Prólogo
Hace 150 años, la vida en el planeta Tierra llegó a su fin. Pero aquello no fue el final. Contrario a todo pronóstico, la inmensa contaminación atmosférica no fue la causa de aquella tragedia. En definitiva, no fue algo causado por nosotros, los humanos, sino por algo que lleva en el mundo desde el mismo inicio de los tiempos.
Aquel suceso que precedió a la caída de nuestro planeta le fue puesto el nombre de "La guerra del primer contacto". Estoy segura de que con ese nombre, intentaron nombrar una presencia extraterrestre, pero nada está más lejos de la realidad. Aquella presencia no fue otra cosa más que aquello que la humanidad ha venerado desde que comenzó a temer lo que no comprendía, Dios.
Sin embargo, aquello que creíamos saber acerca de él, era todo mentira. Dios creó el mundo por simple diversión, todo ser viviente tiene una obsesión por la vida, ya sea por crearla, o por destruirla. Pero él tenía obsesión por ambas.
No obstante, su plan no fue perfecto, destruyó el planeta, pero la humanidad sobrevivió, bajo el amparo de quien jamás creímos que nos apoyaría, nuestro propio planeta. En ese momento comprendimos, que desde el principio, nunca habíamos estado solos en el universo. Los planetas, estrellas y resto de cuerpos celestes estaban vivos, cada uno de ellos era una entidad propia, creada en sí misma y por sí misma.
Es un hecho que escapa a toda lógica y comprensión humana, pero que es sin ninguna duda real.
Es el año 2245 y la humanidad, o lo que resta de ella, vaga por el universo bajo la luz de los astros que los protegen, buscando un nuevo hogar habitable. Fue en estos tiempos cuando ciertos humanos adquirieron el summun de la sabiduría, estos humanos serían nombrados oráculos y transmitirían al resto la palabra de los astros, quienes, en un principio, velaban por la humanidad y el planeta, pero ahora vagan junto a nosotros, buscando un nuevo centro.
Mi nombre es Ishtar, oráculo de Valakar, el sexto de los 10 círculos que protegían a la Tierra de nuestro creador, y en estos momentos quiero deciros a todos que, Él ha vuelto.
