Disclaimer: Ninguno de estos personajes que se presentan a continuación me pertenecen. Todos son propiedad de la hermosa J.K. Rowling, creadora del maravilloso mundo de Harry Potter.
Bueno, este es el primer fan fic que escribo en mi vida, espero que les guste y si no les gusta por favor coméntenlo ! Me encantaría recibir sus consejos y saber qué piensan de mi historia.
:)
Hermione seguía siendo, como en sus años escolares, una bruja perspicaz y sumamente inteligente pero eso no la había ayudado a escapar de la fama. A pesar de que habían pasado cinco años desde la guerra ella y sus dos mejores amigos seguían siendo tema de conversación en toda reunión y muy a su pesar la mayoría de la gente del mundo mágico se refería a ellos como "héroes de guerra" o "miembros del trio dorado" lo que hacía que continuamente los periodistas los siguieran. Aquella tarde no era la excepción y en cuanto puso un pie fuera de su edificio se recriminó haber sido tan descuidada. Varias luces cegadoras hirieron sus ojos y tres voces le preguntaron a la vez "¿cómo estuvo la fiesta? ¿Qué celebraban?"
-¿Pero cómo? Hermione no terminó la frase porque Harry había llegado al rescate y asomándose a la ventana llamó la atención de los reporteros que en su desesperación por conseguir una fotografía cubrieron a su amiga. Ella aprovechó aquel segundo y se desapareció reapareciendo casi al instante en el baño de la cafetería de enfrente.
Cuando se acercó al mostrador pidió varias bebidas, algunos panecillos y una caja de dulces; sabiendo que no podría desaparecerse salió por la puerta principal y volvió a meterse entre los reporteros que durante el eterno medio minuto que le tomó cruzar la calle y abrir la puerta del edificio consiguieron más de cincuenta fotos.
Ya en su departamento Hermione miró a su alrededor, aunque su casa no era particularmente grande, con tanta gente ahí parecía aún más pequeña. En la sala y sobre algunos colchones conjurados dormían Neville, Luna, Harry; abrazado a Ginny intentando despertarla a besos; Ron, George y Theodore.
¡Esto es tan extraño! Pensó cuando vio que en media de sus amigos, ahora estaba como si fuera lo más normal del mundo aquel joven que era hijo de un mortífago conocido y además condenado
-Me sorprendes Hermione, dijo él.
-Deja de hacer eso Theo, respondió ella.
-¿Qué cosa? Contestó con una cara de inocencia que hubiera cautivado a cualquiera. –Te ayudo. Y levantándose fue hacia ella y tomó varias de las bebidas.
Eso, a lo que la muchacha se refería era aquel maldito hábito que tenía Nott de usar la legeremancia con quienes le rodeaban. Él, como todos los otros hijos de mortífagos habían recibido la mejor instrucción en aquel arte y aunque en la actualidad ya no lo necesitara a Theo aún se le hacía difícil evitarlo y era lo que había hecho cuando por instinto se despertó ante el sonido de Hermione entrando y de inmediato descubrió que verlo en medio de sus amigos le parecía extraño.
Y es que, considerando lo que había pasado en la guerra, lo era pero como todo el grupo sabía media década después muchas cosas habían cambiado. Una de ellas era que en la oficina de aurores en aquel momento habían dos Slytherin entrenando codo a codo con Harry y Ron. Theo era uno de ellos y aunque al principio fue tajantemente rechazado por el grupo su comportamiento y tenacidad habían logrado conseguirle la amistad de todos quienes en aquel momento empezaban a despertar a su alrededor.
-¡Vaya, vaya! Un viernes muggle por todo lo alto Gritó George sonriente y haciendo que el resto de cuerpos empezaran a revivir.
-Cállate, parece que un crucio me taladrara la cabeza. Dijo Ron tirando su cabello como si quisiera separar su cerebro del resto de su cuerpo.
-Pues, ese es el precio que debes pagar por beber tanto Ron. Le contestó su hermana que apartaba a Harry con desgano indicándole que necesitaba una ducha.
- La verdad nunca creí que un lugar muggle fuera tan divertido. Contestó Theo que, usando su varita, empezaba a levitar panes, cafés y jugos hacia sus amigos.
Poco a poco todos recibieron el desayuno y acomodándose se miraron, la noche había sido realmente divertida y los estragos se hacían presentes en cada uno de ellos.
Y es que, a pesar de que eran sobrevivientes de una guerra y habían madurado a la fuerza enfrentándose con horrores que muchos adultos jamás hubieran imaginado, aún eran jóvenes y la noche anterior habían decidido salir a bailar. Por lo general, aquella fecha, era de carácter familiar, ya que conmemoraba el cumpleaños de los gemelos pero considerando que uno de ellos había muerto siempre había estado impregnada de una tristeza patente. Sin embargo este año Harry y Ginny, que como era de esperarse habían vuelto a estar juntos y aunque no era oficial porque para los señores Weasley ella aún vivía bajo su techo, compartían departamento desde hace meses, decidieron que, para evitar aquel recuerdo era momento de cambiar las cosas. Por ello habían regalado a los señores Weasley un pequeño viaje en la línea de cruceros "Blue star" que aunque era un crucero muggle estaba dirigido por una familia de magos y tenía en sus barcos un área mágica en donde podrían disfrutar. Esto había sido para Molly absolutamente relajante ya que por primera vez en años ella y su esposo estarían juntos y a solas y para Arthur decididamente maravilloso ya que solo tenía que salir de aquel sector para encontrase con todo aquello que le fascinaba de la vida muggle. Con ellos relajados y en alta mar, Charlie había optado por no ir a la madriguera prefiriendo visitar a Bill, que con su segundo hijo en camino, debía convivir con una esposa embaraza mitad veela y una bebé de dos años cuyo carácter conjugaba a la perfección su parte veela, su parte licántropa y su parecido con su abuela Weasly.
Percy por su lado estaba ausente del país hace dos meses ya que el ministerio lo había enviado a una misión que implicaba crear lazos amistosos con el departamento mágico latino americano. Así solo quedaban los menores de los Weasly y como Ginny sabía George necesitaba en aquella fecha un poco de alegría por ello y con la ayuda de Hermione decidieron que lo mejor sería salir a divertirse y sabiendo que un lugar mágico, las interrupciones, las felicitaciones y las expresiones de agradecimiento interferirían con la noche decidieron contratar una sala VIP en una de las discotecas más famosas del Londres Muggle.
Ya en el lugar, la noche transcurrió de forma excelente y para asombro de todos, los tragos la música y la diversión se alargaron tanto que a las cinco y media de la mañana, cuando cerraron, Hermione decidió invitar a sus amigos a dormir un poco en su departamento.
Seis horas después todos comían el desayuno y rememoraban lo que había sido una noche inolvidable. George había conocido a una hermosa chica con quien había intercambiado besos y caricias durante toda la velada, Harry y Ginny, más acostumbrados que los demás al ambiente bailaron casi todas las canciones y el resto del grupo decidió que era momento de catar todas y cada una delas bebidas muggle de la carta lo que, por sus caras, no había sido tan buena idea.
En fin, la mañana de sábado, que en realidad ya era tarde, era una típica reunión de jóvenes trasnochados y con resaca hasta que una lechuza golpeteó en la ventana.
Harry, Ron y Theo giraron la cabeza al unísono y mirando al ave soltaron un hondo suspiro.
-Es del ministerio. Dijo Harry y apresurándose tomó el pergamino.
Señores Potter, Weasly y Nott.
Sala de Hermione Granger
Colchones de la sala
Como ya saben el entrenamiento de auror requiere que estén siempre listos para enfrentarse al peligro y por ello, mediante esta misiva, son convocados a un entrenamiento sorpresa que se realizará en el Bosque De Thupton en Rumania. Dentro de 40 minutos.
Atentamente:
El jefe de la oficina de aurores.
-¡Demonios! Gritó Harry, entrenamiento sorpresa en Rumania.
De inmediato sus dos amigos se levantaron como resortes y empezaron a atragantarse de café y comida. Como todos sabían, los entrenamientos sorpresa podían durar días y considerando su estado era mejor tener comida en el estómago y algunas provisiones en los bolsillos. Veinte minutos más tarde cuando los tres estaban cambiados y el resto del grupo los miraba perezosa pero comprensivamente terminaron de arreglarse y despidiéndose se desaparecieron dentro del armario que Hermione tenido destinado para ese fin.
-Bueno, creo que es momento de regresar a la realidad, el mundo necesita bromas. Dijo George y poniéndose de pie empezó a buscar su varita, cuando la encontró se dirigió hacia la cocina tomó dos pastas más y con un gran abrazo se despidió de Hermione, luego giró hacia Ginny, cuyo semblante estaba triste por la despedida y abrazándola le dijo -Gracias hermanita, ha sido un cambio agradable.
Esa fue la señal, todos sabían que era momento de despedirse Neville se levantó y ayudó a Luna, se despidieron y desaparecieron tras George.
Cuando solo quedaban Hermione y Ginny ambas se miraron satisfechas.
-¡Lo logramos Hermione! Es la primera vez que veo sonreír a George en su cumpleaños desde hace… bueno tu sabes.
-Lo sé, espero que tus padres también estén disfrutándolo. ¿Y qué vas a hacer ahora que Harry se ha ido? ¿Quieres pasar este fin de semana aquí? Podemos ir de compras en la tarde y mañana iremos a ese spa mágico al que fuimos la vez pasada.
Ginny la miró pensativa y sopesó sus opciones. Regresar a su departamento no tenía sentido porque Harry no estaba, ir a la madriguera tampoco.
-De acuerdo dijo ella y con un movimiento de varita empezó a ayudar a su amiga a poner orden en la casa.
