~You belong to me… (SasuHina)

Género: Drama/romance

Categoría: M

AU.

-hablan-

-"recuerdos".

-"Letra de la canción correspondiente y/o pensamientos"-.

Aviso: los personajes no me pertenecen sino a Masashi Kishimoto.

OoOoOoOoO~You belong to Me~OoOoOoOoO

Mala suerte…

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En uno de los edificios de la ciudad de Tokio, un hombre de cabello rojo como el fuego, sentado en una gran silla de cuero blanco dentro de una oficina lo suficientemente grande como una plaza comercial, observaba con sus ojos aguamarina, como una chica con la cabeza gacha, de piel blanca, cabello largo azul profundo, de figura curvilínea y con los ojos fuertemente apretados, tenia los puños apretados cerca de su regazo, aguantando unas fuertes ganas de llorar.

Los sabía, era una vieja y gran amiga, sabia que ella tenia impotencia, impotencia por su causa. Se maldijo, pero él hiso todo lo que tenia en sus manos para evitar lo inevitable. – cálmate Hinata - . Se levanto de su asiento con una carpeta en sus manos para colocarse justo detrás de ella, hiso girar el asiento en donde ella se encontraba haciendo que ella quedara de frente. Se coloco en cuclillas y se pudo dar cuenta de que tenía un par de lágrimas en la comisura de sus parpados. Llevo su mano hasta su fino rostro para quitarle las pequeñas gotas. – Te juro que hice todo lo que pude… - dijo tratando de consolarla. La peliazul no aguanto más y dio un gran gemido de dolor, provocando que las lágrimas contenidas cayeran sin control. Él le acarició la espalda.

Hyuga Hinata abrió sus ojos, revelando su color, blancos. Gaara, el gerente de Sunagakure Corp. levantó la mirada azulina hacia su amiga. –yo –yo… ¿por-por-por qué me-me… ¡estas despidiendo! – grito al final, aunque casi no se le entendía a causa de sus hipidos. - ¿he he-hecho algo mal? –

El pelirrojo simplemente negó. – no, por supuesto que no… - se levanto de la posición en la que se encontraba y jaló una de las sillas que tenia enfrente de su escritorio. – ...pero debes de entender que el reglamento de la empresa prohíbe estrictamente que cualquier empleado tenga deudas excesivas... - ella levanto la mirada y lo vio con un poco de sorpresa, él por su parte continuo. – ...y la deuda de tu padre es mas que excesiva y lo sabes – .

-¡Pero no es mi culpa! – grito a causa de la desesperación. – mis-mis padres… - hablo en voz baja, el simple hecho de recordar lo sucedido con ellos, el corazón se le oprimía en el pecho. – Murieron… - la ojiperla no aguanto más y lloro más. – junto a Hanabi-chan. ¡Gaara-kun, tu sabes por lo que he pasado! ¿No-no puedes ha-hablarlo un poco mas con… con tu padre? –

Él simplemente negó mientras cerraba los ojos, dio un suspiro. – Hinata, sabes que te aprecio como amiga, pero mi padre me dejo muy en claro que no podía alegar mas de la cuenta, hasta Ino se entero que yo estaba tratando de ayudarte y eso le ocasionó celos, ¡celos, Hinata! ¡De ti! Y me amenazo con dejarme, nena, sabes que no puedo hacerlo. – suspiro cansadamente. – mi padre me dijo que si seguía insistiendo me echaría y sabes que no puedo hacerlo, ni siquiera por ti, sabes que Ino esta embarazada y que no me conviene que me echen –

La peliazul asintió, comprensiva. Todo lo que decía Gaara era verdad. Su familia tenía una fuerte deuda hacia una de las corporaciones mundialmente reconocidas: Uchiha corp. Por lo cual Hyuga corp. se había ido a la quiebra una vez muertos los familiares de la Hyuga, obligándola a venderla hacia otra corporación desconocida.

Ella sabía que su amigo había hecho lo posible, pero Gaara tenia razón, no podía poner en riesgo el patrimonio de su familia y de su futuro bebé. – Te entiendo Gaara-kun… no… no creo que sea ne-necesa-sario que… in-interfieras más por mi... – dijo esto en un leve susurro. Se dispuso a ponerse de pie y salir de ahí. Pero el pelirrojo la tomo del brazo sin mucha fuerza, solo la necesaria. Ella solo giro su rostro bañado en lágrimas para poder mirarlo.

El llevo su mano hacia su rostro para limpiárselas. – Espero que nuestra amistad se vea afectada por esta situación, Hinata... - ella sonrió levemente mientras negaba, él le entrego la carpeta que contenia todos sus documentos y su ultimo pago. El ojiazul la soltó y vio como salía por las puertas de su oficina. Suspiro cansadamente y se giro hacia la vista de un gran ventanal del piso 23 que se encontraba en el edificio de Sunagakure corp. Era un día que había empezado bien y simplemente en un pestañeo de ojos todo se volvió en desgracia.

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Eran alrededor de las 12:00 p.m. el sol de encontraba en su punto, era el día perfecto para salir a la playa en un paseo familiar. Sin embargo, un hombre de complexión delgada, alta y fibrosa. Con un rosto por decirse, perfecto, que mostraba mas que seguridad, frialdad y misterio, un hombre que siempre era reconocido por estar con las mujeres mas reconocidas en Tokio. Uchiha Sasuke, un hombre de negocios, mundialmente reconocido por tener destreza y agilidad para poder manejar a gusto sus metas y ambiciones. Se encontraba totalmente concentrado en sus ocupaciones del día de hoy. El trabajo para él nunca se acababa, aunque realmente no le importaba. Revisaba las cuentas bancarias de la empresa de su familia, Uchiha corp. Mientras escuchaba como tocaban las puertas de la oficina principal. – Adelante. – dijo con un tono de voz grave, típico de él.

Una mujer joven de alrededor de 22 años, de cabello color chocolate, peinado en forma de dos chonguitos, de complexión delgada y un poco curvilínea, ingreso a la oficina de la presidencia. Sentía que las piernas le temblaban, la sola presencia de su jefe con ese aire repleto de misterio, provocaba que sus nervios se crisparan. – señor Uchiha… - dijo con voz temblorosa. – aquí le traigo el informe financiero que me pidió. – le extendió una carpeta de color azul, un tanto grande. Él ni se molesto en mirarla, simplemente dejo que ella dejara lo que le pidió en el escritorio.

Uchiha Sasuke estiro su mano para alcanzar los papales y abrió dicha carpeta. Observo de repaso las fotografías que se encontraba ahí y fue directamente a lo que le interesaba. Observo el informe que se encontraba ahí: Hyuga Hinata, deudora de una cantidad aproximadamente de 120,000,000 millones de dólares. El Uchiha abrió los ojos con sorpresa, era una deuda grande. Siguió leyendo para poder analizar el problema de esa mujer. En el año del 2009, se pago aproximadamente tres cuartas partes de la deuda hacia la familia Uchiha, dejando un total de 40,000,000 millones de dólares por pagar, aun no se sabe si se cumplirá con el pago en el plazo próximo a finalizar el 31 de octubre del 2012.

"faltan cinco meses… el problema será en donde encontrarla." pensó el Uchiha. Escucho como su secretaria aclaraba su voz, haciéndose notar. El la miro de reojo, alejo su mirada oscura y la agacho, mientras apretaba el puente de su nariz. –ano… Uchiha-sama... – dijo recobrando la valentía que le caracterizaba. – perdón que me meta, demo, ¿Qué es lo que pasara con Hyuga Hinata? –

El moreno la miro fijamente clavándole una fría mirada. – eso es algo que a ti no te importa. – contesto en un tono frio, capas de helar a cualquiera.

La secretaria del Uchiha, Tenten, se molesto ante su comentario y no le importo enfrentarlo en ese mismo momento. - ¡por supuesto que me importa! – grito ganándose una mirada llena de odio. – ¡ella! ¡Hyuga Hinata, es mi mejor amiga! – grito sin querer, y al darse cuenta de su grave error, se cubrió la boca mientras se reprimía mentalmente, rogando que su amiga le perdonara la vida en donde sea que se encuentre.

Sasuke se puso lentamente de pie, mirándola fijamente. Como si con eso pudiera oler el miedo de la simple mujer. - ¿Qué fue lo que dijiste? – dijo mientras se colocaba detrás de ella y la observaba nerviosa.

Ella cerró los ojos y tomo aire. – yo-yo no le pue-puedo decir na-nada... -

El Uchiha la tomo del brazo con fuerza obligándola a girar y que lo viera. - ¡dime en donde esta! – le grito, ella trato de resistir a su agarre, mas sin embargo, no lo logro. – Tenten, si no me dices lo que sabes, ¡te largas! –

La castaña se maldijo en ese momento. – esta bien, pero que quede claro que yo no tuve nada que ver en esto. – sentencio y se dispuso hablar.

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Hyuga Hinata se encontraba caminando por una de las avenidas mas concurridas de la ciudad. Cierto aire de melancolía le rodeaba por el cuerpo, aun estaba sin creer que la habían despedido del trabajo mas importante que tenia, aunque claro aun le quedaba de consuelo que todavía tenia el trabajo de vendedora en una de las tiendas mas prestigiosas del centro comercial principal de la ciudad.

Saco un pequeño espejo de su bolso de mano y se reviso el rostro. Tenia los ojos hinchados de tanto llorar y tenían un ligero color rojizo contrastando sus ojos perlas. Se quito los restos del rímel que se le había corrido y se dispuso a pasar por la parte trasera del centro comercial, mismo por la que los empleados tenían que entrar para poder ingresar a sus áreas de trabajo. No le tomo mucha importancia en revisar si su ropa era la adecuada e ingreso a la tienda de ropa fina para mujeres extremadamente ricas. Estaba a punto de colocar su gafete como debía ser hasta que sintió que una mano se colocaba por su hombro y provocaba que girara. – se puede saber, ¿Qué haces vestida así? – una mujer de cabello rojizo la miraba con espanto con sus ojos abiertos como platos rojos. Tenia una mirada entre horror y espanto. – Hinata, ¿Dónde están el traje del uniforme? ¡Sabes que no puedes estar vestida así en este lugar. – dijo con histeria.

La Hyuga hiso una reverencia y trato de explicarle. – gomenasai, Karin-san… de-demo, tuve que vender los tra-trajes por que ya… ya no tenia dinero. – dijo con vergüenza demostrada en sus mejillas rosadas. Hablar de su situación económica no era de su agrado, se avergonzaba de solo pensar que aquella mujer tenía toda la razón en llamarle la atención. Ella vestía ropa deportiva comprada en tiendas de segunda mano y para empezar ni siquiera eran de colores que combinaban, portaba unas sandalias que normalmente usaría una persona cuando se va a la playa de Tokio.

Uzumaki Karin la vio con sorpresa mientras su rostro se enrojecía por enojo. La tomo del brazo con fuerza y se dispuso a echarla. – ¡no me interesa si tienes dinero o no! ¡Ya me tienes harta de todo ese rollo de pobreza que siempre dices! – la morena trataba de zafarse de su agarre, suplicaba entre sollozos que no la despidiera, pero sus ruejos fueron escuchados en vano. – ¡lárgate! ¡No te quiero volver a ver nunca, Hinata! – grito sin importarle si armaba un escandalo.

La ojiperla soltaba gruesas lágrimas, su segundo trabajo, el único método que tenia para alimentar su hambre, se había esfumado. Se limpio las lágrimas y salió corriendo hacia la pequeña casa que tenia.

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Después de una media hora, había llegado a su hogar. Una pequeña casa que rentaba, era lo único que tenia. En todo el trayecto había llorado sus pérdidas, definitivamente tenia mala suerte. Al llegar a su calle, una muy parecida a los suburbios americanos, pudo observar que había varias camionetas las mayorías negras y blancas frente a su casa. Se alarmo y se dirigió con prisas hacia su hogar.

Al llegar frente a su casa, se quedo sorprendida por la cantidad de hombres, vestidos de trajes elegantes. – ¡¿que esta pasando aquí? – grito, una fila de hombres le abrieron paso y ella se dispuso caminar con rapidez hacia la entrada. Pero antes de que llegara, se detuvo en seco al visualizar a un hombre vestido con un traje finamente confeccionado, cabello negro y con los ojos cubiertos por unas gafas solares. Él al darse cuenta de la recién llegada, colgó el teléfono para ponerle todo su atención. – ¿quien es usted? – pregunto menos alterada la muchacha, ver tanta gente en su casa la ponía nerviosa.

El Uchiha alzo una ceja azabache y se disponía a hablar hasta que escucho uno o varios gritos provenientes de la calle opuesta. – ¡Uchiha Sasuke! ¡¿Nueva novia? ¡Sonrían! – varias preguntas y peticiones salían de la boca de los paparazzi, los flashes de varias cámaras perturbaban la visión de la peliazul, los guardaespaldas del Uchiha noqueaban a los que deseaban entrar a la propiedad. Hyuga Hinata, sin más remedio, se dirigió corriendo hacia la entrada de su hogar para poder abrirla, dejando que el caballero entrara primero, ella lo siguió y cerro la puerta, dejando que el escandalo se desatara.

Sasuke sin pedir permiso, se dirigió a las ventanas y corrió las cortinas. Mientras, Hinata por su parte, se fijo que el correo del mes había llegado. Se agacho para poder recogerlo y cuando vio la notificación que le habían mandado, palideció y las ganas de desmayarse le fueron sumamente tentadoras. El moreno se acercó rápidamente hacia ella para evitar que se cayera a piso inconsciente. La ayudo a sentarse en un único sofá y le retiro los papeles de sus manos, dándose cuenta el porqué de su reacción. Desalojo, tiempo máximo 48 horas.

El suspiro, definitivamente esa mujer estaba en problemas. – ¿eres Hyuga Hinata? – pregunto, aunque claro, él ya lo sabia, solo era para cerciorarse. Vio que ella asintió y decidió continuar. – te quiero proponer un trato. – ella lo miro extrañada y el azabache prosiguió. – quiero que me des la mansión de tus padres. –

Ella se sorprendió y con un enojo que nunca había sentido se puso de pie y lo enfrento. – ¡¿que quiere decir con eso? ¡Yo nunca vendería esa propiedad! –

El Uchiha, suspiro exasperado, casi como un gruñido, ¿acaso esa mujer era estúpido? ¿O tonta? – ¿acaso no sabes que no estas a disposición de negarte? Soy Uchiha Sasuke y vengo a aclarar los asuntos de la deuda de tú familia, ¡ahora! – vio que la peliazul palidecía al escuchar su nombre y la observo como se sentaba lentamente. – Eso es lo que quiero proponerte... –

Ella alzó la mirada y lo miro atentamente. – se lo voy a repetir… no voy a darle la mansión de mis padres, ¡es lo único que tengo! – grito esto ultimo con desesperación. – Yo-yo… pre-prefiero pa-pa-pagarle de otra forma... – dijo esto ultimo con un toque de vergüenza.

El penso en un método mejor, tenia que idear una opción que esa chica rechazara con facilidad, para que así le diera los derechos sobre la mansión Hyuga y pagara esa deuda de millones de dólares, claro que si hubieran sido yens hubiera sido mas fácil de librarse. Hyuga Hinata no era la única deudora de Uchiha corp. – De acuerdo… no me des la casa pero a cambio, te rebajaras... – ella lo miro con extrañeza. – serás mi asistente, mi nueva secretaria, mi sirvienta personal, mi esclava. Harás los trabajos que te ordene, por muy estúpidos que suenen y cumplirás todos y cada uno de mis caprichos, ¿te parece justo, Hyuga? –

Ella lo medito un poco. La mansión de la familia principal, era el único recuerdo que tenia de sus padres y hermana menor. Rebajarse a tal grado seria muy desagradable, pero él le estaba dando una opción de pagar su deuda con trabajos, ¿no? Así que las cosas serian más fáciles. Miro de reojo alrededor de lo que era su pequeña casita y tomo una bocada de aire. – acepto... –

El azabache la miro con sorpresa y pregunto. – ¿es enserio? – pregunto. La ojiperla por su parte asintió. – hecho. Desde este momento, Hyuga Hinata me perteneces. – dijo, "tú misma has marcado tu mala suerte…" pensó.

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FIN CHAPTER 1.

Notas de Aika:

¡Hola! Este es un nuevo fic. Como leyeron (o los que lo lograron leer), este fic no es muy complicado de entender, el trama es fácil por lo que espero que sea bien aceptado :D

Mil disculpas si el primer cap es corto, pero no he tenido suficiente inspiración ;( espero que les guste y quisiera darle gracias a Amy-chan, ya que ella me animo para que lo llevara a cabo :D

Sin más que escribir…

Bye, bye… ;D