El destino siempre está escrito para todos.

Aprendí conforme el tiempo pasaba a saber que el destino solo era para aquellos que no sabían luchar por lo que deseaban, y se dejaban vencer ocupando esa palabra como escudo.

La misma palabra que yo ocupe queriendo ocultar la falta de voluntad que tenía, me escudaba en esa patética forma de vida.

Haciendo que muchos decayeran en sus sueños e ilusiones, haciéndoles ver que su destino era ser inferiores a los demás y que aunque lucharan, se esforzaran o por lograr algo, jamas lo lograrían.

Sin embargo un chico que consideraba el peor caso de idiotez, me hizo ver que con trabajo duro y gran fuerza de voluntad podrías lograr superar y cambiar tu propio destino.

Jamas pensé que alguien tan carente de talento lograra sobrepasarme a mí, a quien todos consideraban un genio, un perdedor como el, supo darme en el orgullo, como muchos hubieran querido hacerlo.

No podía seguirme refugiando en el destino que se me había prescrito, porque yo era dueño de mi vida, yo soy dueño del camino que escoja.

La luz del sol se colaba con un majestuoso brillo en la ventana de mi salón de clases.

Había empezado mi vida de estudiante en la Universidad estudiando Economía.

Hizashi Hyuga y Hiashi Hyuga, mi padre y mi tío respectivamente, eran dueños de las empresas y corporaciones Hyuga.

Tanto mi prima Hinata y yo éramos los herederos de esas inmensas empresas, por lo que, tanto ella como yo dábamos todo de nosotros para poner siempre en alto nuestro afamado apellido.

A diferencia de mi prima yo era más orgulloso y frio, ella sin embargo, no era el prospecto que mi tío o yo tuviéramos de un Hyuga. Aunque eso cambio hace mucho. Mi carácter se suavizo, por consecuencia mi orgullo y frialdad habían desaparecido "casi" completamente.

El sonido de la campana resonó en mis oídos, era hora del receso.

Observe como todos salían tranquilamente, hablando de cosas triviales, cosas que no me interesaban en lo más mínimo.

Al salir del salón, mis pies me dirigieron hacia el jardín trasero, buscaba un poco de tranquilidad.

Sentí como era jalado y acorralado en una pared por unos brazos femeninos.

Me di un golpe mental "No... otra vez"

Era la cuarta vez en este día en que una chica me acorralaba en alguna parte y se me insinuaba.

Con la diferencia de que esta mujer había preparado mejor sus armas.

La falda del instituto le llegaba muy arriba de las rodillas, la camisa blanca de mangas largas la tenía completamente desabrochada, dejando ver una blusa blanca de tirantes con escote en V, obteniendo como resultado una visión demasiado grande de sus senos.

─Neji, solo quería decirte que estoy aquí.. Para lo que se te ofrezca─

Suspire con cansancio.

Desde este primer día de clases muchas chicas estuvieron tratando de obtener mi atención.

Solo por ser hijo de un gran empresario, siendo de los mejores en deporte y estudio, además de tener buena posición economía o sea un buen futuro por delante, me perseguían sin cesar para así poder conquistarme y lograr que yo me "enamorara" de ellas como consecuencia, la que lograra ganarme tendría su futuro arreglado, lleno de lujos, una vida cómoda.

Solo quería irme de ahí, no era como Sasuke Uchiha para empujarlas y decirles que se murieran, porque si... muchas veces escuche al Uchiha decirles a un montón de chicas que se murieran o que se fueran al infierno para que así lo dejaran de molestar, sin embrago esas duras palabras parecían no tener efecto entre sus acosadoras.

Escuche como el salón era abierto, voltee mi rostro para ver quién era.

Una chica que de estatura me llagaba a los hombros, ojos color chocolate, cabello del mismo color amarrado en dos chonguitos, nos miró de forma desconcertada.

Con la mirada trate de implorarle que me salvara, ya estaba harto de estas situaciones.

Mientras la chica que me tenía acorralado la miraba con furia.

Mi sorpresa se vio demasiado acrecentada cuando su risa resonó en todo el salón vacío.

─Karin, deja de andar de ofrecida, no te basto con que Hinata casi te moliera a golpes cuando trataste de hacer lo mismo con Naruto... maldición que pasa contigo─

─Esto no te incumbe, es mi vida no la tuya─

Karin me dejo libre mientras se dirigía hacia la salida, soltando un bufido de molestia

─ ¡Deberías taparte, pescaras un resfriado!─ su risa se vio aumentada viendo como la pelirroja le gritaba millones de groserías que ni siquiera yo conocía.

Me pare recto en mi lugar.

─Muchas gracias por ayudarme─ la chica volteo a verme, sonriente por su gran hazaña.

─Ne, no te preocupes, es divertido hacerla enojar─ me vio por un momento ─Bueno, espero sepas defenderte mejor, tendrás muchas sanguijuelas cerca que querrán chuparte la sangre y dejarte seco como una momia─

Una sonrisa surco mis labios, la visión de esas chicas como sanguijuelas me divirtió un momento.

─Me gustaría saber el nombre de mi salvadora─

Aquella chica me miro con diversión, y me tendió la mano, la tome con seguridad

─Tenten Inuzuka, antes de lo pienses, no soy hermana de sangre de Kiba, soy su hermana postiza, en pocas palabras soy adoptada─ su agarre en mi mano era firme y confiable.

─Mucho gusto yo soy Neji Hyuga─

─ Jajaja si, lo sé, no es muy difícil reconocer a un Hyuga, esos ojos blancos son demasiado inusuales, solo son conocidos en su familia─

Su mano soltó la mía, dejando un cálido sentir en mi piel.

─Espero volver a verte, eres, creo yo, la única chica que no es mi familiar, que no ha saltado tratando de violarme ─ vi como ella coloco sus manos atrás de su espalda, viéndome pícaramente.

─No se sabe, tal vez sea una psicópata capaz de pensar mejor que esas cabezas de chorlito, y tal vez ahora mismo esté planeando encerrarte en este salón, arrojarte contra el suelo y hacerte mío hasta que la desesperación se convierta en algo que no quieras dejar de sentir─ una sonrisa muy grande surco mis labios, esta chica sabia como sorprenderme.

Atrevida, sonriente, dulce, muy ingeniosa, sencilla y al parecer sabía como impresionarme de sobremanera.

─ ¿Eso es una amenaza?─ un tono coqueto que yo jamas usaba, salió de mis labios.

Me guiño un ojo mientras se volteaba, dirigiéndose hacia la salida.

─Puede ser H-y-u-g-a─ su risa volvió a sonar, pero esta vez como eco en los pasillos.

─Eso espero─ Salí del salón, volviendo a pensar en que me depararía el destino, porque sabía que más que una decisión o una casualidad, esta vez el destino me jugaba un nuevo reto, solo que esta vez yo decidiría el rumbo que quisiera darle.

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¡Holaaaaa!

Aquí les traigo un nuevo fic, espero les guste o les agrade.

E leído muchos fics en el transcurso de estos días y he podido ver el termino OOC, antes no lo entendía pero ahora ya me queda más claro, puede que mis historias anteriores estuvieran llenos de eso, pero espero mejorar ese aspecto en esta historia, así que como escritora pido su ayuda, consejos quejas o alguna sugerencia para hacerme remediar este error.

Se los agradecería mucho XD.

Sin más les deseo un hermoso día,

Les envió un gran abrazo de oso y muchos besos.

¡Hasta pronto!