Hola! Muchas gracias a los que leyeron mi anterior fic y quienes comentaron y le dieron a favs. Hoy les traigo aquí el prólogo de un nuevo fic que se me ha ocurrido y en el cual bueno… todavía no sé quién será la pareja de Yui xD Es que no me decido entre Ayato, Subaru, Raito o Shu jeje ¿Ustedes que dicen?
Volviendo al tema, este fic trata de bueno… ¿Nunca se han preguntado qué harían los vampiros cuando se encuentran con un pequeño obstáculo en su vida? En este caso un pequeño bebé jaja. Espero les guste el prólogo para ver qué les parece la idea y también para que me ayuden a elegir al protagonista masculino.
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~My Vampire Baby~
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PRÓLOGO
Esto no podía estar ocurriendo verdaderamente. Sus ojos aún incrédulos por lo que estaba sucediendo no salían del asombro al procesar varias veces el hecho que la había llevado a estar petrificada con aquel bulto entre sus brazos. ¿Esto tal vez se trataba de una pesadilla o una fantasía? Porque Yui se negaba a creer que esto le estuviera pasando precisamente a ella, una joven que muchos problemas ya tenía de por si al vivir con seis vampiros que día tras día le drenaban la sangre.
Volvió a parpadear para ver el bulto entre sus brazos, el cual se movía estando cubiertos por la manta azul que lo protegía del frío. Fue entonces que una pequeña manita surgió buscando contacto que sin querer la rubia le brindo shockeada por lo que le estaba sucediendo.
Yui solo había salido a dar un corto paseo, uno en donde estuviera lo más alejada posible de todos los hermanos Sakamaki.
Al sentir el aire fresco rozar contra su rostro, mientras las personas normales cruzaban hablando entre ellas o corriendo apresuradas la hizo sentir en paz. Ella era humana, una adolescente humana que estaba atrapada con seis vampiros atractivos (No lo negaría, la verdad los seis hermanos eran bastante guapos); sin embargo, era aterrador tener que brindarles algo tan preciado como la sangre. En especial cuando estos solían alimentarse de ella sin en el menor cuidado posible, incluso algunas veces el propio Subaru podía perder el control lastimándola con sus colmillos.
Es por eso que en los pequeños momentos a solas que tenía, gustaba de usar al máximo su tiempo. Un buen ejemplo fue haberse escapado para dar un paseo hasta que… se chocó contra una señora.
Al principio solo se avergonzó por su torpeza, pidiendo disculpas a cada instante esperando escuchar la aceptación o el regaño por parte de la mujer. Al solo oír el silencio levanto la vista preocupada encontrándose con algo que jamás espero ver, y eso fue la belleza radiante que expulsaba aquella joven. ¿Joven? Si porque esa fémina no debía pasar de los veinte años, debido a su rostro tan femenino y delicado que le recordaba a un ángel caído de los cielos mismos. Una nariz pequeña, unos labios llenos y seductores, unas mejillas sonrosadas, cuerpo de modelo de catálogo y un pelo rubio oro… todo en ella era perfecto; y lo que sin duda era más hermoso, fueron sus exóticos ojos color plata azulina. Tan vividos y brillantes que la dejaron paralizada sin saber que decir. Sintió que se ruborizaba al ver tanta belleza, cuando noto por primera vez como la mujer llevaba entre sus brazos un bulto envuelto entre mantas, el cual se movía inquieto.
La hermosa joven le miro entonces nerviosa, y susurraba varias palabras que Yui no comprendía ya que se trataba de un idioma que no era japonés ni el inglés, del cual conocía algunas cosas. ¡Claro! La mujer debía de ser de otro país y durante su recorrido por la ciudad termino extraviándose. Sí, eso debía de ser. Le hubiera gustado ayudarla, pero al no comprender ninguna palabra de lo que decía no podía hacer nada. Intento explicarle con sus manos mediante la realización de señas, lástima que aquello pareció no servir de nada.
Suspiro derrotada. ¿Qué es lo que debería de hacer ahora? Lo único que tenía en mente era irse sin decirle más, pero tampoco quería dejar a la señorita así. Tan desorientada y nerviosa.
─Disculpe ─Volvió a insistir Yui preocupada─ ¿Se encuentra perdida? Si es así podría intentar ayudarla. ¿Habla japonés? ¿Me entiende? ─La de ojos rosas se señaló esperando recibir una contestación, pero en lugar de eso la mujer miro en todas direcciones y finalmente actúo.
La alta mujer empujo el bulto al pecho de Yui, quien sorprendida no tuvo de otra más que cogerlo entre sus brazos. La adolescente estuvo a punto de hablar, de preguntar porque le daba aquel bulto cuando la mujer se le adelanto.
─Cuídalo bien por favor ─Contesto la alta rubia sonriendo tristemente─ Protégelo con tu vida y no dejes que nunca caiga en las manos equivocadas.
Sus únicas palabras antes de que la mujer se alejara corriendo, huyendo de alguien imaginario; mientras tanto, la jovencita se quedó pasmada en su sitio intentando llamarla para que regresara. No funciono. En algún momento la mujer desapareció de su campo de visión, hasta desaparecer por completo.
Y es aquí donde se hallaba Yui ahora, con un bulto que se revolvía entre sus brazos y con la boca abierta. La pequeña mano aferraba uno de los dedos de la jovencita con fuerza, provocando que una mueca surgiera en el rostro de la chica, quien finalmente bajo el rostro para ver qué era lo que estaba sosteniendo, aunque se hacía una idea de lo que era. Si, era lo que se esperaba. Mordiéndose el labio inferior nerviosa observo como un bebé estaba entre sus brazos sujetando su dedo con una curiosidad sorprendente.
La rubia le miraba fascinada, hipnotizada por su belleza. Tenía los cabellos negros y lacios, unos bonitos y grandes ojos marrones que le atraparon por completo a juego con su bronceada tez. Su rostro era muy mono, recordándole a un muñequito aún más con sus sonrosadas mejillas que le hacían ver más adorables. Una sonrisa se extendió por su rostro cuando una realidad golpeo contra ella tan fuerte que la hizo casi caerse.
No podía creer que aquella mujer hubiera abandonado a su hijo, mucho menos que se lo entregara a una extraña así como así. Eso era muy cruel, no obstante ella no era quien para juzgarla, además por otro lado… ¿Qué haría ella con un bebé? No podía dejarlo en la calle, ni tampoco sería bueno abandonarlo con alguna persona que pasaba por aquí. Tendría que llevarlo con ella… a vivir con seis vampiros sádicos y que gustaban de atormentarla.
¡Espera! ¿Qué clase de vida sería esa? El niño la pasaría negras con esos vampiros, y si contaba que ellos de seguro no aguantarían la presencia del pequeño. ¿Qué le harían cuando lo vieran? ¿Lo matarían? ¿Lo echarían a la calle? Miles de preguntas abordaron su pobre mente haciéndole horrorizarse tras cada hipótesis que le daba. Ya hasta llego al grado de imaginarse a esos seis chicos con los ojos brillantes mientras se acercaban a ella gritando que les entregara el sacrificio (el bebé en todo caso).
La piel se le puso de gallino al imaginar eso último y soltó un gritito de horror. No era la mejor opción que tenía, pero no quedaba de otra. Solo rogaba que ninguno matara al pequeño tan solo verlo, y que al menos intentaran escucharla a ella. O que no llamaran a la criatura "sacrificio" como su imaginación lo invento.
─Uh… espero al menos que Subaru-Kun pueda darme una mano al intentar hablar Musitó preocupada─ Porque no creo que ni a Ayato-Kun ni a Reiji-Kun les guste para nada verte ─Susurro al pequeño quien le miro sin entender haciéndole sonreír─ No te preocupes Akachan todo saldrá bien. O eso espero al menos…
Bueno, eso fue todo. Espero les haya gustado este pequeño prólogo de la historia y me digan sus opiniones respecto a esta idea jaja ¿Cómo creen que reaccionaran los hermanos al ver a este pequeño bebé? En especial ahora que Yui ejercerá el papel de madre xD
Sin más que decir gracias por su tiempo por leer.
Lovely Swan
