¡¡Hola!! ¿Qué tal? Este es el primer fic que cuelgo en internet (los demás eran demasiado cutres muajajajaj!! u.u' ) así que... si no es mucha molestia... me gustaría un reviewcito... corto, largo, diciéndome lo que creáis... aunque soy consciente de que no pasa nada en este capítulo nnU sólo para saber qué alguien lo ha leído... con: "Hola, soy (el nombre), existo y me he leído el capítulo" ya me conformo... jejejeje ;)

Bueno solo añadir que obviamente los personajes no son míos (ninguno, al menos de momento muajajajajaja ), que son propiedad de Rowling, de Warner Bross, etc, etc... (éste disclaimer es válido para todos los capítulos, ok? .)

Ah! Y prometo que, aunque no lo parezca, esta historia tendrá su argumento!! Jejeje...

¡¡Hasta pronto!!

Nindë Boot

Capítulo 1: Durmiendo en la biblioteca

Estaba sentada frente a unos quince libros, envuelta en montañas de pergaminos, todos llenos de tachones, frases inacabadas, garabatos sin sentido. Sentía que todo el cuerpo le pesaba, el más minúsculo movimiento representaba un esfuerzo enorme. Ese día no se había enterado de ninguna clase a la que había asistido y llevaba toda una semana sin ganar ni un solo punto para Gryffindor (su récord hasta entonces era de tres días). Se negaba a darse por vencida, y cada vez que le pasaba por la cabeza dejar alguna asignatura, ella misma se abofeteaba, recogía sus fuerzas y volvía a empezar. Pero esa vez no sabía si sería capaz de volverse a levantar, llevaba semanas haciendo 50 horas de clase a la semana, más unas cinco horas diarias de estudio. De echo la noche anterior no había dormido, se había pasado la noche intentando transformar a Crookshanks en un pollo, pero sólo consiguió que le salieran plumas, cosa que al pobre gato no le hizo mucha gracia. Estaba de los nervios y contestaba a cualquier que se atreviera a dirigirle la palabra a gritos.

Poco a poco la biblioteca fue quedándose vacía, pero aún quedaba más de una hora para que la señora Pince cerrara, así que aún podía avanzar un poco, aunque le dolía todo el cuerpo y llevaba media hora intentando acabar una frase.

Cuando la señora Pince cerró, no quedaba nadie, a pesar de que no se aseguró de ello, puesto que la única que podría estar aún allí sería Hermione Granger, pero ese día no la había visto entrar, así que suponía que se habría dado el día libre.

Notaba movimiento a su alrededor, y pudo escuchar pasos y susurros, lentamente abrió un ojo, pero no vio más que libros borrosos, papeles y una pluma, así que decidió abrir el otro. Se incorporó y comprobó dónde estaba: en la biblioteca, dónde había bastante gente, y al mirar por la ventana pudo ver que llovía a cantaros.

- Uff!! Me he dormido... ¡¡Orgh!! ¡¡Qué dolor de espalda!! ¿Cuánto habré dormido? No mucho, porque esto está lleno... qué raro, juraría que había visto a Terry irse.. bueno, tal vez no se iba. Oye, ¡menuda tormenta! Y pensar que cuando he entrado el cielo estaba claro... esto de encerrarse aquí es inhumano... ¡Tengo que terminar la redacción de Defensa!

Miró el reloj, las ocho menos diez.

- ¿Antes de dormirme no eran las nueve y cinco? Debí mirarlo mal... a ver... ¿por dónde iba? Ah, sí...

No llevaba ni un cuarto de hora escribiendo cuando se le acercó un tembloroso Neville Longbottom.

- Mmmm... mmm... emmm.. Her... mione...- tartamudeó, y luego añadió, muy rápido- ¡Siento interrumpirte! ¿Si molesto ya volveré más tarde!

Se giró y se fue, Hermione lo miró extrañada.

- ¡Neville! Tranquilo no pasa nada... ¿qué ocurre?

El aludido se giró, sorprendido por el tono dulce de la chica y sonrió, pensando que tal vez ella volvía a ser la amiga de antes.

- Sólo quería saber si estás bien... como hoy no has ido a Herbología... y tengo entendido que tampoco a Transformaciones, ¿no? McGonagall ha venido a preguntarme si estabas enferma muy preocupada...

- ¿Qué no he ido a clase? ¿McGonagall preocupada? Pero si nos hemos visto esta mañana...

- ¡Ah, qué raro! Bueno, ¿entonces estás bien? Me alegro de que hayas decidido no acudir a alguna clase, se te veía muy estresada. Si quieres los apuntes de Herbología ya te los prestaré, que hoy hemos hecho clase teórica. Bueno, me voy, que Ginny me está esperando. ¡¡Ya hablaremos!!

Neville se fue y dejó a una Hermione perpleja. ¿Herbología? Si los miércoles no tenían! Empezó a sospechar que a Neville le pasase algo, pero no le dio demasiada importancia, era tan despistado...

Siguió trabajando, pero volvieron a interrumpirla, esta vez fue Terry Boot, el chico más guapo de Hufflepuff.

- ¡Por fin te encuentro! Ernie y yo llevábamos todo el día buscándote.

- Si nos hemos visto esta mañana, Terry...

- ¿Esta mañana? No lo recuerdo, bueno, da igual... que mañana a las ocho y media tenemos reunión del Consejo de Alumnos, en el Vestíbulo. Sólo era eso... Venga, te dejo trabajar... ¡Ah! Y me alegro de que estés mejor... McGonagall estaba muy preocupada, pero ya le he dicho que sería algo sin importancia...

Cuando volvió a quedarse sola, aún más confundida que antes de la aparición del bombón Hufflepuff, volvió a mirar el reloj, pero esta vez se concentró en los pequeños números de debajo, que indicaban la fecha. ¡¡¡¡¡14 de octubre!!!!! ¡¡¡¡¡Jueves!!!!! ¿Cómo era posible? Entonces lo entendió:

- ¿He-dor-mi-do-un-día-en-tero? ¡¡¡Oh Dios mío!!!

Todo encajaba: llovía, Neville diciendo que no había ido, Terry y McGonagall, la biblioteca llena de nuevo, el reloj, que ella recordaba más adelantado, la señora Pince con el cabello suelto...

¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!

Se levantó deprisa y fue detrás de las estanterías, decidida. Entró en el pasillo de cocina mágica (en seis años nunca había visto a nadie allí) y sacó su giratiempo. Debía retroceder 24 horas... aunque tal vez era demasiado... con 23 estaría bien.