-¡Ya está! ¡La última!
Kenneth McCormick soltó una caja junto a un suspiro de alivio. Llevaba su chamarra anaranjada atada a su cadera, mientras que su camiseta blanca tenía el pecho empapado de sudor. No era de los que hacía ejercicio, por lo que ante cualquier actividad de rendimiento físico, el pobre terminaba bañado en sudor.
Su amigo, Kylie Broflovski también lanzó un suspiro de cansancio sin soltar su caja que, visiblemente, era muchísimo más liviana que la que Kenny había subido.
-Muchas gracias, Kenny.- le dijo Stan, por detrás.
-No hay de qué, hermano.
Estaba bañado en sudor que su cabello se pegaba a su frente.
-Deja servirte algo de agua, que pareces a punto de morir.- dijo su amigo pelirrojo, que fue inmediatamente a sacar un vaso de una caja y llenarlo de agua de la llave.
La mudanza de Kylie finalmente había terminado. El joven tuvo que rentarse un departamento en la capital del estado, ya que había obtenido una beca del 100% para estudiar Derecho en la Universidad de Colorado. Su padre, que había mejorado la economía familiar en los últimos tres años al asociarse con grandes empresas como Coca Cola, y haber llevado un popular caso de demanda hacia una marca de ropa por apropiación cultural, le pagaba este gran apartamento con la condición de que Kyle estuviera de asistente en una firma de un amigo suyo mientras estudiaba.
Como se puede notar, el judío siempre tuvo un gran futuro por delante gracias a sus altas notas y temprana madurez. Algo que su amigo Kenny no tenía.
-¿Si podré pasar algunas noches aquí, Kyle?- preguntó Stan, que también había obtenido una beca para la Universidad de Colorado, solo que menor y no gracias a sus notas, sino al futbol.
Stan había entrado a Mercadotecnia, pero Kenny tenía el presentimiento que no le tomaría más de dos semestre para querer un cambio de carrera por algo en Sistemas, o una carrera donde pudiese protestar por algo.
¿Y él? Bueno, él…
-Aquí tienes, Ken.- Kyle le dio el vaso, cosa que Kenny llevo inmediatamente a su sedienta boca. Se sentía como gloria, como meterse a una piscina un día de tremendo sol.- Por cierto,- dijo, cuando le devolvió el vaso.- ¿cómo va la búsqueda de trabajo?
-Pues bien, creo que he encontrado algo en una ferretería.- se sentó sobre la caja que estaba llena de los libros de Kyle.- También he aplicado de mesero en ese restaurante elegante. Digo, soy guapo, pueden aceptarme, ¿no? Sino igual checare en unas de esas cosas como Uber.- justo el mismo empleo que tenía ahora su padre.
-¿Qué te dijeron en Costco?
-En cuanto vieron dónde vivía me mandaron a meterme mi solicitud por el culo.- le contestó con una risilla a Stan.
A éste no le pareció tan gracioso.
-¡Pero bueno! ¡Ahora nuestro amiguito ya tenía hogar propio y tendremos donde emborracharnos y drogarnos!
-Ni de coña te dejaré fumar esa mierda aquí.- le dijo Kyle, tratando de alejarse del abrazo que Kenny quería darle, para evitar que le manchara de sudor.
-Aw, vamos, ¿ni una vez?
Kyle volteó a ver a su amigo pelinegro, que sólo le sonrío y hundió de hombros, no ocultando muy bien cuánto le agradaba la idea que Kenny proponía.
-Vale, pero solo muy noche o muy temprano, para no tener quejas de los vecinos.
Y Kenny se lanzó a hacer un pequeño baile de victoria.
-Vale, ahora sólo queda acomodar este lugar un poco. Quiero invitar a los chicos esta noche.
-Oh…-el rubio se encendió un cigarro como recompensa a toda su labor física, y supo por la mirada de Kyle que solo se lo permitía por el favor que le acaba de hacer.
-¿A quiénes les dijiste?
-¿Huh? A, pues a Clyde, Butters, Tucker, Token y a ustedes.
-¿No le dijiste al Gordo?
-No, anda Washington, viendo lo de la universidad.
-Ah, ya. No puedo creer que ese gordo la haya hecho.
-Ya saben que es muy inteligente. Por eso es que eso de ser una mierda de persona le sale de forma tan impecable.- comentó el rubio con el cigarro en la boca.
Era cierto que ya todos estaban en su último verano como jóvenes, más ellos todavía no eran conscientes de que la vida de preparatoria era muy diferente de la vida universitaria. De pronto las calificaciones no eran un medio para obtener dinero de los padres, sino los cimientos del futuro de unos, y ahora los errores que cometieran les pesarían más. Ya no estaban para noviazgos estilo Bonnie y Clyde. Ahora todo contaba
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Stan le abrió la puerta al carismático de Token que venía acompañado de Tweek y Butters. Había traído un veinticuatro de cervezas importadas de Alemania, mientras que los inocentes rubios cargaban con dos sodas y unas frituras.
-Muy bonito departamento, Kyle.- dijo Token, pasando al interior. Todavía estaban todas las cosas en cajas, menos los utensilios de cocina y los ceniceros, pero los muebles habían quedado muy bien.
-S-Sí. Se ve muy maduro.- dijo Tweek haciendo su clásico tick con el ojo.
-Pasen.- invitó, y Kenny solo pudo pensar en cómo Kyle se parecía demasiado a su mamá a la hora de dar paso a su casa. Era toda una ama de casa interna. Cogió lo mejor de sus papás. Sin duda alguna, Kyle era el mejor de todos ellos.- Pedí unas pizzas y compré una botella de Whisky junto con Stan.
-¡Y yo, primor!- exclamó Kenny, ya sentado en el gran comedor, con una cerveza a medio tomar en mano.- ¡No te olvides del dólar que aporté!
-… Y Kenny.- agregó, haciendo que el rubio sonriese al estilo de Steven Hyde.
-¿Tú qué trajiste, Ken? ¿O viniste solo a subsistir de nuestra bondad?- preguntó Token, dejando la cerveza en el comedor.
-Traje el mejor pito de toda la ciudad.- sonrió.- Pero al parecer aquí nadie es homo, o al menos nadie quiere admitirlo.
Token hizo una mueca, mientras los pequeños individuos reían del descaro de Kenny.
-Le dijimos que si subía todas las cosas pesadas y nos ayudaba con los muebles, le perdonaríamos no pagar nada.- dijo Stan desde la cocina.
-Podría decirse que es mi paga.
El chico de piel oscura se rio, sentándose y abriendo una cerveza. Le hizo una seña a Kenny para que él tomará una, y así hizo.
-Craig me dijo que ya venía. Creo que él pasó por Clyde, o Clyde por él. La verdad ya no sé.- les dijo Token a lo que parecía ser la pareja anfitriona.
-¡Se fueron a coger!
-Para ti todo es sexo, ¿no?
Y muy orgulloso, Kenny asintió.
-¿Ya conseguiste trabajo, Kenny?- le preguntó Butters, tan tierno como siempre.
-Todavía no, primor. Pero muy pronto tendré uno.-contestó.
-Siempre pue, agh, puedes pedirle t-trabajo a mis papás, Ke-Kenny.
-Gracias, Tweekers, eres un amor. Lo tendré en mente.
Vaya que entre rubios sabían llevarse, y no era difícil saber quién era el líder que gobernaba a los otros dos bajo su seductora personalidad.
Tucker y Clyde llegaron justo al mismo tiempo que la pizza, cosa que hizo que el castaño se autoproclamara como "la buena suerte de todos", y Tucker rodar los ojos. El azabache cargaba con otro veinticuatro de cervezas, solo que más baratas, y Clyde aun tenía en manos las llaves de su coche. Clyde, al igual que Stan, recibió una beca en la Universidad de Colorado, solo que de menor cantidad. El único de ahí que no tenía planes para la universidad como McCormick, era el cínico acompañante del Rey de la Graduación.
Tweek estudiaría en una universidad publica de South Park, mientras que Butters se lanzaría a un intercambio en Inglaterra para obtener un currículo excelente y poder aplicar a una de las grandes universidades en otros estados. ¿Qué estudiarían? Administración e Ingeniería Mecatrónica.
Sí, Butters había salido brillante a la hora de diseñar robots y esas cosas. Solamente que a la hora de llevarlo a la práctica, fallaba. En su proyecto de física Butters fue el cerebro y Kenny las manos.
-¡Qué onda, Kyle! ¡Gran departamento! Y pensar que yo tendré que convivir con un roomie…- saludó Clyde.
Craig sólo levantó su barbilla.
Los dos dejaron las cervezas sobre la misma, y Stan les llevo las tres pizzas familiares que habían pedido.
-La casa invita.- dijo, y todos se lanzaron a tomar su pedazo.
Pronto la sala estaba llena de olor a cigarro, mientras que el humo se escapaba por la ventana. Clyde había hecho el favor de traer dos cajetillas de cigarros, unos delicados y otros rojos.
-Aunque no lo crean, extraño a ese racista culón.- dijo Token, ya con unos tragos encima.
-Hace falta el payaso del grupo.
Todos rieron con el chiste de Kyle, incluso Craig.
-Sigo sin creer que Erick haya obtenido tan buena beca.
-El cabrón es inteligente, Butters.- le apuntó Kenny.- El solía explicarme matemáticas a cambio del alcohol de mis jefes.
-¿Recuerdan cuando Kenny lo puso tan borracho que Cartman terminó vomitándole encima a Heidi?- Kyle si que recordaba cada trocito de mierda que había en Cartman.
-Kenny siempre nos pone borracho a todos.- agregó Stan, que se sentaba a la derecha del celebrado.
-Ya sé, creo que yo nunca he visto mal a este cabrón.- dijo Token, pero Clyde saltó a desmentirlo.
-¡Yo sí! En una fiesta universitaria en la que él y yo nos colamos, el idiota se confío mucho de las bebidas que había ahí y nos terminaron corriendo por su culpa.
-Gracias por sacar a flote mis más finos momentos.
-Tú nos ocasionaste unos peores. Creo que te lo mereces.
-Cállate, Marsh. Bien que les encantaba ponerse sus primeras borracheras en mi casa. Yo los críe.
Las carcajadas siguieron.
-Olvidaste agregar dealer local.- Tucker era tan callado, que Kenny apenas supo que le estaba hablando a él.
-Debería dedicarme a eso, ¿no?- bromeó.
-Creo que quedas más como puta de barrio.
Kenny le levantó el dedo al comentario del azabache que fue victoriado por el resto de los amigos.
-Y cuéntanos, Craig, ¿tú a qué te vas a dedicar? Que no te haré mi socio, eh.
-No estoy interesado en ser tu proxeneta, McCormick.
No se esperaba esa respuesta, así que no pudo reírse y seguirle el cotorreo a todos ellos y, mientras reían, Kenny se dio cuenta que tan diferente era todo. Estaban bebiendo en el departamento de Kyle a un ritmo que en su pubertad hubieran considerado lento. Nadie juzgaba ya a nadie por la cantidad de alcohol que ingería y ya no existía el miedo a que alguno de ellos malacopeara.
Kenny vio a Stan y Kyle, volteándose a ver a los ojos cada que reían y pensó que tan buena pareja hacían, fuera su romance algo verídico o solo una sospecha. Notó que, sin darse cuenta, Tweek y Butters se habían vuelto mejores amigos. Tal vez ni ellos sabían que ya la era. Y Token… Token tomaba como lo hacían los adultos responsables, como el padre de Kyle. Incluso el culón había faltado a una reunión (cosa imperdonable en los años de preparatoria), porque tenía que preparar su vivienda en Washington. Todos parecían tan… Maduros. Ya no era aquellos idiotas que no sabían mezclarse una cuba y que quedaban noqueados tras dos shots de cualquier mierda.
Carajo, si hasta ya había pasado la endemoniada graduación. Clyde había sido coronado Rey del baile junto a Bebe Stevens, aunque todos habían apostado por la pareja que solían ser Marsh y Wendy. Hubieran ganado si hubieran llegado. También Kenny recordaba estar pacheco hasta el culo. En su foto salió con los ojos rojos, sin embargo guapo. Llevo como pareja a Bebe Stevens, aunque se la prestó a Clyde a la hora de la coronación. Bebe y él eran buenos amigos. A Kenny le fascinaban sus tetas pero, para sorpresa de todos, nunca habían follado. Había algo que evitaba que ambos dieran ese último paso. Tal vez miedo a defraudar al otro por las grandes expectativas que cada uno cargaba.
En fin, tanto había pasado. Habían traspasado esa pequeña línea de meta, y ahora lo siguiente seguía. Incluso para los que no entrarían a la universidad, como Kenny y Craig.
-Hey, ¿entonces tú qué harás ahora? ¿A qué universidad entraste?- le preguntó al esqueleto andante de Tucker.
-A ninguna.- contestó, devorando su enésima pizza.
-¿Cómo que a ninguna?
-No aplique a este año.
-¿Por?
-¿Y a ti qué te importa, McCormick?
-Solo preguntaba. No tienes que ser un gilipollas.
Craig miró a Kenny con cara de "¿Qué no ves que soy un gilipollas de nacimiento?". Y no era como si Kenneth no hubiera tratado con él antes; bien sabía lo indiferente e insultante que podía a llegar a ser el muchacho. Sus únicos recuerdos destacables con el azabache era ese programa que hacían para niños colocados en Lean, cuando fumaban marihuana juntos, esas veces que se saltaban las clases, o cuando hacían cualquier rebeldía. Eran cómplices porque, acorde a las palabras de Tucker "Nadie tenía huevos y Kenny, bueno, era demasiado tonto como para tener huevos o no".
Pero estos dos, siempre tenían etapas donde eran unidos y luego se separaban. Este último apenas habían convivido, y fue porque a Kenny no le sentó nada bien su ruptura con Constanza, la estudiante italiana de intercambio. Se sumergió en las drogas por un momento y tal vez eso fue lo que alejó al azabache.
¡Ya hasta ni sabía que era lo que quería estudiar el hombre! Como tampoco supo que anduvo con Red, de no ser por Stan soltando un comentario.
-Debimos haber organizado un viaje a la playa.- comentó Stan.
Ese viaje estuvo a punto de realizarse, pero dado que todos estaban tan enfocados en sus aplicaciones a la universidad y a que habían gastado sus ahorros para ese viaje en el "Spring Break", en una escapada, se frustró ese plan.
Técnicamente había sido culpa de Clyde, Bebe y Kenny, quienes habían insistido de último momento de irse tres días a una fiesta que se daba en la playa. Era un Coachella, pero para pueblerinos.
-Podemos ir después. Mi papá es dueño de nos hoteles en México. Solo tendríamos que ahorrar para los boletos de avión y listo; el hotel es cortesía por unos 5 días.- contó Token que, sin duda alguna, era el más adinerado. Después de todo, iría a Harvard.
-¡Suena de puta madre!
-¡Hay que ir!
Clyde y Kyle casi saltan de sus sillas de la emoción.
-Estaría de puta madre ir.- continuó Clyde.- Ir por unas latinas y tequilita…
-Mis dos cosas favoritas.- brindó Kenny.
-Hay lugares muy bonitos y t-turisticos ahí. ¿No es así, ngh, B-Butters?
-Mis papás fueron hace dos años, creo, a celebrar su aniversario. ¿Seguro que tu papá puede conseguir eso, Token? ¿No es mucho pedir?
-Es su hotel, así que…
-¡Ya está dicho! ¡El próximo año a México!
El único que no brindó con emoción, fue Craig Tucker, que había subido sus piernas a la silla y tenía sus rodillas pegadas a su pecho. Kenny notó cierta mueca de… ¿tristeza? No, algo más profundo. Casi como si le doliera no poder chocar su cerveza con los demás con el mismo entusiasmo que el resto de ellos.
