Había despertado, se encontraba en una sala blanca. Si, definitiva estaba en un hospital. Vio a sus lados para ver si había alguien a su lado. Ahí estaba el; su hermano. Su hermano estaba agarrándole la mano mientras yacía dormido en la silla y con la cabeza reclinada en la camilla.

—Christian… —susurró con la boca seca.

Le movió la mano suavemente.

—Christian ¿Dónde está mamá? —preguntó suavemente mientras humedecía su boca. Vio a su hermano despierto y con una sonrisa de alegría.

— ¡Hermione! ¡Oh por dios, pensé que jamás despertarías!

Hermione le sonrió y jaló a su hermano para abrazarlo. Si le gustaba tener a su familia cerca.

— ¿Dónde está mamá? —preguntó después de separarse de su hermano mientras se limpiaba las lágrimas. Vio que el semblante de su hermano cambio a uno sombrío. Y las imágenes la golpearon. Esos vampiros las torturaron… y su madre… su madre… murió.

Las lágrimas se hicieron prescindibles, y ese dolor en el pecho se hizo presente de nuevo. Su garganta se secó de nuevo y quedó muda. Estaba procesando lo que estaba diciendo su hermano.

—mamá no lo logró… cuando las encontraron tú estabas inconsciente y madre… —su hermano rompió en llanto— madre ya estaba muerta. Ella también había sido torturada.

Mentira…

Todo era mentira…

Hermione dejó de escuchar sentía que no podía respirar y el nudo en la garganta estaba presente; no dejaba que pudiera respirar. Su madre había muerto por ella… su madre murió por ella. Las lágrimas se hicieron más profundas y el llanto empezó. Se sentía desgarrada, sentía que de nuevo su vida se le iba. Nadie podía quitarle ese dolor que perforaba su pecho y su tonto corazón de nuevo se derrumbó por otro padre que pierde en esta vida. Perdió de nuevo a una madre… alguien más murió de nuevo. Su mente se bloqueó y no había nada para poder sacarla de ese estado. Gritó.

— ¡NOO! ¡NOOOOO! ¡No… no!

Si hubiera sabido que alguien más moriría por mi… no habría sido tan codiciosa de vivir de nuevo.

Le gustaría que esto fuera tan solo un sueño, así despertar y no recordar nada de esto.

Perdón madre… perdón.

No supo que pasó, su pecho y el dolor seguían cuando la oscuridad se apodero. Cuando despertó por tercera vez notó que su hermano traía otro tipo de ropa. El dolor y los recuerdos llegaron empezó a gruñir de frustración. Tenía una rabia y un frenesí de querer hacer algo. Quería levantarse e ir hacia esos vampiros que tuvieron la culpa. De buscar a la chica responsable de todo esto.

—Hermione… —habló suavemente su hermano—, tranquilízate. Necesitas recuperarte y también necesitamos hablar.

Hermione se tranquilizó con toda la fuerza posible. Respiró profundamente mientras las lágrimas de coraje se hacían presentes. Estaba tan frustrada y quería la verdad. Quería justicia y no estaba haciendo nada en esta cama. De ahí se acordó de algo más importante: su madre.

— ¿mamá? ¿Qué pasó con el cuerpo de mamá?

Su hermano le tocó la mano como dándole apoyo. Y respiró profundo para poder responder.

—tuve que enterrar a mamá desde hace un mes Hermione… padre ayudó con el sepelio…

Y otra vez las lágrimas vinieron. Hermione se sentía incapaz de hablar y con mucho esfuerzo habló:

—perdóname, perdóname Christian. Y-yo lo siento, lo siento por no estar ahí y apoyarte… y… —su boca se bloqueó mientras caía en el profundo de la melancolía, tristeza y en un sueño profundo. Su corazón entró en paro cardiaco.

Me lamento y me enfado; Pensé que no dolería, incluso si alguien me hablara del pasado… ¿fue todo una mentira?

Si, la realidad duele más…

Despertó con lágrimas en los ojos. No sabía cuánto tiempo estuvo inconsciente. Estaba entrando en shock al no moverse de nuevo; ver todo borroso y que todo girara a su alrededor.

—shhh, tranquilízate —escuchó la voz suave de su hermano—escucha. ¿Ok? —Hermione asintió mientras fijaba su vista hacia la silueta de su hermano—. Vamos a regresar a Londres. Padre ya está haciendo los arreglos, ¿ok? —Ella quería negar pero su hermano le agarro de las mejillas—, escúchame por favor —musitó suavemente. Ella negó—. No podemos hacer más, somos menores de edad y necesitamos a un adulto que se haga cargo de nosotros.

Hermione no quería regresar con su supuesto padre. Trató de controlarse no era momento de volver hacia atrás como antes ni tampoco caer en la subconsciencia.

—Isabella… quiero hablar con Isabella —lo dijo firme. Era tiempo de solucionar las preguntas y sospechas.

— ¿quieres que vaya por ella? —Hermione asintió—, ella tiene la pierna quebrada y ha estado pendiente de tu salud. Todos los días viene a verte, creo que ya habrá llegado. Voy por ella… espérame acá.

Hermione asintió. Después que su hermano se fue ella vio como la puerta se abría.

—Lárgate… —musitó. Sabia de quienes eran esos penetrantes par de ojos dorados que la estaban taladrando.

—Hermione… yo lo siento —dijo la voz suave angelical.

Hermione ni alzó la vista, ni pensó en él. Ella solo esperó que Isabella llegara. Después de varios minutos vio que alguien estaba a su lado. Estaba Isabella toda nerviosa con el pie enyesado.

— ¿Por qué? —preguntó Hermione con la voz vacía.

—y-yo… ¡me habían amenazado con matar a mi mamá si no te llevaba! —Estalló en llanto— trate de entregarme a mí misma… yo, yo trate de entregarme; pero en ese momento tu marcaste y me dijiste que Charlie estaba preocupado por mí y que querías verme. Solo quería despedirme bien y todo se complicó —llorando y con la cara arrepentida. Hermione estalló en reproche. Su voz sonó en toda la habitación

— ¡NO PUEDO CREERTE! ¡Tu —la señaló—, eres una mentirosa!, podías tan solo decirme que unos vampiros que no conocía querían mi sangre. Y así evitar que mi madre me acompañara… ¡tú podrías avisarme!

—lo siento… y-yo no pude pensar en eso… yo estaba aterrada y cuando me di cuenta que tu no estabas en donde quedamos yo fui a buscarte… —se justificó

— ¡MENTIROSA! —Culpó— Podías pedir ayuda o tener un plan de respaldo. Ahora mi madre está muerta y tu madre está viva. —Realmente no quería sonar grosera deseando la muerte de otra persona, pero, sentía un gran dolor— Dime Isabella ¿te sirvió sacrificarnos para obtener lo que querías?

—yo… yo. Yo no sé de qué hablas —bajo la mirada fingiendo no saber.

—una vida inocente esta en tu cruz. Espero que la muerte de mi madre te sirva de algo. Y gracias… gracias por dejarme invalida.

—y-yo no tengo la culpa —musitó con un poco de valentía.

—si la tienes, fueron tus decisiones y acciones que nos trajeron a esto. Espero que te sirva de lección o aprendas algo de esta experiencia. ¿Le puedes decir a mi hermano que quiero verlo?, Gracias.