Título: Bajo las palabras.
Advertencia: NC-17. Contiene yaoi, un montón de lemon, cosas sucias y algunas malas palabras… Así que gente impresionable: ¡no continuar!
Género: Un poco de drama, muuuy romántico y terriblemente dulzón. Se trata de mantener fechas y hechos antes y durante la guerra, salvo algunos detalles…
Resumen: La guerra para Draco ha resultado terriblemente devastadora y cruel, ha visto y vivido situaciones tan difíciles, que ahora, cinco años después de ser liberado por el Wizengamot no puede olvidar. Marcado –no físicamente- por los restos de su vida en Malfoy Manor y los recuerdos de sus padres, sin saberlo, yace hundido en una infinita miseria.
Cuando inesperadamente le saltan encima un 14 de febrero, lo que había comenzado como un bizarro y ridículo hecho, se transforma en una desesperada y deprimente realidad.
Aclaraciones: HP y toda la saga y películas y figuritas lego y chapitas y etc. etc. le corresponde a JotaKá, socios Y a todos nosotros los lectores que le hemos dado consciencia colectiva y mantenemos la llama encendida. ¡Ja!
Dedicado: a todas aquellas escritoras y traductoras que mantienen vivo el fandom en español, ¡un millón de gracias! y en especial a todas aquellas autoras que han sido hostigadas por –al parecer- ultra fanáticos de la 'buena escritura'. Me saco el sombrero virtual ante todas ustedes. Salu2 especiales a Xanath y a Phoebe de Argos que espera ¿pacientemente? un fic que lleva años parado en mi pc. =(
Notas del autor: Antes de pasar a mi humilde historia… ¡me quiero justificar! XD, porque durante este tiempo estuve media depre (la tesis me tiene a un tipeo de lanzarme por la ventana) y escuchar algunas canciones no me ayuda mucho… Ghh. Esta historia se alimenta de cosas implícitas, metáforas, entredichos y frases reconocidas en la historia universal… Shakespeare, Chaplin, Stendhal, etc., etc.
*** 1 ***
Lo que había comenzado como un bizarro y ridículo hecho, se había transformado en una desesperada realidad. Una deprimente realidad…
Era 14 de febrero y Draco estaba en shock.
No era el patético shock rosado de Cupido, era más del tipo shock verde de Potter.
-Mira- le dijo con impaciencia –yo soy bien hombre para mis cosas, así que no te voy a andar diciendo esas mariconerías que le encanta decir a la gente en estas fechas…- tomó un respiro –que eres el amor de mi vida- imitó una voz tonta y chillona –eres el dueño de mi corazón o sin ti no podría vivir y toda esa mierda sin sentido…- casi escupió –Y si siento algo, lo siento aquí.- se agarró el paquete –Así que lo único que te puedo decir para convencerte y no te sientas abrumado por sentimentalismos baratos y que a ninguno de los dos nos gustan, Malfoy, es que te encuentro completa, absoluta y terriblemente delicioso y lo único que palpita por ti aquí, lo tengo en los pantalones, porque me dan ganas de follarte cada vez que te veo… me dan ganas de darte duro y dejarte bueno para nada.- Más shock –No me interesan todas esas sensibilidades de maricones, así que no intercambiaremos experiencias de vida, ni andaremos corriendo y brincando por prados cortando flores, ni compartiendo sonrisitas, ni esas enfermantes palabras… y todas esa mierda patética… no-me-interesa.-
Eso ya lo tenía claro. Potter debía tener un tornillo bien suelto.
-Así que nos ahorraremos todo el fastidioso preámbulo, ni te vendré con estúpidas zalamerías. Seré simple y honesto, ¿ok?, si te gusta bien, sino cada uno por donde vino.- Potter lo miro intensamente y Draco solo asintió, pálido, sorprendido, pestañeando incesantemente –Lo único que tendrá algún tipo de relación cercana será mi polla y tu culo, manos y boca incluidas, ¿bien?-
Draco tenía los ojos muy abiertos, muy-muy abiertos. Tan incrédulo y estupefacto que apenas vio pasar por detrás de Potter a su profesora de Contabilidad y Asuntos Económicos entre Duendes y Magos II.
-Sé que ésta es una fecha de mierda y no sé si tienes planes con el idiota de Boot… pero éste fin de semana lo tengo libre y si te interesa tengo un lugar donde podemos ir a follar.-
Potter miró de soslayo hacía algún lugar a su izquierda, apenas movió una mano cuándo Draco sintió como se reventaba un enorme globo con forma de corazón. La pareja miró apenada el pedazo de goma rojo, en el suelo, aún sujeto del lánguido cordel en la mano de la chica.
El salvador del mundo mágico era un resentido, ¡un amargado!… ¿y qué había sucedido con la Novia de Inglaterra, Ginevra 'La Comadreja'?
-¿Vas a decir algo?- espetó –Estoy llegando tarde a la Academia de Aurores.-
Bueno, Potter era de todo… menos feo. Y él claramente había dicho 'este fin de semana', todo el, lo que quería decir todo el sábado y el domingo… y eso significaba: ¡wow! Lo que tenía con Terry no era serio y no habían planificado nada remotamente interesante.
Carraspeó tratando de parecer más compuesto.
-Bien Potter, ¿dónde y cuándo nos vemos?- alzó una ceja.
*** 2 ***
Potter le había estado partiendo el culo desde que llegaron ese viernes por la tarde, a esa pequeña y acogedora casita en algún lugar en el campo. Sabía que era el campo por lo que alcanzaba a vislumbrar por la ventana… el resto se lo tenía que imaginar, porque apenas y había pisado fuera de la habitación para comer algo e ir al baño.
Draco jadeo lastimosamente, con la voz terriblemente gastada y enronquecida. Empuñó las manos en las sábanas, aferrándose a algo sólido mientras pendía al filo del orgasmo… Se arqueó increíble y deliciosamente, gimiente, apretando los muslos en torno a la cintura morena del Héroe mágico. Soltó las mantas y apenas abriendo los ojos, hundió sus manos en esos húmedos cabellos castaños. Apretó y empujó ese rostro contra su boca. Se besaron intensa, rudamente, chocando sus labios, hundiendo sus lenguas… Potter golpea ahí y Draco lo muerde, tan fuerte… que no sabe si le ha partido el labio.
¡Ah, Merlín, Morgana y Circe!
-¡Ah! ¡Ah! ¡AhmMerlín!- Después de todo ese ejercicio, estaba alcanzando un nuevo grado de control de los músculos de cintura hacia abajo. -¡Mmh! ¡Ah!- Podía sentir cada centímetro de tiesa carne friccionándole tan duro, tan-tan duro, machacándole la próstata.
-¡Como aprietas!- Draco tenía todo el cuerpo tenso, sintiendo que el culo se le prendía en llamas. -Ugh… ¡tan delicioso, Malfoy!… como puedes ser tan delicioso… tan jodidamente delicioso…-
-¡Potter! ¡Ah!… estoy-
-¡Si, si!… hazlo-haz-¡ah!-
Draco es usualmente quisquilloso a la hora de tener sexo, tiene muchas reglas y esas cosas… le gusta dejar las cosas claras y no compartir demasiados 'arrumacos' durante esos lánguidos momentos de vulnerabilidad post-orgasmo… le gustan las caricias pero no el atosigamiento… le gusta hacerlo sobre sábanas lisas y limpias, y por sobre todo, no le gusta sentirse sucio y todo pringoso…
Como odiaba esas dos ultimas cosas. Pero no. Cuando el muy idiota había prometido follar, era eso y sólo eso.
Potter se negaba a dejarlo salir de la cama, después de casi dos días… al menos la noche anterior lo había obligado a cambiar las sábanas. Eran una asquerosidad, una inmundicia que había sobrevivido dos días de sexo continuo a base de Fregotego. No era para nada aconsejable.
Pero a pesar de todo, él seguía yaciendo en esa cama, húmedo de sudor, con el cabello adherido a la frente, con el culo abierto y adolorido, rebosante de semen… salpicado de todas las secreciones corporales existentes. Con todos los músculos del cuerpo resentidos, contracturado y con calambres. Y estaba seguro: con las articulaciones más flexibles que hace dos días atrás. Potter tenía unas posiciones y unas manías y él había tenido que seguirle el paso… no se arrepentía. Ahora tenía todos sus agujeros violados y repasados y semen hasta los intestinos…
¡Ah!, ¡y a Potter parecía encantarle decir cosas sucias!, y eso era… hasta interesante.
-¿Qué pasó contigo Potter?- le dice, apenas recuperando la respiración. El rubio girándose de lado y con la necesidad de juntar las piernas, aún sintiendo las caricias y la lasciva sensación de humedad llenando su interior.
-¿A qué te refieres?- la voz tan ronca, tan oscura y gastada.
-Tú, sucio sexo, palabras soeces, desenfreno… durante todo un fin de semana.- El moreno voltea el rostro y lo mira, sin importarle estar desmadejado, desnudo y exhibiéndose.
-Me desquito con esta vida de mierda…- y sonríe brillantemente.
-Con lo único que te has desquitado es con mi culo.- el rubio alza una ceja pretenciosamente y Potter voltea el cuerpo hacia él.
-Es verdad…- se acerca a Draco y cuela una mano entre sus piernas, deslizando fácilmente uno de los dedos en su entrada.
Draco esta cansado, saciado, exhausto y sólo gime un poco incomodo. Siente el movimiento, siente los dos dedos menear el semen en su interior, siente la secreción untar los morenos dedos y deslizarse desde su ano hacia la piel de sus muslos, siente el incitante sonido de la humedad… aún siente muchas cosas, pero son las seis de la tarde del domingo y han estado follando por dos días y ya esta cansado y tiene hambre.
Potter toma sus labios y ambos se pierden en la intensidad de un nuevo encuentro, en nuevas caricias sobre sus cuerpos ya marcados, arañados, apretados, mordidos, besados y lamidos.
-La gente normal también come y se ducha… Potter…- suspira lánguidamente. Si bien su cuerpo gritaba por un descanso, simplemente se dejaba hacer.
-Mi polla es lo único que te prometí…-
-Suficiente…- dice suave, cansadamente y se sube a horcajadas sobre sus caderas –convoca algo de la cocina… tengo hambre.-
-No puede-
-No.- toma esa intrusa mano que ya estaba resbalando por su cadera –Ahora, Potter. Ahora.-
No es que se estuviese quejando, pero por suerte estaba a un par de horas de llegar a su prometedor piso, a sus sábanas limpias, a un necesario y reparador baño de espuma y a una abundante y nutrida cena, llena de exquisiteces dignas de él.
*** 3 ***
Durante las siguientes semanas no volvieron a verse. Draco regresó a sus estudios, a los encuentros con sus amigos, alguna fiesta con sus compañeros y a las salidas con su trigueño compañero de clase Terry-six-pack-Boot. Con él acostumbraba a tener algunos almuerzos en la cafetería de la universidad, idas al cine o disco de vez en cuando, cenas de pizza, comida china o seudo-romántica comida italiana o laaargas visitas a su departamento…
Sus amigos ya se lo habían dicho, pero aunque Terry a veces era bastante tonto –como el hecho de que continuamente tropezara con los cordones de sus zapatos, por ejemplo-, a Draco no le importaba. De todas formas no quería intercambios intelectuales con él. Para nada. Pero era buena compañía, era atento, era amable, era divertido, bueno en la cama y al trigueño no le importaba que fuera hijo de Lucius Malfoy. Con eso Draco se sentía pagado… bueno casi, casi pagado.
Y en todo caso las cosas con él no iban en serio. No 'tan' en serio.
¡Ah!, qué más daba.
*** 4 ***
Un mes después de ese maratónico encuentro sexual con Potter, el prospecto de auror lo interceptó saliendo de su clase de Administración de propiedad tangible y bienes mágicos bajo la III ley. El muy creído lo empujó a un aula vacía y con poderes salidos de no se sabe dónde, los desapareció. ¡Ja! Los beneficios de pertenecer a los cuerpos del Bien y el Orden.
Los apareció –seguramente- en un hotel. Draco apenas alcanzó a distinguir el cubrecama color borgoña antes de ser lanzado sobre ella. Siendo desnudado salvajemente, desgarrándole la ropa, saltándole los botones, jalándole los pantalones y lanzando los zapatos lejos… Potter, comenzando con la faena lo besó intensamente, se tocaron y acariciaron con desesperación, lamiendo la piel suave y el sabor del incipiente sudor. El rubio sintiendo el varonil aroma del cuerpo que lo aprisionaba, madera seca y fragante tierra tostada, mientras el moreno enfatiza el roce de sus pechos, de sus estómagos, el movimiento ondulante de sus caderas y sus sexos. Acariciando con sus manos la piel de sus pantorrillas, subiendo por sus muslos, perdiendo las manos entre sus nalgas, tentándolo, preparándolo… mágica, manual, oral, de todas las formas posibles…
…antes de hundirse en él y literalmente clavarlo contra el colchón. Doblándolo en dos, con sus pálidas rodillas sobre los hombros, empujándose frenéticamente, jadeando como animal… sudando y sin despegar la boscosa y exuberante mirada de sus ojos grises y su rostro sonrosado.
Cerró los ojos y se hundió en la niebla del placer, de la lujuriosa ansiedad y la tensión ardiente de su cuerpo, cuando Potter dio contra esa glándula sacrosanta.
Pronto se sintió tenso como cuerda de violín, al borde del quiebre, del ahogo… de caer fulminado por el éxtasis.
Casi inconscientemente se arqueó de esa forma tan erótica, tan felina y sensual, esa que Terry siempre le decía que le fascinaba… logrando que la cabeza de su polla se apretara entre ambos cuerpos. Friccionándose deliciosamente, tortuosamente.
Potter le susurra cosas, lo delicioso que era, lo exquisito que se sentía, cuánto había extrañado su calor, su sabor… que se va a venir y lo va a llenar de leche… y entonces Draco se corre. Al momento, con la tensión de sus músculos y las contracciones de su culo, sintió al moreno inundar sus entrañas. La sensación era extrañamente conocida.
Estuvieron por tiempo indefinido descansando sobre la cama. De nuevo exhaustos, de nuevo sudados, de nuevo calientes y húmedos. De nuevo con la ardiente simiente de Potter provocando sensaciones en su interior. De nuevo recostado de lado, con las piernas juntas, evitando ese sentimiento de exposición y vulnerabilidad. Que el moreno parece no sentir, despatarrado sobre el cobertor, brillando de sudor, con sus marcados músculos de auror entrenado, con esa polla de Héroe.
Ahora el rubio tendrá que pasar por su piso para ducharse, comer algo y tomar una bebida isotónica, antes de encontrarse con Terry y Nathan para hacer el trabajo de Administración.
Draco suspira y el moreno se sienta para comenzar a vestirse. Sin prisa, sin la vehemencia anterior.
-La próxima vez…- recompone su respiración -te exigiré algo más que sexo, Potter…- comenta burlonamente.
-Claro…- responde igual de irónico.
Draco se ríe… si supiera el mundo mágico que su niño-que-vivió-para-hacer-la-justicia, gusta de joder con el hijo de un mortífago. Dulce ironía de la vida… y el rubio ama las ironías. Y ahora le comen las ganas por preguntarle por la chica Weasley… aunque con las enfáticas atenciones y la abundante experiencia del moreno, seguro ya le ha dado lo suyo a una buena cantidad de jóvenes magos. Jóvenes magos fanáticos de El Elegido, obviamente. Cientos de ellos, besando el suelo por donde Potter camina…
Recarga su rubia cabeza con cansancio, presionando su frente contra el cobertor y sin poder evitar volver a reír socarronamente. Dulce ironía. El idiota parece un elitista y al final se jodía a cualquiera.
*** 4 ***
Pensó que tardaría un mes más en volverlo a ver, pero Potter volvió a secuestrarlo una semana después. Se aparecen en la misma habitación de hotel y follan salvajemente hasta quedar agotados. Luego Draco suelta alguna cosa irónica o una burla, nada malicioso. Sólo le advierte sobre las cenas, los tragos y las duchas que ya le debe. Le recuerda su lenguaje vulgar y esa manía de secuestrar gente de lugares públicos, siempre sacando ventaja de sus beneficios de auror… o Héroe-casi-auror. Después Potter se viste lentamente, insistiéndole a Draco que se apure. Finalmente se despiden, antes de irse cada uno por su lado. Como dos desconocidos.
La semana siguiente ocurre lo mismo… y la siguiente… y la siguiente…
Potter algunas veces le mira intensa y ansiosamente, con necesidad y un deseo ardoroso grabado en sus pupilas… y extrañamente, el rubio piensa en Terry y siente culpabilidad. Especialmente las veces cuando su compañero de clase le sonríe sinceramente o lo besa con ternura… Se supone que no es nada serio y a veces parece serlo un poco.
Entonces se percata que Potter lo ha estado mirando, justo ahora… mientras el rubio descansa desnudo, de costado, con las piernas juntas y el cabello revuelto. La respiración aún un poco agitada, aún acalorado, aún húmedo… aún con esa llenadora sensación lúbrica en las entrañas. Como si todo su interior estuviese bañado de algo caliente…
Antes de pensarlo bien le pregunta.
-¿Irás a la fiesta de la universidad?, es el aniversario del Instituto de Salud y sanación mágica…-
-Hermione me lo comentó.- la castaña, al igual que muchas chicas de su generación, habían optado por ser medibrujas o auxiliares de sanador. -¿Tú irás?-.
-Si, Pansy quiere aprovechar de reunirnos a todos…- le comenta y la conversación muere ahí.
Ni siquiera sabe por qué abrió la boca… O quizás sí.
*** 5 ***
Terry está de verdad enganchado y eso le preocupa. No le ha dicho nada, pero lo ve… Draco no es ciego. En esos más de cinco meses de sencillo intercambio de necesidades físicas, de compañía, de comprensión, de desahogo, siempre han acordado evitar las manifestaciones públicas. No quieren habladurías y prefieren sólo ser dos amigos con derecho a roce, compartiendo una intimidad sin compromiso. Estable, sin presiones e incomodidades.
Aunque lo que realmente comparte Draco, es su rechazo a la indeseable soledad… su lucha contra el aislamiento.
… Y aunque desean mantener la relación como algo solapado entre ambos… todos parecen haberse enterado. Ya era algo así como un secreto a voces.
A pesar de todo eso, ahora en la fiesta, el hecho de que su compañero lo arrastre de la mano por el hall de la universidad y lo apriete contra él cada vez que se detienen a conversar con sus amigos… le parece un poco extraño, posesivo, pero no del todo molesto o incorrecto. El rubio siempre había pensado que antes que cualquier otra cosa, él amaría su libertad e independencia y que estar con Terry era sólo para evitar ese sentimiento de vacío. Una mano cálida que acaricie su espalda, un hombro amable y desinteresado donde apoyar su mejilla, unos labios donde olvidar una realidad que a veces se torna desagradable. Con o sin guerra, el sigue siendo un Malfoy después de todo.
No sabe si es por Terry o porque de verdad, honesta y disimuladamente, muy en el fondo no esta tan apegado a su autonomía, desvinculada de lazos afectivos. Quizás, tal vez… a lo mejor… posiblemente.
-¿Te has golpeado la cabeza recientemente?- dice y no puede evitar reírse, mientras su compañero realiza su segundo fregotego de la noche –Ya van dos veces que das vuelta tu bebida y la cuarta que tropiezas con tus cordones.-
-No es gracioso… de verdad estoy comenzando a pensar que hay algo mal en mi…- ambos miran la anteriormente preciosa camisa azul zafiro y el trigueño simplemente no sabe qué más hacer. Esta arruinada: un poco arrugada y aunque está seca, tiene una mancha azul oscuro, casi negra, al frente.
Draco vuelve a reír, sin malicia alguna. Comprensivamente toma su mano y lo tira de regreso a la esquina donde Pansy, Blaise, Theo y varios amigos de Terry comparten. El chico parece relajarse un poco y vuelve a pasar la mano por la cintura del rubio.
Blaise levanta las cejas, Theo entrecierra los ojos y Pansy les hecha unas miraditas poco disimuladas. Draco sólo puede hacer un gesto despectivo hacia ellos… ¡él ya está harto de que todos crean que es un puto cubo de hielo!
Bufa y casi al instante escucha una risa conocida.
Gira el rostro y mira a través de la gente. Cerca de uno de los grandes pilares del hall, un enorme grupo de Griffindor, Hufflepuff y Ravenclaw rodeando y adorando incondicionalmente al Héroe. Granger y varias chicas del famoso grupillo escolar de Potter ríen sobre algo. Mucha gente de la fiesta se acerca o tratan desesperadamente de mantenerse en un espacio cercano. Esperando poder escuchar algo interesante y quizás, con alguna pequeña esperanza, de poder participar y verse beneficiados por la presencia y beneplácito del trío maravilla. Tan patético.
Draco apoya su barbilla en el hombro de Terry, reconociendo en ese mar de admiradores a la desaparecida menor de los Weasley. Vistiendo la última moda de Madame Malkin, pero en un tono de rojo tan desastroso… con tacones y bolso del mismo color. Pobrecilla. Al menos Chang parece tener algo de buen gusto, pero todo era tan oriental que resultaba hasta monótono.
… entonces sus ojos se cruzaron con los de Potter. Él le observaba con esa salvaje mirada intensa, brillante, decidida y ardiente. El rubio esboza una pequeña sonrisa de lado y hace un gesto de cabeza, a modo de reconocimiento. Luego regresa a la conversación de su grupo.
No es la mejor fiesta universitaria a la que ha ido. La del Instituto de Diseño de Encantamientos y conjuros, el mes pasado, había sido increíble. Bueno, ellos eran conocidos por armar el desmadre… en cambio ahora, ya se siente medio aburrido.
Después que una de las bandejas flotantes cayera con todo y los cinco vasos de bebida sobre el pobre de Terry, ambos llegan al acuerdo de que es mejor irse. Demasiada mala suerte para una sola noche. De paso se escapaba de la engorrosa conversación con sus amigos.
*** 6 ***
Draco volvió a ser secuestrado por Potter la siguiente semana.
¡Continuará!...
¡Gracias por leer! XD
