Disclaimer: Los personajes pertenecen a S.M (la mayoria al menos), la historia es mía. En su totalidad, no está inspirada, basada o lo que sea de otra. 100% de mi cabeza, así que ya saben, no copiar.

Summary: ¿Le temes a la oscuridad? ¿Si? Entonces detente ahí, los demonios se escapan cuando ella se apodera de tu dormitorio. Adivina de qué se apoderan ellos…Acertaste, de ti.

N/A: Esta historia es rating M, asi que quienes lean lo hacen bajo su propia responsabilidad, yo no me hago cargo por ojos mancillados, ni imaginaciones pervertidas... xD.


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Susurros en la oscuridad

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"El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal…"

Sigmund Freud

Prologo

El miedo nos paraliza, nos impide pensar con claridad y genera estragos en las conductas humanas. Si te aferras demasiado a alguien, temes perderlo. Según Freud, el miedo a la oscuridad no es más que la aprensión de los seres humanos, temen sentirse abandonados, desamparados; se asocia a la soledad.

Todos tememos a ella.

Escotofobia; dícese de un persistente, anormal e injustificado miedo a la oscuridad. Lo mío en realidad encajaba en las dos primeras. ¿Injustificado?, jamás.

La definición de oscuridad es, paradójicamente, clara; falta de luz, que dificulta la percepción de las cosas. Dificulta es la palabra clave en aquella definición, no es más que eso, un obstáculo. Uno que nos impide ver más allá, al menos así debería ser. Mi claridad limitaba con cuan oscuro estuviera.

Yo no temía a los apagones, ni a las sombras en las ventanas, ellas obviamente estaban siendo proyectadas por ínfimos rayos de luz provenientes de algún lugar. ¿La luna quizás? Daba igual.

Yo tenía miedo de la oscuridad real, esa que te absorbe, te embulle sin ánimos de soltarte jamás. El pozo negro y turbulento de la ceguera, que te abre los ojos. Aquella que te obliga a ver.

Esa que me hace verlo a él.

Sentada en la esquina de mi dormitorio, con las manos sobre mis orejas, impidiendo que cualquier sonido que no pertenezca a mis propios latidos cardiacos se cuele por ellos. Los ojos cerrados y el calor sofocante estrujando mi garganta.

Sé lo que debo hacer.

No quiero.

Abro los ojos solo para comprobar que no hay ni una sola gota de luz en todo el jodido lugar. No tardara demasiado. Lo sé. Lo conozco. Lo quiero.

La anticipación de lo que sigue me mantiene en vilo. La proyección de su imagen se hace nítida, sus ojos, nariz recta, masculina. Sonrisa brillante, letal.

Puedo oír el latir de mi corazón acelerarse, sobrepasar el tic tac de las manecillas del reloj, marcando tres por segundo, me concentro en ello. Me distraigo…lo intento al menos, es inútil, solo puedo verlo.

Sus dientes blancos fulguran en el negro, sus pupilas encandilan, todo él me llama… simplemente no existe voluntad que valga…al menos no contra él.

Puede tomar lo que quiera de mí…lo sabe…

Lo toma.


Pues bien, heme aquí nuevamente.

No esperaba volver con otro fic, pero esta historia tenía que ser leída y en vista que mis originales reciben visitas, más no comentarios, decidí volver a intentar con el mundo fanfiction.

¿Qué puedo decir? Extraño los reviews, como ya he dicho un montón de veces; una historia sin lectores es una historia que no existe.

Si veo que tiene buena recepción, hoy mismo subo el primer capítulo...

Un beso grande!