Después de estar mucho tiempo sin escribir nada y ya algo desgastada, he vuelto para vuestro mal [¿]

Sí, es una pareja rara, extraña y bla bla bla, es culpa de mi subsconciente.

Summary: Sentía que estaba sola… Pensó que era una adicción y eso la preocupó más. Sus ojos perla se posaron sobre una pálida melena roja y unos ojos fieros de color caramelo. Parpadeó confundida y sintió cómo su cuerpo se tensaba, impidiéndole moverse. "Tayuya..."

—!Alerta: Yuri, UA


Copyright: Los personajes de Naruto son de Masashi Kishimoto.


Extrañar

Corrió todo lo que sus piernas le permitían, que no era mucho. No estaba acostumbrada a correr grandes distancias y no pensaba que en su vida pudiera correr desde su casa hasta la estación de Ikebukuro.

Jadeaba, ya sin aliento apenas y su vista se estaba tornando borrosa. No desistió, quería ser la primera en recibirle, ¡quería serlo!

Chocó con una persona que iba igual o más abrigada que ella, se disculpó sin siquiera fijarse en su cara y siguió corriendo. Le juraría haber visto una melena azulada, pero no estaba dispuesta a hacer de detective en estos momentos.

Después de cruzar innumerables calles, entró en la estación y buscó con insistencia a la persona por la cual había pasado dos meses en un estado pésimo.

Porque sentía que le faltaba algo. Sentía que estaba sola… Sentía que la extrañaba con tanto ahínco que pensó que era una adicción y eso la preocupó más.

Necesitaba saber qué problema tenía ella con su compañía.

Sus ojos perla se posaron sobre una pálida melena roja y unos ojos fieros de color caramelo. Parpadeó confundida y sintió cómo su cuerpo se tensaba, impidiéndole moverse.

Tayuya.

Llevaba el característico gorro negro protegiendo su cabeza del frío, fue ahí que estuvo 100% segura de que se trataba de Tayuya.

Al parecer estaba tratando de salir por otra puerta, mientras miraba a ambos lados cuidando de que nadie le quitara la maleta.

Vamos Hinata, no debes rendirte así de fácil por tu tonta timidez. ¡Vamos, qué se va!

—¡Tayuya! —gritó, avanzando a trompicones para acercarse. La mencionada se giró con la sorpresa bailando en su cara, más cuando vio la melena medianoche moverse entre la gente y a unos ojos perla brillosos en aquella cara pálida.

Sonrió con cariño, pero cuando se fijó en las ropas repletas de copos de nieve, el cariño fue reemplazado por la preocupación.

—¡¿Se puede saber qué haces saliendo de casa con este tiempo? —le espetó, acercándola a ella con su brazo y arrastrándola hacia fuera de la estación. —¡En serio, eres estúpida! —Cuando notó la baja temperatura que había, la acercó más a ella como si quisiera protegerla del letal frío.

—¡P-pero quería venir a recibirte!

Bufó, exasperada. Era típico de Hinata eso de no preocuparse por ella misma y tratar de ser "amable".

—Me podrías haber visto mañana en el instituto o haberme llamado, no era necesario que salieras con este frío. —Tayuya percibió que su amiga agachaba la cabeza, mirando mansamente hacia el suelo. Odiaba cuando hacia eso, se veía… frágil y ella no quería que nadie la viera así; rápidamente agregó: —Pero gracias.

La muchacha volvió a levantar la mirada, sonrojada levemente y observando con insistencia la cara morena de la pelirroja, quién tenía una sonrisa en su cara. Tayuya apartó la mirada, cohibida.

Los finos brazos de Hinata abrazaron la cadera de la ojimarrón a pesar de estar cubierta de copos de nieve y de que el frío se colará por la obertura de su bufanda. Sonrió agradecida y no se soltó hasta que llegaron a la casa de los Hyuuga.