DDR. SCC del grupo CLAMP
Capitulo 1
El error.
Hoy me encuentro pensando en los errores del pasado mientras veo jugar a mi hijo, ahora ya de quince años, en su primer partido de baloncesto. Ha pasado mucho tiempo, y aunque me esfuerzo para cambiar esos errores, la realidad es otra.
Ya son cuatro años desde que cometí el error más grande, que no solo afectó mi vida, sino que afecta ahora la vida de mi hijo.
Vivía felizmente casado con mi esposa e hijo, era exitoso y tenía una vida feliz. Que tonto fui al pensar que podría tener más felicidad fuera de casa. Al parecer el ser humano fue hecho con errores y cada error peor al anterior.
Cuando yo tenía dieciocho años me convertí en el heredero y dueño de una de las tres empresas más importantes de China a nivel económico. Cuando cumplí veinte debía casarme para poder reclamar mi herencia y mi puesto en las empresas Li. Sakura era mi mejor amiga desde que tenía uso de razón, se había planeado nuestra boda desde mucho antes de nacer, sin embargo se nos dejó elegir, salimos con diferentes personas pero al final nuestro matrimonio se efectuó. Yo la amaba mucho, pero al parecer no estaba tan convencido de eso. Me casé y dos años después tuvimos a nuestro primer y único hijo al que nombramos Hien Li, en honor a mi padre, quien murió cuando yo cumplía el primer año de casado con Sakura.
Era el cumpleaños número diez de Hien, cuando me vi corrompido por la tentación la cual venía vestida de la forma más inocente posible.
Mi secretaría, quien también era mi prima, estaba embarazada y no podía dejarme sin una suplente, así que ese día precisamente tuve que llevar a cabo unas entrevistas para que ocuparan el lugar de Meiling, mientras ella se iba de incapacidad.
— Pero primo todavía puedo trabajar.
Decía insistentemente para que dejara a un lado la idea de las entrevistas.
— Mei, no insistas, es mejor que dejemos que cubras tus incapacidades y mira el lado amable, tendrás vacaciones que mucha falta nos hace, estos últimos meses han estado pesados.
— Pero ¿por qué precisamente hoy? Que es cumpleaños de Hien. Podríamos esperar a mañana y no pasaría nada.
Me dediqué a mirarla un segundo antes de contestar.
— Sabes que no se debe dejar nada para mañana si se puede hacer hoy, además me quitaría un peso de encima ya teniendo a partir de la siguiente semana a alguien laborando.
— Hay primo nunca cambias, realmente no sé cómo le hace Sakura para soportar tu afición por el trabajo. Yo hubiera mandado por ti.
Comenzamos a reír, tenía razón. Ni yo mismo sabía cómo Sakura era capaz de tolerar tanto. Seguimos caminando por el largo pasillo hasta llegar a mi oficina donde llevaría a cabo la entrevista de trabajo. Tenía 3 candidatas, muy buenos prospectos pero todo dependía de esta entrevista para saber si estaban dentro oficialmente o no.
— La primera en pasar se llama Chiharu Mihara, graduada de la Universidad de Tokyo. A mi parecer es la indicada para el puesto.
— Vamos Meiling, primero debemos ver cómo y quién es, necesito alguien en quien pueda confiar y que no tiemble en el momento en el que le dé una orden, no importa sus estudios si en el campo no sabe hacer nada. La escuela no hace al egresado, da una referencia pero no lo es todo.
Meiling solo se limitó a asentir. Al cabo de unos minutos Mei llegó con la primera aspirante.
— Buenas tardes señor Li, la aspirante para el puesto está lista.
— Bien gracias Meiling puedes irte. — Mi prima se retiró y la señorita Mihara no dejaba de contemplar la oficina, algo que me llamó mucho la atención. — Señorita Mihara ¿está bien?
Pregunté con la intensión de sacarla de su fascinación. Algo que me dio mucha gracia.
— Buenas tardes, mi nombre es Chiharu Mihara. Y vengo por el puesto de secretaria. — Dijo mientras hacia una reverencia.
— Se a que ha venido, pase por favor.
Ella se sentó y comencé.
— ¿Podría traerme una taza de café?
— Pero no íbamos…
— ¿Puede hacerlo?
— Claro señor Li.
Chiharu salió por el café y tardó diez minutos en regresar.
— Señorita Chiharu a que debo su retraso. Necesito que fotocopie este archivo y regrese en menos de diez minutos. Que por la tardanza del café se reducen a cinco.
La señorita Mihara no dijo nada y salió. Paso media hora y Meiling se presentó.
— Shaoran, ¿qué le hiciste?
— ¿Hacer qué? ¿A quién?
— A la señorita Mihara
— La señorita Mihara no es capaz de responder a simples peticiones, si no es apta para el puesto lo mejor que pudo hacer fue irse.
— Eres imposible. — Dijo mientras suspiraba. — La siguiente se llama Rika Sasaki. Egresada de la Universidad de Tokio.
— ¿Esa también la crees apta para el puesto?
Meiling no contestó, pero no pudo evitar una sonrisa que la traicionaba. Pasaron diez minutos más y mi prima había regresado con la segunda aspirante.
— Adelante.
— Buenas tardes, mi nombre es Rika Sasaki.
— Buenas tardes tome asiento.
Ella asintió y tomó asiento. Guarde un largo silencio.
— Señorita Sasaki, si le preguntase que haría usted si le presentan una demanda de diez millones de dólares, ¿que respondería? Tome en cuenta que lo que usted responda es lo que haré.
— Diría que primero debería…
— No, nada en pasado. Es en este momento, tengo en la mano una carta de demanda por diez millones de dólares. ¿Qué hago?
— Consultar sus fugas.
— Duda de mi honestidad.
— No señor Li, pero si la carta dice que usted tiene una demanda...
— Exacto. Eso dice la carta. — Dejé qué pensará, pero la respuesta no la obtuve. — Bien, puedes irte.
Meiling se presentó cinco minutos más tarde.
— Y de ella ¿cuál fue su defecto?
— Dime Mei, si tengo una demanda de diez millones de dólares en este momento ¿qué hago?
— Primero tengo que saber de ¿quién y por qué? es la demanda, si es por desfalco iría directo a las cuenta de banco.
— ¿Por qué al banco? Y no con los miembros de la empresa.
— Porque antes que desconfié de los míos debo liberar toda duda de que la demanda es propiciada por un factor externo.
— Bien, prosigue.
— Si es por dentro de la empresa, haría una revisión rápida del personal administrativo y…
— Bien Mei, con eso es más que suficiente gracias y por eso te volvería a contratar. Por eso no le di el empleo. Tú das visiones y soluciones del problema. No necesito que aparte de la demanda, la que haga de mi secretaria también sea mi juez y mi verdugo. De confianza recuerdas.
Ella sonrió y prosiguió.
— La tercera y última se llama Ruby Akizuki, egresada también de la universidad de Tokio. Y no, a ella en especial no la considero apta para el puesto.
— Interesante, a esta no la consideras apta. Excelente, hazla pasar. Veamos el porqué de tus prejuicios.
— Como usted diga señor Li.
Mi prima se retiró con una sonrisa de oreja a oreja. Regresó cinco minutos más tarde, con la última aspirante.
— Señor Li la siguiente aspirante. Su…
Mei, se quedó en silencio, la joven Akizuki continuo y Mei se retiró.
— Mi nombre es Ruby Akizuki. Es un verdadero placer señor Li.
— Tomé asiento señorita Akizuki.
Ella se sentó y me observó, durante aproximadamente veinte minutos, estuvimos en silenció total. Algo que yo en lo personal apoyó.
— Bien Akizuki, ¿podrías traerme una taza de café?
— ¿Descafeinado o negro? señor.
— Sorpréndeme.
La señorita Akizuki se fue y en menos de cinco minutos ya estaba de regreso.
— Buena elección, pero ¿por qué negro?
— Bueno tiene ligeramente marcada las ojeras lo que me indica que no ha dormido bien, pero por su insistente forma de ver el reloj, pienso que debe tener energía aun saliendo del trabajo.
Su forma de responder fue más que correcta. Realmente ya tenía dos puntos a favor. Solo faltaba lo último y lo más importante, ¿qué haría ella en mi lugar?
— Muy bien señorita Akizuki. Es cumpleaños de mi hijo, así que si debo tener energía aún más de lo normal. Bien, tengo una demanda de diez millones de dólares, ¿Qué hago?
— Revise los estados de cuenta bancaria, para descartar cualquier tipo de desfalco de parte del banco, el lavado de dinero rara vez se descubre pero si es interno del banco es más fácil saber la procedencia por el manejo de caja. Si no es bancario, debería hacer una revisión administrativa y ver si se ha excedido con prestaciones, inmobiliario, los corredores de bolsa, en fin toda su administración.
Esa respuesta era similar a la que Mei me hubiera dado.
— Bien señorita Akizuki, se va a presentar el día de mañana a primera hora, está dentro felicidades. Si me disculpa debo asistir a un cumpleaños.
Alizuki se quedó en la oficina, realmente no sé cuánto tiempo, pero después de un rato mi prima me alcanzó en el estacionamiento.
— ¿Y bien?
— La contraté. Podrás irte sin tener ningún inconveniente.
Mi prima sonrió pero sin muchas ganas a lo que acotó en seguida.
— Solo hay algo que no me agrada.
— Y que podría ser, se parece mucho a ti.
— Mmmm realmente no tengo idea simplemente hay algo en ella que no me cuadra. Por favor una vez que salga de esto. — Dijo mientras señalaba a su bebé. — Devuélveme mi trabajo.
— Eso no lo dudes Mei, ese puesto es tuyo. No pasará nada.
Después de ese comentario nos dirigimos a casa, donde mi esposa y mi hijo me esperaban.
No pasaría nada, al menos en ese momento era lo que creía. Vaya que me equivoque...
