La noche caía en la costa de Riverside, la que suponía debía ser silenciosa, con la calma inherente a un pequeño pueblo costero, solo con la dulce melodía de los grillos y la brisa del rio… Pero eso fue hace tiempo, ahora, el coro de gemidos provenientes del mismísimo infierno era la banda sonora de este pueblo fantasma, mas sin embargo, cada cuanto, unos pocos vivos llegaban allí, con esperanza de salvación y una orquesta de plomo anunciando su llegada.
Una escopeta y una ametralladora retumbaban, rompiendo la relativa tranquilidad de la costa (los aullidos de los "infectados" se habían hecho comunes en el lugar). Después de un duro trayecto, llegaban a la costa de la comunidad dos personajes, un hombre y una mujer para ser más exactos, avanzando espalda con espalda abriéndose paso a punta de disparos hacia la pequeña casa que se divisaba. Tras unos minutos pudieron limpiar la zona, con relativa facilidad, los movimientos y la coordinación de estos dos sujetos era digna de admirar; al final, entraron al recinto, atracando las puertas; después, de manera inmediata ambos se dispusieron a buscar algo, revolvieron unos trastos hasta dar con el equipo de radio que se suponía debía estar allí, ella no demoro en poner a trabajar el aparato.
-Se solicita rescate en la costa de Riverside, somos solamente dos personas, de manera urgente, por favor, respondan
Dijo de manera serena por la radio la mujer, que a pesar de su juventud ya se le podía llamar así; el hombre, por el otro lado, decidió sentarse sobre un pequeño banco, frotando un poco sus manos para adquirir calor y dejando su escopeta en el suelo.
-¿Estas segura de que alguien vendrá?, marchamos desde tan lejos hasta aquí solo por indicios, primero los militares, resulto que no había nada, después esto del bote… ¿de verdad crees que hay alguien allá afuera que vendrá a recogernos?
Sentencio el sujeto, tiritando un poco a causa del frio, la mujer, bajo la mirada de inmediato, durante unos segundos, quedando ambos en silencio, hasta que una emisión de vuelta los hizo reaccionar.
*Aquí Jhon Slater, dueño de un pequeño bote pesquero, si están en Riverside puedo recogerlos, pero por supuesto, ¿Qué me darán a cambio?*
Jennifer, como se llamaba esta chica, le sonrió a su acompañante, antes de disponerse a emitir de nuevo
-Aquí Jennifer Murray, emprenda marcha hacia aquí, tenemos municiones y armas, ¿le interesa la propuesta?
*En marcha*
Se escuchó finalmente, Jennifer sonrió a su acompañante para sentarse junto a él, pero en el piso.
-Ves Marco, te lo dije, la llamada fue respondida antes, no fueron solo rumores
Marco solo refunfuño, no le gustaba no tener la razón, y menos cuando ella se lo restregaba en la cara…
-No me había fijado pero mira amigo – Señalo ella apuntando con el dedo a el resto de la casa – Estábamos tan ocupados buscando la radio que pasamos por alto todo esto, mira, armas, botiquines, algo de munición… te dije que alguien ya había hecho esto antes, y fue tan amable de dejar esto para los que llegaran aquí también –
- Que estupidez – Refunfuño Marco – Tantas cosas de utilidad y dejarlas aquí tiradas
Su compañera se enojó por la actitud del bruto de su amigo, aunque termino por sonreír, al fin y al cabo él era así, sin embargo le agradaba y sorprendía a igual cantidad lo que había hecho su (o sus) predecesores, dejando tal equipamiento, afortunadamente para ellos, no tenían necesidad de tomar nada, tenían lo necesario, incluso para sobornar al dueño del bote, ella sabía que Marco probablemente pensara en agarrar todo el equipamiento dejado en esta… ¿cabaña?, pero el mismo sabía que la dama junto a el jamás se lo permitiría. Jennifer suspiro.
-Sabes… incluso al lado de la radio había una nota, "Por favor re-abastezcan este sitio con lo que no necesiten, debemos ayudarnos entre nosotros"….
Reino un silencio… ¿Cómo describirlo? ¿Nostálgico?, no, de respeto, eso, un silencio de respeto…
¡CRACK!
Se oyó romper una tabla de las que componía la casa; ambos componentes del grupo se levantaron, armas en mano, y con suma cautela, a investigar el incidente, el estruendo había llegado desde el segundo piso. Con premura se dirigieron a la otra planta, más específicamente al balcón, de done parecía haber provenido. Marco, sin decir una sola palabra, abrió sus ojos sorprendido y rápidamente le señalo a su compañera la razón: una ametralladora a modo de torreta se hallaba montada en el balcón, el bruto pensó "impresionante", pues llego a la conclusión que debía de haberse traído desde el mismísimo centro de la ciudad, de los arsenales militares. Como fuera, Jennifer le recordó a que habían ido, y con suma cautela miro al otro lado del balcón, encontrando un "infectado", que aun estando "no-muerto" o ¿"no-vivo"?, como fuese, era una de esas cosas que aun podían asesinar, ella se acercó con cautela, apresurándosele a su amigo, para ver más de cerca.
El "infectado" en cuestión, estaba inmóvil, parecía que no podía mover más que su cabeza y su brazo izquierdo, con los cuales gruñía y trataba de atrapar a la chica, respectivamente, la cazadora observo más de cerca las piernas de él espécimen, notando los huesos de las piernas sobresaliendo por las rodillas, rápidamente supuso que era efecto de la descomposición natural; sin pensarlo dos veces saco un cuchillo militar de su pantalón y apresuradamente dio fin al monstruo, clavándolo en la sien del susodicho.
Aunque ella pareciera fuerte al hecho, rápidamente limpio la sangre del arma y retrocedió hacia su amigo.
-Regístralo por favor
Le dijo mientras regresaba a la primera planta, cubriéndose el rostro; Marco asintió y se dispuso a revisar el cuerpo, pues como había aprendido en su viaje con Jennifer, nadie sabe que se puede encontrar allí.
Al cabo de unos minutos el bruto bajo, para encontrar a su compañera sentada junto al radio, acababa de terminar de dialogar con el hombre del bote, quien pedía paciencia a la señorita; Marco bajo con nada más que un libro en sus manos.
-¿Eso es todo?, ¿Un libro?
Inquirió de manera burlona la mujer, a lo cual Marco respondió con una sonrisa sutil.
-Sí, un libro, pero un libro bastante interesante, ¿recuerdas al tipo que nos trajo a Riverside desde el Hewitt"s? – Pregunto mientras se sentaba junto a la dama –
-Por supuesto ¿Qué con él? –
-¿Recuerdas cómo nos explicó a los infectados "especiales", sus características, las tácticas de cómo perciben, y por supuesto, "la bomba"? -
-Sí, claro, ve al punto-
-Bueno, en este libro, he encontrado casi las mismas descripciones que nos fueron dadas a nosotros, e incluso mejores, de todos los temas que ya mencione, e incluso un plano detallado de "la bomba" –
Al decir aquello, la mujer se quedó sin palabras, el hombre, sin darle tiempo a decir palabra le paso el libro, donde en efecto todo eso estaba especificado en detalle.
-¿Este libro… que es? – Pregunto anonadada la chica
-Veras querida – dijo Marco mientras tomaba el libro de nuevo y lo abría en la primera página – Aquí dice "Libro de Steve", pero en la siguiente, dice "Diario de Steve", es extraño, comienza como un diario de un tipo cualquiera, un tipo que al parecer le gusta el cine, pero después, se torna en una especia de bestiario, o enciclopedia acerca de… "ellos" – Marco sopeso la última palabra – Para finalizar con un diseño de la bomba que tanto tú, como yo, como muchos otros usamos…
Hubo un pequeño silencio
-Quieres decir que el infectado que acabamos de asesi… - Marco la interrumpió
-No Jenny, hay aún mas, la escritura de el "bestiario" no es igual a la de la primera página, y tras el plano de la bomba, la escritura cambia a la de la portada, este diario fue escrito por dos tipos… -
-¿Y que escribió el otro sujeto?
-Una historia, su historia, o eso supongo después de leer solo algunas partes, pero solo con ello te digo que tal vez, solo tal vez, le debamos nuestras vidas a estos dos sujetos – sentencio Marco de manera definitiva –
Jennifer, sin habla de nuevo, solo reacciono ante el sonido del bote pesquero que llegaba al pequeño muelle atrás de la casa
-Pásamelo, déjame leer – Dijo la chica alargando la mano hacia el libro, Marco, rápidamente lo aparto –
-Espera, recoge el equipamiento y subamos al bote, cuando estemos a bordo te lo daré –
Ella obedeció, como siempre había hecho, y recogió su equipaje para subirse a bordo del bote recién llegado, cuyo piloto insistía que se apresuraran, pues el alboroto no tardaría en atraerlos… a "ellos".
Mientras tanto Marco abrió el libro una vez más, guardándose algo en uno de sus bolsillos, después de esto recogió sus cosas y abordo también.
Una vez dentro, después de haber negociado con el capitán, el tal Jhon, Marco se sentó junto a su compañera en la cubierta del bote, alargándole el libro.
-Toma, dijiste que querías leerlo – Ella lo acepto de buena manera – Además yo también quiero saber lo que dice, como te dije, lo leí muy de sobremanera –
Jennifer sonrió, y cuando se disponía a ir a la primera página su compañero la detuvo.
-No, en el principio no hay nada interesante, solo unas anotaciones de un tal Steve, además de los conceptos que tanto tu como yo ya conocemos, avanza hasta la parte en la que cambia la escritura –
Ella obedeció, y presurosa se dispuso a comenzar a leer, en voz alta:
"¿16? ¿17? De… ¿Enero? ¿Febrero?... ha pasado solo una semana y un poco mas y ya he perdido la noción del tiempo…."
CONTINUARA
OFF: Que onda gente!, Hace muchisimo tiempo, casi 6 años, intente crear aqui este fic, lo deje despues de un tiempo..., pero entonces hace casi 4 años decidi intentar de nuevo!, y entonces volvi a fallar jajaja, pero hoy, he vuelto, recargado, con la obvia intencion de no abandonar esta vez!, pero aunque no lo crean, tantos años han mejorado esta historia, que espero poderles presentar hasta el final!
PD: Cuando subi la primera version de Right 2 Live era el primer fic de L4D en español... solo digo jaja.
PD2: Cuando subi cada una de las version anteriores use un usuario distinto, esta no sera la excepcion jaja, si quieren ver las primeras versiones del fic pueden buscar a Birki y Nega-Birki, mis anteriores users, me diran si he mejorado o empeorado.
PD3: Nada, solo lean y disfruten!, si les gusto opinen, y si no tambien!
