El dolor de Kyouya

Desde el indescriptible momento que mi vida paso a ser una tormenta dentro de mi ser no puedo dejar de pensar en esta pesadilla que nubla todas mis razones, día tras día despierto bañado en sudor pensando en aquellas imágenes que no me dejan dormir, que me traen despierto todo el día y que incluso llegan a sobresaltar mis latidos; no puedo aun identificar cual es el motivo para que alucinaciones, una cada vez más inquietante que la otra atraviesen mi mente a cada segundo. Mis pensamientos ya no fluyen con naturalidad, ya no puedo ser aquel personaje frio que acostumbro a mostrar, mi mente solo me trae como loco a cada momento, no puedo pensar en nada más que ese tormentoso deseo de llenarme de ese extraño sentimiento que me ocasiona el soñar despierto, al dormir, al solo cerrar los ojos, no puedo evitar el mirar aquello que tanto miedo me ocasiona.

Un cálido veneno recorre mi cuerpo, mi palpitar se acelera de una forma indescriptible en momentos que no comprendo el motivo, llega ser inquietante esta sensación de calor que mi cuerpo experimenta, y aquel sabor que a veces siento en mi boca, es bastante dulce que para muchos seria empalagoso, pero del cual no puedo cansarme aunque llega a serme algo turbador. Una serie de sensaciones que no puedo describirlas y que solo me tienen arrinconado, amenazándome con invadirme y ahogarme sin previsión alguna, sintiendo como de un último exhalo mi ser se va perdiendo y con el mis sentidos.

Y es que todo esto no tiene sentido, fue tan solo en ese momento, en que mi mirar se cruzo con el tuyo, desde aquel día en que estas inexpresables sensaciones desgarran mi interior y no me dejan dormir en paz ni un solo momento; este incontrolable deseo de querer estar contigo a cada instante, el que ese dulce mirar que me llena de vida me perezca solo a mí, ser yo el dueño de tu sonrisa, y de tu afable singularidad. Y no puedo más soportar esta absorta necesidad y dependencia de tu persona, esta asfixiante imploración de que se cumpla este, uno de mis más extraños deseos, tan fuerte es su intensidad que solo busco arrancar de mi pecho este corazón latente y así dejar de sentir este agobiante pero sugestivo terror.

Desde aquel día en que me quede atónito e invadido por tu mirar, no puedo dejar de sentir celos y la necesidad de que solo sea mío y de nadie más. Y con mi más sincera suplica, no te pido que me quieras, pero si, Haruhi, que me veas.

Ootori Kyouya Y es así como yo, el más gélido de todos, describo lo que para mí, es amor…