Ninguno de los personajes es mío y esas cosas ya saben, sin ningún lucro…


Allí se encontraba, en la casa de su maestro con un pequeño panda entre sus manos ya que no sabía exactamente qué hacer con él. Se lo había encontrado en una pequeña madriguera dentro de su extenso jardín mientras trataba de mejorarlo para poder hacer un lindo picnic con los demás cuando tuvieran tiempo después de cumplir sus obligaciones, pero al parecer, eso tendría que esperar.

Tan pronto le vio supo con quien tendría que ir para poder saber qué hacer con él, le cargó en sus brazos después de empacar dentro de una mochila un poco de fruta y bambú de su jardín para poder encaminarse a la casa de su maestro, no por nada le había visto todos esos años rodeado de pandas, cuidándolos y alimentándolos.

Ya en la entrada se atrevió a tocar la puerta esperando respuesta hasta que vio la cabeza de su maestro asomarse por la enorme puerta.

-¿Eres tu Macau? Cuanto tiempo sin verte aru~… eso que llevas entre tus brazos es un…-Antes de que pudiera si quiera saludar su maestro ya le había arrebatado al pequeño panda entre sus manos. -¿Qué haces con este panda entre tus manos? aru~…No me digas que le has secuestrado- En esos momentos no podía ni hablar, sabía que su maestro era un amante de los pandas y que los protegería siempre, pero no creyó que dudara de él en esos momentos…se sentía algo herido aunque no se lo dijera.

-No, yo quería que me ayudaras a cuidarlo… verás lo encontré solo en mi jardín pero cuando lo quise llevar con su mamá…no me quiso soltar y tampoco la encontré a ella- Mientras lo decía el pequeño panda peleaba como podía para volver a los brazos de un triste Macau.

Cuando entendió que no había echo nada malo le devolvió el pequeño panda algo avergonzado –yo… lo siento aru- dicho esto le dejó pasar al interior de la enorme casa mientras eran rodeados por un incomodo silencio. Llegando a lo que era donde su maestro recibía a las visitas le permitió sentarse para servirle un poco del té que estaba tomando anteriormente.

El silencio que reinaba en la habitación era bastante incomodo, tanto tiempo sin verse temiendo que los recuerdos volvieran a revivir y ciertos sentimientos volvieran a su vida con más fuerzas…

-entonces… ¿deseas que te ayude a cuidar de él? Aru- aun evitando la mirada distrayéndose con el pequeño panda entre sus brazos asintió –me gustaría aprender a cuidarle si es que no estas demasiado ocupado, pero si lo estas lo entenderé y solo te pido que me des las instrucciones más básicas…- aunque había dicho aquello no quería que le negara su ayuda, quería quedarse a su lado un poco más y verle con más detalle.

Wang Yao pareció pensarlo con cuidado ya que se tardó en darle una respuesta, pero al final contestó lo que Macau más deseaba –Esta bien, te ayudaré a cuidarle mientras se pequeño ya que no tengo mucho que hacer…además no me gustaría que algo le pasara al panda- lo último le había hecho que algo le doliera en su interior pero de nuevo lo calló, no podía decir nada, no creía que esa fuera la forma de demostrar su sentir.

Se dio fuerzas a si mismo y decidió que mientras cuidaran juntos de ese pequeño panda haría hasta lo imposible para acercarse más al corazón de su maestro…

-Entonces iré por unas cuantas cosas a mi casa y vendré con lo necesario para mi estadía- sin espacio para reclamos se despidió de la manera más rápida llevándose al panda consigo. No dejaría que nada lo haga retroceder y eso incluía a su maestro mismo.


Bueno como sabrán este será una de muchas situaciones en las que Macau peleará por su amor espero que les guste y acepto ideas.

n.n

Hasta luego~