Disclaimer: Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada, Toei Animation y Shueshia Editorial.
La verdad sobre Camus de Acuario
Los caballeros dorados dieron su vida por Athena en el Muro de los Lamentos. Encendieron su cosmos hasta el infinito y perecieron. Pero ahora, una misteriosa fuerza los ha devuelto a la vida en las frías tierras de Asgard. Uno por uno, los caballeros fueron cayendo sobre la blanca nieve asgardiana, gracias al poder de esa extraña fuerza. La fuerza… de Toei Animation.
Aioros fue el primero en revivir, y lo siguieron el resto de los dorados. Camus de Acuario, uno de los caballeros más queridos por el público femenino y conocido como el Mago del Agua y del Hielo, aunque nunca usó un ataque de agua en su vida, revivió en la región norte de Asgard.
—¡Argh! ¡Mi cabeza! —exclamó el acuariano al recuperar el conocimiento luego de descender sobre unas filosas rocas que por poco no lo devuelven, por enésima vez, al Inframundo.
Estaba completamente desorientado. Se dio cuenta que no era sólo su cabeza; todo su cuerpo le dolía. Intentó ponerse de pie pero volvió a caer, por lo que se quedó unos minutos así, acostado sobre su espalda, mirando el nuboso cielo asgardiano e intentando comprender qué había pasado.
"Junto al resto de los caballeros, destruimos el Muro de los Lamento. La explosión fue tan grande que también nos destruyó a nosotros. Debería estar muerto. ¿Será esto el infierno helado del Cocytos?". No dejaba de barajar posibilidades en su mente. Pero el dolor se sentía tan real, el aroma de la nieve se sentía tan vivamente, que no cabía duda de que estaba vivo. "Tal vez Athena nos dio la vida esta vez", pensó al recordar que ya había revivido una vez de la mano del dios Hades.
A medida que el cielo se despejaba, comenzó a sentirse mejor y pudo levantarse y caminar. Llevaba su ropa de entrenamiento y encontró su armadura dentro de su caja de Pandora a pocos metros de donde él había caído. La tomó y, guiado por las estrellas, se dirigió en dirección al sur. "Si esto es la Tierra, de seguro habrá alguien por aquí que pueda decirme donde estoy", pensó el francés.
El paisaje frío y carente de vida le hizo recordar a Siberia, el lugar donde entrenó. Luego de caminar unos cientos de metros, divisó las luces de un pequeño pueblo. Aún se sentía débil, pero estaba mejor que al principio.
—¡Un pueblo! —exclamó—. Entonces, ésta es la Tierra, no hay duda —dijo y comenzó a caminar más rápido para alcanzarlo.
—¡No tan deprisa, Camus de Acuario! —le gritó una voz a lo lejos, desde la dirección contraria a la que se dirigía.
Camus se giró al escucharla. No la reconocía, pero su tono furioso lo puso en estado de alerta.
En ese momento, la nieve comenzó a caer y el viento comenzó a soplar, los que sumados al dolor de cabeza que tenía, le impidieron distinguir de quién se trataba.
—Lo siento, Camus, pero Toei no necesita de tus servicios esta vez. Tendremos que eliminarte para que no interfieras —le dijo la voz. El hombre fue acercándose poco a poco al peliazul.
—¿Qué? ¿La Toei? —preguntó Camus al hombre misterioso. Sin dudas había escuchado los rumores: se dice que la Toei es la fuerza maligna que se oculta detrás del accionar de todos los dioses que quieren conquistar la Tierra. Pero también se dice que es la fuerza que creó a los caballeros y sus armaduras, y que existe un dios que está por encima de ella, quien controla los hilos del universo—. Eso es pura leyenda. Dime, ¿quién eres? —exigió Camus al joven que se acercaba a él.
Portaba una armadura color rojo furia que combinaba con sus cabellos color de fuego. Se lo veía esbelto y decidido, y sujetaba una espada en su mano derecha. "¿Un caballero?" pensó Camus al observar la armadura.
—Je je, yo soy Surt de Eikthyrnir, dios guerrero de Asgard —le respondió con una maliciosa sonrisa.
—¿Qué? ¿Un dios guerrero? ¿Asgard? —el acuariano trató de procesar esta información rápidamente para actuar en consecuencia.
—Es lógico que estés confundido. Para cuando los dioses guerreros aparecieron en esta serie, tú ya estabas cuatro metros bajo tierra, ¡y ahí debiste quedarte! —exclamó el dios guerrero y empezó a encender su cosmos.
Ante tal sujeto, y en una situación de peligro, el protector de la onceava casa comenzó también a elevar su cosmos. Aunque la situación lo inquietaba, su rostro no mostró la más mínima preocupación.
—Hum, tú siempre con esa cara de piedra —le dijo Surt y agregó—. ¿Acaso piensas atacar a tu querido, muy querido, amigo de la infancia?
—¿Amigo? ¿Qué estupideces dices? No te conozco, dios guerrero, pero estoy comenzando a comprender la situación y créeme que no dudaré en acabar con quien se me cruce en el camino —le respondió.
—¿Oh? Así que comprendes la situación. Y dime, ¿qué crees que está pasando?
—Hace un momento detecté los cosmos de mis camaradas, todos dispersos pero siempre dentro de las tierras de Asgard. También noté una presencia maligna en dirección hacia el sur. Por lo que está claro: los caballeros dorados debemos combatir juntos una vez más para destruir esa horrible presencia. Conozco a los dioses guerreros y al país de Asgard. Lo que aún es un misterio es por qué nos revivieron a los caballeros dorados para combatir. Pero si se trata de las órdenes de Athena, no dudaré. Si te interpones en mi camino, Surt de Eikthyrnir, significa que eres mi enemigo. Por lo que te repito, no vacilaré en acabarte. Pero soy una persona que piensa las cosas antes de actuar. Si quieres decir algo, hazlo ya.
Surt rompió en risas como un niño. Camus de Acuario es tal y como le habían dicho los guionistas de Toei: un tipo frío, bien parecido y con intelecto deslumbrante. Ah, claro, y que le gusta hablar hasta con los árboles…
—Admirable, Camus de Acuario —le dijo el asgardiano intentando detener su risa—. Es tal y como dices, es como si tú hubieras escrito el guión, querido amigo. Pero… hay un error de cálculo en tu teoría…
De repente, una fría ráfaga congelante atacó a Camus por la espalda. Estaba tan concentrado en combatir a Surt que no se percató que había otra persona muy cerca de la escena. El aire congelante lo hizo caer. Aún estaba débil por el esfuerzo hecho ante el Muro de los Lamentos y no pudo mantenerse en pie al recibirlo. Lo que sí pudo, fue escuchar claramente una voz que gritó "polvo de diamantes" antes de que él recibiera el impacto. Surt se acercó y le dijo:
—Te lo repito, Toei no te necesita. Estamos cansados del tipo frío, rudo y calculador. Del hombre que dio su vida por su alumno para que éste pueda volverse más fuerte y proteger a Athena. Del hombre que recibió los ataques de sus camaradas uno tras otro porque debía cumplir con su misión. Del hombre que dio su vida por Athena y la Tierra en el Muro de los Lamentos. Del hombre que siempre reflexiona antes de actuar. De aquél que es bondadoso con sus pares y discípulos a pesar de no demostrarlo. De aquél que le dio sabias lecciones a sus discípulos para que éstos puedan convertirse en verdaderos hombres. De aquél que no dudaría un segundo en dar su vida para cumplir con su deber como maestro y como caballero de Athena. No, ya tuvimos suficiente de ese Camus. Ya lo revivimos muchas veces y siempre termina muriendo y los fans se inundan en sus lágrimas. Esta vez, queremos a un Camus que nadie extrañe cuando muera. Un Camus renovado, innovador. Por eso, déjame presentarte al nuevo Camus de Acuario: un tipo sentimental, ingenuo, contradictorio, que se deja llevar por sus emociones en la batalla y que pone a su vida y a su pasado por encima de Athena, la Tierra y sus deberes de caballero.
Mientras el pelirrojo hablaba, la otra figura se fue acercando a la escena. Camus intentó incorporarse luego de haber recibido el ataque.
—Pero… pero si soy… —balbuceó el galo, impávido.
—¡Así es! Te presento a Camus de Acuario, tu reemplazante —dijo Surt sonriente.
El verdadero acuariano se levantó y lo observó. "Soy yo", pensó incrédulo. Notó que el falso Camus se había apoderado de la armadura de Acuario, la cual había salido volando durante el ataque.
—No sé qué clase de truco sea éste, pero no dudaré en acabar con ustedes —les dijo el verdadero Camus.
—Bueno, se supone que no debería decirlo, mi contrato con la productora lo prohíbe, pero ya que estamos… éste es mi amigo Camus —dijo Surt señalando al falso mago del hielo—. Él no es más que un muñeco de nieve que hice y al que Toei le dio vida, ¡como si se tratara de Pinocho! Al principio les dije que prefería a Kasa de Lymnades transformado, pero el muy avaro exigía más dinero del que Toei podía darle. ¡Indudablemente su actuación hubiera sido excelsa! En fin... a partir de ahora, él es mi amigo de la infancia. Se supone que mató a mi hermana hace mucho tiempo, por lo que se siente en deuda conmigo. Entonces, decide usar su nueva vida para ayudarme y protegerme. Y eso implica acabar con los caballeros revividos en Asgard. ¿Qué te parece? —le preguntó el dios guerrero al verdadero Mago del Hielo.
—¡Qué estupidez! Jamás escuché un guión más malo en mi vida —le respondió el acuariano.
—Eso les dije yo —continuó el pelirrojo— pero con el poco presupuesto que le dieron a esta serie, es lo mejor que se les pudo ocurrir. Bueno, basta de charla, se nota que te gusta hablar.
—Pero si tú eres quien tuvo la mayor cantidad de líneas hasta ahora, imbécil —dijo Camus y agregó—. Ya fue suficiente. No puedo perder el tiempo con ustedes.
El Camus falso, también conocido como slender Camus, se adelantó y comenzó a hacer arder su cosmos. De repente, la armadura de Acuario lo envolvió.
—¡Imposible! ¡La armadura! —exclamó el verdadero Camus, también conocido como el Camus canónico.
—Ya te lo dije, Toei no te necesita. La voluntad de la armadura es la voluntad de Toei. Vestirá a quien Toei quiera que vista —dijo Surt, quien permaneció unos pasos más atrás que slender Camus.
—Toei esto, Toei aquello, ya estoy cansado. Ahora verás —dijo el acuariano canónico quien nuevamente comenzó a elevar su cosmos.
Camus contra Camus. Acuariano contra acuariano. Era una verdadera batalla de mil días.
—¡Ja! No podrás ganarle a mi Camus —dijo Surt sonriendo nuevamente—. Su personalidad no es lo único que difiere de ti. Él tiene algo que tú no tienes y que le permitirá alzarse con la victoria.
Slender Camus juntó sus manos y las elevó al cielo. Iba a ejecutar la Ejecución de Auroa, valga la redundancia. El Camus canónico hizo lo mismo. El choque de técnicas era inminente.
—Cuando un caballero de Athena se lo propone, no importa quién sea el enemigo, siempre conseguimos el milagro.
—¡Error! —exclamó el asgardiano—. Tú dijiste una vez que entre dos caballeros de hielo, gana quien más se acerque al cero absoluto. Lo lamento por ti, Camus, pero mi Camus posee algo que tú no: ¡el cero absoluto! ¡Díselo, amigo mío!
—¡Deja que el poder del cero absoluto te lleve nuevamente a las profundidades del infierno! —gritó el falso Camus— ¡Ejecución Aurora!
El Camus canónico estaba totalmente aturdido. ¿Cómo se atreven a darle el poder del cero absoluto a una asquerosa réplica? Mientras que él tuvo que conformarse con un aire menos frío que eso. Respondió al ataque lanzando su propio técnica, pero no pudo contrarrestar le Ejecución Aurora del impostor. Su poder lo impactó. Salió volando un par de metros y cayó al suelo con las extremidades congeladas y con el mismo dolor de cabeza que tuvo al principio de esta historia.
Surt y slender Camus se le acercaron. Éste último comenzó a construirle un sarcófago de hielo.
—Como verás, mi amigo Camus es más fuerte —le dijo Surt—. Así que no tienes de qué preocuparte. Tú descansa en el ataúd de hielo durante toda la serie. Si Toei te necesita, le pediremos a Dohko su espada y te traeremos de vuelta. Habrá una larga fila de interesados para descongelarte. De todas formas, tu reemplazante se derretirá cuando comience el verano. Aguanta un poco y si la venta de muñecos acompaña, tú saldrás como si nada. Aunque no esperes el amor del público después de esto. Espero estés preparado. Qué descanses, Camus de Acuario.
Slender Camus terminó el ataúd y confinó al verdadero Camus en su interior.
Y así comenzó la historia de slender Camus, uno de los personajes inventados por Toei más odiados de la historia. Y eso que hablamos de una empresa que inventó a los caballeros de acero y a Haruto de Lobo.
El falso Camus y Surt se alejaron del ataúd de hielo y continuaron charlando como dos buenos amigos, listos para su gran aventura.
FIN
