Hackers: Encrypted Files
02-CIRC.13
No les quedo de otra, debían de introducirse a un mundo que no querían, pero era necesario. Takeru no soporto la muerte de su madre, pero fue lo que ocasiono que se hiciera una promesa: traería de nuevo a su hermano. Mimi se le unió, la relación con su madre en aquel tiempo no era muy buena, aun así la joven la quería mucho. Siempre lo daba todo por ella por lo que espero le perdonara por que la abandonaría; algún día le recompensaría con creces. Los amigos emprendieron su viaje donde buscarían la forma de encortar a Matt, y la manera de traerlo de vuelta a casa. Ese sería su único objetivo.
Reconociendo que para lograr lo que querían necesitaban crear una reputación, ser alguien en el mapa delictivo. Seguro Matt estaba en aquel ámbito por lo que si hacían mucho ruido el iría a ellos. Estando seguros que el mayor de los rubios seria alguien importante, ya que era muy listo y audaz, no les resultaría extraño que al encontrarse este fuese alguien rico. Sin saber como comenzar Takeru y Mimi se lanzaron en su primer golpe a un banco, lo estudiaron, reconocieron el sistema que utilizaban, hicieron pruebas y decidieron usar el Crib. Como todo en el inicio aquel golpe fue un total fracaso, no lograron irrumpir en el sistema sin ser detectados por lo que las alarmas se activaron. No tomaron en cuenta que estaban en un país afiliado a la Agencia que implanto un gran sistema de defensa en el banco. Esto no los detendría.
El tiempo paso, el ensayo y error dio frutos. Takeru y Mimi se hacían de respeto entre los hackers, y se hicieron tan buenos al no ser detectados que su anonimato iba invicto. Se hicieron tan buenos que borraron su existencia del mundo, su mejor defensa era ser fantasmas y lo eran ahora. Sus datos ya no existían nunca más en ningún servidor, ordenar ó nube en el mundo. Eran los mejores, pero, el estar en un mundo criminal te lleva por caminos que no esperas, te revela verdades que jamás imaginaste ó te conduce a personas que creíste olvidar. Este fue el caso de Mimi quien estando en Alemania, viendo las noticias, encontró el paradero de su padre. Anthony Colville resulto ser un asesino serial atrapado justo un par de años después de que la abandono, y que ahora resultaba que estaba libre cumpliendo su condena de quince años. Esto impacto a Mimi, el verlo en las noticias salir de la cárcel mientras la gente le abucheaba, al parecer había hecho cosas atroces. Su madre jamás le hablo mucho sobre el, siempre decía que no valía la pena hablar sobre aquel hombre, pero, un recuerdo surgió en su mente. Una noche vio a su madre llorar, recriminaba algo que no lograba alcanzar escuchar, solo fue la ultima palabras que supo decía asesino. Quizá se refería a su padre. La curiosidad por saber de aquel hombre, que jamás se pregunto más por respeto a su madre, le invadió. Investigo a pesar de que Takeru le dijese que se alejara del tema, que lo que pudiera encontrar no le gustaría. ¿Qué peor cosa podría hallar aparte de que era un asesino? No importaba ya nada, lo peor seria quedarse con la duda.
— Déjalo así Mimi, no vale la pena.
La castaña que se encontraba invadiendo los archivos policiales de Berlín aparto su vista de la pantalla de su laptop para mirar fijamente a su amigo, ó algo parecido.
— Dime, Takeru, ¿Si supieras donde esta tu padre, ¿no te preguntarías que ha sido de su vida? — Takeru no respondió, su silencio reconocía que actuaría igual que ella.— ¿No te gustaría saber que es lo que ha hecho, el porque te abandono?
— tu ya lo sabes.
— No, no es suficiente.
La joven siguió indagando y encontró lo peor. Fotografías de sus crímenes, las imágenes eran horrorosas. Cuerpos desmembrados, la mayoría de mujeres, le resulto asqueroso ver de lo que su padre era capaz y a la vez sintió un alivio por no ser una de esas victimas. Incluso su madre se salvo. Aquello le hizo surgir otra pregunta, ¿Por qué a ellas no las asesino? Todo aquello resultaba misterioso para ella. Analizo los patrones de cómo atacaba, que planes seguía para obtener a sus victimas; resulto ser bueno en su atrocidad. Asesino a no menos de cincuenta mujeres, todas con edades de dieciocho a veinticinco años de edad. Lo que mas le aterraba fue pensar que era hija de un asesino. No podía creer que un hombre como el no fuese castigado con la pena de muerte y solo tuviera que pagar quince míseros años en la cárcel, por ella lo refundiría allí a la eternidad. Leyó el proceso de cuando fue detenido y encontró algo peculiar, al parecer en los archivos de su padre. Al parecer tuvo alguien con poder que lo ayudo a que su condena fuese corta. ¿Quien seria capaz de ayudar a un asesino? Necesitaba llegar al fondo de todo esto y solo había una forma. Yendo a la fuente original.
— ¿Estas segura de lo que haremos? — Pregunto Takeru mientras conducía su automóvil. Uno no muy elegante.
— Completamente.
Mimi había investigado a su padre, siguiéndole el paso para ver donde se encontraba. Resulto que después de salir de la cárcel fue a vivir a un pueblo tranquilo fuera de la capital, por lo que ahora se dirigían aquel lugar. El pueblo era pintoresco con su estructura particular de la región, casas pintadas en blanco con tejas en café sobre los techos hacían acogedor aquel pedazo de tierra. Takeru condujo hasta quedar enfrente de la casa con el numero que Mimi le indico. Temblorosa la joven bajo del automóvil seguida por Takeru que pronto rodeo el vehiculo para quedar a su lado y tomarle la mano. El jamás la dejaría sola. Su relación había crecido a un punto donde quizás el término de amistad ya no era el correcto. Emprendieron el viaje abriéndose paso por la nieve que cubría el suelo hasta quedar enfrente de la puerta. La joven sin controlar el temblor en su mano apretó el botón blanco del timbre. Pasado unos minutos la puerta se abrió dejando ver aquel hombre que por más de quince años no vio. EL hombre no les reconoció, no estaba muy lucido, sospechaban que acababa de ingerir sustancias ilegales. Mimi se presento, el hombre le reconoció y les dejo pasar. Takeru no se senita cómodo de estar en aquella casa, algo no pintaba bien.
— Y, dime, ¿Cómo has estado? ¿Tu madre no viene?
Aquella forma de hablar de su padre como si no se hubiesen visto en tan solo unos días la hizo irritar. Sin contenerlo la joven soltó lo que por años necesitaba expulsar de su sistema. Le recrimino su abandono, el que fuese un asesino seria, el que dejara a su madre en una situación poco favorable. Las palabras se fueron endureciendo a tal punto que groserías brotaron de la boca de la joven. Esto no lo tomo bien su padre que furioso por la forma en que le recriminaba su hija estuvo dispuesto a golpearla si no es que Takeru le detuvo. La joven había elegido el peor momento para ir a desahogarse, su padre que no se podía ocultar que estaba drogado se comenzó a pelear con Takeru. En un movimiento que fue más de suerte que por habilidad el padre de Mimi lanzo al suelo al rubio colocándole su pie en la garganta. Mimi quiso ayudarlo, pero su padre era fornido y la lanzo lejos. Paso su mano por la parte trasera de su pantalón para sacar un revolver con el que apunto a Takeru.
— Sabes, muchacho, te me haces conocido — Anthony dibujo una sonrisa macabra en sus labios.— Te pareces a un colega mío, bueno, mejor dicho mi jefe. ¿De casualidad no te apellidas Thierry? — Takeru reacciono ante el apellido con un quejido que sobresalió de los otros.— Vaya, veo que si.
— ¡Suéltalo! — Grito Mimi quien trato de golpear a su padre con un ajaron de vidrio grueso en la cabeza. Su padre fue más rápido y esquivo el golpe, pero le dio oportunidad a Takeru de quitar el pie de su cuello y mandar al suelo al sujeto.
Mimi que trastabillo cayendo de rodillas al piso noto como su mejor amigo luchaba contra su padre. A unos metros de la trifulca se percato que el arma que tenía su padre yacía en el suelo sin dueño, seguro lo tiro cuando cayó. Se acerco al arma, levanto la vista para presenciar como le daba una paliza a su amigo. Era como si la droga le hubiera dado súper poderes. Arremetía tan fuerte contra el rubio que estaba por matarlo, esto le aterro a la castaña que invadida por el miedo jalo del gatillo dando en el blanco. Una mancha roja comenzó a manchar la camisa azul de su padre, la bala impacto en la espalda a la altura de algún pulmón, incluso del corazón. El hombre castaño cayó de lado ahogándose en su sangre. Mimi corrió a socorrer a su amigo sin prestar atención, lo ayudo a levantarse pues necesitaban huir de aquella casa. Cuando ayudaba a levantar a Takeru una mano se poso en su tobillo, bajo la vista y miro a su padre que con las pocas fuerzas que pudo pronuncio una sola palabra antes de morir.
— Mónaco.
Takeru y Mimi lograron huir. Nadie supo quien mato al asesino, siendo que ninguno de los dos existían las huellas dactilares que la policía encontró jamás coincidieron con alguna en su base de datos. La muerte la adjudicaron a un ajuste de cuentas.
Pasaron los días y Mimi no salía de su cama. Takeru estaba preocupada por ella, hacia lo que fuese para animarla, nada surtía efecto. Solo recibía disculpas por parte de ella ante lo que había vivido, pero, a el no le importaba que su vida hubiera estado en juego. Le preocupaba ella, solamente. Aquella mañana Takeru se sentó a su lado y comenzó acariciarle el cabello, eso siempre la relajaba y esa no fue la excepción.
— Mimi Colville — Pronuncio con desagrado la joven — Que apellido tan mas asqueroso.
Takeru advirtió aquel sentimiento, ó por lo menos algo cercano. Su nombre era lo único que ahora la joven portaba con amor, el lo sabia ya que su abuela materna a la que quería mucho llevaba aquel nombre. Pero el apellido resulto ser otra historia. Verla reprochando por su padre, el apellido atroz que portaba solo le hizo crecer en su interior un sentimiento, una idea. El siempre la protegería.
— Entonces a partir de ahora solo serás Mimi.
La joven levanto su rostro bañado en lágrimas. Ver aquellos ojos azules tan decididos, tan compasivos la hizo sentirse segura e incluso un poco feliz. Sonrío ante el hermoso gesto de Takeru y volvió a quedar en su regazo para poder dormir después de noches en vela.
¡Hola a todos!
Hoy les traigo una entrega especial de mi historia Hacker. Viendo mi antiguos apuntes sobre mis historias encontré unas ideas sobre la saga de Hackers, eventos mencionados en la saga que nunca tuvieron respuesta, y la verdad necesitaba publicarlas. Quizás los que leyeron Hackers y Hackers 2 no se percataron de esas menciones, pero es momento de que las noten hahaha.
Como verán este fic será una serie de One-Shots, en vez de titulo tendrán un "Código" que les ayudara a entender mejor la historia. Los primeros números revelan sobre que historia de la saga es: un 01 es Hackers, el 02 se trata de Hackers 2. Las letras son las primeras cuatro del titulo del capitulo y para facilitar la localización los últimos dos números son del capitulo. Lo hago en forma de que si quieren entender mejor la historia que actualizo pueda pasar de donde se saca la referencia. Espero les parezca divertido y/o entretenido hahaha.
Una ultima cosa, como ya dije se trataran sobre menciones que hubo en la saga, aunque habrá unos cuantos que sean antes del primero Hackers y que no se mencionan. Ya tengo el 85% de los One-shot por lo que cada que reciba 5 reviews o pasen dos a tres días actualizare (si el trabajo me lo permite).
Espero les gusten los capítulos y bueno como ya leyeron comenzamos con uno interesante y muy revelador hahaha.
Digimon no me perteneces ni historia (original), ni personajes. Esto es por pura diversión.
Sin más por decir
Au Revoir.
