NOTA: Hola :) Aquí Auster. Este no es mi primer fanfic, sin embargo si es el primero que hago de BTR con temática SLASH y desórdenes psiquiatricos ¡Así es! los chicos están locos.(jaja Solo Carlos y Logan ) Las parejas son Jarlos (James y Carlos) y Kogan (Kendall y Logan). Es el primer Fan Fic que publico aquí, así que me estoy enseñando a usar . Espero les guste y pues sin más por agregar aquí les dejo el primer capítulo.
Capítulo 1
Inicio.
James despertó horrorizado por los gritos de Carlos, quien se encontraba en la cama contigua a la suya en el cuarto. Se levantó y camino los cinco pasos que debía hacia la cama de Carlos. No sabía qué hacer, lo veía ahí gritando con tanta desesperación que tuvo miedo y por un momento sintió que estaba metido en la pesadilla junto a Carlos.
-¡CARLOS! ¡CARLOS! – gritó James tratando de despertar a su amigo. - ¡DESPIERTA CARLOS! – gritó de nuevo y lo sacudió.
- ¿QUÉ DEM…?- Carlos detuvo su pregunta al encontrarse con la cara de James enfrente de la de él.
Carlos lo observo mientras trataba de recordar donde estaba y quien era el que lo sujetaba. Observaba aquella cara que lo veía con preocupación pero no recordaba quien era.
-J… ¿James?- Dijo sin estar aún muy seguro ni siquiera de lo que decía.
-Carlos ¡ME ASUSTASTE!- dijo aun tomándolo por los hombros mientras el otro lo veía con asombro.
- Lo…siento.- contestó Carlos recordando de golpe donde estaba.
- ¡INTERRUMPISTE MI HORA DE SUEÑO! ¡NADIE INTERRUMPE LA HORA DE JAMES DIAMOND! ¡DEBO DORMIR 8 HORAS PARA SEGUIR SIENDO HERMOSO! – Dijo James al ver que Carlos ya estaba bien y caminó de regreso a su cama.
Carlos vió a su narcisista amigo acostarse. Se sintió muy preocupado y desesperado de repente. Tomo su casco de debajo de la cama y se lo puso, eso definitivamente lo hacía sentir más seguro. Sin embargo no tardó mucho en sentirse lleno de una angustia tan grande que lo obligó a gritar para tratar de sacarla de sí. El grito de Carlos despertó nuevamente a James.
- ¡CARLOOOOS! – gritó James pensando en que esta vez Carlos había gritado a propósito.
No recibió respuesta, en cambio, sintió unos brazos sobre él, eran los brazos de su amigo que lo apretaban. Entonces escuchó a Carlos sollozar.
-Perdóname James…No sé qué me pasa hoy. Tengo miedo…mucho. – dijo abrazándolo aún más fuerte.
- Calma Carlos – contestó James al ver la situación en la que se encontraba su amigo. – Puedes dormir conmigo si quieres y si eso te pone más tranquilo.
James se acomodó de manera que él y Carlos quedaran acostados de frente. Como James era más alto la cabeza de Carlos quedó debajo de su barbilla. El casco era un poco incómodo ya que él hubiera preferido sentir el cabello de su pequeño amigo pero él sabía que tan seguro hacía sentir ese casco a Carlos, así que no dijo nada.
La noche pasó tranquila después de eso. En la mañana cuando Carlos despertó se levantó y fue al baño. Antes de cepillarse los dientes se observó detenidamente un momento en el espejo. Algo andaba mal, su reflejo comenzaba a moverse pero él no hacía nada, estaba atónito y sin poderse mover. Carlos observaba como su reflejo comenzaba a tomar una mirada sombría y de los ojos de aquél Carlos reflejado comenzaba a brotar sangre como si fueran lágrimas. No tardó mucho en llenarse aquel rostro que siempre mostró sonrisas en dos ríos de sangre que salían de sus ojos.
Carlos no pudo seguir mirando el horrible espectáculo de su reflejo en el espejo. Cerró los ojos y los apretó tan fuerte como pudo. Entonces sintió un par de manos que lo sujetaban fuerte de los brazos y lo sacudían. Pero él no quería abrir los ojos tenía demasiado miedo.
-¡CARLOS! ¡CARLOS! – pudo escuchar, era James. Sin darse cuenta lo había llamado a gritos y aún gritaba su nombre mientras el otro intentaba hacerlo entrar en razón.
Carlos abrió los ojos se encontraba nuevamente frente a la cara de preocupación de James. Se observaron y las lágrimas de Carlos salieron rápidamente de sus ojos, al ver esto James abrazó fuertemente a su amigo.
-Todo está bien Carlos, todo está bien. Estoy aquí contigo – Le repetía James tratando de calmarlo.
-No me sueltes James…por favor. – Le suplicaba Carlos.
-No lo haré.- le aseguraba James.
Estuvieron un rato así hasta que Carlos pudo nuevamente calmarse. James lo llevo a la cama de nuevo para que tratara de dormir. James observó a Carlos dormir por fin pacíficamente. Se preguntaba cuanto tiempo duraría esa paz.
