Yuri refunfuñó mientras comía sus papas al vapor en la cena de navidad. Él había dado las indicaciones para hacer un correcto brindis pero en cambio Yozak, Wolfram y Günter, por extraño que parezca, habían hecho de ello toda una comedia.
Aún preguntándose quién era Jesús, ellos pasaron la medianoche contando anécdotas del año.
Yuri se animó cuando, en el balcón, Wolfram se acercó a él.
—Si he de brindar por algo, sería por tenerte a mi lado —musitó el Rey. Puso la mano en el hombro del rubio.
—Ya tienes sueño.
Wolfram acarició el pelo de su prometido. Sonriendo.
