Minos tiene una lengua despiadada.

Suave. Maleable… hábil. Podría emplearla para besar y lamer... pero optaba por emitir sarcásticas y ácidas palabras, palabras crudas, despreciables… palabras que tocan. Palabras que pueden cortar…

Al igual que sus hilos.

Es lo único realmente indiscreto sobre él. Lo único no olvidado de su pasado mortal. Para ellos, -"sus hermanos espectros"- es su gran defecto; para él, este es el puente que lo separa de ser el asesino frío, vicioso y hambriento que es. Su lengua es también su mayor defensa, utilizándola no sólo para humillar a sus oponentes, sino para irritarlo a él.

Porque si su lengua es su fuerte… Albafica es su debilidad.

El Kyoto incita al santo dorado a cada oportunidad, comenzando la diversión. Un rival a su altura… del que no debió subestimar. La sagaz lengua del pisciano rivaliza con la suya.

Y algunas veces, cuando nadie está alrededor en el inframundo, esas lenguas se batirán en duelos perversos, en otros tipos de disputas. Una larga, parsimoniosa y errante evocación a sus batallas igualadas, y así, esa lengua perspicaz se desliza sobre la piel tierna del pisciano… repasando los dientes brillantes y el tibio interior de ese cuello grácil, sorbiendo los suculentos labios castos, tomándolos hasta no tolerar más…

Minos utiliza de esa forma su lengua para besar y lamer, para mucho más que humor e ironía, pudiendo dominar el más terrible estado de ánimo en su enemigo, con un solo movimiento de esa lengua sabia, traviesa y húmeda. Con la sensación aterciopelada de su cuerpo fornido, entregándose a la apreciación de tenerlo prensado tan íntimamente en su contra y en sus hilos.

Podía hacer magia con esa lengua... si Albafica le permite hacerlo.

—Aparta tus manos, espectro asqueroso...—Gruñó, mirándole desafiante entre las gotas de sudor, gimiendo involuntariamente al toque hábil de los dedos en su piel sonrosada, pero no aplicando más resistencia.

El platinado sonrió contra sus labios, presionando su lengua más allá de los dientes del peliazul, deleitando sus viciosos deseos con el ardor húmedo de esa boca candente.

—Tú no deseas eso. —Murmuró con voz ronca y baja—En efecto, creo que te agrada bastante lo que sientes en este momento...

Tenerlo completamente bajo su control, tan atrapado en la pasión que Piscis se sacudía y temblaba violentamente mientras esa lengua conocedora se deslizaba en su cuerpo desnudo, por todas partes. Intentó de girar para alejarse del placer extremo que Minos le estaba proporcionando, pero se sentía ceder nuevamente por esa lengua maldita, dotada de habla…

Albafica intentó tomar fuerza de voluntad de nuevo.

—Juro que... te arrepentirás…

—¡Bah!… palabrerías…—Sonrió y deslizó su lengua por el labio inferior del peliazul—: Además, sé que me extrañaste… Extrañas esto…—Hizo hincapié en su punto, sintiendo su cuerpo tensar a la sensación.

Sus cuerpos estaban relucientes de sudor a la brillante luz del fuego, completamente empapados, y sus fluidos arrojados en las suaves mantas que los cubrían.

Minos no se preocupa de todas formas: teniendo cosas mucho más importantes en su mente en este momento. Arrastra su lengua sobre la del pisciano, atrapándola de nuevo...

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Lost Canvas y Saint Seiya son de Shiori Teshirogi y Masami Kurumada. Ningún personaje me pertenece, aunque quizá la lengua de Minos-sama...*sigh* lol ;)

xoxo