Personajes: Noise Marie, Miranda Lotto.
Desclaimer: Ningún personaje me pertenece, todos son de Katsura Hoshino.
Aviso: Esta historia participa en el reto "Mes de apreciación: Febrero 2017 - El antaño vuelve" del foro "Resurgiendo entre las cenizas".
Las variantes que me tocaron son:
Ruido: Chirrido.
Rated: K (plus)
Género: Espiritual.
Emoción: Insatisfacción.
Uno
Habían pasado unos cuatro años desde la pérdida de su vista, y apenas uno y medio, desde que pudo reinsertarse en la labor de crear música. Y aun cuando muchos opinaban que era muy pronto, él creía ser capaz de volverse a hacer cargo de sí mismo.
Tiedoll no lo tomó exactamente bien, y Daisya, tras notar que era imposible que cambie de parecer, opinó que él era tan tozudo como Kanda. Aun así, pese a las protestas, Marie empezó a seguir la empresa de conseguir una casa.
Una que estuviera en una zona decente, y que para quitar dificultades, solo tenga un piso y así evitarse el peligro de las gradas. Fue un trabajo extenuante, ya que con cada oferta siempre había una pega, sea tanto la locación, costo, longitud, entre otros altercados. Por buena, suerte con el pasar del tiempo, logró encontrar lo que buscaba.
Era una pequeña casa dada en un barrio ni muy céntrico, ni muy aislado. Según le habían contado, esta tenía una linda fachada, que llamaba la atención en el vecindario, y por su mismo estilo antiguo; era realmente apreciable a la vista.
Por la misma vejez del inmueble, una vez empezó el proceso de compra, Tiedoll había ayudado en las refacciones del lugar. Buscando grietas, o desperfectos en las maderas del piso; asimismo fue él quien le ayudó en la decoración e implementación de artículos útiles en la casa. Es más, fue gracias a Tiedoll y sus otros dos hermanos, que pudo aprender a dedillo las rutas cercanas a la residencia.
Al cabo de trasladarse, y ya no tener que necesitar con obligatoriedad la ayuda de terceros; Tiedoll volvió a preguntarle si seguía firme en sus deseos de vivir solo. Marie, pese a apreciar mucho al hombre que le había adoptado, y asimismo no siendo alguien solitario; volvió a asegurar su decisión.
A él siempre le gustó tener cierta independencia, al mismo tiempo, Marie creía que el perder la visión era un obstáculo, pero no uno inamovible que le limitaría la vida entera. De esa forma, creía ser capaz de vivir solo, de poder hacer las cosas por mano propia aun sin poder reconocer ninguna figura con los ojos.
Y esa creencia se demostró con el pasar del tiempo. Él podía hacer sus compras, movilizarse por las calles, agarrar transporte, y hacer los quehaceres de su casa —aunque aún con eso, las visitas a su residencia eran sumamente frecuentes—, pero entre toda luz ante la adversidad, había… cierto indicio de que algo no andaba exactamente bien.
Y eso no se debía a él, sino a los suelos que crujían por la noche, a la apertura de sus cortinas cada mañana, a objetos que aparecían destrozados sin antes siquiera haberlos tocado.
.
En una noche despertó exaltado al escuchar un chillido, y consecuentemente un llanto amargo que le supo a interminable.
Con Chirrido, supongo que tengo que usar un sonido desagradable, y el llanto es un sonido que no es... precisamente bonito, eso sí, admito que no quise usar algo más estridente, no entra en la historia, y... bueno, creo que en sí lo que puse encaja, pero ya me dirán, jajaja.
¿A alguien le gustó el episodio?
