Capitulo 1: Pequeño error de la vida
Iba y venía por la plataforma, con pasos gigantes y pesados, los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido.
- James… James… ¡James!
Solo reaccionó cuando escuchó su nombre por tercera vez, y exclamado por una Avril bastante alterada.
- ¿Podrías calmarte? –le preguntó totalmente sacada de quicio.
- ¡Claro que no! –James estaba mucho más alterado que ella- Sólo faltan tres minutos para que el tren parta y hace diez que estamos acá esperando a que llegue.
- Ya va a llegar –trató de calmarlo Remus, colocándole su mano en el hombro de James.
Dejó de caminar, pero no podía quedarse quieto. Observaba fijamente la columna por la cual se entraba a la plataforma nueve y tres cuartos, pero no entraba la persona que él esperaba.
- Ya tienen que subir, chicos- los apremió Dorea.
- Pero… -se resistió James al empuje de su padre.
Mientras Charlus lo empujaba le decía palabras de ánimo, que poca cosa hacían en el ánimo de James.
- ¡Nos vemos en Navidad! –saludó Dorea, como cada año.
Su hijo apenas tenía ganas de asentir con la cabeza, así que tomaron de buen agrado la leve sonrisa de él.
James solo seguía a sus amigos mientras trataban de encontrar un compartimiento vacío, algo difícil, ya que se habían demorado mucho para subir y no había ninguno donde entraran todos.
- ¡Acá está! –exclamó Avril enérgicamente.
Él agradeció que al fin hubieran conseguido un compartimiento, solo quería echarse y dejarse morir, y eso no podía hacerlo en el pasillo del tren.
Entró a lo último de todos, cabizbajo, sacando su varita para levitar y guardar su baúl.
- Hola, James.
El aludido dirigió su vista hacia ella, sin poder creerlo.
- ¡¿Qué haces acá?! –fue lo único que pudo decir.
- ¡¿Qué pregunta es ésa?! ¡Vengo a la escuela! –respondió una muy enfadada Lily Evans.
- ¡¿Y te enojas?! ¡Te estuvimos esperando! –Le recriminó señalando a sus amigos- ¡Ahí afuera creyendo que no ibas a venir!
- ¿Y me tengo que disculpar por guardar un compartimiento? –preguntó orgullosa, sin demostrar ni una pizca de culpabilidad.
- ¡No! ¡Tienes que disculparte por hacerme preocupar! –dicho esto, James cayó rendido en el asiento al lado de ella y cerró los ojos.
Los demás saludaron a Lily y empezaron a conversar tranquilamente.
- ¿Puedo hacer una pregunta? –inquirió Peter.
- Ya la hiciste –contestó James ácidamente, aún enfadado.
- ¿Realmente están saliendo? ¿No es parte de algún reto, compromiso o actuación? –preguntó ignorando a James.
James abrió los ojos y se enderezó en el asiento. Lily estaba mirando hacia fuera y había enrojecido levemente. Él sonrió.
- ¿Qué respondes a eso, Evans? –le preguntó, punzándola con su dedo índice en el brazo.
Ella le sujetó la mano para que la dejara de molestar y miró fijamente a Peter.
- Realmente somos novios… Un pequeño error de la vida, ¿entiendes? –le contestó enarcando una ceja.
- ¡Ey! –Exclamó James, dolido- ¿No habíamos quedado que Wright había sido el error?
- No menciones a ese engendro –lo interrumpió enfadada.
- ¿Qué pasó con él? –preguntó Avril.
- Después te cuento –contestó sonriéndole enigmáticamente.
- ¡Eh! ¿Qué es eso? ¡Yo quiero saber! –reclamó James.
- No molestes, estás castigado –contestó Lily, dispuesta a ignorarlo para seguir hablando con su amiga.
- ¿Por qué?
- Por tonto –le contestó ella simplemente, guiñándole un ojo.
James no comía, solo tragaba, parecía un túnel sin fondo.
- ¿Qué se supone que hice mal? –preguntó luego de machacar una pata de pollo.
- Le preguntaste "¡¿Qué haces acá?!" –Le contestó Peter, aunque él no estuviera esperando una respuesta, imitando el tono asustado de James.- Cualquiera se ofendería con una pregunta así.
James no estaba de acuerdo. Era natural en una persona decir incoherencias luego de haber estado tan preocupado, pero no quería discutir, pelear con Lily lo agotaba. Lo molestaba que ella no tuviera consideración por lo mal que la había pasado en esos quince eternos minutos, y luego lo trataba como un error de la vida.
El comienzo del año no era como él se lo había imaginado. Creía que el viaje en el Expreso lo disfrutarían como el último, que estarían tan pegados con Lily que todo el colegio se daría cuenta de que al fin eran pareja… pero ahora ella estaba sentada al frente de él, hablando con Avril y Remus muy animada, ignorándolo adrede. Los únicos que estaban más o menos pendientes de él eran Peter y Sirius.
James estiró su pierna, pero tratando de que el resto de su cuerpo no se moviera para no delatarse y trató de patear a Lily.
- ¡Auch! –Se quejó Avril- ¿Por qué me pateas? –dirigiéndose a Sirius, y lo pateó.
- ¿Qué te pasa? –le preguntó su novio dolorido, mientras trataba de devolver el golpe, pero le dio a Remus.
- ¡Enfermo! –respondió él y pateó al frente, o sea a Peter.
Peter trató de devolvérsela a Remus, pero le dio a Lily, que estaba al lado de éste. Ella solo fulminó al resto con la mirada pero no siguió el juego.
James comenzó a reír como un psicótico. Había generado una reacción en cadena solo para llamar la atención de Lily, y había fallado. Como otras tantas veces.
Todos lo miraron extrañados.
- ¿Qué hiciste? –le preguntó Sirius, mientras se le asomaba una sonrisa.
James le respondió vagamente y comenzó a comer su postre.
- Muy bien –dijo el director un rato después-. Es momento de ir a la cama, tienen que estar descansados para mañana. Además, ¡yo ya tengo sueño! –Dumbledore les sonrío y así concluyó su despedida.
- Dumbledore parece realmente cansado –comentó Peter mientras iban a la Sala Común.
- Ser director de Hogwarts y además ser alguien muy importante para el mundo mágico no debe ser fácil.
- Pero podría disimularlo –le retrucó-, va a hacer que sus adorados alumnos se preocupen –hizo como si se limpiara unas lágrimas inexistentes.
- Oh, si… claro –Sirius le siguió el juego-. ¡Albus no te estreses que te necesitamos! –tenía su mano alzada como si quisiera agarrar algo que estaba arriba suyo y no alcanzaba.
Peter interrumpió la actuación al llegar al cuadro de la Dama Gorda.
- No sé la contraseña –dijo al grupo.
- Hocus Pocus –dijeron Lily y James al mismo tiempo.
Todos tuvieron que aguantar las ganas de reír que tenían.
- Sorprendente coordinación –murmuró Peter, sonriendo, expresando los pensamientos de todos en voz alta.
Lily bufó exasperada y murmuró un "qué infantiles".
Entraron a la Sala Común, que estaba bastante movida con los prefectos enseñando los cuartos a los de primer año, y el resto de los Gryffindors reencontrándose con sus compañeros.
James oyó como Lily le preguntaba a Remus si no extrañaba un poco el trabajo de ser prefectos.
Ella sí lo extrañaba. No lo dijo en voz alta, pero él sabía, creía conocerla lo suficiente como para reconocer esa mirada nostálgica dirigida hacia los que ocupaban, en ese momento, el antiguo puesto de ella y su amigo.
- Me voy a dormir –se despidió Avril luego de un momento.
- Yo también –dijo Lily dispuesta a seguirla.
James se levantó rápidamente del sillón donde estaba.
- Espera –Lily se detuvo y giró para mirarlo-. ¿Podemos hablar un momentito?
Ella solo asintió y aceptó la mano que él le ofreció.
Estaban fuera de la Sala Común, pero bastante cerca para poder entrar si se acercaba Filch.
- ¿Por qué peleamos? –se preguntó a si mismo, pero en voz alta.
Pese a que no esperaba una respuesta, Lily le contestó.
- Porque sos tonto.
James se mordió la lengua y respiró profundo para no contestar como le habría gustado.
- ¿Te das cuenta de lo que hablo?
Lily se tapó la boca con las manos.
- Lo siento –dijo dándose cuenta de su error.
Él se apoyó contra la pared.
- Felicidades. Premio Anual.
- Igualmente –le contestó ella-. ¿Por qué no me dijiste que eras Premio Anual?
- Te hago la misma pregunta –le dijo sonriéndole-. No quería que me envidiaras, aunque ahora me doy cuenta que no lo habrías hecho –añadió, tomándole la mano nuevamente-. Pero claro, no tenía modo de saber.
- ¡Si yo no soy envidiosa! –se defendió.
James largó una sonora carcajada y la acercó más a él.
- Es molesto pelear, pero realmente te ves linda enojada.
Lily bajó la cabeza, pero sonreía.
- No digas cursilerías, por favor.
James se la quedó observando, mientras ella tocaba su insignia plateada.
- Ey –susurró él, llamándole la atención- ¿Realmente soy un error en tu vida y un tonto?
Lily lo miró a los ojos y sonrió.
- Si, tonto, el peor de todos. ¿Cómo vas a creer que sos un error en mi vida? –Ahora le tocó a ella reír- No tendrías que hacer tanto caso a lo que digo cuando me enojo.
James se acercó a ella lentamente, al punto en que ambas respiraciones se juntaban y se mezclaban.
- Te quiero.
Lily se limitó a acortar el espacio y aprisionar sus labios contra los de él.
- Está decidido, nuestro blanco ahora es Evans –dijo Sirius.
- ¿Blanco para qué? –preguntó desconfiado James, que entraba a la habitación y llegó a escuchar eso.
- Será nuestra primer victima de este año –contestó Peter como si fuera lo más normal del mundo.
- ¡¿Qué están planeando?! –James se empezó a alterar.
- Tranquilo, Cornamenta –intercedió Remus-. ¿Crees que yo dejaría que le hicieran daño?
- ¿Qué van a hacer? –preguntó más calmado al darse cuenta de lo mal que estaba si desconfiaba de sus amigos.
Sirius sonrió enigmáticamente, pero no le dio ninguna respuesta clara. Al fin y al cabo, la prueba también incluía a James.
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Ya me había rendido completamente de publicar en esta pagina... pero bueno, soy muy cabeza dura como para dejarlo :)
Espero que disfruten de este primer capitulo, la próxima semana viene el otro.
"Harry Potter" le pertenece pura y exclusivamente a J.K. Rowling, pero nos dio tan poco de los Merodeadores, que es inevitable escribir de ellos
Saludos!
