticencia de Serena, pero más tarde se encargaría de ganarse su confianza.
Ella podría ser indómita… pero él era mucho más perseverante.
7 meses después.
Darien caminó totalmente fascinado con la belleza de las calles de Victoria, provincia situada al extremo sureste de la isla de Vancouver. La majestuosidad del Hotel emperatriz era asombrosa. Todo aquí era hermoso. Admirando cada rincón del lugar siguió caminando.
Horas atrás se habían suspendido las clases, en la Universidad de la Columbia Británica, a causa de un supuesto atentado de bomba. Él de inmediato se fue a ver a Serena… su novia. Sin embargo, la rubia no se encontraba en el colegio. Según su loca amiga Mina, había salido desde temprano.
Le preguntó a Mina y a Melissa dónde había ido Serena, pero ninguna quiso decirle. A él de inmediato le llamó la atención tanto misterio de parte de las mejores amigas de su novia. Insistió y las chicas finalmente cedieron y le entregaron la dirección donde se encontraba Serena, les preguntó a que había ido Serena a ese lugar, pero ellas sólo se limitaron a decirle que era asunto de ella contarle.
Y aquí estaba él. Preguntándose una y otra vez el ¿Por qué? SU Serena no le había contado que hacía aquí y lo más importante ¿Por qué no lo sabía él?
Volvió a llamarla, pero su celular aún seguía apagado.
-¿Y cómo sé cuál departamento es? –se preguntó a metros de un enorme edificio que al parecer era la dirección que las chicas le habían dado. La seguridad del edifico estaba a la vista y él no pensaba preguntar por citófono en cada departamento por Serena… ¿O si?
Estaba preparándose para hacerlo cuando del edificio salió Serena. Sonrió de inmediato al ver a la rubia. Pero al notar que estaba ¿Con el pelo desarreglado, las mejillas sonrojadas y visiblemente agitada? se sobresaltó. Luego la alcanzó un hombre rubio de unos 25 años. ¿Qué mierda hacia Serena con ese?
Curioso se quedó observando a metros de ellos.
-Serena ya no seas exagerada… apenas comenzamos y ya te quejas.
Serena lo miró de vuelta ofendida y molesta mientras se ponía la chaqueta.
-¿Apenas comenzamos? –Preguntó y él no contestó–, te pasas de abusivo Alex… llevo horas contigo sin descanso. Lo siento, pero ya estoy a-g-o-t-a-d-a –insistió.
-Vamos Sere sólo un ratito más –le rogó Alex haciendo un puchero
-¡No Alex!… estoy cansada, me duele TODO el cuerpo, si sigo así no voy a poder caminar por días. Además, SOY YO la que tiene que estar con ese molesto palo atravesado todo el rato ¿Qué a caso tú no te cansas?
Alex la miró seductoramente y le sonrió.
-Soy un campeón, jamás me canso hermosa… anda una hora más y te dejo ir –volvió a insistir.
Darien no daba de la impresión, se quedó perplejo escuchando a metros de ellos. Ni Serena ni Alex advirtieron que él se encontraba cerca. Estaban tan absortos en su discusión fuera del edificio que no notaron su presencia.
-Y ¿Por qué no sigues solito… campeón? –lo molestó Serena
Alex la miró divertido.
-Podría hacerlo, pero contigo es mejor.
Serena miró a Alex y suspiró resignada.
-Esta bien. Por esta vez tú ganas. Pero yo no pienso mover un pie para volver a ese departamento –le advirtió.
Alex se acercó a ella y la tomó en brazos.
-Como quieras hermosa… ves que no soy tan abusivo –le dijo.
Darien se emputeció y entró al jardín del edificio junto con una señora que abrió el portón.
-¿Qué es todo esto Serena? –le preguntó molesto al acercarse a Alex que la llevaba en brazos. Serena al instante se bajo de los brazos de Alex.
-Amor ¿Qué haces aquí? –le preguntó acercándose a darle un beso, pero él de inmediato se alejó.
-¿Qué hago aquí Serena? –Repitió sarcástico–, lo mismo me preguntaba yo de ti… pero ya veo en que andas –le contestó con desprecio.
Alex se acercó a él.
-No tienes por qué hablarle así –le advirtió.
-¡Tú no te metas! –lo empujó Darien. Alex volvió a acercarse a él con clara intención de contradecirlo, pero Serena le rogó que la dejara a solas con Darien.
Alex le envió una mirada molesta.
-Como quieras Serena, pero no pienso dejarte sola –miró a Darien–, y ahí de ti que la toques –lo amenazó. Se alejó varios metros de Serena y Darien para darles la privacidad que ellos necesitaban para conversar.
-¿Cuánto escuchaste Darien? –Por su mirada comprendió que había escuchado todo–, Darien déjame explicarte estás siendo infantilmente impulsivo –trató de calmarlo Serena.
Darien sólo se acercó a ella.
-Y qué me vas a decir Serena ¿Esto no es lo que parece? –la imitó sarcástico.
-Efectivamente, esto no es lo que parece –y realmente así era… todo esto no era lo que parecía.
-¿Cuándo Serena?
-¿Cuándo qué Darien? –preguntó Serena con paciencia.
Él la miró con asco y ni siquiera la tocó.
-Desde cuando te convertiste en un mentirosa perrita en celo…
Serena de inmediato levanto la mano con intención de golpearlo, pero al instante, él la detuvo.
-Te das cuenta de lo que dices Darien… ni siquiera me dejas explicarte y ya me estas insultando. Tu maldito temperamento irreflexivo no te permite…
Darien se rió exageradamente cortando sus palabras.
-Vamos Serena, no pensaras hacerme el show de la puta ofendida a estas alturas –se burló.
¿Perra? ¿Puta?... Serena quedó en completo desconcierto. Pese a su loca y rebelde personalidad, siempre fue recatada a la hora de amar por así decirlo.
Darien la pretendió todo un mes antes de que ella aceptara ser su novia… y antes de él solo había tenido dos irrelevantes relaciones.
Además, a ella no le faltaban los pretendientes. ¿Cómo se atrevía el muy cretino a insultarla sin siquiera escucharla antes? nadie jamás la había llamado puta… y Serena jamás, ni en sus mas remotas pesadillas, pensó oírla de la boca de Darien, para calificarla a ella.
Hace sólo dos meses ella se había entregado a él. Fue ÉL el que la hizo mujer… y ahora la trataba como si fuera una cualquiera.
No sabía si matarlo o largarse a llorar.
No tuvo tiempo para ninguna de las dos opciones.
-Nunca más pienso volver a buscarte… jamás en la vida me sentí más desilusionado –le confesó Darien con lágrimas en los ojos. Luego se marchó rápidamente, a la vez que, ella permanecía inmóvil junto a una solitaria lágrima que descendía por su mejilla.
¿Así terminaba todo?
7 días Después.
-Al fin se digna a aparecer el príncipe -molestó Andrew
-Ya no me molestes... que aún sigo con un humor de mierda –dijo Darien dejando su maleta al lado de la puerta y sentándose en su cama.
Andrew lo miró aún más enojado acercándose a él.
-¿Dónde mierda te metiste todo este tiempo? Te desapareces de un momento a otro, apagas tu celular y ahora que vuelves no se te puede decir nada ¿Quién mierda te crees Darien?
Darien explotó…
-No me vengas a tratar como un niño y no me reclames Andy que no soy tú novia –señaló–, andaba en el congreso de marketing y finanzas en la Universidad de Washington
-Serena te ha buscado todo este tiempo
Darien lo miró enardecido.
-¡No me hables de esa! –escupió la última palabra.
-Darien te portaste como un idiota con ella –suspiró con pena.
Darien lo miró aún muy molesto.
-Y te contó en que la encontré a la muy…
-No te atrevas a insultarla en mi presencia Darien… y no, ella no me contó nada. Fue Melissa la que me dijo todo lo que había pasado –le confesó
Darien se acercó a él y le sonrió con burla.
-Yo que tú tengo cuidado con Melissa… las malas mañas se contagian… –no pudo continuar a causa del fuerte golpe que Andrew le dio en la cara.
-¡A mi novia no me la insultas grandísimo idiota! Alex no alcanzó a darte lo que te merecías cuando insultaste a Serena, pero yo si –gritó Andrew sobándose la mano.
Darien le iba a devolver el golpe. De alguna manera necesitaba desquitarse y botar toda la rabia y la angustia que lo consumía por dentro hasta que escuchó el nombre de ese tal Alex ¿Acaso Andrew lo conocía?... ahora con la rabia y la cólera hirviendo se acercó a su amigo.
-¿Conoces a ese maldito infeliz? –preguntó.
Andrew lo miró con suspicaz diversión.
–Claro que lo conozco… es el marido de mi hermana. Yo se lo presente a Serena –hizo una pausa mientras Darien se sentaba en su cama y digería de a poco la noticia–, Serena sólo quería darte una sorpresa. Alex es coreógrafo y un excelente bailarín de danza contemporánea. Apenas Serena lo supo, me preguntó si mi cuñado le daría clases. Ella quería sorprenderte y siempre le gustó el baile. En su colegio sólo se impartían clases de ballet clásico y a Serena no le gustaban… Cuando se la llevé a Alex para que le hiciera una prueba de baile quedó encantado de la innata gracia que tenía y aceptó de inmediato hacerle clases.
Darien aún trataba de asimilar la noticia y se mantenía reacio a creerla por completo.
-¿Baile Andrew? Serena iba a un exclusivo edificio, que dudo mucho permita una academia de baile en su interior –inquirió con la voz cargada de duda.
-Es la verdad Darien, aunque te cueste aceptarlo. Serena simpatizó de inmediato con Alex y Unasuki y digamos que ellos decidieron darle un trato especial… hacían los ensayos en su departamento. Serena a veces llegaba antes de los ensayos y Unasuki aprovechaba de enseñarle a cocinar, la pobre de Sere no sabía hacer ni un huevo frito –la voz de Andrew de a poco se fue suavizando.
Darien aún no quería creer todo. No podía haberse equivocado así con Serena ¿O si?
-Todo esto no puede ser cierto… yo la escuché cuando hablo del molesto palo atravesado ¿Qué querías que pensará Andy? –Se defendió.
-Ese es tu problema Darien… eres muy impulsivo y mal interpretaste todo. NI siquiera la dejaste defenderse. El molesto palo... es uno que Alex obliga a ponerse a las bailarinas a lo largo de los brazos detrás de su espalda para mejorar su postura al bailar.
Darien quería tirarse por la ventana. No daba de la rabia que sentía por sí mismo. En que momento los celos y la rabia lo habían cegado de ese modo. Ofendió a lo que más amaba en el mundo. Pero en ese momento la sola idea de ser engañado lo consumió por dentro.
Sentado en la cama se agarraba una y otra vez la cabeza. Hasta que Andrew se acercó a él con visible pena.
-Serena te dejó esta carta –dijo al tiempo que le entregaba un sobre. De inmediato Darien lo abrió y comenzó a leer.
Darien:
¿Qué decirte? Después de estar más de 7 meses contigo es doloroso ver que no llegaste a conocerme. Supongo que ahora sabes la verdad… de lo contrario no leerías esta carta. Yo si te conozco.
Sé que ahora te estas culpando por tus actos y en contra del sentido común quiero que sepas que no es necesario. Desde el principio yo te perdoné. No voy a negarte que me dolió en el alma cada una de tus palabras… en especial dos que no pienso mencionar ¿Supongo que tú las recordaras?... nadie nunca me humilló de la manera en que tú lo hiciste.
Duele tanto Darien… que no llegarías a imaginar cuánto. Sin embargo, hay algo que duele aún más… y eso es perderte a ti.
Te sigo amando con todas mis fuerzas, pero juro que haré todo lo que este a mi alcance para no seguir haciéndolo.
Pese a eso, creo que nunca podré olvidarte, te llevaste mi inocencia hace dos meses y eso es inolvidable ¿Lo recuerdas?… aquel momento fue tan maravilloso y mágico que se grabo a fuego en mi corazón.
Yo sólo deseo sacar lo mejor de nuestra relación y son esos momentos los que no pienso olvidar.
Es el dolor y el gran amor que te tengo el que pretendo arrancar… deseando que aquel dicho que dice que la distancia y olvido lo curan todo sea cierto. Yo por lo menos, voy a poner todo mi empeño en olvidarte o por lo menos hacer que ya no duela.
Tú también haz lo mismo… no sufras por mí.
Calma tu temperamento y no vuelvas a cometer el mismo error más adelante. De los errores se aprende y espero que tú lo hayas hecho.
Ahora con palabras me atrevo a decir lo que dudo que en persona pueda hacer… despedirme.
Adiós Darien y que seas muy feliz…
Serena.
Darien de inmediato se levantó de su cama, con la vista nublada por las lágrimas. Estaba por abrir la puerta cuando Andrew lo detuvo.
-¿Qué vas a hacer Darien? –preguntó
Darien trató de calmar su angustia y con la voz estrangulada por el dolor lo miró.
-Necesito buscarla y pedirle perdón…
-Tarde Darien… si no te hubieras ido sin avisar o mantenido el celular encendido yo podría haberte alertado –hizo una breve pausa–, al padre de Serena lo transfirieron a otro país por asuntos de trabajo. Viviendo en Washington a él y a su esposa no les costaba mucho visitar a Serena. Pero ahora sí.
-…Su padre vino por ella hace dos días y ayer Serena se fue –informó con pesar. Compadeciéndose del dolor de su amigo.
-¿A dónde? –preguntó Darien esperanzado
-No lo sé. Serena no le dijo a nadie donde se iría. Mina y Melissa investigaron con la superiora del colegio y ella tampoco lo sabe. Las chicas no han dejado de llorar… lo siento mucho Darien –abrazó a su amigo.
Todo esto no podía ser cierto pensaba Darien una y otra vez.
¿Había perdido a su princesa para siempre?
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Y ¿qué les pareció?... acepto sugerencias… criticas CONSTRUCTIVAS!! Las criticas destructivas resérvenselas… aunque no lo crean SOY SENSIBLE!! Y acabo de salir recién de una crisis!!... tengan piedad conmigo!!.
Como sabrán ya me aburrí de Tokio… y gringolandia igual esta un poco trillada. Pero la historia no va a transcurrir en Canadá… si no que en Londres.
Fea la actitud de Darien… pero no me lo culpen. ¿Quién no ha metido la pata y hablado de más alguna vez en su vida?... yo por lo menos lo he hecho en más de una ocasión. Si, mi lengua viperina me ha traicionado en más de una vez, por eso tengo cuidado de no mordérmela… y morir en el intento.
Para las que no conozcan el show de la puta ofendida, me avisan y ahí se los explico. Aunque ese dicho es muy conocido ¿ no?
Como habrán notado tengo una LEVE inclinación por el 7. 7 años… 7 meses… 7 días jajaja. La verdad es que sí, me encanta ese número, pero mi preferido es el 17. ¿A qué viene esto? A nada… buuu.
Bueno luego de este breve lapsus de idiotez, paso a la historia…
En el próximo chap como presumen será en la actualidad, cuando tanto Darien como Serena son ya adultos. En la historia como notaron la diferencia de edad entre ellos es sólo de 1 año ¿por qué? Bueno porque no quiero que exista esa barrera de la edad sobre ellos, más adelante verán que la diferencia de edad no es determinante en la madurez de alguien. Mucho menos en lo que respecta a Darien o Serena. Por otra parte, quise dividir el chap en los momentos pasados más importantes. Y como sé que a más de una le gustaría saber como conquistó Darien a Serena o como fue su primera vez juntos, les anticipo que cuando algún chap lo requiera, esos momentos irán apareciendo en una serie de Flash back ¿ok?. Bueno, ahora si hasta la próxima. Cuídense mucho!!... muak!!
Promesa: …la misma de "Mala Conducta"…me comprometo solemnemente a sacarles más de una risa. Y ha hacerlas suspirar con mucha miel!!. Mi intención es hacer cada unos de los chap dinámicos para que la historia no decaiga. Si no me resulta me avisan y me dedico a otra cosa… ¿vale?
Advertencia:el fic en general tiene y tendrá un contenido y un lenguaje adulto. Después no admito reclamos. Se los advertí!!.
Hasta la próxima…
§ Pamela §
"Kaoly"
