Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! Pertenece a Akira Amano-sensei, este drabble fue escrito sin ánimos de lucro.
Parejas: MukuroxTsuna, HibarixTsuna, TsunaxHaru.
Advertencia: Shonen-ai.
Notas: Estaba aburrida, y simplemente me dieron ganas de escribir algo, abrí el bloc de notas y empecé a escribir y salió esto. Me gusta mucho que Mukuro y Hibari-san se peleen por Tsuna, ¿pero si al final les gana Haru? Bueno…una idea rara, gracias por leer. Disculpen la falta de originalidad del título.
Perdida.
Siempre pensó que cuando quisiera, lo podría tener a su completa disposición, que aun con su posiciones no habría problema en estar juntos, que igual el castaño iba a estar siempre para el. Que no tendría problema en estar con el y disfrutarlo, y si lo había... se desharía del problema.
Una tontería pensar eso.
Ahora lo había perdido, de la peor forma posible. Todo por su culpa, por esperar y esperar hasta que el tuviera ganas de estar con Tsunayoshi, pero al final el no soporto la espera y ahora estaba totalmente fuera de su alcance, o al menos eso le decía Kyouya en su misma posición.
Pero él no pensaba eso, haría lo que fuera para recuperar lo que le pertenecía, aun si en el proceso podría llegar a dañar a ese conejito café.
Eso decía. Pero ahora...estando en la boda del Décimo Capo Vongola sabía que no podría hacer nada para volver a tener al castaño en sus brazos. Él se veía feliz, brillando como solo él puede hacerlo. Estaba al final del pasillo de aquella Iglesia, esperando la llegada de aquella que sería la que tuviera a Tsunayoshi por siempre.
Miura Haru. Nunca pensó que llegaría a odiar a esa chica, era molesta pero nunca la veía más de cinco minutos, antes para el no existía esa chica. Pero ahora que le robaba su amor pensaba que debió vigilarla para que no le robara lo que le pertenecía.
Pero... no podría robarle la felicidad a su Tsunayoshi de nuevo. Miro hacia la parte más apartada de la Iglesia, junto a una ventana, se encontraba el Guardián de la Nube, mirando de reojo a la "feliz pareja". Aun así se podría decir que tenía una mirada triste, pero solo lo podrían decir quienes lo conocían bien.
Soltó un suspiro mientras miraba con nostalgia como intercambiaban los votos los futuros esposos. Ya no aguantaría más. Se levanto de su lugar, y se fue de ahí lo más discretamente posible. Nadie noto que se fue, estaban más concentrados en la feliz pareja.
Salió al jardín de la Iglesia, y lo siguió Kyouya.
-¿Perdimos, no es así Kyouya-kun?-le pregunto de forma burlona mientras veía al cielo con añoranza.
Dentro de la Iglesia, solo una persona había notado la ausencia de los Guardianes de la Nube y la Niebla. Un castaño. Pero ahora estaba más concentrado en la mujer que se encontraba enfrente de él, diciendo por qué lo amaba tanto. Simplemente sonreía.
Casarse con Haru fue algo inesperado, sentía que ya no podía estar solo y la chica siempre le había profesado su amor y deseo por ser su esposa, el la quería mucho, aunque nunca llego a ser un amor. Pero ahora, sentía que seria feliz con la chica.
Aunque haría infeliz a otros, ¿era egoísta, no?
-Puede besar a la novia-dijo el Padre quien los casaba, para dar por finalizado la ceremonia.
Un tierno beso por parte de los ahora novios sellaba aquella vida que tendría de ahora en adelante. Sería feliz, haría feliz a Haru, siempre estaría para ella. Haría una vida feliz para ellos dos, tener hijos y al menos tener un futuro algo similar al que quería cualquier persona normal.
