—Es tarde, Jane. Deberías regresar a tu casa— Le recordó la rubia cuando Jane insistió en que la dejara entrar. —Fuiste muy clara en la cena. No hay nada mas que decir...

La detective, tambaleándose un poco, llevó su mano a la puerta para evitar que Maura pudiera cerrarla en su cara. No estaba dispuesta a irse sin haber hablado con la rubia.

—Maura, ¿de qué manera puedo explicarte? ¡Lo siento, ¿de acuerdo?! No quise reaccionar así, y cuando me dijiste... Cuando lo dijiste no supe que hacer... Mira, fui una tonta y solo quiero...

—Olvídalo —la cortó inmediatamente, alzando su mano derecha para indicarle que callara. —fue una tontería pensar que tú sentías lo mismo por mi, Jane, olvida lo que he dicho. No tiene sentido ya.

La mirada de Jane era una de profundo dolor al ver el rostro inexpresivo de su mejor amiga. Apenas unas horas antes, la rubia había tenido la sonrisa mas brillante que le había visto Jane en mucho tiempo, y pronto supo que esa sonrisa era por ella misma. Maura finalmente tuvo el valor de afrontar sus sentimientos y confesarlos a la detective, pero lastimosamente el alcohol le hizo una mala jugada, y la morena había acabado por destrozar el corazón de su mejor amiga.

—Maur...

—Maura, ¿tardarás mucho más?— Se escuchó una voz masculina, probablemente desde la habitación de la rubia. El rostro de Jane cambió rápidamente a uno de enojo, y alzó una ceja.

—¿Quién demonios esta contigo?

—Tengo compañía esta noche, Jane. Por ello te pido que te vayas. —La detective quería atravesarla con la mirada. Intentó dar un paso hacia la rubia, pero Maura retrocedió dos, escudándose con la puerta. —Además mírate, estás mas borracha que antes. Ve a casa por favor...

—No estoy borracha. Bebí un par de cervezas más cuando te fuiste y luego vine a buscarte.

—Ya estabas borracha cuando te dejé en la fiesta.

—Y fue muy fácil para ti encontrar alguien más que te hiciera compañía esta noche ¿no?

—Jane, ésta conversación no nos lleva a ningún lado. Vete por favor.

—¡No me muevo de aquí hasta que me escuches!

—Creo que todo Boston te escucha. Estás haciendo un escándalo... Vete. —Insistió la rubia en vano, hasta que unos pasos la hicieron girarse un poco. Jane aprovecho ese descuido de Maura para empujar la puerta y dar un par de pasos dentro de la casa de la forense.

—¿Qué sucede, Maura?

El hombre de antes por fin se mostraba, cubriendo su cuerpo sólo con una toalla de cintura para abajo. Jane no lo conocía, o al menos no recordaba haberlo visto antes así que suponía que Maura recientemente lo había conocido, y se preguntaba si lo había hecho esta misma noche después de lo sucedido entre ellas.

—Se acabó la fiesta, niño bonito. Largo de aquí— Sentenció la morena señalando al exterior.

—¡Jane! No puedes echarlo— Miró al hombre con una expresión de culpa en su rostro. —Ve arriba, Travis. Es ella quien se va.

—Te dije que de aquí no me muevo.

—¿Quién es esta mujer?

La rubia se llevó una mano al rostro. Definitivamente esa noche no estaba saliendo como lo habia planeado, era una total y completa pesadilla.

—Ella es...

—Soy su prometida— Solto la morena de golpe y sin pensar. Quiso plantarse frente al hombre para intimidarlo, pero en su lugar se quedo sujetando la puerta medio abierta, en parte para indicarle a Travis que se fuera, y a su vez para mantener el equilibrio y no perder su postura de fiera. Se habia quitado los zapatos de tacon al momento de llegar a casa de Maura, pero aún así era más alta que aquel muchacho, no mayor de 27 años. Éste pareció tragarselo, pues desapareció sin decir nada para ir a la habitación de Maura a recoger sus pertenencias y vestirse. La rubia le reprochaba a Jane con la mirada, pero no era capaz de articular palabra hasta que Travis bajó ya vestido y con su bolso en la espalda.

—¿Qué estás haciendo? ¿piensas irte?

—No pienso acostarme con una mujer después de que su pareja, que también es mujer, le ha venido a reclamar. No te preocupes por el dinero, no voy a cobrarte por haber bebido un par de copas.

—¿Un prostituto Maura?— Jane la miró incredula y rió entre dientes. —¿en serio pensabas olvidarme así?

Maura casi la asesina con la mirada. —Cállate— Le ordenó antes de volver su mirada a Travis, que acomodaba su camisa. —Por favor, ella no es mi pareja. Además no estaría bien que te deje ir a estas horas, se supone que te quedarías hasta el amanecer.

—Puedo pedir que una patrulla lo lleve a casa— Sugirió la morena con una sonrisa en su rostro. Al saber que el hombre no tenía una profesión como los otros novios de Maura, se habia relajado por completo, sabiendo que la rubia jamás se enredaria sentimentalmente con alguien que venda su cuerpo.

—Jane, te he dicho que cierres la boca.

—Mira Maura, ha estado increíble el vino y eres una mujer muy interesante, pero no pienso hacer nada más después de saber por qué es que querías hacerlo en un principio.

—Oooh, es un prostituto con buenos principios. ¡Bien hecho, Maur! Siempre te las arreglas para mezclarte con gente tan inteligente y educada como tu. ¿Cómo es que fuiste a enamorarte de mi?— La morena fingía estar pensando. —Sé que soy guapisíma y probablemente la mejor detective de Boston, pero no soy tan educada como tú.

El muchacho palideció.

—¿Que es poli dice?— La cara de susto que puso Travis sólo hizo sonreír más a Jane. Lo habia conseguido: habia logrado espantarlo de una y por todas. —Lo siento, yo me voy.

Y salió casi disparado de la casa, tropezando con los tacones de la morena en el acto. Maura explotó ante la risa despreocupada de la detective.

—¡Primero me haces quedar como idiota cuando intento confesarte mis sentimientos y luego vienes para arruinarme lo que pudo ser una buena noche de sexo que, por cierto, necesito bastante!— La rubia caminaba de un lado a otro, estaba hecha una furia y Jane no podia dejar de sonreír, pues ante sus ojos Maura se veía adorable haciendo esa clase de escenas. —¡Eres intolerable, Jane! No puedo creer que te soportara como mi mejor amiga durante todfssmmm.

El discurso de la rubia fue interrumpido por una mano cubriendo su boca. Jane continuaba sonriendo a escasos centímetros de su rostro, intentando por todas mantenerse firme, aunque sólo lo consiguió apoyando su otra mano en la cadera de Maura para sostenerse bien.

—Me has soportado todos estos años porque me amas...— Aseguró con una sonrisa boba en su rostro —y yo te amo a ti. Tu bien lo sabes y... Shhh, deja de retorcerte Maur... Espera, es que no te entiendo.

Tras retirar su mano de la boca de Maura, la rubia tomo una gran bocanada de aire para luego casi gritarle a la morena que no la habia dejado respirar. Jane se disculpo y empezo a dejar besos descuidados en las mejillas de Maura mientras esta aun intentaba normalizar su respiración, pero cuando los labios de la detective rozaron los suyos, retrocedió casi de un salto.

En su intento por alejarse, Maura dio un leve empujón al cuerpo de la detective, que en su estado, perdió el equilibrio y cayó sentada haciendo un puchero.

—Lo siento, Jane ¿te encuentras bien?

—¿Te disculpas por haberme llamado insoportable antes?

—No.

—Entonces no estoy bien.

—Oh, vamos —Maura le tendio la mano para intentar ayudarla a ponerse de pie, pero la morena se aprovecho de su fuerza e hizo que la rubia fuese a parar encima de ella de un tirón. —¡Jane, sueltame!

—No, disculpate y di que me amas.

—¡No lo haré!— Maura no dejaba de moverse entre los brazos de Jane, pero la detective, aún estando ebria, tenía la fuerza suficiente para dominarla sin problemas— ¡Ya déjame!

—¡¿Qué ocurre ahí dentro?!— Se escucho una voz desde afuera, y acto seguido una llave en la cerradura llamo la atención de la rubia. Jane hizo caso omiso, pero Maura habia logrado reconocer la voz de Korsak e intentó ponerse de pie. La morena no lo permitiría.

Jane se las arreglo para quedar encima de Maura sin mucho esfuerzo, sentada sobre sus muslos y sujetando sus manos a la altura de su cabeza. La rubia quedo tan sorprendida que se olvidó de respirar, sólo podía sentir el cuerpo de la detective sobre el suyo, ver sus ojos oscuros mirandola fijamente mientras se acercaba a su rostro, y su labio inferior permanecía capturado entre los dientes delanteros reprimiendo una sonrisa.

—¡Quita tus manos de ella!— Exclamo Frost al ver la escena que tenía en frente. Jane estaba de espalda a la puerta e inclinada hacia adelante, por lo que el muchacho apenas pudo ver una figura que estaba encima de la rubia. Maura no decía nada, y la morena se incorporo un poco, girando el rostro para encontrarse con Frost, Korsak y Frankie, y con su madre detrás de ellos. —¿Jane?— Preguntaron casi todos al unisono.

—Hola chicos...— Saludo la italiana con un tono de voz inocente. Maura debajo de ella estaba completamente roja como un tomate, avergonzada de la imagen que ambas debian dar. —¿Qué hacen aquí?

—Hubo una queja de que habia mucho escandalo en esta dirección...

—... Y al ver que era la casa de Maura decidimos venir nosotros. Ma dijo que habia visto a Maura llegar con un hombre —siguió Frankie— pensamos que algo malo ocurría.

—Aunque me parece que ya entiendo el escandalo...— Habló Frost nuevamente, ya habían bajado sus armas.

—No es lo que parece, detectives —intervino Maura con la voz ahogada. Angela se acerco para ver más de cerca, Korsak la siguió y más atrás Frankie.

Jane se habia olvidado de la posición en la que estaban, por lo que se disculpó e intento ponerse de pie, tambaleandose en el intento. Frost lo noto y la ayudo antes de que su madre pudiera notarlo también, alejandola de el círculo donde estaba Frankie ayudando a Maura a levantarse y Angela haciendo preguntas de lo que habia ocurrido.

—¿Qué demonios pasa contigo? Cuando dijiste que hablarías con la Dra. Isles a cualquier costo, no imaginé que serías capaz de ésto. ¿Qué le hiciste?

Jane se libero de su agarre y casi cae otra vez, de no ser porque Barry la volvió a sujetar por el brazo.

—Vine a hablarle y estaba con un estúpido prostituto, sólo lo corri de aquí y quise seguir hablando con Maur pero ella no queria escucharme... —parecía que la morena iba a llorar por los gestos que hacia y su forma de hablar.

—Y te fuiste sobre ella. —Agregó alzando una ceja— Si no te conociera hubiera jurado que ibas a abusar de ella Jane.

—¡JANE RIZZOLI, VEN AQUÍ AHORA MISMO!

—Oh no... —Insegura, miró a Frost, y éste asintió acompañandola a donde se encontraban su mamá y su hermano, con Korsak y su mejor amiga. Como lo sospechaba, Angela le echó la bronca apenas llegó hasta ellos.

—¿Cómo está eso de que le arruinaste una cita a Maura? ¡Es tu amiga! No deberías haber hecho eso, mucho menos a estas horas, lo que sea que tuvieras que decirle podía esperar a la mañana...

Jane negaba con la cabeza y miraba a la rubia.

—¿Me acusaste con mi madre, Maur? ¿en serio crees que así te librarás de nuestra conversación?

—No hay nada que conversar, Jane. Todo esta dicho entre nosotras.

—No, no es así.

—Jane, ¿me estás escuchando?

—No, Ma.

—Dije que nos vamos a casa ahora mismo.

—No hay necesidad, me quedaré con Maura.

—No lo harás. —Sentenció la rubia mirando hacia otro lado. Aún así podía sentir la mirada incredula de su mejor amiga, y los ojos de Frost y Korsak encima de ella.

—Maura, no hagas esto... —Pidió la morena con voz suave, dando un paso hacia ella, el mismo que la rubia retrocedió. Maura habia puesto una barrera invisible entre ellas, y todos los presentes lo notaban. —Maur. Escuchame, por favor.

—No Jane, te escuché suficiente en la fiesta. No quiero escucharte más. —Enojada, pero con la misma gracia y sutileza de siempre, Maura dio media vuelta y se encaminó a las escaleras. Antes de empezar a subir, habló una última vez. —Angela, cierra la puerta cuando salgan y asegúrate de que Jane se hidrate bien cuando lleguen a casa. Gracias por venir, detectives. Que tengan una buena noche, o lo que queda de ella. —Murmuró lo último para si misma, y sin girarse para dedicarles una mirada de disculpa, Maura se fue a su habitación, se tumbó en la cama, y esperó a que todos se fueran para romper a llorar. Las palabras de Jane aún la golpeaban sin piedad.

"No seas idiota, Maura, tú no me amas de esa forma"

¿Como podia Jane dudar de ella? De su mejor amiga, de su confidente... De la única persona a su alrededor que no podia mentir, literalmente.

"Es un mal chiste, vamos, ya dejalo, eres patética haciendo bromas escuchó la risa de la morena resonar en su menteanda Maur, deja de decir estupideces y vamos a por otro trago. Yo invito. Pero no creas que es porque estoy ligando contigo, eh"

Entre lagrimas silenciosas, Maura se quedo dormida, abrazada a su cuerpo. Ni siquiera se habia preocupado por cambiarse la ropa de la fiesta, no le importaba nada, era un desastre por dentro, ¿por qué no serlo por fuera de una vez?

—Mirate hija, eres un desastre. —Soltó la mujer mayor al momento de entrar a la casa— ¿Cuando fue la ultima vez que estuviste borracha? ¿cuando te graduaste?

—Déjame en paz, ma.

Frankie arrastraba a Jane dentro de la casa donde vivía su madre, y la morena no dejaba de insisitir con que ella podía hacerlo sola. Apenas llegó al sofa, se lanzó boca abajo sobre éste y pronto se quedo dormida, mientras que su madre aún seguía reprendiendola acerca de su actitud con Maura. Frankie no quiso avisar a su madre que Jane ya tenia más de 15 minutos dormida, sabia que si le decia eso, se guardaria todas las reprimendas para darselas en la mañana, y despertar a Jane Rizzoli con resaca únicamente para regañarla era el peor error que un ser humano pudiera cometer.

—Yo me voy... Ya las veo en la mañana. —Se despidio Frankie. No quería estar ahí si su hermana despertaba con su típico mal humor.

—Siento que me han atropellado...

La morena se quejaba bajo las sabanas que su madre le habia dejado para que no cogiera frío en la madrugada. Seguía en el sofá. Angela le tendio un vaso de agua sin decir nada cuando esta, finalmente después de luchar con las cobijas, logro salir a la luz.

—Eres un desastre. —La acusó su madre por lo bajo. Jane se bebio toda el agua y miro a su alrededor, acostumbrandose a la luz que habia.

—¿Por qué me he dormido en tu sofa y no en la habitación de Maura?

La confusión era notable en ella, pero su madre no podia verla pues estaba de espaldas.

—¿No recuerdas tu escenita de anoche?

—¿Anoche?

—Sí Jane, anoche cuando le arruinaste su cita a Maura y la hiciste enojar...

—¿Cita?— Jane empezaba a recordar un poco de la fiesta, y vagamente tuvo pequeños recuerdos de la confesión de Maura.

"... creo que siempre he sentido esto por ti, sólo que con el tiempo se ha ido incrementando. Tengo un enamoramiento... Estoy enamorada de ti, Jane. Y me hace feliz ser capaz de decirlo en voz alta, después de tanto tiempo, por fin acepto esto que siento... Me hace sentir libre, y... pero, ¿por qué estás riendo así?"

"Porque es una tonteria"

—Oh no, Maur... Tengo que hablar con ella, ma.

Intentó ponerse de pie, pero un mareo la llevó de regreso al sofá.

—No puedes.

—Me importa poco si no quiere verme, debo hablar con ella. De ser necesario voy a tirar su puerta si se niega a abrirla.

—No abrirá porque no esta en su casa.

—¿Cómo que no?— Jane la miraba con los ojos bien abiertos.

—Salió muy temprano esta mañana, me dijo que alimentara a la tortuga...

—Bass...

—... que alimentara a Bass mientras ella estaba fuera.

—¿Dijo a donde iba?

—Me pidió que no te lo dijera.

—¡Ma!

—No sé que le hiciste a Maura, pero lo que haya sido la dejo muy afectada...

—Por eso necesito saber donde esta, necesito disculparme y...

—Ella no quiere verte. —Puso una mano sobre el muslo de su hija para evitar que tratara de levantarse— Dale tiempo. —Sugirió, a lo que Jane negó con la cabeza.

A Maura le habia tomado solo unos minutos encontrar un hombre que le hiciera compañía. Si le daba tiempo, ¿quién le garantizaba a la detective que su mejor amiga no estaría casada para cuando quisiera hablar con ella?

—No puedo darle tiempo. No puedo perder a Maura de esta forma.

—¿Qué fue lo que sucedió?

Jane volvió a negar con la cabeza. —No puedo decirte ahora. Si logro hablar con Maura y arreglar todo esto, entonces tú y todos se enterarán. Pero por ahora... —guardó silencio. —Necesito encontrarla, ma, por favor...

El rostro de Angela paso de tener un gesto comprensivo a uno de pena.

—Ella no dijo a donde iba. —Jane protestó— Ya la conoces, Maura es muy reservada con sus cosas.

—Es eso o que sabe que no eres de fiar.

—¡Jane!

—Lo siento.

Entonces, el silencio lleno la habitación. ¿Había algo que hacer? ¿Volvería Maura en unos dias? ¿una semana? ¿un mes? ¿Cuanto tardaría? ¿Dónde iría?

Sentía que su cabeza iba a estallar en cualquier momento si continuaba llenandose de preguntas sin respuesta, pero no podía evitarlo. Era una idiota por haberse burlado de Maura de aquella forma tan cruel, y no se excusaba con la cantidad de alcohol que había en su organismo, sino con el miedo que la invadió al pensar que esa mujer tan maravillosa sintiera tantas cosas por ella. Estaba aterrorizada, y lo disimuló bromeando, como de costumbre. Sólo que, en esta ocasión, y gracias al alcohol, sus bromas fueron demasiado duras, no sólo para Maura, sino para cualquier persona con sentimientos.