RWBY:

Entre Dioses.

Leyendas. Historias dispersas a través del tiempo. La humanidad se ha acostumbrado bastante al recuento de las hazañas de los héroes y villanos, olvidando tan fácilmente que son restos, subproductos, de un pasado olvidado.

El hombre, nacido del polvo, era fuerte, sabio, y lleno de recursos, pero nació en un mundo que no perdona. Una inevitable oscuridad - criaturas de la destrucción - las criaturas de Grimm - puesto sus ojos en el hombre y en todas sus creaciones. Estas fuerzas se enfrentaron, y parecía que la oscuridad tenía intención de volver la existencia del hombre en un vacío.

Sin embargo, incluso la más pequeña chispa de esperanza es suficiente para encender el cambio, y con el tiempo, la pasión del hombre, la inventiva y el ingenio lo llevó a las herramientas que ayudarían a equilibrar la balanza. Este poder fue el apropiado con el nombre de "polvo".

La ira en las manos de la naturaleza, el hombre iluminó su camino a través de la oscuridad, y en ausencia de la sombra llegó la fuerza, la civilización, y lo más importante, la vida. Pero incluso las luces más brillantes, finalmente, en un parpadeo, mueren. Y se habrán ido… la oscuridad volverá.

Uno diría que son caprichos de la naturaleza misma… pero no es así. Existen fuerzas impersonales capaces de cambiar nuestra perspectiva. Fuerzas desconocidas que pueden doblegar la visión del hombre, al grado, de dejarlo sumido en la insignificancia al no poder enfrentar y controlar lo desconocido. Inclusive la misma oscuridad no podrá retarlo… cuando se trata de una fuerza incontenible.

Esa fuerza desconocida… ha estado en Remnant desde sus inicios, desde que el hombre construyo la civilización. Sus héroes no tendrán la solides para confrontarlo, sus guardianes podrán encararlo pero no tendrán la fortaleza para desafiarlo, sus villanos serán reducidos a escombros y la historia develará un destino insólito. Algunos lo verán como su perdición, para otros el terror personificado, para él… el inicio de una nueva vida.

Capítulo 1: El Heraldo de un viejo mundo, el comienzo de un nuevo legado. (Primera Parte)

Los días en Remnant han estado llenos de tranquilidad. Pocas novedades en diversos poblados, salvo que la gente tenga cuidado con los Grimm. Hay que lidiar con esas criaturas cuando se les encuentra o cuando aparecen sin previo aviso; es algo con lo que se vive en todos lados.

Este día en particular es distinto. El cielo ha estado sumamente nublado, como si los mismos nubarrones anunciaran la llegada de las tormentas. En vez de eso, los bosques, sus habitantes, las cuatro regiones; Vale (centro), Vacuo (oeste), Atlas (norte) y Mistral (este) han sido invadidos por un frio inusual. Algunas personas no le dan mucha importancia. Otras lo miran como un mal presagio, algo que se avecina en Remnant, cualquier cosa puede pasar.

En la academia Beacon, sus empleados, andan de un lado otro, preparándose para iniciar actividades en poco tiempo. Una figura familiar caminaba por las afueras, por la avenida principal, apoyándose en su bastón, hasta llegar al monumento de los cazadores.

Ozpin se detiene a mirar el cielo, consternado, por el insólito clima; en su rostro había cierta preocupación. Observa la avenida principal, mirando a la lejanía, buscando a alguien, esperando la llegada de cierta persona. Decide caminar más allá con la esperanza de encontrarla. Recorre un buen tramo hasta estar lejos del monumento y se detiene. Apoya ambas manos en su bastón y lo aprieta como signo de angustia.

Ozpin: Amber ¿Dónde estás? Ya deberías estar aquí.

No había ninguna otra persona en la parte lejana de la avenida salvo él. Intentado calmar su preocupación, Ozpin voltea a mirar la grandeza de la academia desde donde estaba. La vista se veía espectacular pero no surtió el efecto necesario para apaciguar su intranquilidad de saber que Amber no llegaba.

Varios minutos transcurrieron y la incertidumbre le hacía pensar en los peores escenarios, hasta el frio lo hizo sentirse más incómodo. Al borde de la desesperanza un sonido peculiar lo liberó de toda aflicción. El andar de un caballo, a paso lento, lo hizo mirar de vuelta a la lejanía de la avenida.

Amber había llegado. Como podía se cubría con su capa del frio con una mano y con la otra maniobraba las riendas de su caballo. Ozpin la saluda alzando su brazo, Amber hace lo mismo y vuelve a cubrirse con su capa.

Cuando por fin se encuentran intercambian palabras, Ozpin estaba más entusiasmado.

Ozpin: Amber, me alegra ver que por fin hayas llegado.

Amber se detiene y desciende de su caballo para acercarse a Ozpin, cubriéndose todavía con su capa.

Amber: Ozpin ¿Qué haces tan alejado de la academia? Este frio es horrendo. ¿Cómo puedes aguantar sin estar bien abrigado?

Ozpin: Empecé a preocuparme por ti, al mirar que no llegabas. Caminé hasta acá buscándote, creyendo que estarías en algún tramo de la avenida esperándome a que te viera. Llegué a pensar en… creí que algo te sucedió.

Ambos se abrazan en expresión de saludo. Acto seguido Amber toma de las manos a Ozpin y le expresa su apreciación.

Amber: Estoy aquí, ya no tienes de qué mortificarte. Hay que movernos, en verdad este frio me está congelando.

Ozpin: ¿No vas a montar tu caballo?

Amber: Me siento entumida por estar mucho tiempo montada. Preferiría caminar, aunque tengamos que aguantar este clima.

Ozpin: De acuerdo. Permíteme llevarme tu caballo.

Amber: Gracias Ozpin, vamos para la academia.

Ozpin toma las riendas del caballo para llevárselo y Amber camina a lado de él; emprenden su caminata hacia Beacon. Durante su trayecto por la avenida estuvieron callados por un rato. Ozpin echaba miradas rápidas a La Doncella, para asegurarse que en verdad estuviese bien. Se le veía cansada pero notó algo que atrae su atención. Amber parecía estar sumergida en sus pensamientos o distraída.

El viento comenzó a soplar fuerte provocando que el ambiente se tornarse más gélido; Ozpin, Amber y su caballo aceleran el paso para llegar lo más pronto posible a Beacon. Ozpin decide iniciar la conversación con Amber para sacarla de su distracción, para él era raro que ella estuviese muy callada.

Ozpin: ¿Cómo estuvo tu viaje?

Apenas escuchó sus palabras y Amber sale de su distracción.

Amber: Umh, ajetreado. Tuve que hacer escalas para descansar. Sin olvidar que tuve cierto contratiempo durante el camino.

El último comentario atrajo el interés de Ozpin. El rostro de Amber reflejaba cierta inquietud tras haber mencionar que tuvo un contratiempo. Sin dar previo aviso, Ozpin se detiene y encara a Amber; ya estaban a punto de llegar al monumento de los cazadores. Comienza hablarle de forma interrogatoria.

Ozpin: ¿Sucedió algo mientras venias para acá?

Amber estaba agitada, titubeaba al momento de hablar.

Amber: Pues… solo. Solo… un atraso. Mi caballo también necesitaba reposo para seguir el viaje.

Ozpin no estaba convencido del argumento e insiste en preguntar.

Ozpin: Amber ¿Pasó algo durante tu trayecto? Dime, no hay nada de que temer.

Amber se sentía aún inquieta ante la insistencia de Ozpin, no tenía cabeza para pensar en algún otro pretexto para desviar la conversación debido a su cansancio. Sin dar más rodeos decide contarle los hechos.

Amber: Este… Ayer… Ayer unos ladrones intentaron atracarme.

Ozpin quedó consternado al escuchar sus palabras. Deseoso por saber más pregunta los detalles del intento de robo.

Ozpin: Pero… ¿Cuántos eran? ¿Cómo ocurrió? Amber, de casualidad… ¿usaste tus poderes?

Amber aparta la mirada de Ozpin por unos momentos y lo vuelve a encarar.

Amber: Me emboscaron en campo abierto, uno de ellos fingió estar lastimado. Bajé de mi caballo, me acerqué a ayudarlo y sus dos secuaces saltaron encima de mí. Afortunadamente reaccioné a tiempo, ya se me hacía muy sospechoso que estuviese solo y tendido en el camino. No tuve opción, use mis poderes. Al principio me defendí con mi lanza pero en verdad estaban empeñados en hacerme daño. Se espantaron cuando me miraron levitar en el aire, los ataqué y herí dos ellos. Su cabecilla los auxilió y los tres salieron huyendo.

Tras escuchar su relato Ozpin suspira de alivio al saber que no pasó a mayores el intento de atraco. No obstante aún tenía sus dudas de cómo los ladrones supieron que Amber pasaría por ese rumbo, ya que recordó que se había asegurado de que nadie supiese de la ruta que ella tomaría, para salvaguardar su seguridad. Ozpin opta por no expresar este detalle delante de Amber, salvo hacerla una pregunta que, para él, era de vital importancia.

Ozpin: Me alegra saber que hayas salido ilesa. Es desafortunado que tuviste revelar tu verdadero ser como La Doncella Del Otoño ante ellos. Por suerte no habrá nadie quien les crea al mirarte lo que hiciste, los van a tirar de locos; aunque exista gente que sepa acerca de la Leyenda De Las Cuatro Doncellas. Pero hay algo que necesito saber y quiero que seas honesta conmigo.

Amber lo mira intrigada.

Amber: Dime Ozpin.

Ozpin: En ese campo abierto ¿de casualidad no llegaste a mirar a alguien más cuando ocurrió el ataque? ¿Alguien que estuviese de paso por ese camino mientras te defendías o algún testigo?

Amber queda en silencio por unos momentos, recordando si hubo alguien en ese lugar. Le da a Ozpin su respuesta con certeza.

Amber: No, nadie más estuvo ahí.

La atención de ambos fue atraída por el sonido de los relámpagos que anunciaban la llegada de la lluvia, miran el cielo asombrados por del abrupto cambio del clima.

Ozpin: Esto en es verdad raro, nunca había visto semejante clima como este. Apresurémonos y llevemos a tu caballo al establo, estará bien ahí.

Amber: Gracias Ozpin. Después de este atareado y sorpresivo viaje quedaré sumamente dormida como una piedra.

Ozpin ríe por el comentario final que hace Amber y emprenden de nuevo su marcha pero a paso acelerado para evitar a la lluvia a toda costa.

Después de dejar al caballo en el establo ambos ya se encontraban en el interior de Beacon. Ozpin guiaba a Amber por un pasillo bastante largo; el piso estaba alfombrado, el techo estaba decorado con banderas que tenían la insignia de la academia, había también otras banderas colocadas pero lo alto de las paredes. De lado izquierdo unos ventanales grandes y del lado derecho puertas que daban a unos dormitorios. Se detienen en una de las puertas y Ozpin la abre usando una tarjeta de acceso.

Una vez abierta Amber queda maravillada de la habitación, era una suite; tenía las comodidades como la de un hotel cinco estrellas. Un guarda ropa amplio con puertas de madera, estaba cerca de la entrada y una lámpara de pie minimalista iluminaba el pórtico.

El piso estaba alfombrado, una cómoda de buen tamaño con cajones para guardar diversos objetos o ropa; encima de ésta estaba puesto un televisor de pantalla plana. Dos sillones minimalistas en el centro de la habitación; uno para tres personas y otra para dos. Hasta el fondo un escritorio redondo, acompañada de dos sillas tipo ejecutivo.

Una ventana amplia, con persianas de madera en horizontal. Una cama queen size, custodiada por ambos lados por unas lámparas de pared en forma de cubo; tres de cada lado. El baño estaba divido en dos partes, la primera sección un lava manos montado en una plancha de mármol; encima de ésta, diversos cosméticos para higiene y la otra sección una bañera con canceles de cristal.

Tras admirar todo el confort de la habitación, Amber mira a Ozpin apenada por recibir semejante comodidad.

Amber: ¿En verdad este dormitorio es para mí? Ozpin no te hubieras molestado, esto es demasiado, no sé qué decir.

Ozpin: Mereces el mejor trato de mi parte Amber. Después de un largo recorrido ameritas a que descanses como es debido. Siéntete como en tu casa.

Amber: Te lo agradezco mucho Ozpin.

Ozpin: Si me disculpas debo regresar a mi oficina, tengo documentación que hacer, estamos a dos semanas de iniciar actividades en Beacon. Si necesitas algo házmelo saber.

Amber: Claro, que termines pronto.

Ozpin le entrega la tarjeta de acceso del dormitorio y se marcha. Amber lentamente cierra la puerta pero se recarga en ella para escuchar atentamente los pasos de Ozpin, hasta asegurarse de que todo quedase en silencio. Al no escuchar ningún ruido Amber suspira de alivio pero también éste reflejaba cansancio; su rostro mostraba cierta intranquilidad.

Con lentitud, abre la puerta del guarda ropa para alojar su lanza, se quita sus botas para almacenarlas ahí también. Estira su cuerpo para liberarse de la tensión que tanto la oprimía. Tras sentirse menos tensa camina para asomarse por la ventana; las gotas de la lluvia golpeteaban el cristal. Observa el cielo, siente un desagrado al mirar las nubes se tornaron más grises, hasta el exterior se volvió más oscuro. Decide cerrar las persianas para no contemplar la amenazante negrura.

Amber saca de su bolsillo su celular, para activarlo en modo silencio y lo arroja hacia la cama. Das unos pasos y se deja caer en ella, era claro que quiera desconectarse del mundo y no saber nada. Tras unos segundos se da la media vuelta hasta encarar el techo y lleva su brazo para colocarlo en su frente e intentar conciliar el sueño. No logra dormir; un pavoroso recuerdo la hizo incorporarse hasta quedar sentada, su rostro reflejaba miedo. Observa sus manos y los cierra para mirar sus nudillos, buscaba rastros de algo que estaba ahí. Acto seguido estira uno de sus brazos hasta alcanzar su espalda, usa los dedos de su mano para buscar algo en su piel.

Al no encontrar nada, se queda sumamente sumergida en sus pensamientos pero seguía siendo acosada por el miedo. Los horribles recuerdos seguían atormentándola, unas evocaciones que las miraba de forma muy borrosa, deseando que no los tuviese presente en este momento. Llega a escuchar con gran claridad, como si se fuese una regresión, una risa femenina que sonaba espantosamente maniática; Amber siente un terrible escalofrió al evocar esa horrenda risa, musita en silencio.

Amber: Este… este… ha sido el momento más extraño de mi vida. Tarde o temprano Ozpin va a descubrí lo que pasó en realidad. ¿Qué van a decir de mi cuando todo salga a la luz? ¿Qué voy hacer? Pero si no fuera por él yo… yo… no…

No logra terminar su oración y vuelve acostarse para encarar de nuevo el techo; su miedo empezó a convertirse en pánico. El ruidoso sonido de los relámpagos ni siquiera la podían liberar de su estado actual, su respiración era apremiante, intentaba tranquilizarse a como dé lugar para no caer en la desesperación.

Pasaron varios minutos y logra vencer al pánico; el tiempo pasó ante sus ojos hasta concederle la tranquilidad que tanto clamaba.

Sus oídos seguían atentos al golpeteo de las gotas contra la ventana, esto la ayudó a consolar el sueño y lentamente comenzó cerrar sus ojos… El retumbar de su celular sobre la cama la conmocionó.

Toma rápidamente su teléfono para mirar quién la llamaba, para su sorpresa era un mensaje de texto de un número que ella solamente conocía. Su rostro expresa asombro al leerlo.

¿?: Amber ¿Has llegado a tu destino?

Se incorpora una vez más para estar sentada en la cama y comienza a responderle a aquella persona, que le acababa de mandar el mensaje, escribía con la mayor calma posible.

Amber: Si, llegué hace bastante rato. Ya no tuve más problemas el resto del camino.

Espera unos pocos segundos y el desconocido le responde.

¿?: Es bueno saber que estés totalmente a salvo. Me siento aún apenado contigo por lo que te hice pasar ayer, no se volverá repetir, te lo aseguro.

Amber suspira de alivio al leer el mensaje. Sin embargo, ella siente la necesidad de hablar con él para expresarle su malestar, ante la situación actual por la que está pasando.

Amber: Escucha. Ozpin, el director de la Academia Beacon, tarde o temprano va descubrir lo que en verdad pasó; me preguntó al notar mi silencio, no pude evadir su interrogatorio. Necesito saber cuándo vendrás para acá, no quiero que las cosas se compliquen para mí.

El individuo no tarda en responder y ambos se enfrascan en una conversación.

¿?: Te pido disculpas pero tenía que terminar con este asunto que te había mencionado, antes de que emprendieras de nuevo tu viaje. No me puedo arriesgar en llevarlo conmigo todo el tiempo, tú viste que se vuelve impredecible tras usarlo por largos periodos. Además, estoy haciendo unos preparativos para asegurarme que todo salga como lo he planeado. Solo te pido paciencia y hablaré con Ozpin personalmente.

Amber: Estoy eternamente agradecida contigo. Pero, por favor, no faltes. Me urge que las cosas se aclaren, no quiero salir perjudicada.

¿?: Esto es lo que vamos hacer. Mándame las coordenadas de la academia y llegaré directamente con Ozpin pero voy a presentarme de sorpresa. ¿Confías en mí?

Amber: ¿¡Qué!? ¿¡De Sorpresa!?

Se pone nerviosa al leer la propuesta, no sabía si en verdad funcionaria. Tras pensar unos pocos segundos le da su respuesta y le manda las coordenadas.

Amber: Confío en ti, pero sé cuidadoso con tus palabras al momento de hablar con Ozpin, te lo ruego.

¿?: Listo, ya recibí las coordenadas. No te voy a defraudar.

Le viene algo a la mente a Amber que considera importante, una pregunta que Ozpin le hizo en las afueras de la academia y decide hacérsela al desconocido.

Amber: Necesito saber algo y quiero que seas honesta conmigo, por favor.

¿?: Dime Amber.

Amber: ¿Había alguien más en ese campo abierto? ¿Alguien que estuviese de paso o algún testigo que haya visto todo?

Tarda en responderle, esto le causa a Amber cierta mortificación.

¿?: Lamento decirte que si hubo testigos pero era solamente uno, es probable que vaya con Ozpin y le cuente los hechos. Ya tengo mis cartas bajo la manga en caso de que el testigo vaya o no con él. Yo me encargaré de todo, tú tranquila. Si llegara llamarte Ozpin para que te presentes ante él, no muestres temor ni desconfianza, mantente firme. Le diré que yo me hago responsable de este asunto hasta sus últimas consecuencias.

Amber queda sumamente complacida por las palabras de aquella persona, a pesar de revelarle que hubo cierto testigo que miró los eventos en el campo abierto.

El sueño comenzó ser más notorio en sus ojos y decide despedirse del individuo, para dormir y hacer a un lado esa fatiga que le exigía reposo a gritos.

Amber: No sé cómo expresar todo lo que has hecho por mí, algún día buscaré la forma de pagarte. Me despido, ya no aguanto más esta fatiga. Espero verte pronto.

¿?: Es un honor Amber, no tienes que saldar semejante deuda conmigo. Con tu agradecimiento me es más que suficiente. Descansa, yo estaré ahí para apoyarte.

Amber muestra calma en su rostro, acompañado de un agotamiento que la hizo cerrar sus ojos paulatinamente; deja su celular en la cama pero a un lado de ella, se deja caer para quedar acostada de espaldas, se cubre con las sabanas y se acomoda de lado. En menos de pocos segundos queda profundamente dormida. La lluvia continuaba acompañada de los inclementes relámpagos pero eran inexistentes para Amber, al igual que el mundo exterior.

El tiempo transcurre en Remnant hasta la llegada de la noche. Los chubascos se habían convertido en una ligera lluvia pero las nubes seguían presentes de manera amenazante y los relámpagos seguían con su destellante danza por todo el cielo.

Ozpin miraba desde su oficina el espectáculo estupefacto, interpretaba esa actividad extraña fuese obra de alguna fuerza desconocida o un acto de la naturaleza misma pero extrema. Al igual que Amber siente un desagrado al observar esa escena. Decide darle la espalda a esa oscuridad, toma asiento, activa su computadora holográfica de su escritorio y revisa si aún tiene pendientes por hacer. Mientras revisaba sus archivos recibe una llamada telefónica, mira el número... era Qrow quien lo llama.

Ozpin: Qrow, no esperaba que fueras tú.

Qrow: Hey, no te interrumpo ¿Verdad?

Ozpin nota que la voz de Qrow sonaba con desánimo, no le da mucha importancia al pensar que posiblemente o, como siempre, está embriagado.

Ozpin: No, no del todo. Me encuentro en mi oficina revisando el registro de los estudiantes de nuevo ingreso. Dime ¿A qué se debe tu llamada?

Qrow: ¿Dónde está Amber?

Ozpin: En estos momentos está durmiendo tras su largo viaje, ya tiene bastante rato que llegó a la academia. ¿Por qué la pregunta?

Qrow: ¿Notaste algo raro en ella?

Ozpin: Estuvo callada por un rato cuando caminábamos por la avenida. ¿Acaso sabes algo que ella no me haya querido decir?

Qrow: Tú dime ¿Qué te contó?

Ozpin comienza a ponerse desconcertado por las preguntas que le hacia Qrow.

Ozpin: Me confesó que unos ladrones la emboscaron en campo abierto, uno de ellos aparentó estar lastimado. Descendió de su caballo, lo quiso ayudar y sus dos secuaces saltaron encima de ella. Por suerte reaccionó a tiempo, se percató que era muy sospechoso que estuviese solo y tendido en el camino. Usó sus poderes. Contó que se defendió con su lanza desde el comienzo pero estaban empeñados en lastimarla. Hirió a dos de ellos al atacarlos con su poder, al final los tres huyeron.

Qrow: ¿Eso te dijo?

Ozpin: No me pareció que le hubiese inventado.

Qrow: Si te digo… Que el setenta por ciento de lo que te contó es mentira y el treinta por cierto es verdad.

Ozpin se levanta abruptamente de su asiento, da un manotazo a su escritorio y se pone perplejo por lo que escuchó; su tono de voz se tornó sumamente serio.

Ozpin: ¡Al grano Qrow! ¿¡Dime qué fue exactamente lo que viste!? ¡O es que acaso estás tan embriagado que ni sabes lo que dices!

Se escucha un suspiro de enojo por el auricular, a Qrow no le agradó para nada el comentario y se siente ofendido. Ozpin se percata de su molestia y rápidamente le pide disculpas.

Ozpin: En verdad lo siento, no quise gritarte de esa forma. Comprende que Amber fue mí máxima propiedad todo este tiempo. Me estresé al medio día al mirar que no llegaba, pensé en lo peor. Está a salvo y eso me alegra. Ahora me dices que su relato es una farsa, esto me preocupa, no entiendo qué me quiere ocultar. Si tú sabes la verdad… dímelo ya.

Qrow: Preferiría narrarte todo personalmente, no es seguro por teléfono y no quiero que esto se esparza como pólvora. Dame diez minutos y estaré ahí en tu oficina.

Ozpin: Bien… aquí te espero.

Ozpin termina la llamada, se sienta, se quita los lentes y se frota su frente en signo de preocupación. Tras un breve momento vuelve a colocarse sus lentes y se levanta para mirar de nuevo hacia el exterior; las nubes aún seguían mostrando su aspecto tétrico, la lluvia continuaba cayendo de manera ligera y los relámpagos continuaban presumiendo su presencia. Tenía muy claro que esta noche sería larga y desagradable. Además, un mal presentimiento recorrió todo su ser en forma de escalofrió.

Esos diez minutos fueron una eternidad para Ozpin, las ansias lo devoraban por dentro. Intentaba aplacarlas continuando trabajando en su computadora holográfica pero no lograba concentrase, su mente divagaba por saber qué le ocultaba Amber.

El timbre del elevador anunciaba la llegada de Qrow, se levanta de su asiento y se aproxima para recibirlo. Cuando Qrow entra a la oficina, Ozpin observa su rostro. Sus ojos mostraban ojeras, no solamente fatiga sino de haber visto algo perturbador. Ozpin queda consternado y piensa que posiblemente no se encuentra del todo bien.

Ozpin: ¿Qrow? ¿Te ocurre algo?

Qrow: Me vendría un buen trago de agua en este momento.

Ozpin queda más extrañado por la petición, normalmente estaría bebiendo whisky de su cantil; esto significaba para el que era algo muy serio. Qrow se acerca, al observa una jarra de agua, deja tres folders encima del escritorio que tenía en la mano y se sirve hasta llenar el vaso. Ozpin le proporciona una silla extra que tenía en un rincón para que tome asiento.

Mientras Qrow bebía lentamente, Ozpin se sienta en su sillón y mira los folders con curiosidad; nota que tienen escrito letras negras la palabra confidencial. Le da un poco más tiempo a Qrow para que termine de beber. Tras acabar hubo un breve silencio y Ozpin inicia la plática.

Ozpin: ¿Estás mejor ahora?

Qrow: Mas o menos.

Ozpin: Esos folders ¿Qué contienen?

Qrow: Momento, permíteme organizar un poco mis ideas. Veamos… ¿Por dónde empiezo?

Tras pensar un poco suspira para apaciguar su mente y le responde a Ozpin.

Qrow: Versas, no estoy del todo seguro del embrollo en el que está metida Amber, pero, si tú la viste tan serena cuando la recibiste es porque en verdad supo engañarte. Y vaya que supo cómo hacerlo.

Ozpin se arma de paciencia para no perder los estribos.

Ozpin: Me estás poniendo cada vez más angustiado. Dime ya ¿Qué fue lo que pasó y qué está ocultando?

Qrow: Ese relato que te contó si hubo tres individuos pero eran dos mujeres y un hombre. Por lo visto sabían de la existencia de Amber, como la Doncella Del Otoño, desde hace tiempo.

Ozpin: ¿Sabes quiénes son?

Qrow: Me tomé el tiempo de investigar y saber quiénes eran exactamente. No lo hice solo, pedí un poco de ayuda a Ironwood para recopilar la información. Al menos no me cobró por esto.

Qrow toma los folders y comienza a sacar, de cada uno, unos documentos con las fotografías de Mercury, Emerald y Cinder. Los extiende ante Ozpin para que los observe; los toma para leer con calma sus perfiles.

Conforme leía Ozpin empezaba a desconcertarse al mirar la relación del trio y su verdadero propósito.

Ozpin: Mercury Black, hijo de Marcus Black. ¿Qué? ¿Marcus el asesino despiadado tiene un hijo? No me lo esperaba. Es terrible, no se llevaba bien con su padre. Es triste que su propia sangre le haya dado muerte.

Ozpin: Emerald Sustrai. Huérfana y joven como Mercury. Vaya, una ladrona que usa su encanto para timar a sus víctimas y quitarles sus pertenencias; esa es su forma de vivir. ¿Por qué no se interesó en buscar alguna alternativa o ayuda para salir de ese bajo mundo?

Ozpin: Cinder. ¿Líder del grupo? No hay datos que digan de dónde viene, si tiene o tuvo familiares. Posiblemente trabajando por su propia cuenta, haciendo actos delictivos.

Al leer las últimas líneas queda asombrado por lo que había escrito.

Ozpin: No puede ser… Reclutó a Emerald y a Mercury para ¿¡Ir detrás de Amber, usarlos y cazar a Amber para arrebatarle sus poderes!? ¡Qrow! Si sabías de esto con anticipación ¿¡Por qué no me informaste!? ¿¡Dónde están ahora esos tres!? Ahora comprendo cuando me dijiste que el setenta por ciento de lo que contó Amber es mentira y la otra era verdad.

Qrow mira a Ozpin, mostrando un rostro de abatimiento. Ozpin seguía algo alterado por la revelación.

Qrow: Ya no importa donde estén ahora.

Ozpin: ¿¡Cómo que ya no importa!? ¿¡Y si atacan de nuevo a Amber!? ¡No lo puedo permitir! ¡Ni siquiera he encontrado una candidata para suplirla!

Qrow: Ozpin… esos tres… Están muertos, Amber… los mató.

Ozpin queda helado al oír el espantoso desenlace de Emerald, Mercury y Cinder. Qrow se cubre la cabeza con sus manos y se apoya sobre el escritorio, en reacción al develar el trágico final en manos de Amber.

Hubo un silencio abrumador. Ozpin no podía procesar ni digerir el hecho de saber que Amber haya sido capaz de matar a tres personas, a pesar de saber que ellos querían asesinarla para obtener sus poderes.

Qrow vuelve a encarar a Ozpin, pero seguía pasmado mirando las fotografías del trio e imaginaba el cómo pudieron haber muerto de manera atroz. Retira su mirar de los archivos, mira a Qrow y logra por fin pronunciar palabras.

Ozpin: No… Ella… sería incapaz de hacer eso. Pero… ¿Por qué? ¿Por qué me mintió?

Qrow: Amber pudo porque… Lo Doncella Del Otoño que yo vi no era la misma. Era… un monstruo. No había nada de humanidad en ella en ese momento, yo vi todo. Si… Si tan solo hubiese llegado desde mucho antes… Pero eso no es todo.

Ozpin comenzó a agitarse al oír que Qrow no había terminado.

Ozpin: ¿¡Qué dices!?

Qrow: Alguien estaba con Amber, la ayudo de manera indirecta.

Ozpin: ¿¡Cómo!? ¿¡Alguien más sabía de su existencia!?

Qrow: Así es, era un individuo.

Ozpin: ¿¡Quién era!?

Qrown aún mostraba abatimiento en su rostro pero intentaba mantener cierta firmeza en su voz.

Qrow: Eso quisiera saber. No encontré nada de él, como podrás observar. No pude mirar su rostro porque estaba cubierta con una capucha, la cual en sí es parte de su capa. Una capa grande de color gris que le cubría todo su cuerpo, parecía estar hecha de piel de algún animal, de verdad, de piel. En el centro de su capa un glifo o insignia en forma de espiral de tres puntas, alrededor de ésta unas cadenas o trenzas. ¿Alguna vez has visto algo así?

Ozpin queda intrigado por la descripción de la vestimenta pero le llama la atención el detalle de la insignia, esto apacigua su intranquilidad.

Ozpin: Probablemente se trate de algún mercenario o posiblemente un cazador que trabaja por su propia cuenta. Pero es extraño que alguien lleve semejante capa. La descripción de ese signo… no tengo idea. No recuerdo que haya algún libro que describa esa insignia que dices.

Qrow: Me imaginé. Yo lo busqué en diversas bibliotecas en línea y no hay registros de semejante glifo. Perdóname Ozpin, no he dormido bien tras ese desastre e investigación, casi lo olvido. Logre mirar los ojos de ese desconocido que estaba con Amber. Sé que no es de mucha ayuda pero… es difícil de imaginar.

Ozpin: ¿Cómo eran?

Qrow: Es algo perturbador… de color azul, azul metálico, brillaban con intensidad. No sé qué pensar. No sé si sea humano, Grimm o yo que sé. No hay nadie en Remnant que tenga esos ojos. Además, llamaría mucha la atención.

Ozpin queda absorto por la descripción. En su cabeza rondaba teorías de la posibilidad de que fuese algún individuo capaz de cambiar con gran facilidad el color de sus ojos por medio del polvo e inclusive de que pudiese tratarse de algún hechicero, que practica las artes oscuras. Pero descartó esa idea porque si ese fuese el caso, no hubiese ayudado a Amber. Un pensamiento golpeó de súbito su dialogo interno y lo revela ante Qrow.

Ozpin: Qrow ¿Los cuerpos de esos tres? ¿Qué pasó con ellos?

Qrow se le veía un poco más calmado y le dice el paradero de los cadáveres.

Qrow: Están en la morgue de Atlas, bajo estricta vigilancia. Ironwood también me facilitó su resguardo. Descuida, no le dije ningún detalle de lo sucedido con Amber, solo le mencione que esto era una situación delicada y, que nadie tiene que saberlo, salvo tú.

Ozpin suspira de alivio al saber que Qrow fue precavido al saber manejar la situación, pero su mirada se torna seria y le hace una petición.

Ozpin: Has hecho un buen trabajo al mantener esto bajo el agua. Ahora, tal vez esto no va ser nada de tu agrado. Necesito que me cuentes con todo lujo de detalles lo ocurrido en ese campo abierto, de principio a fin.

Qrow expresa descontento en su rostro, al parecer no estaba deseoso en relatar lo que presenció ese enloquecedor día.

Qrow: ¿Es necesario? Nada más de acordarme lo que atestigüé me hace sentir… asqueado. No sé si pueda.

Ozpin: Te pido que hagas un esfuerzo, cuéntamelo una sola vez. De ese modo podremos determinar cómo proceder ante esta situación y llamar a Amber, para que nos revele la identidad y el paradero de ese individuo por las buenas. No quiero presionarla y que todo se salga de control, no sabemos qué intenciones tiene ese ser misterioso con ella o peor aún… ¿Qué planea hacer en Remnant?

Qrow suspira de resignación y acepta relatar los eventos. Antes de empezar saca su cantil con whisky y le da un buen trago para darse ánimos. Tras ese breve momento para reunir suficiente voluntad, comienza su narración.

Se desplazaba a toda velocidad por el bosque y asistir cuanto antes para auxiliar a la Doncella Del Otoño. Llega tarde para su suerte, Amber había recibido el disparo de una flecha de Cinder en su espalda. Qrow se frena en seco, quedándose a buena distancia donde nadie pudiera verlo.

Qrow ¡Rayos! ¡Nooooo! Pero… ¿¡QUÉ OCURRE!?

Inesperadamente el aura de Amber emerge de manera explosiva, se llega a sentir una onda expansiva poderosa, derribando a Mercury al suelo. Emerald seguía tendida en el piso, tras casi recibir el ataque de la lanza hace unos momentos; mira a Amber, perpleja, a pocos centímetros de ella. Cinder está confundida, no comprendía cómo seguía de pie tras recibir ese tiro crítico.

El poder de Amber fue creciendo de manera desmesurada. Llegó un momento en que su Aura se tornó de color carmesí, al igual que sus ojos; agacha su cabeza al resentir semejante transformación. Se podía sentir una energía sumamente amenazante y opresora. Emerald estaba paralizada del miedo, escuchaba un gruñido pavoroso. Un gruñido que se mezclaba con la de una bestia y con la voz de Amber.

De súbito Amber se arranca la flecha de su espalda, su herida comenzaba a sanar a gran velocidad e inclusive la sangre regresaba a su cavidad; la lesión se cerró hasta desaparecer. Mercury se levanta pasmado. Cinder estaba igual, no sabía lo que pasaba ante sus ojos.

Se seguía escuchando el horroroso gruñido de Amber, acompañado de un jadeo muy agitado. Tras varios segundos su respiración se normaliza pero sonaba pesado.

Emerald queda espantada al mirar que Amber endereza su cabeza y la encara. Su mirada reflejaba locura, su sonrisa era perversa, el brillo de sus ojos carmesí inquietante y el poderío que emanaba de su cuerpo era en verdad amenazador. Su voz transmitía un enojo irracional.

Amber: Les enseñare… ¡A NO METERSE CONMIGO!

En un ataque extremadamente veloz, Amber apuñala a Emerald, en el lado derecho de su pecho con la flecha hasta atravesarla. Emerald deja escapar un alarido de penetrante al sentir como la punta la destrozaba por dentro. No conforme con esto, Amber le propina una poderosa patada, como si se tratarse de una pelota. Fue tan brutal que fue lanzada dando tumbos por el suelo hasta recorrer una distancia de trece metros.

Emerald queda inmóvil, dando señales de haber muerto al instante. Una escalofriante risa e incontrolable emerge de Amber, al encontrar perversamente graciosa la manera en que acabó con ella.

Tras calmar su maquiavélica risa mira a Mercury y comienza acercarse a él de manera amenazante. Por medio de su poder, recupera su lanza hasta tenerlo en sus manos y lo usa para atacarlo, su voz era la demencia encarnada.

Mercury: ¡EMERALD!

Amber: ¡Eres el siguiente PATAS DE HOJA LATA!

Mercury queda aterrorizado e intenta mantener su postura para defenderse y grita desesperadamente a Cinder.

Mercury: ¡CINDER! ¡HAS ALGO! ¡NO ME DEJES SOLO CON ESTA DESQUIZADA!

Cinder miraba estupefacta, seguía sin entender cómo la Doncella Del Otoño podía tener esa fuerza y mostrar semejante naturaleza homicida.

Cynder: ¿Cómo? No lo comprendo… se supone… no debería estar pasando esto. ¿Ese es su verdadero poder?

Cinder apenas reacciona ante las súplicas de Mercury al escucharlo.

Mercury: ¡CINDER! ¡AYUDAME!

Sin pensarlo dos veces, Cinder dispara otra flecha pero apuntando a la cabeza… de nada sirvió. El aura de Amber resultó ser un poderoso escudo energético y la flecha rebota como si fuese hule, Cinder se frustra.

Cinder: ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué tiene semejante Aura!? ¡NO ES POSIBLE!

Mercury: ¡ALEJATE! ¡NOOOO! ¡CINDER! ¡AAAAAAHHHHHHHH!

Amber ataca a Mercury con su lanza; su velocidad era la de un relámpago, provocándole cortes profundos en la mejilla izquierda, uno de lado derecho de su cadera y otro en la clavícula izquierda. Mercury se tabalea del dolor, sangraba considerablemente e intentaba alejarse como pudiese. Amber se regocija al mirarlo mal herido y se carcajea de manera maniática.

Mercury: ¡NO TE ACERQUES A MI MALDITA LOCA! ¡CINDER! ¡NO TE QUEDES PARADA!

Cinder dispara varias flechas desesperadamente pero todas rebotan ante la impenetrable aura, Amber ni se molesta en mirar cuando recibe los disparos. Su atención estaba en su totalidad sobre Mercury, su mirada se torna como la de una bestia quien juega con su presa antes de despedazarla, le dice algo horrendo que hasta Mercury se le eriza la piel.

Amber: ¡Te arrancaré esas piernas!

Mercury: ¡Trágate esto! ¿¡Qué!? ¡SUELTAME!

Haciendo un esfuerzo, a pesar de sus heridas, Mercury contraataca lanzando una patada pero Amber lo detiene con suma facilidad, atrapándolo de la espinilla. Mercury intenta zafarse. Amber le sonríe de forma maliciosa, dándole entender lo que pretendía hacer.

Amber: ¡Haré que tragues polvo!

Mercury: ¡DEJAME! ¡NOOOO! ¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH! ¡ARRRRGGGHH!

Dando una demostración de su fuerza sobre humana, Amber levanta a Mercury por los aires con una sola mano, le da una vuelta y lo zarandea hasta azotarlo de forma violenta al suelo dos veces, como si fuese un muñeco de trapo. Amber se ríe como una psicópata, Mercury queda retorciéndose del dolor, sofocado por la falta de aire debido a los impactos y sus heridas se tornaron más graves.

Cinder miraba atónita a la distancia, no se atrevía acercarse para ayudar Mercury. Se limitaba a seguir disparando flechas con la esperanza de debilitar el aura de Amber pero era inútil. Desiste e intenta pensar en algo para detenerla, seguía frustrada.

Cinder: ¡Maldición! ¡Debo buscar una forma! ¿¡Pero qué!? ¡MERCURY!

Mercury se arrastraba, gemía de dolor y seguía sangrando. Amber lo observaba sonriéndole malvadamente, caminaba alrededor de él y degustaba su sufrimiento. Se acerca un poco y le habla sarcásticamente.

Amber: ¡Pobre de ti, creo que te quebré los huesos que aún te servían! ¡Anda! ¡Arrástrate como el gusano que eres! ¡Ve a pedir ayuda a tu amiguita para que te releve o pídele que te consuele! ¡A ver si así se te pasa!

Mercury: Per… Des… des… ¡Desgraciada! Tu… Uuuggggghhhh… ¡¿Cómo pudiste hacerle eso a Emerald!?

Amber: ¿¡Era tu novia!? ¡Qué gracioso! ¡Aparte te rompí el corazón! ¡Descuida, te haré el favor de que te reúnas con ella en unos momentos! Por cierto, Los gusanos como tu… ¡NO DEBERÍAN DE TENER PIERNAS PARA ARRASTRARSE!

Mercury: ¡ESPERA! ¡NO LO HAGAS! ¡TE LO PIDO! ¡CINDER! ¡NOOOOOOOO! ¡AAAAAAAAAGGGGGGGGHHHHHHHHH!

Con gran fuerza bruta, Amber destroza las piernas cibernéticas de Mercury con demoledores pisotones; el crujido del metal, engranes y tornillos sonaba horrendo. Por más súplicas que Mercury gritaba Amber no se detuvo hasta dejarlo desamparado de sus prótesis.

En un arranque de enojo y de desesperación, al mirar a Mercury sumido en el sufrimiento e impotencia, Cinder continuar disparando flechas, le grita a Amber para atraer su atención e intentar salvarlo.

Cinder: ¡MISERABLE PERRA! ¡DETENTE! ¡VEN POR MÍ DE UNA BUENA VEZ Y PELEA!

Tras varios tiros logra llamar su atención. Amber mira a Cinder de forma amenazante, levanta su lanza señalándola, y le responde agresivamente.

Amber: ¡DEJA DE MOLESTAR CON TUS ESTÚPIDAS FLECHAS Y ESPERA A QUE TERMINE CON ESTE GUSANO!

Cinder: ¡TE ESTOY DESAFIANDO!

El enojo de Amber se acrecentaba ante la insistencia de Cinder. Sin dar advertencia, usa su lanza y clava en la espalda de Mercury; daba alaridos de dolor al sentir cómo Amber hacía palanca para provocarle mayor sufrimiento. Sus gritos de clemencia sonaban desconsoladores.

Amber: ¡DIJE QUE ESPERARAS! ¿¡ACASO NO ME OISTE!?

Mercury: ¡CINDER! ¡ARRRRGGGGHHH! ¡POR FAVOR! ¡NO ME DEJES MORIR! ¡MATA A ESTA BASTARDA DE UNA BUENA VEZ!

Cinder se prepara a disparar tres flechas al mismo tiempo, dispuesta a darle muerte a toda costa. Amber extrae su lanza de la espalda de Mercury y cambia su postura de combate para repeler las flechas usando su arma. Mercury agonizaba, apenas podía mantenerse apoyado con sus antebrazos para mirar el desenlace.

Amber: ¡Vamos! ¡Da tu mejor tiro! ¡Acabo de bajar mi aura para que puedas darme donde quieras!

Dicho esto, acciona su arco y las flechas surcan por los aires dirigiéndose hacia su objetivo. En un movimiento sorpresivo, extremadamente rápido e inesperado, Amber toma a Mercury y lo usa como escudo, las flechas impactan en su cuerpo. Cinder se pone pálida al ver que su propia arma terminó por darle muerte. Amber se carcajea al ver su expresión de desconcierto.

Cinder: Me…. Merc… Mercury. Lo… Lo siento.

Mercury: Cin… der… Aghhh… Nggghhhhh… ugggghhhh… hu… hu... ¡Huye!

Amber: ¡BUEN TIRO CUPIDO! ¡ACERTASTE EN EL BLANCO! ¡Creíste que te dejaría que me dieras con semejante facilidad! ¡QUÉ INGENUA ERES! ¡Permíteme darle una muerte rápida!

Cruelmente, Amber termina por rematar a Mercury atravesándolo con su lanza. Tras finalizar su fatalidad, extrae su arma ensangrentada y arroja el cuerpo sin vida al suelo, como si fuese un costal. Observa por unos momentos su lanza y lo lame para saborear la sangre.

Cinder estaba completamente desmoralizada, horrorizada, desecha por dentro y sus ánimos de pelear se fueron desvaneciendo. Sabía amargamente que no tenía oportunidad alguna contra esta Doncella Oscura y que su única opción era escapar. A punto de emprender la huida se paraliza del miedo al oír su voz que clamaba por su vida.

Amber: ¿¡A DÓNDE VAS!? ¡QUÉDATE DONDE ESTÁS! ¡Tanto pedías con ansias que terminara con este gusano! ¿¡Y ahora me quieres abandonar!? ¡No tienes educación! ¡Cinder! ¡Por fin es tu turno de jugar conmigo! ¡Espero con ansias que me brindes un mejor entretenimiento que éste par de escorias! ¡Si huyes ahora mismo! ¡TE ALCANZARÉ Y TE DESPEDAZARÉ CON MIS PROPIAS MANOS! ¡Bríndame una pelea digna y, quizás, perdone tu miserable vida!

Fin de la primera parte.