Prólogo.
Disclaimer: Soul Eater no me pertenece a mi, si no, este anime seria romanticón desde hace muuuucho tiempo.
Nota de la loca que escribe este fic: Bueno, lo primero de todo: Saludos, universo. Esta es mi segunda historia, y la primera que escribo del todo. Es el prólogo, pera que me digais si os gusta, si es un asco de idea o lo que opineis ^^. Dadle una oportunidad y dejen Reviews, para saber si tengo que subir más capis o no. Siemplemente tengo que decir que este fic me lo estoy tomando muy en serio, aunque esté bastante chungo prometo esforzarme para conseguir que os guste ^^. Bueno, no os entretengo mas. LEAN!
Soul PoV.
¿Que cuándo se fue mi vida a la mierda? Hace 2 años, cuando me convertí en Death Scythe. Sí, ya se que eso debería de haber sido un motivo de alegría, pero... desgraciadamente, fue todo lo contrario.
Tenía 15 años, y mi técnico y yo acabábamos de matar a la bruja que me convertiría en el arma del Shinigami. Estábamos en Noruega, en un pueblo pequeño cerca de Oslo. Antes de que pudiera devorar el alma, Maka se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección al hotel. No me extrañó mucho, pues en las últimas misiones se había mostrado igual de fría. Después, aceleré un poco el paso y conseguí alcanzarla enseguida. El pueblo era precioso, de calles antiguas pero cuidadas, encantadoras casitas de piedra, con plantas en todos los balcones... pero la situación estaba tan tensa que ni siquiera nos dimos cuenta. Llegamos en silencio hasta el hotel, subimos y nos acostamos sin dirigirnos la palabra. Ambos sabíamos lo que pasaría a partir de aquella noche, pero lo que no sabíamos era que nos dolería tanto.
En cuanto volvimos al Shibusen, el Shinigami nos hizo ir a verle. Allí nos anunció que yo me había convertido en Death Scythe, lo que nos correspondía a cada uno a partir de ese momento... y que era el momento de separarse. Podíamos seguir viviendo juntos, pero no nos veríamos casi nunca. Pero notaba algo extraño: el Shinigami no tenía esa alegría que lo caracterizaba. Estaba... ¿Triste?
En cuanto volvimos a casa, mi técnico se puso a preparar la cena, y empezó a preparar mi plato favorito en grandes cantidades.
-Nee, Maka, ¿necesitas que te ayude?
-No, Soul, tranquilo -me respondió con una sonrisa- esta cena es en tu honor por haberte convertido en Death Scythe.
-Ah, bueno, pues muchas gracias -le respondí, sonriendo también-.
Me senté en la mesa de la cocina, apoyando el codo en la mesa, y la observé mientras cocinaba. Se veía realmente linda. Sí, desde hacía un tiempo estaba locamente enamorado de Maka Albarn, aunque no estuviera dispuesto a reconocerlo públicamente, aunque esto me hiciera daño por dentro.
Mientras cenábamos, me di cuenta de que ella estaba medio ausente, pero tampoco quise presionarla con el interrogatorio que le hacia siempre que estaba deprimida, porque la ultima vez se acabó cabreando.
-Maka, esta carne está deliciosa- le sonreí- ¿cómo la has hecho?
-Oh, gracias por el cumplido. Tienes la receta ahí, en mi cuaderno de cocina, en la estantería.
No hablamos mucho más, pero justo cuando iba a levantarme para llevar los platos a la cocina, ella me llamó.
-Soul.
-Dime, Maka.
-Me voy.
-¿Qué? ¿Cómo que te vas?
-Eso, que me voy.
-¿A casa de Lizz y Patty? ¿Con Tsubaki?
-No. Me voy de Death City.
-¿Qué dices, Maka? Es una broma, ¿verdad?
-No, Soul, no es una broma. Ya no tengo nada que hacer aquí. Mañana cojo el tren, iré a vivir con mis abuelos, a Canadá.
-¿Cómo que no tienes nada que hacer aquí? ¡Eres mi técnico! -le levanté la voz, molesto.
-Ya no. Ahora eres Death Scythe -me contestó fríamente-.
-No puede ser -me estaba poniendo nervioso- tiene que ser una broma, ¡TIENE QUE SER UNA BROMA! -la agarré fuertemente de los hombros, me estaba saliendo de control. Le di un empujón y la acorralé contra la pared-.
-Soul, sueltame.
-No. Me has estado engañando todos estos años, fingiendo que yo te importaba, fingiendo que estarías conmigo pasara lo que pasara, Y ahora a la primera de cambio, ¡Coges y te vas!
-No, Soul, no es...
-Pues que sepas... que siempre has sido un estúpida comelibros, sosa, aburrida, plana, torpe y horriblemente fea. ¿Sabes que te digo? Que te vayas. Sí, seguramente esté mejor sin ti.
En cuanto pronuncié esas palabras, supe que la tierra debería de haberme tragado. Pero no se abrió ninguna brecha en el suelo para castigar mi desmesurada estupidez. Sus ojos se opacaron como si ya no tuvieran vida. Se soltó de mi fuerte agarre y se dirigió hasta su habitación. Antes de entrar, frenó y dijo:
-Está bien. No me iré mañana, me iré esta noche. Ya no tendrás que soportar mas a tu fea, horrible, plana, estúpida, comelibros, torpe, sosa y aburrida técnico más -dijo fríamente, pero yo me di cuenta de que estaba llorando-.
Me quería morir. Por mi culpa, por un maldito arrebato de rabia, acababa de perder a la persona que mas quería en el mundo. ¿Por qué? ¿Por qué mi estupidez es tan infinita?
En cuestión de minutos, salió por la puerta de su cuarto cargada con una maleta y una mochila.
-Maka, espera- ella se detuvo justo antes de abrir la puerta de entrada-.
-Qué, ¿te queda algo mas que reprocharme? ¿O puedo dejar de molestarte ya?
-Maka, no quise decir eso...
-Ya basta. Me lo has dejado muy claro. No parecías dudar tanto cuando me lo has dicho. Ya es tarde. Adiós.
-Maka...
Pero ella tenía razón. Ya era tarde. La puerta se había cerrado.
Desde ese día, no se nada de Maka, menos lo que nos contaba Tsubaki (era la única con la que se escribía). Y, desde ese día, no he vuelto a dormir una noche seguida.
Sí, es un poquito soso este prólogo, pero no da para más. Las cosas con sustancia vendrán más adelante. En realidad, en estos momentos tengo miedo de lo que piensen del prólogo. Y sepan que ya tengo los siguientes capítulos listos para subir. Bueno, dejen reviews y me dicen que les parece. Nos leemos!
