[[ Este Fic participa en el minireto "Vuelven las clases" del foro "Las cuatro casas" ]]


Incoloro y transparente


Disclaimer: el Potterverso es propiedad de J. K. Rowling y sus respectivos dueños, con todos los lugares y personajes que le corresponden. Yo sólo los tomo un rato para compartirles la historia que inventé.


Intento concentrarme y ver mas allá de la superficie blanca y neblinosa en la que puedo ver mi reflejo. Parpadeo, fijando mi vista en la bola de cristal finamente labrada en la que en otras ocasiones he conseguido ver algo, pero hoy mi mente se bloquea y los complicados signos que suelo admirar en ella, hoy son indescifrables. La Adivinación es una asignatra muy fina y complicada, hecha sólo para los de mente muy abierta, dispuestos a entrar en el terreno de las conjeturas y poner su fe en sus propios conocimientos a través de un objeto tan simple como la bola que tengo enfrente. Me pierdo en los distintos perfumes que impregnan el aula, y agacho la cabeza, meditando rendirme por la clase de hoy.

-"¿Te sucede algo querida?-. Me pregunta la profesora Trelawny acercándose por primera vez -"Te has posicionado como una de las mejores alumnas de tu curso. Digo, no era de esperarse ¡después del Extraordinario que sacaste en tu TIMO hace dos años no me sorprendería que en tus ÉXTASIS sacaras uno igual!"-. Me dice, muy orgullosa de mí

-"No es nada profesora"-. Le digo, desviando la atención del tema.

-"Aveces, el Ojo interior se oculta un poco debido a las preocupaciones de la vida, querida"-. Me responde, sentándose en un mullido sillón frente a mí. -"Anda, dime. Talvez pueda ayudarte un poco ¿Qué es lo que ves?"-. Agrega. Intento concentrarme nuevamente en la bola de cristal.

La aguja de mi reloj de pulsera marca el comienzo, como si fuera un paso hacia adelante de algo mas allá de esta clase; sigo distrayéndome, mirando por la ventana y pensando en la situación actual del mundo mágico, de alguna u otra manera, me recuerda al café con leche de ésta mañana en mi desayuno. En el interior de mi vaso y en la sociedad, en un abrir y cerrar de ojos las cosas cambiaron, todo comenzando con lo que pudo ser el último abrir y cerrar de ojos de Cedric Diggory. Pensar en su nombre me duele, pero no tanto como hace un año, como una herida que empieza a cerrar: me pregunto cuanto viviré en los recuerdos de las personas. Estoy segura que todas mis excusas cobardes al igual que la leche teñida de negro, desdibujará el futuro que me esperaba y antes de darme cuenta, ya no veré lo mismo que ayer.

-"Parece... Un ave"-. Le digo a la profesora Trelawny, comenzando a distinguir siluetas en las sombras.

Los sueños, las expectativas , la ansiedad, todo. Cuando me fui las puse dentro de mi mochila; ese día, mirando las estrellas a través de la ventana de mi habitación en la torre de Ravenclaw hice un juramento, lo recuerdo claramente ahora. Veo en los pasillos a estudiantes tomados de la mano, o a amigos juntos entre sí, las personas hacen fluir hacia afuera sus corazones.

-"¿Cómo un buitre, que indica traición? ¿O cómo un halcón, que implica agudeza?"-. Me responde, orientando mis conjeturas.

Me pregunto cuando seré capaz de reírme de estos recuerdos. Mis excusas cobardes, al igual que la leche teñida de negro, engañarán a mi corazón debilitado; eso no importa cuando no puedo ir hacía adelante desde aquí. Esperanza, serenidad, un lugar donde me sienta a gusto, donde quiera que mire, parece que no puedo encontrarlos; pero aun así, no pedo evitar sentirme feliz con mi deseo que se concederá poco a poco. Los sentidos que han sido apagados, las palpitaciones que empecé a a olvidar los impulsos que se han dormido, voy a despertarlos y los recuperaré.

-"No. Es mas fino y majestuoso que un ave de caza. Vuela con mayor plenitud y gracia"-. Las formas son aún mas claras, y soy consciente de lo que puedo ver, la neblina comienza a tomar forma, al igual que mis pensamientos.

Las cosas realmente importantes no siempre desaparecen por completo. Sin duda, todavía hay calor que queda en mis manos, aquí puedo sentirlo ahora. Puedo entender que todo lo que he vivido me ayuda a aprender de ello, y a que mi destino tome forma, como la sombra que ahora se distingue frente a mí...

-"Es un fénix"-. Concluyo, diciéndole a la profesora.