Hola a todos, soy nueva aquí. Este es mi primer fic. Espero que les guste. Es ahorrándome toda la historia posterior al ultimo capítulo de la temporada 6. Sinceramente eso no sabría explicarlo. Bueno, tenganme paciencia.


Habían pasado ya 3 meses desde el secuestro de Castle y la interrupción de su boda con Beckett. Solo quedaba una leve cojera recuerdo de todo aquel infierno.

Kate aún miraba en sueños el coche en llamas y aún sentía por las noches esa opresión en el pecho al pensar que Rick estaba dentro.

Al final todo terminaba siendo una pesadilla.

Era ya tarde cuando Beckett llegó al loft después de un día de papeleo posterior al cierre de un caso que llevaba una semana consumiendo su tiempo.

Rick estaba sentado en el sofá con la laptop sobre las piernas escribiendo como un loco.

—Si sigues así acabarás con el teclado.

Dijo Kate posicionándose tras el sillón masajeándo los hombros de Rick.

El cerró el portátil, la dejó a un lado e hizo la cabeza hacia atrás apoyándola sobre el pecho de Beckett.

—¿Qué sucede Kate? Te he notado ausente estos últimos días.

Ella negó con la cabeza y rodeó el sofá para sentarse junto a Rick.

—No pasa nada. Estoy bien. Es solo... el trabajo.

—Sabes que puedes contarme lo que sea ¿no?— Kate no contestó—. Vamos, si hay algo que te preocupa, lo que sea, no dudes en decírmelo.

Él se acomodó para quedar frente a ella y levantó su barbilla obligándola a mirarlo. Una escurridiza lágrima resbaló por la mejilla de Kate y terminó su recorrido entre ellos.

Beckett suspiró hondo y esbozó una muy ligera sonrisa.

—Es solo que... aún no puedo quitarme de la cabeza todo lo que pasó ¿Sabes? En las noches no puedo dormir temiendo que cuando despierte por la mañana tú no estés.

Su voz se quebró y Castle la rodeó con sus brazos apoyándola sobre su pecho y acariciando suavemente su espalda.

Kate lloró por un buen rato, desahogándose de todo aquello que retuvo desde que encontraron el auto de Rick vacío.

Él solo se mantuvo en silencio, dándole a ella su espacio, acariciándola. Sabía que lo necesitaba.

Una vez que las lágrimas cesaron, Kate se mantuvo apoyada en el pecho de Rick intentando no romper el reconfortable silencio que se había formado.

Sabía que tarde o temprano él hablaría y así fue. Pero mucho después de lo que Beckett se imaginó.

—¿Por qué no me lo habías dicho?

Ella entrecerró los ojos, oliendo la fragancia de él.

—No lo sé. Tú sabes cómo soy y, aunque haya mejorado en muchos sentidos sabía que me necesitabas fuerte, plena. Solo así podría ayudarte.

Él la removió un poco para que se incorporara.

—Kate, mírame. Te necesito a ti tal y como eres. Necesito cada una de tus sonrisas, cada una de tus lágrimas, cada beso, cada mueca. A ti. Completamente. Te amo, Kate. No me iré a ningún lado. Estaré ahí para ti. Siempre.

Kate sonrió plácidamente para después acercarse a él y besar sus labios. No había sentido antes tanta paz, tanta felicidad. Quería congelar ese momento para siempre. Solo ellos dos. Nada más importaba.

Separó sus labios lentamente y volvió a hundirse en los brazos de su escritor. Él la recibió encantado y así, abrazados, de fueron quedando dormidos.