Hola ¡hola! ¡Bienvenidas a mi proyecto saint seya! ¡Otro mas!

Esto podría decirse que va engarzado como una seudo secuela de un fic no concluido llamado 2 caras de la misma moneda, pero, me pareció justo y necesario relatar en un fic aparte la guerra que sufrieron en el santuario de Poseidón, cuyo único sobreviviente fue Kanon, que le dio paso a los actuales generales de Poseidón, y explicará el carácter de Camus.

Hay unos medio spoilers de la otra historia ¡pero no tantos! ¡Espero les guste este fic! Y me tengan paciencia, entre mis proyectos sailor moon y saint seya ¡no doy para mas!

¡Déjenme saber su parecer! ¡Con un hermoso REVIEW!

Saint seya, es propiedad de Masami Kurumada, yo solo, le regalo historias de mis personajes favoritos.

Ares, premonición de un desastre.

Obertura.

Antoin de sirena, miraba el agua que fungía como cielo, en la tranquila atlantía, sus ojos azules se deleitaban observando a los delfines como si de pájaros se tratasen, cuando, unos pasos lo alertaron la proximidad de alguien.

-Giselle de Crisaor. Dijo el joven de 22 años - ¿a que debo el honor? La rubia se acercó mas a el, era un honor para ella, ser la única mujer en esa orden masculina por siglos, se sentó en el pie del pilar del atlántico sur –mi pilar, no es tu sofá. Se quejó el peli azul, la rubia lo miró, aún estaba muy reciente, la pelea por el intento de Antoin de substraer el ánfora donde descansaba el señor Poseidón, en el cual, fracasó estrepitosamente, no por falta de fuerza ni de pericia, el duelo fue contra su propio hermano, Camus de Acuario, casi mortal este, se salvaron por la intervención del padre de los gemelos quien, murió para defenderlos del destino de morir uno a manos del otro, ninguno supo quien lo mató.

-estás lloriqueando demasiado Toin. Le dijo despreocupada, el joven amargó mas el resto.

-no me digas Toin, soy Antoin, el pequeño Toin falleció el día que Michel Bleu partió al reino de Hades Giselle asintió.

-dime ¿Qué quieres? Preguntó el joven mirándola –Antoin, la semilla del poder de Ares, se ha manifestado. El la miró.

- ¿Qué quieres decir? Preguntó Antoin –Ares ha decidido atacar nuestro reino, y al parecer, ha despertado a su guardia para hacerlo. Antoin asintió.

-ya veo, debemos ir a hablar con la señora Anfitrite. Giselle asintió.

-por eso vine, no creas que lo hice para molestarte. El joven la miró y ambos se alejaron en silencio hacia el templo principal de Atlantis.

Los generales marinos se presentaron frente a Anfitrite, la sacerdotisa de Poseidón.

-mis 7 generales, los he llamado ante mi, porque prontamente, seremos visitados por los 7 generales de guerra de Ares. Kanon alzó la cabeza.

-señora, no es posible, el dios Ares, el dios Ares no ha sido liberado desde hace unos 278 años. Anfitrite negó.

-me temo que el dios Ares está suelto, en toda su potencia, por eso, debemos estar atentos, el ha causado muchas muertes, como la del buen Eric y por culpa de el. Giselle interrumpió a la sempiterna joven.

-casi nos quedamos sin general de Dragón Marino. Thomas, asintió.

- ¿ordenes señora? Preguntó –si, deben aguardar en sus pilares sin moverse, debemos estar atentos de la incursión de estos generales en nuestros dominios. Mauricio asintió.

-los acabaremos a todos. Augusto y Dimitri, asintieron a coro, Antoin miró con miedo a Kanon, ellos ya sabían el alcance de los poderes del dios Ares, a uno lo había comenzado a atacar desde los 14 años, siendo el causante de un accidente que puso en peligro, el puesto que ostentaba en ese entonces, no estaba muy seguro, de cómo funcionó eso en realidad, el se encontraba en Atlantía en el momento del accidente de Kanon, así que: solo se enteró de la parte que concernía al santuario marino, una vez culminados los detalles, se retiraron cada quien a su pilar.

Los pequeños, estaban todos reunidos detrás de las puertas del trono –se los dije. Dijo el pequeño Sorrento –algo malo está pasando. Agregó señalando con su dedito hacia la puerta.

-yo se que es chicos. Dijo Eo –se prepara la tormenta, para que nuestros maestros mueran. Byan negó.

-eso no puede ser Eo, estás viendo demasiados programas de televisión ¡deberías jugar mas! Elpequeño Eo negaba.

- ¡no son programas de tele!¡son la verdad! Exclamó tranquilos chicos, todo va a salir bien. Dijo Crisna, les sonrió.

-lo apuesto. Sorrento asintió.

-vamos a ir a jugar. Dijo, todos los niños asintieron y se fueron corriendo.

En ciberia, 2 chiquillos entrenaban fuertemente en los helados paisajes, lo único que se sentía era el viento helado y los gritos de los niños, 2 hombres los observaban, uno con armadura azul marino y otro, con armadura dorada.

-maestro Camus. Dijo el caballero Cristal –ha estado muy silencioso desde que llegó a Ciberia. Camus asintió.

-no he podido concentrarme en nada mas Cristal, he tenido desde hace un par de días, un mal presentimiento con respecto a mi hermano…a Antoin de Sirena. El peli morado asintió –bueno, supongo que el general de sirena está bien. Camus asintió –igual yo. Dijo mientras miraba a los niños.

-Hyoga, coloca mejor tu puño, Izaack, no desvíes la pierna así. Ambos niños lo miraron.

-si maestro. Dijeron a coro, Camus asintió en silencio y regresó a la contemplación silenciosa de la nada.

-desde que se peleó con su gemelo señor, no ha sido el mismo. Dijo el caballero Cristal –los sentimientos son para débiles. Dijo Camus, su pupilo lo miró.

-disculpe mi atrevimiento, pero aunque su padre era un caballero de los hielos, siempre me hablaron de el como una persona muy cálida y sensible cuando no peleaba. Camus lo miró con frialdad.

-y su calidez, fue lo que lo mató, si mi padre no hubiera interferido, el…el estaría…Antoin y yo…Cristal, es demasiado para explicar. Dijo el francés mientras se alejaba negándose a ser visto cuando la coraza helada con la que quería cubrirse sufría esos desgarrones devastadores.