Ellos no son una mas de las parejas que se forman todos los años en los inmensos pasillos de Howarts; no se enamoraron a primera vista, ni tampoco por que el otro les pareció guapo o interesante; no se besan ni abrazan en publico, es mas, ni siquiera se rozan; no se juran amor eterno, ni pronuncian palabras sobre sus sentimientos; tampoco hablan de un futuro juntos, los dos, como los amantes que son.

Entonces, ¿Qué tipo de pareja son?

Ellos no son una mas de las parejas que se forman todos los años en los inmensos pasillos de Howarts; se enamoraron después de cruzar su primera palabra, cuando supieron que el otro no era más que el reflejo del otro; rozan sus cuerpos y buscan sus labios en rincones oscuros, sin testigos, en secreto, seguros de la privacidad que les promete las oscuridad, como las serpientes que son; hablan a través de sus ojos, azules contra verdes, el mar contra el mundo, reflejando juntos los sueños de libertad que nunca siquiera probaron.

¿Y su futuro? Su futuro no es mas que el destino escrito en piedra. Siempre presente, sin lugar a cambios.

Es por eso que en las noches diarias de estudios se sumergen en un mundo nuevo, ajeno a su realidad. Entre miles de libros se sienten libres, sin importar la guerra que los marcó, y los prejuicios que se ciñen a sus apellidos ya no importan.

Porque para Daphne, Theodore es el reflejo de ella misma.

Porque para Theodore, Daphne es el reflejo de él mismo.

Y su amor florece en la oscuridad, marchito, podrido, rodeado de morbosidad y muerte. Pero sin duda de ellos, y es por eso que se buscan, se aman, y los dos, juntos, se sumergen en la oscuridad que les reservo el mundo, para vivir y morir juntos.

Porque ella es solo Daphne, y el es solo Theodore. Dos personas y un solo destino. Juntos.