NO SEAS TONTA.
SUMMARY: Basado en los capítulos 48 y 49 del anime. Dónde Shinichi regresa por primera vez a su cuerpo debido a la bebida alcohólica de Heiji. Una versión distinta a lo que pasó. ¿Y si Shinichi no hubiera regresado al cuerpo de Conan después? Ran está muy, pero que muy cabreada. Y Shinichi tiene que lidiar con ella.
WARNING: LEMON HARD
FANFICTION
NO SEAS TONTA.
Jamás se había sentido tan tonta y tan ilusa. Había estado tan preocupada por el idiota que decía ser su mejor amigo. Había derramado tantísimas lágrimas por un amor del cual temía no ser correspondido… Y sin embargo ahí estaba, frente a ella, resolviendo un caso tan normal. Y dolía, dolía muchísimo. Porque las palabras del joven de Osaka seguían resonando en su cabeza. ¿De verdad Shinichi observaba como sufría su ausencia y aún así no hacía nada? ¿Por qué era tan cruel con ella? No lo entendía… ni quería entenderlo. Muy en el fondo una parte de ella siempre había pensado que, desde pequeños, había sido una carga para él. Siempre hubo un ligero tono despectivo cuando se dirigía a ella y a pesar de que nunca le había dado importancia, ahora recordaba las veces en que habían peleado y las razones. Desde el momento en el que se conocieron, cuando comenzó a llamarla por su apellido, cuando se distanció de ella, cuando se marchó por aquellos oscuros callejones en el Tropical Land. Hacía rato que había desconectado de su alrededor, ya no escuchaba las voces de nadie. Ni la de Shinichi a punto de mostrar al culpable, ni la de Heiji concordando con sus intuiciones, ni la de su padre quejándose por todo. Tan solo sentía como las lágrimas habían vuelto a surcar sus mejillas, descontroladas, abrasando la piel por la que se deslizaba. Tragó saliva y miró hacia el frente, dándose cuenta de que el caso acababa de cerrarse en esos instantes. Vio el amago de sonrisa que hizo Shinichi al acertar de pleno en su deducción. Cerró los puños y se giró, dispuesta a abandonar la sala e ignorar a su amado detective.
-"Oye Ran, espera, ¿dónde crees que vas?"- Rápidamente Shinichi agarró el brazo de Ran, impidiendo su inminente escapada.
Shinichi llevaba un rato nervioso. Casi sentía las lágrimas de Ran quemar su corazón. Sabía que él era la causa de sus sufrimientos.
-"¿Qué te importa? Déjame sola."- Ella hizo un intento por liberarse del agarre, pero éste no lo permitió.
-"Mucho, más de lo que piensas. Vamos Ran, tenemos que hablar, debo contarte muchas cosas."- Intentó convencerla.
Pero no sirvió de mucho.
-"Ya, creo que en realidad no tienes nada que contarme. Adelante, Superman, vete a salvar el mundo resolviendo casos. No necesito de tus cuidados."
-"Ran…"- le advirtió con la voz contenida.
-"¿Qué pasa? ¿Estás viendo que te vas a quedar sin juguete al que machacar? Qué pena. Siempre supe que no era de tu especial agrado. Siempre noté como procurabas que nuestro alrededor no se fijara en que yo era tu amiga, para ti no he sido más que una carga. Pero claro, nuestros padres son amigos de toda la vida. ¿Por eso nunca me has apartado de tu lado? ¿Para contentar a tus padres? Ese chico tiene razón, cuando llamas y no preguntas por mí es porque me ves sufrir por ti y te da exactamente igual. Ya puedes dejar la excusa de que te has ido a resolver un caso muy difícil. Felicidades Shinichi, siendo tan buen Detective para buscar la verdad, eres el mejor mentiroso de todos."- Lo dijo segura y de un tirón, aunque las lágrimas que caían sin control alguno por sus mejillas la delataban del sufrimiento por el cuál estaba pasando.
Shinichi estaba atónito. Demasiado para él, sentía que el pecho se le oprimía a la vez que un fuego abrasador recorría sus venas. Y quiso gritar de frustración.
-"¿Qué demonios estás diciendo? ¿Te estás escuchando Ran? Espero que sea una broma porque no tiene ninguna gracia."
Y como respuesta recibió una sonora cachetada, para después salir corriendo como alma que lleva al diablo.
Él cerró los ojos unos segundos, queriendo asimilar qué acababa de ocurrir. Se tocó la mejilla lastimada y después echó a correr tras Ran.
Mientras tanto, Heiji que había estado al pendiente de toda la conversación se quedó pasmado. Quizás la había liado bastante entre aquellos dos.
Ran corría por las calles de Beika, llorando a lágrima viva, tratando de no tropezarse con algo. Paró un segundo, queriendo recuperar un poco de aire. Y sollozó con dureza, se llevó la mano al pecho, el cuál le dolía un montón. Quiso desaparecer, quiso gritar, quiso matar a Shinichi y a la vez quiso abrazarlo. ¿Qué haría ahora sin él? Comenzó a llover pero a ella no le importó. Hasta que se dio cuenta en donde estaba. A tres metros de ella, en esa misma calle, estaba la mansión Kudo. La casa de Shinichi. Y sin poder remediarlo lloró aún más.
-"¡RAN!"
Abrió los ojos, sorprendida de escuchar su nombre de una voz que conocía muy bien. Dispuesta a golpearle por seguirla, se giró para encarar al culpable de sus males. Y gran fue su sorpresa cuando al girarse los fuertes brazos de Shinichi apresaron los suyos y estampó sus labios contra los suyos. Un sinfín de sensaciones la recorrieron por completo. La besó enfadado, hambriento, desesperado. Mordió su labio inferior, arrancándole un suspiro a ella, en el cuál aprovechó y su lengua se abrió paso en su boca, jugando y peleando con la suya. Saboreó cada rincón de su boca. Ran agradeció internamente el hecho de que la estuviera agarrando firmemente, pues de lo contrario ya se habría caído al suelo. Shinichi separó sus labios lentamente y haciendo ruido. Ella permaneció con los ojos cerrados, incapaz de abrirlos por pura vergüenza. Sin embargo él tan solo le cogió la mano y a paso rápido la adentró en su mansión, cerrando la puerta con un portazo tras él. Sin mirarla a los ojos la condujo a su habitación, dónde rápidamente abrió el armario y comenzó a sacar ropa. Entonces por primera en varios minutos volvió a mirarla. Sus ojos destellaban enfado y deseo a la vez.
-"Toma, ponte esto, estás empapada. Si no te cambias rápido cogerás una pulmonía."- Le dijo tratando de mostrarse indiferente.
-"Pero, Shinichi, yo-"
-"Tranquila, te espero abajo. Y no te preocupes, que nos espera una larga conversación."
Tras eso Shinichi cerró la puerta y bajó al salón. Ella miró la ropa entre sus manos y suspiró. Le había dado unos boxers que le servirían de pantalones y una gran sudadera. Se cambió rápidamente y dejó su ropa mojada sobre una silla, esperando así que se secara en poco tiempo. Se sonrojó ligeramente, no llevaba sujetador, también se había empapado por culpa de la fina blusa que llevaba. Esperaba que no se diera cuenta. Bajó al salón y al ver que no había nadie decidió ir a la cocina y preparar algo. Ya que la había refugiado en su mansión, qué menos que recompensarlo haciendo la cena. Mientras hacía la cena, el beso que Shinichi le había dado volvió a su mente. No dejaba de darle vueltas, un cosquilleo se había instalado en su estómago y no podía evitar pensar en lo mucho que deseaba volver a sentir sus labios pegados a los de él. Suspiró, eso no estaba bien. Acababan de pelear, estaban a nada de romper un amistad que había durado muchísimos años. Recordó sus palabras anteriores. Quizás se había pasado un poco, pero es que estaba muy dolida y eso no iba a cambiar. ¿Qué significaba ese beso? No lo tenía claro. Terminó de preparar la cena y decidió buscar a Shinichi para decirle que debían comer. Inconscientemente se dirigió a la biblioteca, y efectivamente, allí estaba él, a espaldas de ella, con un álbum de fotos en sus manos. Ella lo reconoció al instante. Se sonrojó y siento las lágrimas agruparse de nuevo en sus ojos. Aquel álbum fue un regalo por parte de ella en su décimo sexto cumpleaños. Con la mirada pegada en el suelo habló.
-"La cena ya está hecha."
Shinichi cerró el álbum y se giró. Ella simplemente se dio la vuelta y trató de salir de la biblioteca.
-"Creí que íbamos a hablar antes."
Paró en seco y cerró los ojos al escuchar la voz grave y contenida de Shinichi.
-"Se va a enfriar, después hablaremos."
Él suspiró.
-"Está bien, vamos."
Ran, aún de espaldas, cerró los ojos, agradeciendo internamente a los Dioses por hacer que Shinichi no se pusiera cabezota. Aún estaba el hecho de que les separaban menos de dos metros de distancia. Él se puso a su lado y ella comenzó a andar con intención de dirigirse a la cocina.
Pero Shinichi entrelazó sus manos, evitando que ella se fuera. No tiró de ella, tan solo esperó en silencio por algún tipo de reacción. Ella se giró y cruzaron miradas tras varias horas sin hacerlo. Los dos se sumieron en un silencio sepulcral. Entonces él acogió el rostro de ella entre sus manos y lentamente unió sus labios. Muy lento y suave. Queriendo saborear cada rincón de su boca. Su lengua danzaba con la suya y Ran no pudo más que agarrarse con fuerza a la chaqueta de éste, para evitar caerse. Shinichi dirigió sus manos a sus caderas e intensificó el beso. Separó sus labios ruidosamente y comenzó un caminito de besos que iniciaba e su mentón y acababa en el hueco que se formaba entre su hombro y su cuello. Ahí se deleitó y succionó y mordió con fuerza, lamiendo en el proceso, como queriendo sanar las marcas que él mismo estaba dejando. Ran gimió su nombre y trató de separarlo.
-"Shi-Shinichi…la cena…"- Sus palabras salieron como un pequeño susurro ahogado en placer.
Él hizo caso omiso y siguió besando y lamiendo su cuello. Ella llevó una mano a su pelo y enredó sus dedos en él.
-"Shinichi… p-por favor… la cena…"
Shinichi apartó sus labios de su cuello y dejó su rostro a milímetros del suyo, sus bocas apenas rozándose. Apretó el agarre en su cintura y la miró a los ojos.
-"Pídeme que no te bese y te prometo que no lo haré. "
No respondió. Tan solo tiró de su pelo y lo besó de nuevo, haciéndose su lengua paso entre la boca de éste. Shinichi respondió al beso y la apresó contra la pared, acariciando su espalda y ella enredó sus brazos en su cuello, tironeando de su pelo ansiosa. Shinichi agarró con fuerza el culo de ella y lo apretó, acercándola más a él y consiguiendo un gemido ronco por parte de ella. Entonces él se paró de golpe, acercó su rostro al oído de ella y susurró.
-"La cena, Ran. Si no paramos ahora luego será más difícil. Cenemos y luego te prometo que tendremos la charla."
Ella tan solo atinó a asentir, aún ida por las sensaciones que le habían recorrido. Él besó su mejilla y se dirigieron a la cocina para cenar.
Cenaron en silencio, ambos estaban avergonzados por los hechos anteriores. Pero ninguno se arrepentía, aún sabiendo que les quedaba una buena discusión que aclarar. Nada más terminar, Shinichi dijo que fregaría los platos y después se reuniría con ella en su habitación. Le dijo que mientras se acomodara y avisara a su padre de que debido al potencial torrente de lluvia que estaba cayendo no iría a casa esa noche. Ésta quiso ayudarle, pero él se negó, así que Ran aguardó por él en su habitación.
Toda su habitación olía a él, y por eso esa era la habitación preferida de Ran. En un impulso estrujó su rostro contra la almohada, aspirando el increíble olor a Shinichi que desprendía. Casi inconscientemente susurró su nombre.
-"Ran, ¿qué estás haciendo?"
Casi se le sale el corazón del pecho. Se incorporó rápidamente y con las mejillas haciéndole competencia a los tomates comenzó a tartamudear cosas inteligibles. Pero se cortó a ella misma al percatarse de la sonrisa morbosa y satisfactoria que lucía Shinichi en su rostro. Frunció el ceño y se cruzó los brazos.
-"Vete a la mierda, Shinichi ."- dijo algo molesta.
Al escuchar aquellas palabras, Shinichi no pudo más que soltar una sonora carcajada. Ran se sonrojó aún más si cabía. ¿Acaso se estaba burlando de ella? Infló sus cachetes y miró hacia cualquier otro punto que no fuera él.
Entonces él de un tirón la puso de pie y en sus brazos.
-"Creo que tú y yo tenemos una conversación pendiente."-le dijo totalmente serio.
Ella tragó saliva y evitó su mirada. Sí, tenía razón, pero estaba intentando evitar que ese momento llegara.
Ambos se sentaron en la cama y miraron sus pies, incapaz de conectar sus miradas.
-"¿Cuánto tiempo llevas pensando eso?" – preguntó Shinichi rompiendo el silencio.
Ella lo miró extrañada.
-"¿El qué?"
-"Que eres una carga para mí y que nunca he querido formar parte de tu vida. Dime Ran, ¿desde cuándo tenías eso en mente? Y no me digas que desde hoy, porque de la manera en que lo dijiste estaba claro que llevabas tiempo pensando lo."
Los ojos de Shinichi taladraban su rostro, su mirada quemaba y los nervios empezaron a apoderarse de ella.
Suspiró.
-"Realmente siempre lo he pensado. Es decir, nunca te he dicho nada pero siempre he notado una especie de desprecio en ti… hacia mí."
Silencio.
-"Tú eres tonta. ¿Me estás escuchando? Tonta."
-"¿Perdona?"- contestó molesta.
-"¿Cómo puedes pensar así después de los casi catorce años que llevamos juntos? Hemos pasado por las mil y una y siempre hemos permanecido juntos. Siempre he encontrado la manera de volver a tu camino."
-"Te fuiste Shinichi, te fuiste y apenas llamas ni vienes. Y cuando llamas nunca me preguntas y… Y…"
Las lágrimas habían vuelto a surcar sus mejillas, no era consciente de lo muchísimo que estaba temblando.
Shinichi depositó un dedo en sus labios, callándola. Acarició su mejilla con infinita ternura. Ran cerró los ojos por inercia y Shinichi besó sus párpados. Apoyó su frente junto a la suya.
-"Lo siento mucho, Ran. Quizás te he dado motivos para pensar así, pero quiero que sepas que de ninguna de las maneras podría ser eso posible. Desde que tenía cuatro años, cinco, seis, siete, quince, dieciséis y los que sean. Ayer, hoy y mañana siempre te querré. Como a nadie en este mundo. Te quiero, Ran. Y no es una declaración, es una verdad."
Y tras aquellas palabras rompió la distancia que los separaba. La besó con el cariño y la pasión más infinita de la tierra. Acariciaron sus labios con lentitud y con suavidad, queriendo expresar sin palabras todo lo que llevaban sintiendo desde hacía mucho, muchísimo tiempo.
Casi inconscientemente se fueron recostando sobre la cama. Las manos de Shinichi recorrían el cuerpo de Ran, quemándola. El tacto de su piel contra la suya era como fuego para sus venas. El calor iba aumentando y sonidos apenas audibles y entrecortados sobresalían de entre los labios de Ran. Ella acarició su pecho por encima de la ropa y él recorría su espalda y de vez en cuando daba pequeños pellizcos en su trasero. Ella suspiraba y gemía su nombre. Entonces él se incorporó lo suficiente para observarla. Le quitó su camisa y sus ojos brillaron al observar que no llevaba sujetador. Colocó la fría palma de su mano en su estómago, cortando la respiración de Ran, que empezaba a necesitar más. Lentamente fue subiendo sus manos hasta el par de senos bien formados de su amiga de la infancia. Con una sonrisa maliciosa pellizcó un pezón, arrancando un pequeño grito de los labios de su compañera. Satisfecho con su reacción, no se lo pensó dos veces y mientras que con una mano masajeaba y pellizcaba uno de los senos y pezón, succionaba con fuerza el otro pezón, rozando sus dientes con él, dando pequeños mordiscos por el seno, marcándola. Ran apenas era consciente del mar de sensaciones que la embriagaban. Shinichi volvió a atacar sus labios y la abrazó contra él, mientras ella enredaba sus dedos con su pelo. La situación iba a más
Y más.
Y más.
Y más.
Y entonces él agarró el filo de los calzoncillos que ella había utilizado como pantalones y los iba a bajar de un tirón, junto a su ropa interior.
Agarró el filo y cuando se iba a llevar por delante su ropa…
A la mierda.
Todo se fue a la mierda.
El teléfono de ella sonó, cortándolos en medio de lo que estaban a punto de hacer.
Se miraron a los ojos, sonrojados, nerviosos y sudorosos.
Pero ella se incorporó y se recolocó la blusa, cogiendo el teléfono y saliendo de la habitación. Dejándolo sólo.
Mierda.
Hola chicos! Normalmente suelo hacer one-shots pero hoy me apetecía hacer uno de dos y ya veré si tres capítulos. Lo siento! Lo he cortado en el mejor momento, jajaja. Pero prometo volver pronto. Siento haber tardado en subir un nuevo Fanfic. He estado muy liada con los estudios y algunos problemillas de salud. No hay que preocuparse, no tardaré! Saludos: ittsadriikudo
