¡Hola!

Soy Ted~ aunque aqui soy Lord Sandman.

Les traigo una nueva historia, esta es super rara. normalmente tengo ideas super extrañas y las descarto, pero esta si la escribí. Nacida de la inspiración de ver "El libro de la vida" Muchas imágenes de Ichimatsu geruge y de escuchar la canción de Imagine Dragons.

Espero que les guste.

Monster.

Resumen: "Ellos son monstruos, puedes darte cuenta solo viéndolos". Monstruos, todo lo que Karamatsu sabia de los geruges es que eran monstruos criados para el matadero, sin ningún otro propósito. Pero había algo en ese pequeño que lo hacia querer protegerlo. [AU] Karamatsu x GerugeIchimatsu.

Advertencia: Ichimatsu Geruge x Karamatsu humano. 030 es solo amor del más puro... nada más.

Muerte.

Mucho ooc.


Primera parte.

Los niños corrían de un lugar a otro fuera de la casa. Estar en un lugar tan viejo y sin tecnología te hacia querer jugar afuera, pero no podías hacerlo. Se te encargo la tarea de limpiar el ático, ese sucio lugar que serviría como tu habitación temporal mientras pasaban el verano en esa extraña granja de un familiar del cual habías olvidado el nombre.

A pesar de que tus hermanos iban a compartir habitación contigo eras el único allí limpiando el desastre de basura acumulada por años. ¿Por qué?

Bueno, te gustaba creer que era por tu tendencia a ser servicial con tus hermanos, algunos otros le llamarían "ser estúpido" pero diferías con esa opinión.

Además, te gustaba estar dentro de casa, tus hermanos lo sabían y por eso nunca te llevaban con ellos. Ese pensamiento era mejor que aceptar que, aun siendo tus hermanos, esos chicos eran unos desconocidos para ti. Nunca estabas en sus planes, nunca estabas en sus historias, no dudabas que no estuvieras en su futuro. Por eso estaba bien, estar encerrado entre un montón de basura te hacia sentir mejor.

Después de unas horas de trabajar sin descanso te topaste con una enorme caja que contenía viejos vídeos y que por suerte también tenia el aparato para reproducirlos. Cuando preguntaste a los dueños si podías verlos te encontraste con que todos estaban teniendo una cena familiar y un montón de ojos te vieron como si fueras alguien descocido y ajeno a ese lugar. Ni siquiera fuiste llamado para la cena por tus hermanos, simplemente se dedicaron a dormir a penas tuviste todo limpio.

La esposa de el dueño te echo fuera de su casa, porque no quería que ensuciaras su alfombra. Así que fuiste al único lugar al que te dejaban entrar sin poner esa mueca de desagrado.

El granero era, en pocas palabras, solitario y viejo. Habias escuchado historias de que hace muchos años en esos lugares se criaban animales de granja, gallinas, vacas, caballos. Nunca habías visto uno, pero suponías debía ser algo genial. En esa época en la que te había tocado vivir a penas podías ver algunas aves, a veces gatos y perros... pero a parte de eso no había más animales. Según tenias entendido unos monstruos salidos de la nada se los habían comido a todos. No sabias muy bien la historia, nunca nadie te hablaba de eso y si preguntabas ponían esa mueca de desagrado y te llamaban "molesto".

Y tu no querías ser molesto, tu querías ser un buen niño.

El granero se convirtió en tu nueva habitación, ya que tus hermanos no te quería dentro de su habitación esa fue la única opción que se te ofreció. Al menos, el dueño te ofreció electricidad para el lugar y gracias a eso pudiste conectar eso antiguos aparatos y ver las cintas por las noches.

Con esos vídeos llamados "El arte de la Tauromaquia" descubriste un nuevo mundo, que en realidad había quedado enterrado en el pasado de la historia de la humanidad. El primer vídeo era un documental que hablaba sobre algunos exponentes de las corridas de toros, te gusto mucho. Te gusto más que nada los trajes llenos de lentejuelas que llevaban los toreros, ( y querías uno de esos vistosos trajes) Te gusto también los movimientos que hacían con las muletas y los capotes, era casi una obra de arte verlos en movimiento.

Lo que no te gusto era lo que le hacían a los toros. No lograbas entender porque los mataban con tanta crueldad, porqué los hacían correr hasta que no podían más y los mutilaban mientras aun estaban con vida.

¿Alguna vez a eso se le llamo arte? ¿Acaso no veían el sufrimiento en los ojos de ese pobre animal?

Tu no le veías el arte a esa tortura.

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Cuando las vacaciones de verano terminaron. el dueño hablo con tus padres para que te permitieran quedarte a trabajar con él. Según él habías demostrado ser el mas trabajador de todos y eso era solo porque tus hermanos nunca movieron ni un dedo para ayudarlo. Tus padres aceptaron y ya que eras ignorado hasta cuando las cosas trataban sobre ti nadie pidió tu opinión. Fue así como continuaste trabajando en esa granja de conejos por algunos años.

—Las corridas de toros ya no existen. Hace mucho que ya no tenemos toros, pero existe algo mejor. -te dijo tu jefe, por la tarde a un mes de que cumplieras los 17. No pudiste evitar verlo con curiosidad. —Te lo mostrare mañana muchacho, un buen método para la diversión.

Nunca habías sabido porque aquel corral que tenias que limpiar cada y cuanto, tenia siempre grandes manchas de sangre. No lo entendiste hasta ese día.

La arena poco a poco se iba llenando de gente, en su mayoría hombres, listos para un espectáculo. Entonces tu jefe te mostró para que utilizaban los hermosos conejos que cuidabas con tanto esmero. Poniendo algunos conejos en el centro de la arena se abrían unas puertas que dejaban entrar a unas extrañas criaturas que iban detrás de los conejos. A algunos les causaba gracia como trataban de ir tras los conejos, pero entonces las puertas se cerraban y entraba un "matador" justo como en los viejos vídeos que alguna vez pudiste ver, hacia algunos movimientos elegantes, antes de atacar a los indefensos geruges los cuales hacían hasta lo imposible para escapar.

Mientras a todos los demás les causaba gracia como uno de los geruges arañaba con desesperación la puerta por donde lo habían dejado salir para intentar entrar de nuevo y ponerse a salvo, a ti se te partía el corazón de ver con que desesperación quería volver. Al verse atrapados y atacados, los geruges solo tenían la opción de defenderse y aun así, si el matador se encontraba en problemas entraba otro que atacaba por la espalda al geruge.

Cuando el segundo geruge trato de escapar corriste para abrirle la puerta, pero tu jefe te detuvo.

—Karamatsu, déjalo.

—Pero, ¿no ve que lo están haciendo sufrir?!

—Entiende muchacho...Ellos son monstruos, puedes darte cuenta solo viéndolos. Ellos no sienten como nosotros, así que no te preocupes.

Esa matanza a la que tu jefe y algunos otros llamaban "diversión" duro por tres horas. Habian celebrado al darse cuenta que el ultimo geruge había sido una hembra embarazada y que al atravesar su cuerpo habían matado también a sus crías. Se te dio la orden de limpiar el corral, esa era la ultima vez que lo harías. Estabas dispuesto a largarte de ese lugar de inmediato.

Tu compañero te platicaba que la caza de geruges no era solo un deporte, sino que también los mataban porque eran peligrosos para los humanos.

¿Peligrosos? Desde cerca aun se podían ver como un rastro de lagrimas en los ojos de la ultima victima de esa tarde. Los únicos peligros allí eran los humanos. Fue lo que pensaste mientras con cuidado retirabas los pedazos esparcidos que estaban en el suelo... fue entonces que lo viste.

Tan pequeño que podías sostenerlo con la palma de tu mano, tan frágil que parecía romperse, tembloroso y asustado... Un pequeño geruge de color morado. Había algo en su mirada que te hacia querer protegerlo y es que al igual que tu se veía tan abatido y solitario que no pudiste evitarlo. Lo envolviste con cuidado con tu chaqueta y sin que nadie lo viera te lo llevaste de el lugar.

Tenias que tener cuidado, si alguien lo encontraba lo mataría.

Ya limpio y seco se veía adorable, tenia unos ojos violetas y parecía tener mucho sueño. Cuando lo acariciabas se agazapaba asustado contra la almohada donde lo habías puesto. Estaba asustado de ti, para él y para los de su raza, tu eras un monstruo.

Le llevo un poco de tiempo no ponerse como gelatina temblorosa cuando lo acariciabas, pero se fue acostumbrando.

—Necesitas un nombre. -le dijiste una semanas después de que lo habías llevado a tu casa. El pequeño comía una hoja de lechiga como si fuera lo mas delicioso de el mundo. Lo pensaste un poco. —Ichi.. te llamare Ichimatsu! ¿te gusta?

Con su lengua de fuera y la baba llenando tu almohada te vio fijamente, al parecer le gustaba. Estabas decidido. Ibas a cuidar a ese pequeño.


¿Que tal? ¿les gusta? ¿Me volví completamente loco? Tal vez...

Odio las corridas de toro, son tan crueles. pero extrañamente, me gustan los trajes de los toreros. 0n0 ¿A alguien más le pasa?

¿No? ¿Solo a mi? bueno.

Espero que les guste.

Nos leemos pronto.

Saludos~