Esto salió en una noche aburrida. Amo tanto esta serie y quería continuar la historia de Violet y Tate, eso. Espero que les guste, espero criticas o ideas, gracias por leer!


''Cada momento en cada vez más lento y es que cuando duele tanto respirar no pasa el tiempo, no pasa nada,sentir se ha vuelto nulo, indago en mi interior,en el dolor hoy sólo encuentro nudos.'' - Tiritas de Alambre, H0lynaight.

Conocimiento reprimido de saber que aquello que se extraña quizás nunca volverá.

Un silencio insoportable esperado por ser interrumpido inundaba la habitación. No había nadie. Y nadie entraría por esa puerta. Nadie soportaría ver a esa pobre y perdida alma mutilándose.

Violet.

Nadie pensaba que una pequeña y dulce niña de 7 años, que al ver las flores, respiraba y sonreía a la vida, se convertiría en una triste y sola adolescente suicida.

No había vida. Nunca más. Si el aire se cortará en unos años más ella seguiría ahí. No había aire que respirar. Si existiera un botón de reinicio, ella no pensaría dos veces.

Es una pena, al recordar esos momentos cuando la felicidad era de sobra, no tenía que preocuparse de nada, ningún problema pasaba por la mente de la pequeña, ninguna preocupación, ningún sufrimiento. El dolor era intolerable. Tan inmenso.

La sangre corría de nuevo. No la perdía de vista cayendo por sus pálidos brazos mientras tomaba forma en el lavabo. No sentía dolor. No había. Las lágrimas caían mezclándose con el líquido escarlata. Pero ya no le importaba. Estaba muerta y en la mañana no tendría nada en sus muñecas, solo las cicatrices que ella misma se había hecho cuando seguía con vida.

Se limpió los ojos hinchados, ojerosos y oscuros con la misma agua que limpiaba sus muñecas. Cerró la llave. Se limpió la cara con la toalla mientras se miraba al espejo. Con ansías esperaba que al pasar la toalla, la cara le cambiara, con una hermosa y reluciente sonrisa, una sonrisa viva. Pero seguía ahí, de nuevo las lágrimas le caían.

Pero… era sólo otro día más en la Casa del Asesinato.

Al recordar el primer día en que la vio. Una inmensa nostalgia sintió. Impotencia al no poder hacer nada. ¿Cómo no sintió que algo había en esa casa, como lo había sentido su madre? ¿Por qué al saber que su madre se mudaría y se la llevaría con ella, no la acompañó?

No estaría en este momento, no, no lo estaría.

Si no fuera por él.

Su desgracia y lo que más amaba en el mundo. Si todavía era parte de algún mundo.

Al mirar al espejo, observó cómo la puerta rápidamente se abría. Un pequeño grito salió de su pequeña y sin color boca. No había duda. Era el.

-¿Pero qué demonios?...