En una amplia habitación se encontraba un azabache, su nombre es Ash ketchum, él es un joven afortunado y no sólo económicamente, sino que recibió el gran honor de ser el primer joven en convertirse campeón regional de tres regiones, siendo estás Sinnoh, Kalos y Hoenn.
Ahí estaba el sentado al borde de su cama aparentemente viendo hacia la nada, a los dieciocho años el se convirtió en el campeón de Hoenn, a los diecinueve en el de Sinnoh y los veinte en el nuevo campeón de Kalos, nunca iba a pensar que todo eso le cambiaría la vida totalmente, no sólo había cumplido uno de sus sueños, también había obtenido algo mas que eso.
Justo en el centro de esa amplia cama se encontraban tres figuras femeninas muy conocidas por ustedes, May, Dawn y Serena, las actuales esposas del moreno azabache, pero, ¿cómo pasó esto?, bueno lo mejor será que él nos lo relate.
P.A
Sentado al borde de la cama me había puesto a pensar en todo lo que ha pasado en mi vida, tengo seis hermosos hijos a los cuales quiero por igual, tengo tres bellas esposas, soy campeón de tres regiones, simplemente esto es algo increíble, pero todo lo que tuve pasar para esto sea una relación estable fue muy difícil, sobre todo con mis suegros.
¿Quién iba a pensar que en una noche en la región de Hoenn esto iba suceder?, Nadie, simplemente sucedió, no me lo esperaba eso sí, pero aún así me alegro de que halla sucedido, Permítanme contarles.
Me encontraba caminando por las calles de la ciudad Ferrica, eran casi las ocho de la noche, justamente estaba saliendo de una conferencia entre los líderes de la L.P (Liga pokemon), como actual campeón es mi deber estar al tanto de ello, ya que es posible de que un entrenador intente quitarme mi puesto a futuro. Es muy cansado, lo sé, pero esto es parte de mis sueños y lo disfruto demasiado. Luego tengo que ir a Sinnoh por otra conferencia.
-¡Ash!, ¡Ash!... - escuche que gritaban mi nombre, voltee a ver en todas direcciones hasta que pude visualizar a una joven castaña de mi edad corriendo hacia donde yo me encontraba.
-May. -dije una vez que la castaña se posicionó frente a mi. -Que gusto verte, hace tanto que no te veo. -justo ahí fue que decidí abrazarla, sentí que su cuerpo se tenso un poco, pero no le preste atención debido a que me regreso el abrazo de inmediato.
-Te he extrañado demasiado, ya van cinco años que no se nada tí. -hablo la castaña mientras se aferraba más en mi. -Eres un tonto, nunca me llamaste, sino fuese porque eres el campeón no sabría nada de ti, eres muy malo, Ash. -su reclamo enfandoso más bien se veía adorable por aquel puchero que había echo.
-Lo sé y lo siento, pero he estado viajando mucho y no me puesto en contacto con nadie, es mas, me alegra que estés aquí. -le acariciaba levemente su cabeza. -A mi también me hacías mucha falta.
-Ash. -susurro y me abrazo con mas fuerza que antes. -Soy yo o estás más alto, no es justo, antes éramos del mismo alto. -Me reclamo mientras volvía a hacer un gracioso puchero.
-Bueno, estos cinco años me han servido para crecer tanto física como mentalmente, ya no soy un niño. -le expliqué mientras pellizcaba sus mejillas.
-Si... ya eres todo un hombre. -ella tenía una bonita sonrisa y no se cuando pasó pero ella se puso de puntillas y me dio un beso en la frente. -adiós Ash, nos vemos otro día, cuidate.
-¡espera! -Ya había empezado a caminar cuando la llamé, pero giro en si y vino hacia donde estaba yo. -¿Dónde te quedarás?
-En un centro pokemon. -respondió un poco nerviosa a mi pregunta. -¿Por qué?
-Ya es muy noche. -y no mentía, había pasado hablando con ella una hora entera. -No quiero que vallas sola por la calle a esta hora, no quiero que te suceda algo, mejor ven conmigo, yo te hago un espacio en mi apartamento. -le rogue prácticamente, pero es que me preocupo por ella.
-No quiero molestar. -Me dijo un poco bajo mientras miraba hacia abajo.
-No lo harás, para mí sería un placer tenerte conmigo. -comente todo serio, la verdad es que quiero que venga, no voy a dejar que valla sola por ahí.
-De acuerdo, Llévame. -una vez dicho eso ella me tomo del brazo y me apego a ella, me sentí un poco nervioso, normalmente no siempre es así.
Caminamos unas cuadras más, íbamos platicando sobre cualquier tontera y obvio no faltó uno que otro periodista que interrumpiera ese pequeño paseo hacia mi apartamento. Fue el colmo cuando llegaron mas de ellos y me empezaron a molestar tomándome fotos con May abrazada de mi brazo, es una molestia pero es mi paga por ser campeón.
Luego de librarnos de ellos pudimos llegar más tranquilos al edificio, entramos al elevador y subimos hasta el último piso, una vez que salimos estábamos justo al frente de mi puerta, lo único que debía hacer era sacar la llave pero había y pequeño problema, May aún seguí abrazando mi brazo, no es que me moleste, es mas, me gusta en cierto modo que lo haga, pero en estos momentos lo necesito ya que las llaves están en mi bolsillo izquierdo.
Muy a mi pesar le tenía que pedir que me soltara.
-May, las llaves están mi bolsillo izquierdo, ¿me podrías soltar para poder sacarlas? -vi que se sonrojo y me soltó inmediatamente, creo que no se había percatado de que aún seguía llevándome del brazo.
Saque las llaves y abrí la puerta, entramos y lo primero que hice fue ir hacia mi habitación y sacar un colchón que tenía guardado para luego ponerlo en suelo de la sala, también saque unas sábana y una almohada.
-Yo dormiré aquí, tu puedes usar mi cama. -hable una vez que termine de acomodar mi cama improvisada.
-No es necesario, yo puedo dormir ahí, no hace falta que me des tu cama. -dijo ella preocupada.
-De ninguna manera dejaré que una mujer y mas siendo amiga mia duerma en el suelo, eso va en contra de mi código de hombre. -comente para tranquilizarla un poco. -Anda, familiarizate con el lugar mientras preparo la cena.
-Al menos déjame preparar la cena, por favor. -me pidió amable mientras ponía cara de cachorrito, luego me acordé de sus comidas y me puse un poco nervioso. -¿Porqué pones esa cara? Ya mejore en mi cocina, mi mama me estuvo dando lecciones.
-Bueno, si lo pones de ese modo, está bien, has la cena. -Ella empezó a saltar de felicidad y no se como supo donde estaba la cocina porque se dirio hacia ella en un parpadeo.
Media hora para que estuviese lista la comida, tengo que admitir que le quedó deliciosa, tal vez se acerque a la comida de mamá, supongo que Coralie le enseñó muy bien ya que tuve que pedir otra ración más.
-Estuvo deliciosa, May, si que has cambiado bastante. -hable mientras tocaba mi estómago.
-No creo que sea la mejor cocinando, pero me defiendo, además, la comida de tu mamá es mejor y no quiero que digas lo contrario. -comentó toda alegre, es mas creo que quiere que le diga que su comida es mejor.
-Lo que digas, ya son las diez y media, ven conmigo, te llevaré hacia mi habitación. -le dije mientras veía la hora en mi celular.
Me seguío y entramos en mi cuarto, una gran cama y enorme armario, un espejo de cuerpo completo, una mesa de noche y una pequeña repisa en la que ponía mis perfumes, desodorante y esas cosas.
-Como no tienes pijamas te prestare una de las mías, por lo que veo mis camisas te quedarán como un camisón, ¿quieres unos shorts también? -le pregunté mientras había sacado una camisa cuello "v" color blanco.
-Así esta bien, gracias, pasa buenas noche Ash. -acercó a mí y me dio un beso una la mejilla, esa no me la esperaba, la verdad me sorprendió y me sonroje un poco.
-Igualmente, descansa tu también. -antes de salir de la habitación le di un corto beso en la mejilla.
Una vez afuera me dirigí hacia el colchón que había puesto en la sala, me asegure de que todas las puertas estuviesen cerradas y me fui a dormír.
