D.o.t.E: ¡Hello Minna-san! ¡He aquí otra pequeña historia, espero que la disfruten…y que yo la termine… ! Sin más preámbulos…Yuuka-chan, oneigai!

Yuuka: ¡Hai! ¡D.o.t.E no es dueña de Inazuma Eleven, esto le pertenece exclusivamente a Level 5!

Haruna: ¡Vamos a empezar! Hemos de mencionar que la pareja principal no es GoenjixToramaru, y que a pesar de que se mencionan parejas Yaoi, también hay parejas heterosexuales…como yo!

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-¿Que has dicho?- pregunto una voz masculina llena de seriedad y hostilidad, sus ojos color negros miraban al chico enfrente de él como si fuera una amenaza. ¿Cómo se atrevía esta joven a decir tal cosa?

-Y-Ya está bueno, ¿no?- dijo un chico de cabellos castaños y banda naranja, sonriendo de manera nerviosa y tratando de mantener la paz entre los miembros de su equipo. Mucho trabajo tenía con el estratega y el Joker de Inazuma Japan, lo que menos ocupaba era que Goenji y Toramaru también entraran en un conflicto.

-Creo que he sido bastante claro, Goenji-san...- respondió Toramaru, ignorando completamente al capitán y manteniendo su mirada igual de amenazante y seria que Goenji, dando el claro mensaje de que él no se retractaría por nada del mundo. -Tu padre no es lo suficientemente bueno para salir con mi madre.-

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Todo empezó un día en la isla Liocotto, el sol brillaba y las aves cantaban. Inazuma Japan entrenaba bajo el potente sol, siempre manteniendo el espíritu en alto y la determinación saliendo de sus poros. Dentro de poco seria su partido contra Italia, no podían perder, en especial Kidou, Sakuma y Fudou, quienes tenían asuntos pendientes contra Kageyama Reiji.

-¡Mantengan así el ritmo chicos! ¡Fubuki, tu izquierda esta descubierta! ¡Kazemaru, marca a Someoka!- dijo Endou con su típica sonrisa, dando órdenes como él buen capitán que es. Las managers miraban entretenidas la pequeña sección de entrenamiento, las tres tratando de ocultar la gran sorpresa que tenían para los jugadores. Tras horas y horas de entrenamiento, todo llego a su final, dejando a los miembros japoneses completamente exhaustos y hambrientos. -¡Gran trabajo chicos, si seguimos así, ganaremos el partido contra Italia!-

-¡SI!- gritaron todos como respuesta.

-Me muero de hambre, quisiera comer un obentou de Nanomi-san.- pensó en alto Kabeyama, imaginándose a la dulce chica de coleta sonriéndole y entregándole un gran obentou. Las managers rieron por bajo, no diciendo palabra alguna sobre lo que esperaba a nuestro equipo.

-Deberíamos trabajar en nuestro trabajo en equipo. Fidio es conocido por ser capaz de leer los movimientos del enemigo como si estuviera en el cielo, no podemos bajar nuestras defensas.- analizo Kidou, recordando como lucho codo a codo con el italiano encontrar de Kageyama. Definitivamente él será un oponente muy difícil de derrotar.

-Tranquilízate Kidou, nosotros ganaremos. De eso no hay duda.- animo Sakuma, sonriéndole a su amigo. Desde que supieron que Kageyama estaba en esta isla, Kidou ha estado muy tenso y estresado, siempre pensando en el pasado a pesar de la pequeña ayuda que le "ofreció" Fudou. Bueno, era de comprenderse, Kageyama al final de cuentas fue el que estuvo más tiempo con Kidou entrenándolo y creando al chico que hoy estaba a su lado. Olvidar su pasado seria decir que debería olvidar su propio ser...o eso dijo Haruna.

-¡Alto!- dijo de repente Aki, colocándose enfrente de la puerta del hostal y evitando el paso a los jugadores.

-¿Que paso Aki, tenemos hambre?- dijo Endou en un puchero, lográndole sacar una gota en la nuca a su novio.

Aki, en vez de responder opto por mirar a su otras dos amigas y las tres contestaron con una risita de niñas traviesas, como aquellas que saben que hicieron algo mal pero están demasiado orgullosas como para ocultarlo. Todos miraron confundidos a las tres managers, mirándolas como bichos raros.

-¿Que ha pasado Haruna?- pregunto Goenji a su adorada novia. Era raro el comportamiento de ella en estos momentos...bueno, más raro de lo habitual, después de todo, su hermosa y tierna novia hacia todo con tal de conseguir información vital para el equipo...y hemos de declarar que era capaz de TODO, incluso de vestirse de hombre y entrar donde habían muchos hombres desnudos en las aguas termales. Kidou, al escuchar como Goenji usaba el nombre de su hermana, gruño molesto. Aun no podía aceptar que su pequeña y linda hermana estuviera bajo las garras de esa bestia de fuego, lastimosamente ya fue regañado por ella...y el entrenador...y los demás chicos cuando trato de atar a Goenji en lo más profundo del bosque y dejarlo ahí.

-A decir verdad...-comenzó a decir Aki, guiñando el ojo.

-Por su gran esfuerzo que han hecho hasta ahora...- continúo Haruna con una linda sonrisa.

-Hoy tendrán una cena especial...- termino de decir Fuyuka, sonrojándose un poco, y abriendo las puertas, dejando que todos vieran lo que había dentro del hostal. Enfrente de ellos, en el comedor, había un gran mantel colgando que leía "FELICIDADES POR LLEGAR TAN LEJOS" y esperándolos, estaban todos sus amigos y familiares que los han apoyado hasta ahora. Todos sonrientes y recibiéndolos con alegrías y abrazos.

-¡Nanomi-nechan, Ka-san!- llamo lleno de alegría Toramaru, tratando con todo su ser no llorar enfrente de los demás. Estaba cumpliendo uno de sus más grandes sueños, pero en consecuencia estaba lejos de casa, algo que jamás había hecho, menos ahora que su madre esta delicada de salud.

-¡Onii-chan!- grito Yuuka, corriendo rápidamente hacia Goenji y lanzándose a abrazarlo. Lo había extrañado tanto desde que entro al equipo de Japón.

-¡Aki, eres malo! ¡No recibo cartas de ti!- grito una mujer de larga cabellera castaña oscura, ojos verdes brillantes y mirada acusadora, sus mejías sonrojadas y haciendo un puchero digno de una pequeña de cinco años.

-¿Aki?- pregunto Kidou con una sonrisa de burla al escuchar como aquella mujer había llamado a Fudou.

-¡Te dije que no me llames así!- le reclamo Fudou, sus mejías sonrojadas ante el apodo que su madre le tenía. (N/A: El apodo "Aki" viene del capítulo 5…6? De Inazuma Eleven Outer Code, cuando Fudou, Goenji y Kabeyama van por un corte de cabello. EL estilista llama así a Fudou y pensé que sería bueno usarlo.)

-Suzume, minna…¿Cómo han llegado hasta aquí?- pregunto Tobitaka al ver a sus amigos de banda ahí, todos con sonrisas y pequeñas lágrimas en los ojos.

-Kudou-kantoku y Hibiki-san nos ofrecieron la oportunidad de llegar aquí a visitarlos.- explico Genda con una sonrisa, siendo rápidamente abrazado por su novio Sakuma.

-¡Hirotooooooooooooo!- se escuchó gritar a Midorikawa, quien estaba acompañado por todos los chicos de Sun Garden, Hitomiko y su padre.

-Mamoru, espero que hayas hecho todos tus deberes y que te estés alimentando bien.- dijo la mama de Endou en reproche, mientras que el papa del capitán trataban de calmarla. Era difícil para ambos ver a su único hijo irse de casa tan rápido, pero su esposa definitivamente le habían dado un golpe muy duro.

-¿Qué hacen aquí?- pregunto Someoka a Kurimatsu con una sonrisa. Mirar a todos aquellos miembros que Raimon con quien él inicio esta gran aventura era sumamente emocionante. Si alguien le hubiera dicho hace un año que él estaría jugado soccer contra el mundo, se hubiera reído y le hubiera recomendado un manicomio…pero henos aquí, después de tanto esfuerzo, sudor, lágrimas y un poco de sangre, aquí estaba él junto a sus amigos para demostrar quién era el mejor del mundo.

-¡Venimos a celebrar su esfuerzo!- explico la pequeña Alice con una gran sonrisa, mientras esta era cargada por Fudou. A pesar de todo el accidente del escape de la pequeña Alice, nadie se acostumbraba a ver al rebelde y frio Fudou ser un hermano mayor comprensivo y cariñoso a la pequeña Alice…bueno, para ser honestos, nadie pensó en Kidou en un posible sociópata hasta el accidente del bosque. Pobre de las hermanas menores, ellas están condenadas a vivir en monasterios.

-Felicidades por llegar tan lejos, Shuuya.- dijo el papa de Goenji, Goenji Katsuya con una sonrisa, sorprendiendo un poco a su hijo. Lo sabía, sabía que su hijo amaba el soccer más que nada en este mundo, desde pequeño demostró ser talentoso cuando de soccer se refería, pero después de la muerte de su mujer y el accidente de su hija…él simplemente perdió la noción de todo, pensando que la medicina sería la mejor opción para su hijo. Si Goenji estudiaba medicina, él podría salvar vidas…podría sobrevivir en este mundo tan lleno de peligros. Perder a su esposa fue un golpe duro, uno de los más duros que ha tenido, pero perder a su hija o hijo… eso lo destrozaría por completo. No habría salvación para el en ese caso. –Shuuya…yo…-

-Lo entiendo To-san…no debes explicarlo…lamento todas las preocupaciones que te he hecho pasar.- dijo Goenji con una sonrisa. Lo sabía, lo supo desde que su padre lo menciono por primera vez después del accidente de Yuuka. Su padre tenía miedo de perderlos, y convirtiéndose en medico podría eliminar un gran porcentaje de perdidas…lo intento, claro que lo intento pero simplemente no pudo mentirse, amaba el soccer, lo amaba con tanta pasión que casi lo pierde todo por completo. -¡Es cierto!...To-san, quisiera presentarte a alguien…- dijo Goenji con una sonrisa grande y un pequeño sonrojo en su rostro, algo que su padre rápidamente noto. Tras buscar por unos segundos, encontró a su chica de cabellos azules hablando animadamente con el padre adoptivo de Kidou. Con delicadeza, tomo su mano y la guio enfrente de su padre, Yuuka y Fuku-san. –Ella es Otonashi Haruna, mi novia.-

-¡E-Es un placer conocerlo, Goenji-san!- exclamo nerviosa la reportera, sonrojada y haciendo una reverencia un tanto brusca, haciendo reír a Yuuka y Fuku-san.

-El placer es mío Otonashi-san, espero que mi hijo no le esté causando muchos problemas.- respondió Katsuya con una sonrisa.

-Puede llamarme Haruna si lo desea.- le respondió la chica con su típica sonrisa de niña.

-Entendido Haruna-san.- respondió. De repente, los cuatro miembros de la familia Goenji sintieron un escalofrió intenso recorrer por sus espaldas. Al voltear, vieron al chico de rastras ser rodeado por un aura asesina y de sus ojos rojos un brillo hostil lo invadía. -¿Q-Que pasa…?- pregunto.

-Por favor, no le ponga mente. Onii-chan suele ser un poco sobreprotector…-explico Haruna con una gota en su cabeza y una sonrisa nerviosa.

-Si por "poco" te refieres a eliminar todo posible contacto masculino…-pensó Kazemaru al ver la escena. Suspiro, ahora debía de pensar como presentarse como el novio de Endou.

-¡Bueno, minna-san, por favor tomen asiento que la cena ya está por servirse!- dijo Nanomi con su sonrisa carismática. Tras servir los alimentos, todos comenzaron a contar anécdotas desde el secuestro de Haruna y Rika por demonios y ángeles (algo que obviamente nadie creyó) hasta su partido contra Italia (A/N: Teóricamente hablando, el partido contra Italia pasó ANTES del secuestro de Rika y Haruna, perooooo por el bien de esta historia, vamos a dejarlo que pasó DESPUES)

-¡Quiero ser tu amiga!- se escuchó gritar a la pequeña Yuuka, quien miraba fijamente a la pequeña Alice con una sonrisa y estrellitas en sus ojos. Desde que la vio supo que debía de ser su amiga. Alice miraba asustada a la niña de cabellos castaños, ella jamás fue buena con las personas y ver a esta niña llena de alegría la asustaba. Era tanto su miedo que de sus grandes ojos verdes lágrimas comenzaban a nublar su vista. -¿Por qué estas llorando? ¿Algo te duele?- pregunto Yuuka con su inocencia.

-No puede hacer eso Yuuka-chan, la estas asustando.- trato de explicar Fuku-san con su tono calmado y cálido, captando rápidamente lo que estaba pasando.

-Alice, no puedes tenerle miedo a todas las personas que te hablan…-trato de alentar Fudou. Su hermanita siempre fue así, incluso desde pequeña, se asustaba con facilidad y terminaba llorando, siempre buscando el consuelo de él o su mama. –Terminaras lastimando los sentimientos de las personas.-

-¿Eh? Irónico quien lo dice.- comento Genda como si del clima se tratara, recibiendo un golpe en las costillas cortesía de su amado novio. -¿Qué hice?- pregunto confundido ante el ataque.

-No digas esas cosas enfrente de Alice-chan.- le reclamo.

-¿Yo puedo lastimar a las personas?- pregunto Alice confundida y un poco asustada. –No quiero lastimar a nadie…-

-Sé que no quieres, eres la niña más dulce del planeta…pero hay ocasiones que las palabras lastiman también y aunque tú no quieras, las personas podrían salir lastimadas…mira a Yuuka-chan ahora…-le dijo Fudou, señalando a la niña de trenzas quien efectivamente se miraba a punto de llorar por la culpa de hacer llorar a la rubia. –¿Ves?...no quisiste lastimarla, pero ella está triste…¿Por qué no tratas de ser su amiga?-

Alice miro a su hermano, luego a Yuuka, luego a su hermano pensativo y asedio, con temor pero determinación marcando sus ojos verdes. -¡Lo hare! ¡Seré la amiga de Yuuka-chan, así ella no se sentirá triste!- exclamo decidida, sacándole una sonrisa grande a la morena.

-¿Así que tú eres Toramaru?- pregunto Katsuya, mirando al joven aprendiz de su hijo. –Shuuya me ha contado mucho de ti y tu habilidad para jugar…-

-¡Hai! ¡Es un placer conocerlo!- exclamo educadamente Toramaru, sonriendo de oreja a oreja y un pequeño sonrojo en sus mejías. ¡Su héroe ha hablado de él con su familia!

-¡Qué bueno es eso, no Toramaru!- dijo una mujer de cabellera azulada oscura en coleta y unos ojos gentiles. –Goenji-san, lamento todas las molestias que he ocasionado.-

-No hay de qué preocuparse, Toramaru es alguien muy determinado y educado.- explico Goenji con una sonrisa, calmando a Tae, la madre de Toramaru. –Es una alegría tenerlo aquí.-

-Es bueno escuchar eso…para ser honesta, estaba algo preocupado que mi hijo se esforzara demasiado.- explico con una sonrisa en su rostro. Su hijo definitivamente es su orgullo y tesoro más grande.

-¡Esa es mi línea!- dijo de repente Toramaru, mirando de manera algo severa y juguetona a su madre. –Espero que no te hayas sobre esforzado en el restaurante…recuerda que debes de cuidar tu salud…-

-¿Salud? ¿Está enferma?- pregunto interesado Katsuya, su instinto de doctor saliendo a relucir de golpe.

-No es nada grave, solo un pequeño caso de neumonía…-trato de excusarle Tae, tratando de no ser el centro de atención. Esta noche es para celebrar a sus hijos que estaban dando todo para demostrar ser los mejores.

-¡No diga cosas tan irresponsables!- regaño Katsuya, su mirada seria como el de un padre regañando a su hija. –La neumonía, por más pequeño que sea, puede convertirse en algo sumamente letal, sin mencionar los altos riesgos de contagio que tiene. Debe de cuidarse más.-

-¡Ves Oka-san! ¡No debes esforzarte en el restaurante, deja que Nanomi-nechan te ayude!- el repitió Toramaru.

-Si gusta, puede pasar por mi oficina para una inspección.- le ofreció el moreno doctor. –Claro, si tiene algún inconveniente con dinero, no se preocupe, se pueden hacer arreglos para que su consulta sea gratis.-

-No puedo aceptar tal cosa, ocasionaría muchos problemas.- trato de decir Tae pero Katsuya se reusaba a aceptar un no como respuesta.

-Muy bien, de ser así…-dijo Katsuya para que de repente, de su maletín sacara un kit de primeros auxilios y material médico. -¡No me deja más opción que revisarla aquí y ahora!- exclamó, sus ojos brillando de alegría y emoción, como si de un niño en dulcería habláramos.

-¿Cómo ha logrado meter todo eso ahí?- pregunto Goenji con una gota en la cabeza. Su padre realmente era sorprendente. Ignorando todas las escusas que dijo Tae, Goenji Katsuya simplemente comenzó con su examinación, dando uno que otro comando como "respire hondo, exhale lento," o preguntaba algunas cosas con respecto a la historia patológica de la familia Utsunomia.

-…Entiendo…¿Qué hay del lado paterno de Toramaru? ¿Alguna enfermedad dominante?- pregunto.

Tae, antes de responder solo dio una pequeña sonrisa llena de tristeza y melancolía, haciendo que el corazón del padre de Goenji saltara un latido. Esto no podía ser bueno. –A decir verdad, mi esposo falleció hace mucho tiempo…nunca tuve la oportunidad de preguntarle tales cosas…-explico cómo pudo la mujer sin soltar lágrimas. Aun podía recordar a su difunto esposo. Lo recordaba cada vez que miraba los ojos de su hijo, aquel azul que hipnotizaba a cualquiera. Su esposo era alguien muy terco y determinado, el querer abrir un restaurante y ser el mejor en la ciudad fue su idea, ella simplemente fue con la corriente…pero luego paso el accidente y ahora estaba sola…ella y su hijo, el único recuerdo de su amado. –Lo lamento, creo que no eso no era lo que quería escuchar.-

-No se preocupe, yo también perdí a mi esposa hace años…se el dolor que causa la despedida.- comenzó a contar Katsuya, una pequeña sonrisa en su rostro, recordando a su amada de cabellos crema como su hijo y ojos cariñosos y llenos de vida como los de su hija. –Ella falleció a causa de una enfermedad, por ello le pido que tenga más cuidado con su salud. Una piedra puede causar más daño que una bala, un descuido y este microorganismo podría ser su perdición y dejaría a su hijo solo.- le dijo, logrando sorprender a Tae. Siempre lo ha escuchado, su salud podría ser su fin, pero jamás le importo, todo con tal de darle lo mejor a su hijo, de siempre luchar por él…pero si ella en verdad fallecía…¿Quién cuidaría de Toramaru?...Claro, esta Nanomi quien podría encargarse, pero no le gusta la idea de darle la carga de un niño a alguien tan joven como ella.

-Entiendo…- respondió Tae, determinada a vencer esta enfermedad por el bien de su hijo. –Goenji-sama, yo daré mi mayor esfuerzo para salir de esto.-

-Así me gusta, por lo momentos no veo algo fuera de lo común aparte de la irregularidad del sonido al respirar…no hay nada de qué preocuparse, sin embargo si me lo permite, si quisiera hacerle unos cuantos exámenes para comprobar a que nivel ha avanzado su enfermedad y así poder encontrar el mejor tratamiento.- explico Katsuya, anotando los datos recopilados en una pequeña libreta y guardando todo una vez en su maletín. –Tengo unos cuantos amigos aquí en Liocotto, puedo pedirles el favor para que la evalúen en cuanto antes.-

-Me parece perfecto…¿mañana está bien?- pregunto Tae.

-No veo el problema, debo hacer unas cuantas llamadas en este caso, con permiso.- dijo Katsuya, rápidamente alejándose del lugar para poder hacer las llamadas correspondientes en el caso de Tae. Goenji, Yuuka y Toramaru miraron entretenidos la escena, el joven tigre estaba que desbordaba orgullo y, por qué no, alardearía. Por fin su madre ha escuchado, por fin podrá recibir el tratamiento, por fin se podrá curar. Goenji miraba la puerta como si fuera una alienígena…¿desde cuándo su padre era así de abierto y gentil?

- ¿Tal vez está cambiando…? No, eso no puede ser…estamos hablando de to-san…- pensó el ace striker de Inazuma Japan.

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D.o.t.E: He aquí el primer capítulo, espero que lo hayan disfrutado. ¡Por favor dejen sus revise y comments en la caja de comentarios! Gracias.