Estoy trabajando también con el "Inktober", y cuando supe que también había un reto para los fics, no pude resistirme. No puedo resistirme al deseo de escribir (¿a pesar de que tengo una fila de cosas por hacer? Sí). No sé como funciona, pero durante el día trataré de poner los días que me han faltado (Soy nueva en esto del fictober).
Esto es basado en unos fanarts de Kiyomi-chan16. Un AU de Brujas.
Día 1: Roca
Sarah era muy pequeña cuando perdió a su madre. Pero a pesar de todo, ella a esas edad comprendía el mundo en el cual vivía. Su madre y el mismo mundo le dieron un ejemplo de eso.
Recordaba que su mamá era buena. Perfecta para sus ojitos inocentes. Ellas, con su padre, eran felices en su casa cercana al lago, disfrutando de la compañía de aquellos vecinos agradables del pueblo. Eran días gratos.
Mas cuando llegaba la noche, sabía que sus padres salían solos, encapuchados y observando que nadie los notara en la oscuridad. Ella nunca sintió miedo de ellos, sino de la soledad de aquella casa.
No comprendió que hacían, hasta que Linda-su madre- la llevó consigo una noche. Y lo que vio cambió su vida para siempre.
Un claro del bosque, donde un ciervo blanco estaba tomando agua. Revoloteando a su alrededor, hadas que trataban de posarse en él, pero que el ser fantástico impedíal sacudirse.
Entonces, su madre extendió su mano, susurró unas palabras a las que su mente tradujo como "Dejadlo en paz, pixies malévolas". Halos de luz celeste salieron de ella, dirigiéndose en empujar a las hadas lejos del ciervo. Éste las miró a ambas, y a Sarah le pareció majestuoso. Golpeó con su pezuña el suelo debajo de él, antes de inclinarse ante ambas, alejándose del claro.
Su madre era una bruja. Una bruja de las buenas.
Luego se daría cuenta que su padre era un brujo. Un brujo de los buenos.
Ambos protegían al pueblo en el que vivían y las criaturas del bosque cercano.
Desde aquella roca en la que se había parado, Linda le otorgaba el poder de aquel secreto que los tres compartían por la sangre y el amor. Y Sarah le juró que haría lo mismo que ella cuando creciera y terminara de aprender.
Linda hubiera deseado ver eso, de no ser por aquel cazador de brujas que se encontró con ella cuando cuidaba de unas sirenas.
Robert, supó que al ver los primeros rayos del sol, pero no su esposa, que ella no volvería a casa. Nunca más.
Espero les haya gustado.
Nos leemos~
Sayonara. Goodbye. Tschuws.
