esta es mi primera historia, y espero no haberla cagado porque FanFiction casi ni me deja subirla. es una historia basada en una idea de que hubiera pasado si Dick hubiera sido adoptado por Barry, y como me gusta hacer sufrir a mis personajes favoritos... sera interesante. La historia tendra personajes de The Flash (pero ni Wally ni Iris ni Joe son negros (que mal que suena) es que estoy acostumbrada al Wally pelirrojo de Young Justice y de los antiguos cómics) si aparecerán Caitlin y Cisco, junto a los Star Labs, y Arrow (serie, pero Roy sera mas joven como en YJ), los malos serán mezcla de la serie de humanos, las series animadas, y las peliculas animadas de DC.
No tengo los derechos de ninguna de las series citadas anteriormente, y esto solo lo hago por diversión.
1-Una tragedia que da lugar a un nuevo comienzo
Central City no era una ciudad peligrosa, bueno, exceptuando a los enemigos causales de Flash que no suponían un grave peligro para los ciudadanos ya que el héroe de la ciudad, el hombre más rápido del mundo, conocido como Flash, siempre estaba allí para salvar el día, pasase lo que pasase. Flash no trabajaba solo, bueno, a los ojos de la gente parecía que trabajase solo, pero él tenía dos aliados, Cisco Ramon, un ingeniero que siempre le ayudaba con todos los nuevos artefactos para combatir a sus enemigos y Caitlin Snow una científica que siempre estaba allí cuando tenía algún problema en el cuerpo por culpa de sus poderes.
Pero Flash no era solo un superhéroe, él también era un hombre que tenía que tener otra vida, y en esa vida tenía una esposa llamada Iris y un sobrino llamado Wally que casi era como su padre ya que tenía que estar cuidándolo posiblemente seis de los siete días de la semana (si es que no era toda la semana).
Y como no, en cuanto un circo había aterrizado en la ciudad se había encontrado a su sobrino pidiéndole incansable veces que le llevase, y el, como buen tío (y sin poder aguantar la cara de su sobrinito de diez años) no había podido evitar prometerle que le llevaría el primer día.
Y allí estaba, Barry sujetando la mano de Wally para que no se escapase, Cisco comprando palomitas y Caitlin hablando de los componentes para una nueva fórmula, ¿Qué como habían llegado los otros? A Barry se le había ocurrido la feliz idea de decírselo en los Star Labs, y los dos se habían auto invitado, algo que no molestaba a Wally que solo estaba impaciente por que comenzase el espectáculo.
-Dios mío – dijo Caitlin mirando el folleto – en uno de los espectáculo actúa una familia de trapecistas, ¡y hay un niño de siete años!
-Si hombre – Cisco cogió el panfleto y lo miro sorprendido – joder… esto es alucinante, ¿no es ningún Fake?
-No es su primera actuación – dijo Caitlin – ya actuaron en Star City, ¿no os acordáis de lo que decía Oliver?
-Sí, que casi le había dado algo al ver al chico saltar – termino Barry – bueno, nosotros veremos el espectáculo, fliparemos si ese chico aparece.
-Yo quiero conocer a ese chico – dijo Wally sonriendo - ¿puedo?
-No voy a prometerte anda, Wally, lo veras cuando actué, que hables con él ya es otro tema.
-Vamos que casi empieza – aviso Cisco – y no quiero perderme el espectáculo con los elefantes.
-Wally ve con ellos dijo Barry – se me ha olvidado comprar… mis palomitas – dijo avergonzado, al tener un metabolismo tan rápido tenía que comer cantidades simplemente sorprendentes y a veces cuando salía de comprarlo todo, la gente a su alrededor le miraba como si le hubiera crecido una segunda cabeza, no es que a Barry le importase, pero no quería que su sobrino fuera el objetivo de esas miradas.
-Intenta no terminar todas las palomitas del circo – bromeo Cisco, cogiendo al chico, conocido por salir corriendo a todas partes sin ni si quiera verlo.
-No prometo nada – Barry se acercó al puesto más cercano, pero su atención fue llamada por un chico que estaba sentado como si esperase a alguien, lo más divertido del chico era el traje, de color verde y rojo, muy llamativo, supuso que debía de pertenecer al circo, pero se veía preocupado. Ante eso, se acercó
-hey.
-¿Quién eres? – preguntó el chico tímido.
-Mi nombres es Barry Allen, ¿te sucede algo? Te ves preocupado pequeño.
-Um… no… - El chico miro incomodo a su alrededor – es solo que he escuchado algo raro de un hombre hoy…
-Oh… - Barry no sabía que pensar, los niños podía considerar como raro muchas cosas en el mundo - ¿y que era?
-Un hombre vino a hablar con el abuelo Haly –dijo el pequeño – hablaron de muchas cosas… creo que le amenazaba… al salir dijo que… comprobase las cuerdas…
-Um… ¿una amenaza? – preguntó Barry con sospecha.
-Supongo… no sé, el abuelo Haly ya lo ha revisado todo, tres veces… pero sigo preocupado.
-No te preocupas, no va a pasar anda, ya veras, ¿Cómo te llamas?
-Dick Grayson.
Oh, dios, ¿a quién s ele ocurre llamar así a un niño?
-Bonito nombre, espero verte.
-Sí, espero que disfrutes del espectáculo señor.
-Dick ven – llamo otro chico mas mayor, por los quince años, llevaba un traje parecido al del chico.
Barry sonrió y cogió sus cinco bolsas tamaño XXL de palomitas para llegar al circo. El ligar estaba atetado de gente, si surgiera alguna amenaza a la ciudad le sería imposible salir como Flash, ¿Qué narices? Al ver donde estaban dudaba que pudiera ir al baño en todo el espectáculo, solo le quedaba rezar de que Wally no tuviera ninguna llamada de la naturaleza.
-Que sepáis que si cae una bomba no seré capaz de salir – bromeo sentándose entre Wally y Cisco.
-Oh, vamos, dale a Flash un día de fiesta – miro a la arena – además, ¿Qué va a pasar? Esto solo dura una hora, creo que puedes tomártelo como un día de asuntos personales. Y mira, nadie tiene cara de malo, simplemente somos personas que venimos a ver un pequeño espectáculo, divertirnos un rato, olvidarnos de nuestra aburrida vida…
-¿Aburrida? – repitió Caitlin – creo que no es así como yo llamaría a nuestra vida… a mí como que más bien nuestra vida es todo menos aburrida.
-Callaros, va a comenzar – dijo Wally de mal humor, si había algo que el chico no soportaba era que la gente hablara cuando se estaba entreteniendo con algo, y esto era algo muy importante para él.
El espectáculo fue increíble, en primer lugar un truco con el fuego que soltó muchas caras de sorpresa, una domadora de leones que hacia trucos fantásticos, unos malabaristas que llevaban a tener en al aire como más de veinte objetos a la vez… hasta que llegaron a la mitad del espectáculo donde se presentaba a los Grayson voladores, y Barry vio subir al pequeño de siete años.
-Dios, eso da miedo – admitió Cisco – digo, yo ni me subo en primer lugar, ya agarrar la cuerda e ir al otro lado es algo simplemente sorprendente.
-¿Y ese chico es menor que yo? – Wally parecía emocionado.
Barry le miro sonriendo, le gustaba estos momentos, los pequeños momentos de su vida donde podría tranquilizarse, olvidarse que él era el héroe de Central City, centrar en su familia, no pensar en salvar a otras personas, simplemente sentarse y disfrutar del espectáculo. Vio como las parejas se balanceaban, como el chico de quince años se subía, pero de pronto vio que Dick miraba las cuerdas, desconfiando.
Después todo paso más rápido que si el hubiera corrido de un lado a otro de la ciudad, más rápido que cuando atravesaba objetos. Ni si quiera le dio tiempo a reaccionar.
La cuerda se soltó. La cuerda se soltó con todos en el aire. Barry no pudo evitar ver como los cinco miembros caían al suelo, manchándolo todo de un horroroso color cobrizo…
Caitlin dio un grito ahogado, Cisco se quedó sin habla, Wally por suerte no había visto nada lo único que atino a hacer Barry fue taparle los ojos… pero los ojos del chico que estaba en el estrato estaban directamente sobre su familia. Los gritos de toda la gente resonaban en el lugar, Barry miro a Cisco.
-Quédate con Wally, yo voy a ir, soy policía y de la rama científica, puedo comenzar la investigación y… - miro al chico – joder… a Joe le va a dar algo…
Cisco asintió, Barry se levantó y por suerte comprobó que tenía la placa de policía, en cuanto se acercó al lugar vio al chico, al lado de su familia, intentándolos despertar. No pudo evitar recordarle a sí mismo, a cuando vio el cadáver de su madre y no pudo evitar gritarle que se despertase, que dejase de fingir estar dormida, entonces tenía los diez años…
-Lo siento, no puede acercase – dijo un hombre, supuso que del circo.
-Soy policía – le mostro la placa – no estoy de turno, pero puedo ir ayudando en el caso, si es que no supone molestia.
-Oh, póngase por favor – dijo el jefe del circo Haly – Dick… no puedes hacer anda… están muertos – intento Haly, peor el chico le miro, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
-No… no… - Barry se sintió imponente al ver las lágrimas del chico, nadie merecía eso.
-Pobre chico – a personas en el público, el solo cero los ojos y miro las cuerdas, había visto que se habían soltado, pero, ¿Cómo?
En unos segundos estaba en el podio donde se había soltado la cuerda, al acercarse vio que no había mucha seguridad, más bien, parecía que alguien había quitado unos tornillos, los justos para que la actuación terminase de quitar los otros… un asesinato en toda regla.
Se sintió enfermo, alguien había planeado matar a toda la familia, incluso el chico de siete años que por suerte había conseguido salvarse de milagro… se reojo vio como Wally salió junto a Cisco y Caitlin del circo, bien, encima iba a dejarle huella a su sobrino… ¿es que no podía tener un día tranquilo como persona? No, si no era por un motivo era por otro, pero nadie quería dejarle vivir tranquilo.
Al bajar vio que Joe ya había llegado.
-Escuche de Iris que veníais – comento Joe – Wally…
-Le tape los ojos… pero el niño lo vio todo – dijo mirando al chico que seguía cerca de los cuerpos de su familia, impidiendo que los otros le alejasen – puedo ser el hombre más rápido del mundo… pero no puedo impedir que un chico viva lo mismo que viví yo… - suspiro – espero que al menos tenga la suerte de tener a alguien como tú.
Joe suspiro.
-Bien, ¿Qué piensas?
-Asesinato – dijo sin dudar – y tengo una idea…
-¿Vistes a alguien?
-No - miro al chico, y depsues al jefe del circo – disculpe, ¿alguien le ha amenazado últimamente? Tengo sospehas de que esto podría ser obra suya.
-Oh… si… un hombre que quería utilizar mi circo como… sitio de ventas de sustancian dañinas…
-Drogas – corrigio Joe de mal humor – eso no es típico de Central City…
-Para nada – siguió Barry - ¿sabe su nombre?
-Tony Zucco… solo se eso, lo juro…
-Me suena ese nombre bastante – dijo Joe con sospecha – peor es raro, su sitio de actuación es Gotham, es raro que los mafiosos de Gotham vengan a una ciudad como Central City, no tiene mucho sentido – miro a Barry – esto va a llevar trabajado, tengo que contactar con el jefe policía de Gotham, pedirle los informes sobre Tony Zucco, ver el perímetro de actuación que tengo… por ahora recoge muestras… - Joe se quedó mirando al chico - ¿Qué va a pasar con él?
-No lo sé – admitió Haly – nosotros lo adoptaríamos pero…
-No tienen la custodia – termino Barry – y dudo que el gobierno de la custodia de un niño a un circo…
-Lo se… conocía a su padre desde hace años, no quiero dejarlo aquí, y no podemos hacerlo.
Pero aunque el circo intento obtener la custodia de Dick el chico fue llevado al orfanato de Central City, un pequeño chico traumatizado de siete años metido en un lugar donde siempre estaba loco. Cada día, después de terminar su deber como superhéroe, Barry se pasaba por el orfanato y desde un árbol miraba a los niños, a veces conseguía ver a la pequeña figura resguardada de los otros en un rincón, casi como si tuviera miedo de lo que pudiera pasarle, a que alguien más pudiera dañarle.
Un día en los Star Labs no pudo evitar sentirse decaído, no podía dejar de pensar en el pequeño chico y en lo que debía de estar pasando.
-Mira Barry – llamo Cisco desde el ordenador, el velocista se acercó con pereza, allí había un informe – al parecer una familia ha adoptado al huérfano del circo.
-¿De verdad? – preguntó Barry no del todo tranquilizado.
-Si… los Stips… el hombre es Banquero y la mujer ama de casa, no parecen malas personas - el ingeniero le miro – todos sabemos que estas preocupado por el chico, y bueno, después de lo que paso es normal…
-Espero que pueda tener una vida tranquila – dijo Barry con una pequeña sonrisa.
-Yo también.
-Barry una emergencia – dijo Caitlin a través del audífono, estaba en una patrulla por la ciudad.
-¿Qué ocurre? ¿Un robo? ¿Asalto? – empezó a enumerar, las cosas en Central City siempre parecían ser un poco repetitivas, pero entretenidas.
-Um… no, ha habido avisos de auxilio en la calle 24, edificio 12b y piso 6 puerta A… una llama al 112… al parecer un vecino ha llamado para alertar por un altercado domestico - enumero Cisco mirando los datos - espera… esta casa me suena de algo…
-Pues piénsalo mientras que voy –Barry acerero por las calles, donde dejaba solo una mancha de color rojo que se iba segundos después, no importaba que los coches se pusieran delante de su camino, el los esquivaba para llegar a su objetivo al llegar a la calle diviso el edificio, vio a la policía prepara para entrar, muchos al verle le aclamaron, pero Barry los ignoro, subió a toda velocidad por la pared y traspaso la pared utilizando su supe velocidad, nada más entrar vio el cadáver de una mujer en el suelo, cerro los ojos y miro a su alrededor, había un hombre de gran estatura con un arma (supuso que cargada) apuntando a una armario cerrado que tenía unos agujeros… un armario pequeño – mierda… - susurro.
-¿Qué ocurre Barry? - preguntó Caitlin.
-El hombre ha tenido que matar a su mujer y creo que tienen un hijo… no sé si está vivo a muerto pero…
-Joder…
Barry vio cómo iba a volver a disparar y corrió para quitarse la pistola, en un primer lugar el hombre tardo en darse cuenta, lo que le daba ignición de que había estado bebiendo, y bastante. Seguidamente corrió de lo tumbo de un puñetazo bien fuerte en la mandíbula. Solo pudo tomar aire cuando lo vio en el suelo sin sentido, entonces miro al armario.
-Hey, tu padre ya está fuera – dijo suavemente - ¿estas allí? – Barry pudo escuchar un pequeño lloriqueo, pero silenciado como si intentase no hacer ruido, miro la cerradura, estaba puesta desde fuera, lo habían encerrado. Sin hacer mucho ruido retiro la seguridad y abrió la puerta, dentro vio a una pequeña figura acurrucada en el rincón, el chico estaba en posición fetal mientras que lloraba, Barry le miro, el chico le sonaba de algo – hey chaval, ya está todo bien, vamos, puedes salir – intento pero el chico no parecía escucharlo – oye, ¿sabes quién soy? Flash, el héroe de Central City, puedes confiar en mí, te lo aseguro… ¿Cómo te llamas? – intento, sentándose, no podía arecer amenazante delate de un chico posiblemente traumatizado.
-Barry, ese era la pareja que adopto al chico del circo
Barry quiso maldecir a todos los demonios del mundo, ¿en serio? ¿Qué diablos pasaba en esta maldita ciudad? Se fijó en el chico, ahora entendía porque le sonaba, suspiro y miro sus manos.
-¿Cómo te llamas pequeño? – pregunto suavemente.
-D-D-Di-Dick… - tartamudeo el pequeño, pero sin mirarle ni hacer movimientos de que iba a moverse.
-Bien, la policía va ayudarte, hay un hombre que se llama Joe que se le dan bien los niños, él no te hará daño, ¿vas a confiar en él? – el chico no hizo ningún movimiento y Barry suspiro – también hay un forense llamado Barry, a él le encantan los niños, ¿en el confiaras? – el chico no dijo nada, pero por la puerta pasaron Joe y dos policías más.
-¿Qué ha ocurrido Flash? – preguntó Joe.
-Ese hombre ha asesinado a su mujer y… - miro el armario – adoptaron a un niño hace como dos meses, el chico esta traumatizado, dudo que le convenzáis para salir, y si lo sacáis a la fuerza será malo para el…
-¿No confía en ti? Eres el héroe de la ciudad – dijo uno de los policías.
-Para el soy un desconocido, héroe o no, sigo siendo un desconocido – Barry miro a Joe.
-Encargaros del hombre – la mando a sus subordinados – para tratar al chico llamare a Barry, ya hablo con él en el incidente del circo, es posiblemente una cara conocida en la que puede confiar – Joe hecho una mirada a Flash que asintió.
-Bien, me despido – Barry corrió hasta los Star Labs, se quitó el traje en un pestañeo para volver corriendo a un callejón cercano, desde allí corrió a una velocidad normal hasta el lugar.
-disculpa, solo pueden pasar policías –le paro un agente, Barry le miro y suspiro.
-Soy Barry Allen, del departamento de policía forense, el jefe Joe me ha llamado, para ayudar a un niño con miedo.
-Oh, disculpa, no te había reconocido – se disculpó el policía - ¿te dijo el piso?
-Claro – Barry subió normal, veía a los vecinos hablar con algunos policías, pero él fue directo al piso en el que acaba de estar, allí vio a Joe intentando hablar con el chico pero sin resultado, al verlo llegar suspiro.
-Menos mal que has venido – admitió - ¿crees que podrás ayudarle? Se ve muy aterrado…
-Intentar no hacer ruidos fuertes y… no creo que sea conveniente sacar el cadáver mientras el chico este aquí, cuando lo saque podrán movilizarlo.
-Claro, claro, ahora ponte en marcha muchacho.
Barry se acercó al armario, el chico ni se había movido. Se quedó pensando en que le diría, pero no tenía ni una mínima idea de que podía decirle a un niño que había pasado por una experiencia tan traumatizante, era imposible saber que podía animarle.
-Hola Dick – saludo, el chico no se movió – soy Barry Allen, nos conocimos en el circo, ¿me recuerdas? – el chico se movió, movió la cabeza, sus grandes ojos azules estaban rojos, en sus ojos se veía el miedo y la desesperación. Ningún chico debería de estar pasando por lo que tenía que aguantar Dick, un chico inocente al cual se le había arrebatado todo de las manos como si fuera aire – bien, puedes confiar en mí, ese hombre ya no te puede hacer daño, y yo no voy a dañarte, ¿confías en mí?
-Si… - susurro muy flojo.
-Bien, ¿saldrás?
-No… h-haya… haya donde voy… muere gente… - los ojos de Dick se llenaron d lágrimas de nuevo, Barry se sintió fatal.
-Tú no tienes culpa de nada –dijo Barry – esto ha sido culpa de ese borracho, tu eres solo una víctima – miro a Joe que miraba el cadáver con lastima - ¿sabes? Yo viví una situación parecida a la tuya de chico, mi madre murió frente a mí, y después mi padre se fue, me quedó solo, pero… todo salió bien. Puede que esto no haya salido bien, pero te juro que todo mejorara. Te lo juro, Dick.
-Soy u-una ba-basura Gitana… - susurro el chico, sorprendiendo a Barry – t-todos lo di-dicen…
-¿Y qué? – recalco Barry – aunque todos lo digan tú no tienes que hacer caso. Cuando yo era pequeño todos decían que mi padre era un asesino, que el había asesinado a mi madre, pero yo no lo creí, sabía que no había sido y por mucho que me lo dijeran nunca les escuche, ¿y sabes qué? Tenía razón, lo saque de la cárcel. Si dicen que eres… eso, es solo porque quieren estar sobre los demás, porque les gusta pisotear a los demás, les gusta ver el sufrimiento ajeno más que a ninguna otra persona, tú no le escuches, eres un chico valiente, lo sé.
Dick le miro sorprendido, pero de nuevo comenzó a llorar, Barry, algo más confiado, se acercó un poco al armario y loco a poco se adentró para coger al chico. El pequeño se agarró a su cuello y comenzó a empapar el hombro, pero al velocista eso le importaba poco, solo podía pensar en que le apaísa al chico ahora, ¿Dónde iría? ¿De nuevo al orfanato? Claro, y que después le adoptasen otros locos como los últimos. Hecho una mirada a Joe haciéndole entender que sacaría al chico, subió un nivel de las escaleras para que no pudiera ver nada mientras que lo tranquilizaba como podía.
En una media hora sintió como el chico se tranquilizaba, con cuidado le miro, se había quedado dormido, aun así no bajo, necesitaba pensar.
No quería dejar al chico solo, no después de que hubiera tenido que pasar por todo eso… perder a toda su familia, perder al circo, lo que sería para el su segunda familia, ir a parar a un orfanato frio y oscuro, ser adoptado por… un asesino…
Suspiro, movió al chico con cuidado de no despertarlo para cogerlo en sus brazos como sostenía a Wally cuando era un bebe o aun a día de hoy cuando tenía pesadillas muy duras, poniendo su oreja sobre su pecho le miro con duda, pero levanto con cuidado la camiseta… había grandes moratones y heridas…
-Maltrato – susurro Barry con lastima - ¿Cómo pueden ser tan crueles? – volvió a mirar al chico y suspiro.
Ya lo había decidido.
-¿Estás seguro de todo esto? – preguntó Iris desde el asiento del copiloto, mirando a su marido que se veía bastante tieso en el asiento del conductor, tenía sus manos sujetas al volante como si fuera lo único que lo sostenía.
-Si… ¿y tú?
-Claro que si – dijo Iris sonriendo – es un chico que ha pasado cosas inimaginables, lo único de lo que tengo miedo es de que no podamos ayudarle – suspiro, hacia dos semanas que habían presentado los documentos para adoptar a Richard Jhon Grayson, más conocido como Dick, el chico huérfano del circo – bien, las últimas veces que nos hemos reunido con él la cosa ha salido bien, y creo que no pensaran que seamos unos abusadores – paso la páginas – perfecto, intenta no ponerle mil cosas de Flash delante de los ojos, no me gustaría que te odiase incluso antes se conocer tu alte ego.
-Nadie puede odiar a Flash, sabes que soy irresistible – bromeo Barry con una pequeña sonrisa – ya estamos – aparco en el orfanato y respiro hondo – entremos antes de que me de una ataque de pánico, aún recuerdo cuando tire a Wally al suelo la primera vez que lo tuve en las manos… todos me mirabais con dagas en los ojos.
-Se te cayo un bebe de días, y bendita sea tu velocidad porque te salvo de una castración a los West.
-Ya… benditos reflejos.
Barry dejo que Iris terminase el papeleo, el siguió a la empleada hasta la sala de reuniones, una sala acomodada para que los niños interactuasen con los que iban a adoptarlos.
-Tengo que advertirle que aún no habla mucho – repito la trabajadora – la mayoría de las veces asiente o niega o dice solo una palabra, cuando más habla es cuando esta con usted.
-Me he dado cuenta – al abrir la puerta lo vio sentado en una de las sillas, con un peluche de elefante en sus manos, al cual abrazaba como si le fuera la vida en ello – hola, Dick – saludo alegre, pero el chico hizo lo mismo que los últimos días, levanto un poco la cabeza y volvió a centrarse en su peluche, como si tuviera algo de miedo de él.
-Su ropa esta en esta maleta - le indico la empleada – si hay algún problema pueden llamarnos o a servicios sociales.
-Tengo experiencia en todo esto, trabajo en la policía – le informo – nos hacen estudiar todo eso antes de entrar.
-Oh, me alegro, les dejase a solas.
Barry se acercó al chicho y se puso a cuclillas delante del pequeño, sus ojos estaban llenos de tristeza y desconfianza, pero también algo de esperanza, una esperanza que necesitaban demostrarle a un niño abandonado.
-Bien, espero que te guste la habitación, yo quería que fuera de color naranja, pero Iris me convenció para pintarla de Azul claro, ¿ese era uno de tus colores favoritos? – el pequeño asintió – bien, creo que mañana conocerás a Wally, será tu primo, no te asustes si comienza a hablar muy alto, o que no se calle, es normal… bueno, si te asusta se lo dices… uf, me llevo el premio al mayor pringado – eso hizo que el chico le mirase con duda.
-¿Por? – susurro.
-Digamos que no sé cómo hacer todo bien –admitió – quiero… me gustaría que tu estuvieras bien, que no tuvieras que sufrir más de lo que has hecho, peor tengo miedo de fallar, de empeorarlo todo – Dick miro al peluche y después a él, lo soltó y se lo mostro.
-Él es Zatsi, es mi peluche favorito – Barry le miro sorprendido, miro el peluche y después al niño, vio que el chico seguía con el peluche estirado hacia el, entonces entendió que quería que hiciera. Acerco su mano y lo cogió, el peluche se veía usado, posiblemente había sido el único muñeco del chico durante años.
-Ya veras, te encantara – dijo más confiado – e incluso te llevare a mi trabajo, aunque no sé si Joe me dejara llevar a un niño como tú al departamento de policía, bueno, siempre y cuando no juegues con mis productos químicos todo irá bien – Barry recordó al primera vez que se le ocurrió llevar a Wally, y como el chico de seis años se las había apañado para provocar una explosión en la máquina de cafés y cubrir a Joe entero de pintura verde, menos mal que era su nieto porque si no lo iba a matar.
En cuanto vino Iris, los tres e fueron, Barry tuvo que ponerlo en la antigua silla de coche de Wally, no iba a meterlo en un coche sin seguridad, eso sí que no.
Al llegar a la casa Iris le dio la mano al niño, este la miro dudoso unos segundos antes de cogerla con algo más de confianza, eso era un buen signo.
-Mira – Iris abrió la puerta dejándolo entrar sin soltar la mano – este es el salón, allí esta… las consolas d Barry, que a pesar de que ya va por los treinta aún no ha sido capaz de dejar su obsesión por los videojuegos.
-No es obsesión, es un pequeño pasatiempo, además, a los niños les encanta.
-Lo que digas. La cocina está al lado del salón, si vas por este pasillo – comenzó a moverse con el – está mi despacho y el de Barry, ara cuando tenemos que traernos trabajo a casa – el chico lo miro algo curioso, sobre todo al ver los posters de Flash en el de Barry, si, un superhéroe egocéntrico de su propia fama, como lo disfrutaba – arriba están los cuartos, el nuestro, el tuyo, el de invitados y el de Wally, se queda aquí todos los fin de semana, y días festivos… y vacaciones… casi siempre – termino diciendo Iris.
-Vamos, que lo vas a ver casi siempre – acorto Barry - ¿quieres ver tu cuarto? – Dick asintió con la cabeza un poco dudoso, Barry sonrió y lo cogió el brazos, Dick se sobresaltó, pero se tranquilizó, no se sentía en peligro cerca de ellos dos. Barry subió las escaleras con calma, aunque por entro estaba nervioso por si al chico no le gustaba su cuarto. Al llegar abrió la puerta y dejo al chico, este le miro antes de adentrarse en la habitación. Habían cogido algunas cosas viejas de Wally, incluyendo la ropa que tenia de hace unos años que los padres de Wally le habían dado para poder empezar con el chico.
-¿Te gusta? – pregunto Iris con una sonrisa, Dick le miro y después al peluche.
-Si… es bonita… me gusta el azul…
-Bien, ¿te gusta la piza? – propugno Barry, el pequeño asintió – pues estas de suerte, porque voy a pedir veinte.
Dick se quedó pensando unos segundos.
-¿viene alguien? – fue lo único que se le ocurrió decir.
-No, es que Barry tiene un estómago sin fondo – dijo Iris, lanzándole una mirada de advertencia para que no dijera anda más que pudiera incriminarlo.
-Si… he… voy a pedirlas.
Dick dejó al elefante en la cama, apoyando la cabeza de este en la almohada, después miro a la pared, no había nada colgado, pero en las estanterías había algunos libros y juguetes típicos que había visto en el orfanato o en otros días cuando estaba en el circo, como por ejemplo una caja llena de piezas perdidas de Lego. Miro la caja con atención, antes de cogerla y abrirla con cuidado para comenzar a jugar. Dick no se dio cuenta de que Iris aun le miraba desde la puerta, con una sonrisa al ver que el chico sonreía al poder construir algo.
Iris bajo para pillarse con Barry.
-Creo que esto saldrá bien, parece feliz…
-Me di cuenta, bueno, mañana veremos cómo va con Wally – dijo Barry no muy seguro.
-¿No confías en mi sobrino? Creí que erais inseparables.
-Y lo somos – dijo Barry – solo es que… ya sabes que es imperativo, y Dick se asusta con facilidad de las voces altas… no sé si se asustara de Wally.
-Claro, pero Wally entiende la situación, no lo va a asustar, a mí me preocupa más que tu amiguito, Cisco, se pase por aquí con alguno de sus aparatos explosivos y consiga asustarlo.
-Oh, vamos, Cisco es de confianza.
-La última vez que estuviste en casa a solas cuando volví habíais volado media cocina e incluso intentaba sobornar a Wally para que no me contase lo concurrido mientras que tu limpiabas ´´rápidamente`` la cocina.
-Ya… un pequeño error en el tiempo
-Bueno, espero que no se repita, porque sabes lo que asara, ¿hablo claro?
-Como el cristal.
-Bien.
