Hola, de nueva cuenta con otro fic que deseo de todo corazón sea de su agrado.

Este fic está dedicado a ti querido lector que te has tomado un poco de tiempo para leerlo.

Pido una disculpa a las personas que hasta la fecha de hoy no han recibido el capítulo final del fic nuestra noche es porque en sus comentarios dejados en la página de fanfiction no me aparece su dirección, un favor chequen su comentario para que vean que es cierto y de ser posible por favor enviarme un correo a mi dirección la cual es: c a r o m u 5 5 h o t m a i l . c o m, vieron mi correo está con espacio en cada letra porque si la pongo pegada no aparece en la pagina.

Muchas gracias a todos los lectores que me agregaron como autor o historia favorita ese ha sido el mejor regalo que he podido recibir de su parte.

Les deseo de todo corazón que tengan una Feliz Navidad y el año venidero sea mejor que este y cumplan todas sus metas.

Ahora si no los entretengo más y los dejo para que junto conmigo emprendamos el viaje a la imaginación con el fic que hoy les contare, que lo disfruten tanto como yo cuando lo escribo.

Luz de Luna.

1. Reencuentro

Las chicas se encuentran en la azotea de su escuela frente de ellas están unos amigos que pronto se irán del bellísimo planeta Tierra para restaurar su propio planeta que fue dañado por Galaxia.

— ¿Muchachos tienen que irse tan pronto? — dijo Amy con algo de nostalgia.

—Sí, la gente de nuestro planeta nos está esperando— contesto la princesa Kakyuu con un tono de tristeza.

—Pronto construiremos un nuevo planeta al lado de nuestra princesa— agrego Yaten muy entusiasmado.

—Buena suerte— dijo Luna coqueteándole a Yaten.

—Muchas gracias Luna— dijo Yaten con una gran sonrisa y guiñándole un ojo.

—Luna— dijo Artemis triste por la reacción de su compañera gatita cuando Yaten le hablo.

—Bombón me da mucho gusto que tu novio se encuentre sano y salvo— agrego Seilla con entusiasmo.

—Fue gracias a ti Seilla con la ayuda de tus consejos pude salir adelante— comento una Serena muy agradecida.

—Bombón— contesto Seilla sonrojándose pero necesitaba decirlo antes de partir quizás no podría volver a verla —. . . . Sabes yo nunca me olvidare de ti— esperando que Serena lo entendiera.

— Si nosotros seremos siempre muy buenos amigos — contesto Serena muy alegre con una gran sonrisa provocando en los hermanos Kou una estrepitosa carcajada.

— Nunca entiendes bombón —dijo Seilla llevándose una de sus manos a su cabeza y riendo a la vez.

— Parece que no te entendió — agrego Taiki sin dejar de reírse y viendo que Yaten no podía siquiera parar de reír ese efecto solo lo lograba Serena aunque el dijera que no le agradaba con lo último que vivieron la estimaron demasiado.

— ¿Qué? — pregunto Serena muy confundida.

— No entendió — dijo Amy muy apenada por la reacción de su amiga demostrándolo con un sonrojo.

— Nunca entiende nada — agrego Lita un poco apenada también.

— ¿Qué les pasa? Tú también Amy — siguió preguntando Serena mucho mas confundida.

— Serena eres una niña demasiado despistada — contesto Mina acercándose a su amiga y con un tono de seriedad, que por cierto es raro en Mina.

— Sí, ¿pero por qué Mina? — insistió en preguntar Serena siguiendo confundida.

— Siquiera entiende eso Serena — agrego Raye acercándose a Serena aventándola un poco y con tono de disgusto.

— No lo sé por eso estoy preguntando — dijo Serena aun con su tono de inocencia y confusión.

— Pues jamás en tu vida lo entenderías — contesto Raye enojándose un poco más y elevando el tono de su voz.

— ¡Ay Raye! no me molestes — pidió Serena mostrando un poco de disgusto.

— Bueno es hora de irnos — dijo la princesa Kakyuu alejándose de las chicas en dirección a donde apuntaba el crepúsculo.

— Oye Darien — dijo Seilla con un tono de seriedad.

— Hummm — pronunció Darien algo confundido por el llamado.

— A partir de ahora tú te encargaras de protegerla — dijo Seilla con tono de seriedad y de advertencia —que coincidencia esas mismas palabras las había dicho un sujeto muy presumido — agrego Seilla cambiando el tono de su voz a un poco más alegre.

— Si ya lo sé — dijo Darien sonriendo un poco.

— Nos vemos bomboncito — dijo Seilla convirtiéndose en Sailor.

— Cuídense mucho — dijo Sailor Star Maiker con cierta tristeza.

— Nos vemos — agrego Sailor Star Faither demostrando tristeza en su voz.

— De verdad se los agradezco mucho chicos —dijo la princesa Kakyuu sonando agradecida y tranquila.

— Hasta luego — dijo Sailor Star Healer apenas y pudiendo decir palabra.

— Tampoco nos olvidaremos de ustedes — dijo Lita sonriendo.

— Cuídense mucho —agrego Amy.

— Pueden venir a visitarnos —sugirió Mina con una gran sonrisa.

— Los estaremos esperando — dijo Serena sonriendo.

— Adiós — fue lo único que dijo Raye.

Y en el firmamento pudieron verse cuatro estrellas fugaces que dejaron a unas sailors scouts con la esperanza de volverlos a ver y unos chicos queriendo terminar con la restauración de su planeta para que les fuera permitido visitar de nueva cuenta a tan grandiosas amigas que habían hecho en su paso por la Tierra y a las que les estaban eternamente agradecidas por todo lo que les enseñaron tal como fue en el amor y en la amistad y lo mas importante en tener fe en la princesa más llorona y miedosa de la vía láctea pero la que posee el más poderoso de todos los poderes, el del amor.


Darien y Serena acababan de despedir a las estrellas fugaces las cuales regresaban a su planeta para reconstruirlo y empezar una nueva vida, ellos están en un mirador contemplando la hermosa luna llena que propiciaba un ambiente romántico y más ahora que tenían ese reencuentro tan esperado por ambos, las tristezas se habían marchado del corazón y rostro de Serena cuando vio frente de sus ojos a su amado Darien y pudo tocarlo y saber que no era otro sueño sino que su realidad, el hombre al que tanto ama estaba de nuevo a su lado y tal vez su sueño de unir su vida con la de él estuviera más cerca de lo que ellos creían.

— Darien — pronuncio Serena tomándolo de un brazo.

— Dime — respondió Darien mirándola como solo él podía transmitir con su mirada llena de amor que solo le pertenecía a ella.

— ¿De verdad me quieres mucho? — pregunto Serena sonrojándose un poco por la pregunta y por aquella mirada que había hecho se estremeciera.

— Si — contesto Darien sonriéndole al ver la reacción de su novia.

— ¿De verdad? — cuestiono Serena con algo de preocupación en su rostro.

— Si — respondió Darien un poco confundido por la insistencia de su novia.

— ¿Como cuánto? — interrogo Serena sonrojándose aun mas.

— ¿Por qué me preguntas eso ahora? — cuestiono Darien esta vez algo extrañado, se habían separado por cuatro largos meses pero sus sentimientos por ella eran y seguirían siendo los mismos.

— Dime, ¿Como cuánto? — pregunto Serena con insistencia y esperando ansiosa una respuesta que la pondría feliz.

— Bien te lo diré, — respondió Darien cambiando su mirada y mostrando un brillo que solo ella producía en él cuando la miraba a los ojos era una mirada de amor del más puro e inmenso que puede existir en este mundo y en la vía láctea —mi amor por ti es más grande que el universo —luego de esta declaración la beso — 'extrañe tanto estos labios y pensar de no ser por el inmenso amor de Serena yo seguiría muerto y nunca volvería a rozar tan delicados labios a los míos, no la volvería a tener en brazos como la tengo ahora y la protegería con ellos de todo lo que amenace con hacerle daño y con separarnos' — sin darse cuenta mientras pensaba esto su beso de ser tan tierno y lleno de amor se estaba tornando apasionado y a la vez era un beso desesperado y estaba acercando con sus brazos más a su hermosa novia que en verdad la había extrañado.

Parecía que aquel beso no terminaría nunca y que entre ambos se daban respiración para no hacer necesaria la separación pero Darien reaccionó cuando sintió los senos de su amada en su pecho, la había acercado demasiado a él pero necesitaba sentirla cerca suyo y saber que ya no la dejaría sola ya no podría pero si no se detenía en ese momento la haría suya en ese lugar y él quería que su primera vez fuera especial, llena del amor que había entre los dos y no que pasara en ese momento solo por el deseo y en ese lugar poco romántico y a la intemperie, amaba tanto a Serena que creía se merecía algo mejor que eso, así que se separo instantáneamente de sus labios y marco una distancia entre sus cuerpos.

— Lo siento amor, te extrañe tanto — se disculpo Darien un poco sonrojando y agitado.

— No tienes nada de que pedir perdón — respondió Serena tratando de normalizar su agitada respiración y los latidos tan fuertes de su corazón por la emoción de volver a sentir aquellos cálidos labios rozar los suyos, —yo también lo quería — sonriéndole y mirándolo con gran amor pero con un tono bajo — Será mejor que me vaya a mi casa, ya es tarde — sugirió Serena mirando su reloj y tomando a su novio de la mano.

— Quiero estar un poco más contigo — pidió Darien soltándose de la mano y abrazando fuertemente a su amada Serena.

— Ya tendremos tiempo de estar juntos mi príncipe — comento Serena feliz correspondiendo el abrazo de su amado que no terminaba de extrañar sabiendo que aunque le diera cien abrazos en ese momento no compensarían los instantes de ausencia.

—Anda solo un ratito más, ¿sí? — suplico Darien mirándola fijamente y regalándole una hermosa sonrisa que siempre la cautivaba.

— Cuando me miras de esa forma me desarmas Darien, está bien solo un ratito, ¿a dónde quieres ir? — expreso Serena sonriéndole acariciando su rostro, después de todo ella también deseaba sentir su cercanía, el calor de su cuerpo y la protección que con solo abrazarla él le transmitía.

— A mi departamento, porque ya no hay nada abierto a donde podamos ir a platicar — explico Darien acariciando también el rostro de su gran amor, teniendo su otra mano en la cintura de ella.

—Entonces a tu departamento — asintió Serena siendo abrazada por su novio por la espalda comenzando a caminar, sonriéndole complacida por ver la felicidad en el rostro de su querido novio que le ayudaba a subir al automóvil.


Llegaron entonces al departamento de Darien y justo cuando entraron pudo percibir que el lugar tenía el embriagante perfume de su novia impregnado por todos lados. Serena permanecía muy agarrada del brazo de Darien como si de ello dependiera su vida.

— ¿Qué pasa Darien? — pregunto Serena notando que su novio miraba algo confundido el departamento.

— Es curioso, estuve mucho tiempo ausente y el departamento huele a ti, a tu fragancia que es tan deliciosa — susurro Darien acercándose a ella para olerla y compararlo con el que estaba impregnado en el departamento.

— ¿Y te molesta? — interrogo Serena algo preocupada pensando que se enojaría con ella, cosa que no quería que pasara mucho menos ahora que había regresado a su lado y se sentía tan feliz de verlo y poder abrazarlo, había entrado a su departamento sin su permiso, no exactamente ya que tenía su permiso desde aquella vez en que le dio la llave del departamento para que ella entrara, él le había abierto las puertas de su privacidad para que ella se convirtiera en su mundo y parte de su intimidad.

— Al contrario me agrada pero no entiendo — dijo Darien un tanto confundido, queriendo encontrar una explicación entre sus razonamientos.

—Bueno es que cuando te extrañaba demasiado venía aquí con la llave del amor que me entregaste — explico Serena separándose de su brazo y poniéndose frente de él y tomando sus manos entre las suyas con un pequeño sonrojo — y me quedaba unos instantes para sentirme cerca de ti, tu almohada contiene tu aroma y sentía que estaba en tu pecho — muy emocionada mirándolo con infinito amor y sonrojada al decir esto último.

— No volveré a dejarte sola Serena, no podría — prometió Darien tomando las manos de sus amada entre las suyas poniéndolas en su pecho acercándose para besarla, de nuevo ansiaba sentir sus labios dulces y delicados unirse a los suyos una vez más — ¿tienes hambre? — interrogo separándose de su novia.

— Un poco — respondió Serena abrazándolo de nuevo de manera impetuosa.

— Entonces déjame preparo algo para cenar, Serena — comento Darien mirándola.

— Dime, ¿pasa algo? No tienes porque preocuparte la última vez que vine deje cosas en tu refrigerador — explico Serena con una radiante sonrisa.

— Gracias princesa, no quiero que me sueltes, pero temo que no podre cocinar — expreso Darien riendo divertido ya que Serena parecía una niña que no quería soltar a su mamá que iba a dejarla en el jardín de niños.

— Te extrañe. . .Mucho Darien. . . y — respondió Serena sonrojándose

—Yo también te extrañe — tomando su delicado rostro entre sus manos y mirándola con una gran ternura expreso Darien reflexionando un poco —ya se la manera en que podemos seguir juntos y cocinar.

—Así y ¿Cuál es? — pregunto Serena muy entusiasmada por las palabras escuchadas e impaciente por saber la respuesta.

— Que me abraces por la espalda, la verdad —sugirió Darien sonrojándose un poco pero era mejor decirlo de ahora en adelante se sentía comprometido en decirle siempre a Serena todo lo que sentía por ella y no reprimiría mas sus sentimientos —es que no quiero que dejes de abrazarme, me siento tan bien al sentir tus delicadas manos rodear mi espalda — concluyo Darien.

—Y a mi abrazarte — respondió Serena sonrojándose en demasía y sorprendiéndose por lo que había escuchado de los labios de su amado novio, pero le gustaba escuchar esas cosas ya que Darien no solía ser muy expresivo en cuanto a sus emociones, tal vez solo esta noche él se comportaría así y ella debía aprovechar.

—Entonces vamos a la cocina — sugirió Darien feliz por la respuesta de Serena.


Darien empezó a sacar los ingredientes necesarios para cocinar algo delicioso mientras que Serena lo mantenía abrazado de un brazo por ese instante y cuando comenzó a cocinar ella entonces lo abrazo por la espalda como habían acordado y en breves momentos Darien se daba la vuelta y depositaba pequeños besos en los labios de su hermosa novia.

— Lo he decidido — dijo Serena muy entusiasmada.

— ¿Que princesa? — Interrogo Darien con una enorme e hipnotizadora sonrisa — ¿Qué has decidido? —concluyo.

— Esta vez sí voy a aprender a cocinar y te hare ricos platillos, sobre todo cuando sea tu esposa — comento Serena sonrojándose y comenzando a imaginar el día de su boda, su sueño tan anhelado.

— Estaré ansioso de probarlos — expreso Darien dándole un corto beso — ¿pero que no Lita te estaba enseñando? — cuestiono.

— Si — contesto Serena un poco desilusionada —pero no entiendo porque no logro aprender — concluyo casi empezando a llorar.

— Y si te enseño yo, ¿crees que puedas aprender? —sugirió Darien tratando de animarla.

— ¿De verdad Darien? Me enseñarías — cuestiono Serena muy emocionada por la proposición tal vez eso era lo que le hacía falta cambiar de maestro, uno que como su amado Darien la motivara para aprender.

— Por supuesto, si tú quieres, no soy muy bueno y no cocino muchas cosas pero puedo enseñarte lo básico —respondió Darien.

— Sí, claro que quiero, así podremos estar más tiempo juntos — asintió Serena sonrojándose pero era lo que realmente quería.

— Perfecto entonces empecemos desde este momento — expuso Darien cambiando entonces sus lugares ahora era Darien el que abrazaba a Serena por la espalda y le decía como hacer las cosas, sin dejar atrás su juego de besos fugases.


Minutos más tarde habían terminado de preparar la cena y acomodado todo en la mesa, otras ocasiones habían comido en el departamento de Darien pero esta ocasión sin duda era especial, estaba llena de emociones, se sentaron entonces muy junto uno del otro.

—Veamos que tal te quedo. . . ¡Hum que rico! — expreso Darien tomando un pequeño bocado.

— ¿De verdad? — pregunto Serena muy entusiasmada.

— Sí, está muy rico, prueba — asintió Darien tomando otro pequeño bocado y dándoselo a su novia en la boca.

—Lo he logrado Darien y todo gracias a tu ayuda — expreso Serena terminando el bocado y sumamente feliz, depositando un efusivo beso en los atrayentes labios de su novio.

— ¿Sabes? lo que más extrañe fueron tus labios, tus manos — informo Darien separándose de ella y mirándola con gran ternura mientras con uno de sus dedos acariciaba de forma suave los delicados labios de su amada Serena, tomando una mano de ella entre la suya, acercándose a su cuello —tu aroma — continuo hipnotizado por el olor de su perfume que tanto le gustaba.

—Yo también te extrañe mucho — declaro Serena sonrojándose y estremeciéndose por las palabras pronunciadas y las caricias de Darien, le encantaba que la tratara así y deseaba con todo su corazón que esta nueva actitud de Darien fuera desde hoy y para siempre acariciando su rostro con la mano que le quedaba libre —Creí que no podría seguir mi vida después de que te fuiste, sobre todo cuando llego el nuevo enemigo — añadió Serena.

— Lamento tanto no haber podido estar aquí, ¿me perdonas? — pidió Darien con un tono suplicante.

— No hay nada que perdonar, no fue tu culpa, fue el destino que nos puso otra prueba para demostrar que tan fuerte es nuestro amor — asintió Serena sonriéndole.

— Te amo tanto Serena — declaro Darien besándola esta vez con un poco de pasión que iba en aumento, esta vez sí se daba su demostración de amor era el lugar indicado.

Sonó entonces el microondas que el tiempo había terminado y justo a tiempo ya que las cosas entre los enamorados se estaban poniendo candentes y aunque sería hermoso reencontrarse con el acto más bello el cual era hacer el amor, ambos sentían que no era el momento adecuado, aunque quizás el lugar lo era, ya que este se había vuelto en el confidente del amor de los dos en los últimos años desde que recordaron sus vidas pasadas y la promesa de su amor.

— Será mejor que terminemos de cenar —sugirió Serena sonriendo y levantándose para ir por lo que hacía falta.

— Tienes razón princesa, no podemos desperdiciar la comida tan deliciosa que has preparado para mí —comento Darien tomando de nueva cuenta a Serena entre sus brazos para comenzar a darle de comer como si fuera un bebe a lo que su novia no hizo más que dejarse consentir y consentirlo a él ya que comenzó a imitarlo.

Cuando terminaron regresaron a la cocina para lavar los trastes que habían usado y guardaban al instante en los lugares correspondientes, Serena sabía muy bien que su novio era muy ordenado.

— ¿Qué te pasa Darien? — interrogo Serena notando que el rostro de su amado mostraba algo de tristeza preocupándose un poco acaso no era suficiente el que ella estuviera ahí para que él fuera feliz, que podía faltarle que ella aún no le había dado.

— Pasa que ya es hora de que te lleve a casa, ya casi es la medianoche y en tu casa deben estar preocupados — respondió Darien desilusionado.

— Tienes razón ya debo irme —asintió Serena entristeciéndose y estando a punto de llorar había sido esos instantes tan perfectos pero había que regresar a casa.

— Quisiera que te quedaras más tiempo — pidió Darien abrazándola.

— Yo también quisiera pero en casa deben estar esperándome — dijo Serena aferrándose al abrazo.

— Princesa, quédate conmigo. . . te quedas en mi habitación y yo duermo en el sillón, por favor solo por esta noche —suplico Darien con una lagrima en su rostro y arrodillándose.

— Darien. . . levántate por favor, está bien me quedo contigo, haber que invento mañana —expreso Serena.

— Gracias Serena, soy tan feliz —dijo Darien abrazándola y luego depositando un pequeño beso.

— Yo tampoco quiero irme Darien, pero creo que no es justo que regresando a tu departamento tengas que dormir en el sillón — comento Serena.

—Eso no importa con tal de saber que sigues aquí conmigo —respondió Darien indicándole el camino a su habitación.


Habían entrado a la habitación una vez más, aunque en esta ocasión era diferente puesto que Serena dormiría en su cama y al levantarse dejaría impregnado ese dulce aroma que le encantaba a Darien, desearía estar con ella pero tal vez no resistiría y sucedería lo que tanto había estado evitando y comenzado a planear para que fuera especial e inolvidable.

— Princesa no pienses mal pero debes cambiarte, es decir ponerte ropa cómoda para dormir —sugirió Darien aún con su cautivante sonrisa.

— Lo sé y no te preocupes la última vez que estuve aquí — sonriendo como si hubiera hecho una travesura —deje mi pijama — concluyo.

— ¿Y por que la habías dejado? — pregunto Darien algo sorprendido viendo como su novia abría uno de los cajones de su cómoda y sacaba su pijama.

— Porque ya no podía más Darien, te extrañaba tanto y había decidido quedarme a dormir en tu departamento, pero no pude por que fue cuando el enemigo descubrió mi identidad y me perseguía — respondió Serena mostrando una tristeza y agonía en su rostro acompañándola una pequeña lágrima que se escapo de aquellos ojos azules.

— Lo que daría por borrarte todos esos malos momentos, ¿qué puedo hacer? — interrogo Darien abrazándola con fuerza y luego mirándola y dándole un beso en la frente, a su vez quitando la lagrima del bello y suave rostro de su novia.

— Por el momento que duermas conmigo — expreso Serena cambiando un poco las facciones de su rostro.

— ¿Pero qué has dicho princesa? Acabo de regresar. . . ¿no crees que vas algo rápido? — interrogo Darien muy sorprendido por la petición de su novia, había decidido complacerla en todo pero una vez más estaba seguro que aún no era el momento.

—No me refería a eso Darien — riendo un poco divertida por la reacción de su novio e interrumpiéndolo al ponerle un dedo en la boca sonrojándose de solo pensar en cómo sería su primera vez —digo que duermas en la misma cama conmigo, que no te vayas al sillón — comento Serena.

— Perdona princesa, no pienses que — trato de disculparse Darien poniéndose sumamente rojo y nervioso.

— Jamás pensaría nada malo de ti Darien — respondió Serena entrando al baño para cambiarse —ahora vuelvo voy a cambiarme, tu deberías hacer lo mismo — añadió mostrándose muy feliz.

— Si ahora mismo me cambio 'creo que de ahora en adelante no podre decirle que no a Serena para nada' —asintió Darien.

Minutos más tarde salió Serena del baño con su pijama de pantalón y blusa con dibujos de conejitos rosa, esa era la parte de la inocencia de ella que tanto le gustaba, entonces deshizo la cama y al mismo tiempo que su bella novia entro en ella cubriéndose con las sabanas.

— Gracias Darien — expreso Serena acercándose a su amado novio.

— ¿De qué princesa? — interrogo Darien.

— Por haberme dejado dormir contigo — comento Serena.

— Era lo menos que podía hacer por ti princesa — asintió Darien abrazándola y acercándola a su pecho.

— ¡Buenas noches Darien! — dijo Serena acercándose a sus labios para depositar un tierno beso de buenas noches.

— ¡Buenas noches! — contesto Darien acurrucándola en su pecho.

—Darien de ahora en adelante siempre vamos a estar juntos ¿verdad?, tengo miedo de perderte — expreso Serena poniendo una de sus manos en el cálido pecho de su amado.

— Cierra tus ojos no tengas miedo que entre mis brazos yo te tengo, ya no hay peligro estarás por siempre aquí conmigo — respondió Darien abrazándola con mucha más fuerza para hacerla sentir segura.

—Contigo siempre me he sentido segura y protegida —respondió Serena correspondiendo el abrazo.

Instantes más tarde Serena dio un gran suspiro y en su rostro solo podía verse una sonrisa de satisfacción, Darien no podía dormir quería contemplarla toda la noche entre sus brazos como tantas veces había deseado tenerla, podía sentir como su amada respiraba junto a sus latidos provocando que se sintiera más vivo que nunca y provocaba que su amor por ella fuera más grande, quito un pequeño mechón del rostro de Serena que le impedía ver con totalidad su hermosura y susurro a su oído.

—Siento a tu cuerpo pedirme en silencio que te proteja y te lleve en mis sueños yo no dormiré solo te veré hasta que tu decidas regresar a mi otra vez — expreso Darien que después de una hora el cansancio lo venció y se entrego a los brazos de Morfeo para unirse a los sueños de su amada novia, ahora más que nunca deseaba con todo su corazón hacerla su esposa de esa manera podría tenerla todas las mañanas entre sus brazos.