NARUTO y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto por diversión y para su entretenimiento.


─¿Crees que esté en casa?

─Espero que sí. Papá y yo le hemos dicho que no debe de andar sola en su estado, pero la mujer es terca…─ Mirai sonrió. Aunque Shikadai tratara de aparentar desinterés en el asunto, no podía engañarla. La familia Nara había pasado por un momento realmente duro meses atrás cuando casi pierden a Temari y al bebé (que estaba a semanas de llegar) por complicaciones de salud. Desde que el embarazo se estabilizó, Shikadai prácticamente vivía pendiente de que a su madre no le faltara nada, pues por más que Shikamaru quisiera estar allí todo el tiempo, ser la mano derecha del Hokage absorbía gran parte de su día. Solo le quedaban las noches para compartir con su adorada mujer. ─ Le puede pasar algo a ella y al bebé…

─Ya hablas como todo un hermano mayor ─ dijo en tono de burla, haciendo que el joven se sonrojara.

─Cállate…

Por más que no lo admitiese, la idea de ser un hermano mayor no le parecía tan problemática...Todo lo que pasó al principio del embarazo cambió la relación que tenía con sus padres, especialmente con su madre y es que el sentimiento de casi perderla, seguía atormentándolo.

─La puerta está abierta…─ comentó Mirai, sacándolo de sus pensamientos. Al comprobar lo dicho por la chica, el joven Nara sintió un mal presentimiento; igual al que sintió meses atrás.

Tadaima ─ dijo al entrar a su hogar. Sin recibir respuesta, cosa que le extrañó. Su madre, si no se encontraba de misión, siempre salía a recibirlo cuando llegaba, especialmente cuando era hora de almuerzo. ─ ¿Mamá? ─ pero no obtuvo respuesta. Shikadai, extrañado, se dirigió hacia la cocina. Días atrás, había notado que Temari no se veía al cien por ciento, pero ella decía que era su imaginación ─ ¿Mamá? ─ volvió a llamar ─ ¿Estás aquí? ¿Acaso…? ─ el chico calló bruscamente al llegar a la sala de estar: allí estaba ella, en el suelo, con muchos pedazos de vidrio alrededor y rastros de sangre bajo ella. ─ ¡Mamá! ─ corrió hacia ella y, sin importarle que varios pedazos de vidrio se incrustaron en su piel, se agachó a su lado, para luego acomodar su cabeza como pudo en sus piernas. ─ ¿Qué pasó?! Mamá, ¡¿me escuchas?! ─ llamó palmeando suavemente su rostro, rasguñado por los pedazos de vidrio, pero, sobre todo, ardiendo en fiebre.

Rememorando ese horrible episodio, el joven Nara se adentró rápidamente a su hogar, seguido por Mirai.

─¿Mamá? ─ llamó al ver el desastre que era su hogar. Era obvio que había ocurrido algún tipo de enfrentamiento y eso no lo ayudaba a tranquilizarse.

No había rastro de Temari.

─Shikadai, ─ llamó Mirai ─ aquí hay algo…


Suspiró por enésima vez ese día. El líder del clan Nara no podía concentrarse en nada que no fuese el sentimiento de intranquilidad que tenía.

─Tierra llamando a Shikamaru ─ el Nara observó al Uzumaki ─ ¿Se puede saber qué te pasa hoy? Estás distraído.

─Lo lamento; estoy preocupado ─ Naruto pareció pensarlo.

─De seguro son los nervios del nacimiento; Temari dará a luz pronto, ¿verdad? ─ el asintió ─ Eso debe ser...estás pensando en él o en ella…─ dijo como quien no quiere la cosa. No recordaba si Shikamaru le había dicho el género del bebé y no quería quedar mal por su mala memoria.

─Ni yo mismo sé que será; la problemática quiere que sea una sorpresa ─ respondió ─ pero no creo que se trate de eso.

Desde que se levantó esa mañana, la sensación solo se había identificado.

Sigo sin entender cómo consigues tener esa cantidad de energía en tu estado y tan temprano ─ comentó Shikamaru al ver que eran las 6:30 am y ya su adorada problemática estaba totalmente arreglada y en proceso de hacer el desayuno.

Temari solo le sonrió.

No todos tenemos la vagancia en la sangre, Shikamaru ─ el Nara, sin mediar palabra más, se acercó por detrás y la rodeó con sus brazos, reposando sus grandes manos sobre el enorme vientre de su esposa.

¿Estás segura que no son gemelos? ─ ella rio

Segura. Posiblemente se deba a que el pequeño o pequeña está en "la posición Nara", descansando a pierna suelta. ─ bromeó, para luego, suspirar y mostrar una tierna sonrisa en su rostro ─ ¿Sabes? Cada vez que voy a consulta y veo al pequeño Saito con Sakura, no sé...me emociono al pensar que pronto nos tocará a nosotros de nuevo. ─ El Nara sonrió, besando su mejilla.

El nuevo integrante de la familia Uchiha también creaba esa sensación en él. En poco tiempo, habría un Nara más en el mundo; un segundo hijo que habían buscado como tal, pero que llegó como una bendición para curar viejas heridas del pasado y para erradicar el miedo que les impedía querer repetir una de las mejores experiencias que habían tenido.

Me encanta escucharte decir eso…

Sí, pronto tendremos un problemático más para fastidiarte la existencia ─ respondió girando un poco para que viera aquella sonrisa que le cautivó desde el primer día. No se cansaba de decirlo, su esposa era hermosa y más aún en esos momentos, gestando una nueva vida y dejando su sedoso y brillante cabello liberado de sus cuatro ataduras.

Eres terrible, mujer…─ suspiró, para luego sonreírle y besarla tiernamente.

Y allí, fue que lo sintió.

¿Qué pasa? ─ preguntó, pero él no supo que responderle pues ni él mismo estaba seguro. Cuando llegó la hora de partir a sus labores, besó a su esposa y a su abultado vientre con más cariño de lo normal, sin poder quitarse aquella sensación de encima.

Tal vez fuesen las secuelas de lo que pasó meses atrás donde casi la pierde a ella y al bebé por no estar tan al pendiente de su relación, pero había recapacitado y jurado que nada parecido pasaría otra vez.

─Tranquilo, de seguro no es nada…

Antes de que el Nara pudiese responder, escuchó como una voz familiar le llamaba. La puerta se abrió, dejando ver al heredero del clan Nara, notablemente agitado.

─¿Shikadai? ¿Que…?

─¡Se la llevaron! ─ el corazón de Shikamaru dio un vuelco. Shikadai se acercó rápidamente y le entregó un pedazo de papel, con manos temblorosas. El Consejero, observó una especie de insignia que no pudo identificar, pero suponía era de un clan. Al reverso del mismo, se encontraba la descripción física de Temari con dos palabras al final que le helaron la sangre:

Captura Sacrificio

─¡¿Pero...que demonios?! ─ exclamó Naruto al leer junto a Shikamaru lo contenido en el papel. ─ ¿Tienes alguna idea de qué significa? ─ El Nara negó, aun analizando el pedazo de papel ─ Tal vez, debe ser algo relacionado con Sunagakure; llamaré a Gaara; él debe saber algo, o por lo menos, ayudarnos a descubrir de qué se trata. ─ reaccionó el rubio rápidamente.

Shikamaru repetía en su cabeza una y otra vez el contenido de ese papel, tratando de descifrar quienes eran y como traer a su amada Temari y su bebé por nacer a casa, sin causarles algún tipo de daño.

Mataría a quien fuese que se había atrevido a secuestrar a su problemática.

─¿Papá? ─ llamó Shikadai, al ver que su padre no se movía. Shikamaru observó el miedo en los ojos aguamarina que tanto le recordaban a Temari.

─No te preocupes, la traeré a casa…


Esta es una de esas historias que tenia escritas por ahí y que decidí compartir. Está en su 80%, así que, espero estar actualizando entre una o dos semanas, dependiendo de como me trate el trabajo. Realmente, quiero saber que les ha parecido, así que, siéntanse libres de comentar. Eso es todo por ahora...

Cuídense!

Bye!