Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, hago esto sin ánimo de lucro

Capítulo 1

La carta

'…' pensamiento.

"…" conversación.

Querida Ukyo

Hola, se que te parecerá extraño que te escriba pues hace mucho tiempo que perdimos el contacto. Me enteré por Nabiki que te casaste y nunca tuve la oportunidad de felicitarte por tu unión. Me alegro mucho por ti, espero que seas muy feliz. Yo también lo vuelvo a ser. Tengo muchas cosas que contarte y me gustaría que pudiéramos recuperar esa amistad que dejamos a medias muchos años atrás.

Como sabrás hace ya tiempo que mi familia y yo nos mudamos a China. Mis hermanas se casaron también. Ambas son muy felices y tienen unos maridos estupendos. También tengo un par de sobrinitos a los que adoro. Ellos son la alegría en nuestros tristes corazones. Tristes porque mi padre murió hace ya un par de días. Él quiso ser enterrado en su tierra natal así que vamos a volver a Nerima para tal ocasión. Me gustaría ir a visitarte amiga. Tengo muchas ganas de verte y que me cuentes como te han ido las cosas. Me encantaría que pudiésemos volver a hablar como en los viejos tiempos.

Un beso enorme

Akane Tendo

Ukyo dejó la carta en la mesa mientras un par de lágrimas recorrían sus hermosos ojos marrones. Hacía ya muchos años que no veía a su mejor amiga de la infancia. Ella y su familia viajaron a China después de la muerte de la señora Tendo para continuar con el arte marcial allí. Por ello vendieron la casa y perdieron el contacto. No le sorprendió en absoluto que Nabiki la encontrara. Ella era la hermana mayor de Akane y siempre había tenido un don para ese tipo de cosas. Siempre pensó que acabaría siendo o detective o extorsionista. Recordó la cantidad de veces que tuvo que darle a la chica el dinero de su almuerzo para saldar algún tipo de cuentas.

Una tierna sonrisa se posó sobre sus labios al recordar todas las experiencias compartidas por Akane y ella de niñas. Fueron momentos muy felices para ellas. Recordó con melancolía el primer beso de ambas. Habían apostado a ver quien era la que mejor besaba. Solo contarían con 14 años. Así que decidieron que Kuno sería el juez de dicha apuesta. Las dos, por turnos, le dieron un pequeño pico en los labios al muchacho. Él les dijo que no estaba seguro y que necesitaba volver a comprobarlo. Estaban en casa de Akane cuando esto ocurrió. El comentario del chico hizo reír a las chicas y ambas se miraron con complicidad y le lanzaron sendos cojines que lo dejaron KO. Ellas no pudieron evitar reír hasta que la tripa les dolió y, estrechándose las manos, firmaron un empate amistoso.

Los tres, Kuno, Akane y Ukyo habían sido inseparables en su niñez y parte de su juventud. Pero cuando fueron creciendo se hizo más notoria la atracción que sentía Tatewaki por su amiga. Akane siempre negó que existiera la más mínima posibilidad aunque no dudaban que era un buen partido. Era apuesto, elegante, simpático, te hacía reír y además tenía bastante dinero. Pero Akane, aunque le quería mucho, solo podía verle como a un amigo. Por eso Ukyo se extrañó al conocer la noticia de la boda de ambos. No sabía muy bien lo que había pasado. Solo que Kuno, años después de que Akane se fuera, la localizó y viajó hasta China para pedirla en matrimonio.

'Supongo que los gustos de las personas cambian' se dijo a si misma con un cierto aire de melancolía. Ella lo sabía bastante bien. Estuvo enamorada de Kuno mucho tiempo y Akane lo sabía. Cuando ella se fue estuvo muy apenada por la marcha de su amiga, pero pensó que así podría conquistar al chico que siempre había ocupado su corazón. Sin embargo, la amistad que existía entre ellos poco a poco se terminó y el lazo que alguna vez los unió acabó por romperse por completo. Ella recibió una invitación en su casa, cuando aún vivía con sus padres, para ir a la boda de la chica. Pero se puso tan furiosa por la traición que rompió la tarjeta y nunca más supo de ellos.

Al cabo de los años, sin embargo, encontró a un joven moreno y apuesto que le hizo volver a sentir cosas que hacía tiempo había enterrado en su corazón. No pasó mucho antes de que se casaran. Y ahora vivían en una casa modesta en el barrio de Nerima. El destino no quiso regalarles la oportunidad de tener hijos. Ukyo tuvo un accidente una vez que le quitó esa posibilidad. Su marido se había mostrado muy comprensivo ante tal situación y siguieron compartiendo sus vidas felices.

Le miró un instante. Él estaba echado en el sofá durmiendo la siesta. Se veía muy pacífico. Vio como su pecho subía y bajaba tranquilamente al ritmo de sus respiraciones. Volvió a sonreír. La verdad es que quería mucho a su marido. No de la misma forma pasional y sin límites con que se había enamorado de Tatewaki Kuno. Pero sentía por él un amor sincero y profundo.

Volvió a mirar la carta de su amiga y suspiró. Se sentía feliz por volver a verla. Ya la perdonó su traición y ahora quería hacerle muchas preguntas sobre su vida. Además, se extrañó que no le comentara nada sobre Tatewaki. Lo cierto es que ella la había echado mucho de menos. Jamás tuvo una amistad tan fuerte con nadie desde que Akane se fue. Releyó la carta y otro par de lágrimas escaparon de sus ojos. El señor Tendo había sido como un segundo padre para ella. Y secándose esas dos gotas de agua, volvió a sus quehaceres y se dispuso a preparar la cena.

Akane se sentó en la cama de su habitación de ese pequeño motel en el que se había instalado. Miró el espejo frente a ella, viendo tristeza en los ojos de su reflejo. Volvió a suspirar. Sus hermanas habían vuelto a China hacía un par de días para seguir con sus trabajos y retomar sus vidas. Ellas tenían suerte. Tenían a alguien con quien compartir esta pena. Miró el colgante que se posaba en su cuello. Su madre se lo había regalado antes de morir. Ella siempre lo había llevado puesto desde que se casó y fue el único regalo que pudo dejarle. Era una preciosa piedra de color rojo con forma de lágrima. Cuando se la dio le dijo que siempre supo que ese regalo sería para su hija más pequeña pues era del color que hacía gala su nombre. Su madre quiso que fuera un regalo de bodas pero no pudo ser así. Sujetó el colgante con fuerza. Volvió a mirarse en el espejo y se dio cuenta de que silenciosas lágrimas caían por sus mejillas. Con la otra mano las aventó cambiando su mirada de tristeza a determinación. Después se echó sobre la cama y miró el retrato que estaba en su mesita de noche. Era una foto de Nabiki, Kasumi y ella. Eran las tres pequeñas, Akane tenía tan solo 5 años mientras que Nabiki tenía 7 y Kasumi 10. Las tres sonreían. Era curioso que las tres sacaran la misma hermosa sonrisa que siempre tuvo su madre. Hacía ya 20 años de eso. Ahora ella era una joven muchacha de 25 años. Miró la foto una vez más y sonrió. Añoraba esa época de felicidad, de alegría, sin ser conscientes de la tristeza, de los problemas en los que te embarca la vida. Luego llevó su vista hacia el techo de la habitación y pudo localizar un par de telarañas.

No quiso regocijarse en su pena así que se levantó y se dirigió a la mochila que reposaba en una de las roídas sillas. Rebuscó entre la ropa hasta que encontró una pequeña agenda de color negro y con letras en dorado. Miró entre sus páginas hasta que un trozo de papel se desprendió cayendo al suelo. Ella volvió a guardar la agenda y recogió el arrugado papel. Lo desdobló cuidadosamente y leyó su contenido. Era un número de teléfono. Tomó su chaqueta, pues aunque era verano se había levantado una tarde calurosa, y salió del viejo edificio. Fue a la cabina más cercana y, tras echar en ellas unas monedas marcó las teclas.

Esperó que el teléfono diera varios tonos. Al quinto ya estaba a punto de colgar derrotada cuando una voz presurosa contestó al otro lado.

"Hola, Ukyo? Soy Akane"

"Akane! Dios mío hace años que no se nada de ti. Como has estado?"

"Pues la verdad es que he estado mejor"

"Akane, siento mucho lo de tu padre. Lo siento de verdad"

"Lo se. Gracias de todas formas. Oye, estoy en Nerima y me preguntaba si te apetece que nos viéramos para tomar algo"

"Pues me pillas justo que me iba ha hacer la compra"

"Bueno, no pasa nada, ya hablaremos en otra ocasión"

"No espera! Por qué no te pasas a mi casa a cenar?"

"Eso sería genial"

"Es estupendo. Y así tendremos tiempo de sobra para hablar porque mi marido no vendrá hasta muy tarde, podremos hablar tranquilamente. Sabes mi dirección?"

"Sí, Nabiki me la dio. No te preocupes, estaré allí te parece bien…a las 8?"

"Estupendo, a las 8 entonces. Te dejo para así que me de tiempo a comprar todo. Un beso amiga, nos vemos después"

"Sí, claro. Adiós" y colgó.

Hola! Soy elechan y aquí estoy de nuevo con otra historia. Esta va a ser diferente a las anteriores que he escrito y me he puesto las pilas para hacer capitulos larguitos que se que os gustan un montón. Espero que la disfruteis mucho. Me encantara recibir todo tipo de criticas: buenas, malas, regulares...no dudeis en decirme cualquier cosa. Un beso a todos!