NOTAS PARA SEGUIR LA LECTURA:

Los ":::::::::::::::::::" son saltos en el tiempo, equivalentes a unas horas, días o semanas… también son saltos de escenario.

Los pensamientos de los personajes irán entre comillas, con guiones y en cursivas: – "pensamiento" –

Los recuerdos de frases irán entre comillas: "No te preocupes".

Los flash back, irán negritas, con su respectiva leyenda: No te detengas por nada.

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ADVERTENCIA: Este fic es del género "Yaoi", seguramente a futuro tendrá escenas de violación (rape), así como sexo explícito, violencia y un poco de gore, se recomienda extremo cuidado y discreción al leerlo. Antes de capitulo se advertirá del contenido.

Hace poco que termine de ver el anime Monsters, convirtiéndose en uno de mis favoritos por el excelente desarrollo de la historia, así como de sus personajes. De alguna forma, me enganche con un par de personajes, obviamente, entre ellos el inspector Lunge y el doctor Tenma (Diether y Johan también son de mis favoritos).

Así que, aprovechando que la inspiración está presente, decidí empezar a escribir este sencillo fic, esperando poder manejar adecuadamente a los personajes de acuerdo a los sucesos en la serie (y seguramente basándome en la continuación Another Monsters que apenas estoy empezando a leer).

No mentiré, es del género yaoi, es decir un LunchXTenma. Por el momento, el fic se desarrollará en la serie, pero posteriormente se independizará de acuerdo a mis ideas.

Espero que sea de su gusto. Muchas gracias por su atención y por sus futuros comentarios!

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El presente capitulo está escrito en primera persona, utilizando el personaje Heinrich Lunge, inspector de la BKA (la Oficina Criminal Alemana), quien será el personaje principal durante la primera parte del desarrollo de este fic.

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MI OBSESIÓN

CAPITULO 1.

CASO DEL DOCTOR HEINEMANN.

Mi mirada se mantuvo clavada por varios segundos sobre la carpeta de color azul claro que me entregaron aquella mañana, misma que guardaba la información recolectada por la policía local…

Fotografías, descripciones, datos considerados relevantes que, en parte, desde mi particular punto de vista, eran totalmente inútiles.

Los pasos y el llamado del inspector local, hizo que dirigiera mi mirada hacía él, asintiendo suavemente antes de seguirle de cerca y en silencio, escuchando cada palabra que me decía y grabándola en el disco duro de mi mente.

Reteniendo todo dato importante, por insignificante que fuere para los demás.

Mi fama había saltado hace poco, al resolver todos los casos que cayeran sobre mi escritorio, convirtiéndome en uno de los más importantes investigadores en Alemania.

Y este caso, era uno más que estaba dispuesto a resolver.

Por encima de la existencia de ese mar de incógnitas en el que nadaban mis compañeros, excitando mi mente a tomar toda la información y analizarla, seguro que sólo yo podría resolverle.

Para ellos, no existía un móvil, ni un sospechoso en concreto, ningún enemigo…

Empero, yo no dudaba que el asesinato había sido realizado por todo un profesional, por alguien que sabía perfectamente lo que hacía, sin tener que hacer uso de algún arma que dejara huellas o un camino hacia el culpable.

Cuestión que lo diferenciaba con el asesinato de los refugiados políticos.

Aun mejor, convertía el caso en un verdadero acertijo que sólo me encaminaba a poner mi atención principalmente en los médicos, por el uso de la sustancia utilizada para asesinar a tres hombres de un solo golpe.

Preguntándome por un momento ¿cómo supo el asesino que consumirían aquellos caramelos? Y, lo más importante, ¿serían sólo esos tres médicos, las victimas contempladas en su asesinato? ¿o existirían más víctimas que no cayeron en aquella elaborada y, a la vez, sencilla trampa?

Sin duda, el trabajo de un genio.

Mi mente se mantenía perdida dentro de toda la información, mientras escuchaba al inspector Weiswab, quien me ponía al tanto de la situación que se suscitaba, dirigiéndose al cementerio donde descansarían los restos del Director del hospital.

Una familia socialmente acomodada, tal vez una de las más poderosas en aquella ciudad. La fama y reputación del Doctor Heinemann, subía como espuma, colocándole en una situación única y envidiable… sólo era cuestión de tiempo que escalara a un nuevo cargo.

– Hemos llegado justo a tiempo, parece que todos se retiran – la voz de mi compañero me despertó de mis pensamientos, fijando mi mirada al frente y ubicándola de forma rápida en cada uno de los individuos que pasaban a nuestro lado.

Algunos, mostrando un cumulo de emociones cada uno de ellos… algunos, pena por lo acontecido, otros mostraban lastima, seguramente por aquellos que habían perdido a alguien importante… otros, preocupación, tal vez porque su lugar o posición en el hospital se veía amenazada… y unos cuantos, felicidad, al saber que un obstáculo había sido retirado de su camino hacía el éxito.

Emití un ligero gruñido, con un gesto indiferente por lo que presenciaba, ignorando a quienes emitían un ligero llanto de dolor por la perdida, enfocándome en los gestos.

Ello era lo mejor para el caso, lo mejor para mí.

– Allí esta nuestro sujeto – anunció mi compañero, avanzando un poco más rápido en su dirección, para impedirles continuar con su camino.

Mis ojos se entornaron levemente en cuanto le vi…

Un joven japonés, delgado, de gesto tranquilo y triste, demasiado pensativo, tal vez por la cercanía que tenía hacía la familia del fallecido. No era un secreto que había sido el prometido de la hija del Director Heinemann, aún mejor, que la boda se encontraba en planeación.

El joven médico era un poco bajo de estatura en comparación mía, de ojos color negro, que se ocultaban en los rasgos orientales de sus parpados.

Un ligero escalofrió recorrió mi cuerpo luego de analizarle rápidamente, ante el aura de inocencia que mostraba y, a la vez, ese ligero atisbo de tormento, como si algo interno le causara dolor… un dolor en el alma.

¿Tal vez por lo que había hecho?

"Es un excelente médico… especializado en la neurocirugía…" – me había asegurado el inspector local aquella mañana, mientras me otorgaba la información requerida y un par de fotografías de las víctimas – "no le he tratado personalmente, pero los oficiales me han asegurado que el chico ha cooperado maravillosamente con la investigación, al ser uno de los médicos más cercanos al Director…"

Sin embargo, no pensé que, al verle en persona, mi atención quedaría atrapada en su expresión, mientras mi compañero hablaba con él, sin que pudiese dejar de observarle fijamente con sumo interés, como si fuera una pieza demasiado importante dentro de mi juego.

Por ello, respondiendo a un impulso interno que, en ese momento, lo tomé como una forma de establecer un dominio ante el que consideraba como principal sospechoso, me presenté inmediatamente, antes de que mi compañero lo hiciera, más sin que el chico se viera intimidado por lo que hice.

De hecho, parecía indiferente a mi presencia y el peligro que podría considerar ante mi interés y especialidad en casos tan delicados.

Incluso, cierta gracia fue naciendo en mi interior, ante la reacción del joven médico en el instante que hice hincapié a su gran pericia dentro de la medicina.

– Que va… todavía tengo mucho que aprender…

Una sencilla y humilde respuesta, para alguien que estaba tomando demasiada fama dentro de una institución que podría considerarse como un excelente trampolín para saltar directo al éxito… más dejando ver un halo de sinceridad en sus ojos.

Demasiado joven e inocente, para un mundo donde todos buscar escalar los peldaños sociales, de cualquier forma y a cualquier costo, y sin que yo me creyese aquellas palabras humildes.

No, ese mundo estaba contaminado y mi mente no admitía a alguien que mostrara un gesto como ese… especialmente de parte de un extranjero, cuyas habilidades iban más allá de muchos nacionales con grandes estudios.

Y entonces, preguntó sobre los gemelos, sin mostrar el más mínimo interés sobre el caso del director Heinemann, padre de quién fue su prometida, que alguna vez le había recibido en su hogar, que pudo haber formado parte de su familia…

No…

Su mente y sus palabras sólo mostraban interés en el par de gemelos desaparecidos, en la misma noche en que se cometieron los asesinatos.

Sobre unos niños desconocidos que no debían tener mayor importancia, más que la profesional… Tal vez, porque el niño había sido la principal causa de su descenso en la cumbre…

Por ello, no dude en darle los pormenores de los asesinatos, confirmando su conocimiento sobre la sustancia utilizada.

Mi interior se removió con regocijo, al haber provocado su curiosidad, decidiéndome a dar la primera estocada al preguntarle si no tendría idea de dónde pudieron surgir aquellos caramelos, obteniendo una respuesta negativa y reiterando su interés en los pequeños niños.

– Puede ser que esos gemelos sean la clave de todo esto – asegure, sin llegar a imaginarme la importancia que tendría aquella frase en el futuro, lanzada durante aquel breve interrogatorio que realizaba al joven médico.

Todo suponía terrorismo político, pero quién hubiese pensado que todo lo que inició con los gemelos, terminaría con ellos…

Aún más importante, nunca hubiese imaginado que aquella presentación con el joven médico japonés, marcaría mi vida para siempre, convirtiéndose en mi maldición y una bendición.

Una roca que me hundiría casi a la locura, al negarme a creer su inocencia… y en el único salvavidas que tendría para sostenerme, mientras mi vida caería a pedazos.

No, no lo sabía… pero agradezco haberla dicho…

Por ello, no me fue difícil pensar que era el culpable de los homicidios, principalmente al haberse convertido en el principal obstáculo de su éxito profesional, los tres médicos asesinados… sin mencionar, el externo interés que tenía por ambos niños, que ya era buscados por órdenes del mismo gobierno, al ser protegidos políticos, una fuente de publicidad que también fue utilizada por el hospital.

No interesaba la coartada que tuviese…

El trabajo había sido realizado por un genio, que sabía perfectamente lo que hacía…

No era necesaria la presencia del culpable para cometer los asesinatos…

No interesaba que hubiese estado borracho toda la noche…

Puesto que el trabajo caminaba por si sólo… todo estaba preparado, para la caída de los tres titanes que se atravesaban en su camino… el trabajo, ya estaba hecho…

:::::::::::::::::::::: Á::::::::::::::::::::::