Viviendo en la Oscuridad, Buscando la Luz

Prologo:

10 de octubre (noche)

-Protejan a los ciudadanos – grito un ninja.

-no te distraigas – grito otro horrorizado, antes de ver como su compañero shinobi era golpeado por una de las nueve poderosas colas de una bestia gigantesco con forma de zorro de color naranja fuego, el golpe fue tan fuerte que mando volando al ninja hacia una pared rocosa en la ladera de la montaña, estrellándose fuertemente y falleciendo instantáneamente.

El zorro usando sus gigantescas garras, con solo balancear una de ellas la ráfaga de viento destruía todo a su paso; muchos ninjas atacaban simultáneamente al zorro, pero todo lo que hacían se veía inútil ni un solo ataque parecía hacerle efecto a esta bestia. Los aldeanos horrorizados veían como los shinobis caían uno tras otro ante la poderosa bestia, solo podían rezar por que llegara a tiempo la persona en quien ellos más confiaban la única que podría hacerle frente al zorro, el poderoso Rayo Amarillo de Konoha, el Yondaime Hokage de la aldea oculta entre las hojas.

Mientras el tiempo transcurría los aldeanos ya habían sido evacuados a un lugar seguro y los ninjas más fuertes de la aldea se integraban a la pelea contra el kyubi, logrando frenar la destrucción causada por la bestia y que esta se centrara en estar alerta de los ataques de la elite shinobi, pero aun así eso no bastaba para detenerlo solo podían ganar tiempo hasta que el Hokage llegara.

En un lugar no muy lejos de ahí, en un pequeño edificio que parecía ser una santuario, mientras que la aldea sufría de la devastación por parte del zorro demonio, una nueva vida venía a nuestro mundo, una vida que no solo era la alegría de los padres sino que tal vez se convirtiera en la esperanza de toda una aldea que estaba al borde de la destrucción.

-ya falta poco Kushina-sama – decía agitadamente una señora de avanzada edad que supervisaba el parto de una mujer que poseía el cabello de color rojo sangre –…no se rinda.

-auhhhhhhhhhhh – gritaba la futura madre, en su mente más que la preocupación por que su aldea estaba siendo destruida era la preocupación de que su hijo o hija naciera sin complicaciones.

-Kushinaaa! – grito un hombre rubio muy apuesto que entro agitadamente en el edificio, se le notaba muy preocupado por la situación de su esposa.

-Minato…debes esperar – le reprendió un señor que también se encontraba en el edificio, tenía un largo cabello color blanco y llevaba un gran pergamino en su espalda.

-Jiraiya-san no hay tiempo el kyubi está… - fue interrumpido el agitado futuro padre.

-uahhhh… - se escuchó los llantos de un bebe, para goce de los presentes el hermoso bebe fruto del amor de la pareja había nacido sin ninguna complicación.

-….acércamelo…. – susurro la madre que se le notaba demasiado agotada.

-felicidades Kushina-sama y también para usted Yondaime-sama – dijo muy feliz la señora derramando lagrimas – es una hermosa niña.

El Hokage por un momento se olvidó del peligro que asechaba y se acercó a su esposa que acariciaba la mejilla de su hija que la había colocado a un lado de la cama a la altura de la cabeza de donde estaba la madre.

-es…hermosa – dijo minato embelesado que también tocaba delicadamente el rostro de su hija.

-si – dijo la madre sonriendo y derramando lágrimas de felicidad. De repente un fuerte temblor saco a los presentes de su fantasía y los trajo de vuelta a la cruel realidad.

-Kushina debemos hacerlo – dijo Minato con dolor – no queda tiempo.

-no…no, quiero estar con ella más tiempo – dijo llorando la madre.

-lo sé – Minato entendía lo que sentía su esposa, su hija recién había nacido; había tanto que querían enseñarle, tanto cosas que querían compartir con ella, querían celebrar sus cumpleaños, su primer día en la escuela ninja, verla como se convertida en una magnifica kunoichi y conocer en el futuro al chico a quien se la entregarían para que la hiciera feliz, pero no tenían el tiempo para disfrutar de su hija. Más dolor sentían los padres sabiendo las dificultades con la cual cargaría su hija en el futuro y ellos no podrían estar con ella para ayudarla al menos no físicamente.

-Minato, Kushina…no tienen por qué hacerlo déjenme… - no llego a concluir el señor de largos cabellos blancos.

-Jiraiya-san – dijo Minato mirandolo a los ojos – yo soy el Hokage de la aldea mi deber es cuidar de todos en ella.

-pero Minato que va pasar con ella – le recrimino señalando con la mirada a la bebe.

-sé que es posible que en un futuro me llegue a odiar por lo que voy a hacer pero… - dijo con arrepentimiento.

La conversación se vio interrumpida cuando otro terremoto más fuerte que el primero sacudió el santuario en donde se encontraban.

Al sentir el peligro, minuto se apresuró a salir…una vez fuera del edificio vio aquello que más temía, ya no había tiempo para más retrasos el kyubi se encontraba frente al santuario en donde se encontraban su esposa y su recién nacida hija.

-Jiraiya-san distráelo mientras preparo los sellos – grito Minato agitadamente.

-Minato no hemos terminado de hablar – dijo con enojo Jiraiya.

-no hay tiempo – grito también enojado Minato.

Jiraiya, al ver la mirada decidida del joven Hokage no tuvo más alternativa que cumplirla.

-lo que usted ordene Hokage-sama – dijo acatando la orden.

Minato se acercó rápidamente en donde se encontraba su esposa e hija.

-Kushina debemos hacerlo no nos queda más tiempo – dijo derramando lágrimas al ver como su esposa se aferraba a la bebe.

-….. – Tras un rato de silencio por parte de la madre, esta dijo – cuál será su nombre?

Esa pregunta sorprendió a Minato haciéndole mostrar una sonrisa llena de ternura.

-no te hagas la tonta – dijo tiernamente Minato – tú ya has escogido uno si era niña verdad?

-… - la madre solo se limitó a sonreír, mientras lloraba dijo – Nozomi – dijo felizmente la madre – Namikaze Nozomi Naruto.

-…? Dos nombres? – dijo con mirada confundida.

-que…no te gusta? – dijo Kushina haciendo un puchero.

-al contrario me encanta – dijo Minato dándole un beso a su esposa.

-las cartas… se las has dejado? – pregunto Kushina.

-si todo esta listo – respondió Minato – es hora de comenzar.

Justo cuando terminaron de conversar todo el santuario se vio reducido a escombros por causa de uno de los ataques del kyubi. Delante de Kushina y Minato se encontraba jiraiya usando su cuerpo como escudo tratando de proteger a los tres.

-lo siento Minato – dijo jiraiya cayendo agotado al suelo – esto es todo lo que pude retenerlo.

-tranquilo – dijo Minato con mirada decidida – fue más que suficiente.

Su mirada no estaba en jiraiya que se encontraba tirado en el suelo sino en el kyubi que estaba parado frente a ellos dispuesto atacarlos; la bestia se preparaba para embestir con todo su cuerpo, pero sus movimientos fueron detenidos por grandes cadenas de chacra que lo sujetaban de sus extremidades.

-Minato ahora – dijo Kushina ya casi desfalleciendo.

-aguanta un poco más Kushina – rogo Minato, de repente un espíritu horripilante que tenía forma humana aparecía detrás de los esposos – está aquí llegaste…zorro – grito Minato mientras que las manos del espíritu pasaban a través de su cuerpo y se dirigían hacia el kyubi, pero no para sujetar su cuerpo sino que estas parecían sujetar su espíritu. Mientras que las manos del espíritu jalaban, el espíritu del zorro se resistía, ahora la lucha se había vuelto una lucha de voluntades.

-Minato rápido! – grito Kushina.

-Jahhhhh! – grito Minato ante las palabras de su esposa incrementando el chacra del jutsu, los brazos del espíritu lograron ganar mayor fuerza atrayendo ferozmente el espíritu del zorro, que quedo sellado dentro del cuerpo de la bebe.

Sellado el kyubi, unas marcas aparecían en el abdomen del bebe. Tras el sellado, tanto Minato como Kushina desfallecían lentamente; el padre por las condiciones del jutsu mientras que la madre por sobrepasar el uso de su chacra sobre todo por usarlo en su condición.

Jiraiya al ver como el zorro había sido sellado se quedó más que sorprendido ya que era la primera vez que había visto un jutsu de ese tipo. Los esposos en sus últimos momentos se tomaron de las manos y se miraban el uno al otro mientras sujetaban a su hija, Jiraiya arrastrándose se acercó a ellos.

-Minato… Kushina – dijo con gran esfuerzo, parecía que el daño que recibió no había sido mortal pero si le había afectado mucho.

-sensei – dijo Minato con sus últimas fuerzas.

-hace mucho que no me llamas así – dijo Jiraiya.

-su nombre es Namikaze Nozomi Naruto – dijo Kushina tratando de completar lo que quería transmitir sus marido.

-es un nombre único – dijo una vez ya cerca de ellos.

-cuídala por nosotros…por favor – dijeron en coro sus últimas palabras los esposos mientras derramaban lágrimas.

Al ver como las vidas de su familia, porque los consideraba como sus hijos, se extinguían no pudo más que romper en llanto, lleno de dolor dijo:

Déjenmela a mi… yo la cuidare como ustedes la habrían cuidado… lo juro por mi vida.

Ya habiéndose recuperado Jiraiya cargaba en brazos a la pequeña Naruto mas no se alejaba de los cuerpos de la familia Namikaze ya que no quería que les pasara algo.

Dos sombra a lo lejos lo habían observado todo, desde el combate del kyubi con los ninjas hasta el sellado de esta en la bebe por mano del Hokage.

-eras muy fuerte… pero fuiste muy sentimental – dijo satisfecho una de las sombra al mirar a lo lejos el cuerpo sin vida del Yondaime Hokage – al menos el kyubi cumplió con su rol…pero no esperaba que fuera sellado.

-que haremos – dijo su acompañante – nos la llevamos?… si lo hacemos ya, no nos tomaría mucho esfuerzo con los ninjas debilitados.

-no por ahora, es mejor tener al kyubi en cautiverio antes de que alguna aldea lo tome para si –dijo calmadamente la sombra.

-si es lo que desea – dijo haciendo una reverencia, pero se notaba su insatisfacción.

Al ver la reacción de su acompañante este dijo – no te equivoques, no estamos dejándoselo a ellos, solo creo que es mejor tener al zorro sumiso y en un lugar fijo… así nos evitaremos las molestias más tarde… además tenemos la fuerza para llevárnosla cuando deseemos – dijo con total confianza logrando que su acompañante recuperara su buen humor – "déjame ver en que te convertirás… descendiente de Namikaze… serás el ángel que los salvaras o el demonio que lo destruirá todo" – pensó riendo malvadamente – "esto será algo muy interesante que presenciar."

Luego de unas pocas horas, las reparaciones de la aldea estaban en manos de los ninjas. Los aldeanos regresaban a sus respectivos hogares luego de asegurar que ya no corrían peligro, los que tuvieron suerte sus casas tenían daños menores y para otros sus casas habían desaparecido, algunos ninjas informaron a aquellos que habían desaparecido sus hogares donde podían alojarse hasta que sus casas fueran reconstruidas. No paso mucho tiempo antes de que la noticia de que el Yondaime Hokage había sacrificado su vida sellando al zorro demonio, noticia que la gente acepto con pesar ya que su Hokage era un hombre de gran y justo corazón.

En el lugar donde se encontraba Jiraiya, luego de que los cuerpos del matrimonio Namikaze fueran cuidadosamente trasladados a otro lugar, un hombre de ya avanzada edad se le acerco con la mirada gacha pero en la cual se notaba culpa.

-debí ser yo – dijo este con dolor – él todavía tenía un gran futuro por delante…habría llevado a la aldea hacia un lugar del cual yo sería incapaz de lograr.

-ya no te lamentes viejo – respondió Jiraiya a su comentario –…o mejor dicho Sandaime Hokage.

-… - le miro el Sandaime guardando silencio –llámame Hiruzen o sensei como solías hacerlo… que vas hacer con ella? – pregunto con preocupación.

-ella es una heroína… salvo la aldea – dijo seriamente – lastima de que no pudo elegir por si misma… a cambio ella nunca podrá gozar de una familia o de una vida normal – el Sandaime lo miro como esperando una locura de su antiguo pupilo – debido a mis viajes no poder estar siempre con ella, pero vendré a verla y a asegurarme de que este bien.

-eso quiere decir que tu… - no termino ya que la mirada de confianza absoluta se dibujaba en el rostro de Jiraiya.

-si… me hare cargo de ella – dijo con seguridad – se lo prometí a mi antiguo aprendiz.

-yo también la cuidare… cuando tu no estés presente – dijo firmemente el Sandaime.

-no descuides tus obligaciones – dijo Jiraiya sorprendiendo a su sensei.

-te has vuelto muy astuto – respondió satisfecho – tienes razón… el consejo me ha pedido que retome mi posición como el Sandaime Hokage.

No paso muchos días antes que la noticia de que el carcelero del zorro de las nueve colas era un niño o niña recién nacido llegara al oído público. Las gente se sentía aterrorizada sabiendo que el zorro no estaba muerto sino que estaba en el cuerpo de un bebe y más sabiendo que tendrían que convivir con dicha bestia, iniciaron los rumores de que era imposible de que un bebe pudiera mantener al zorro a raya, la gente comenzó a ser convencida de que ese niño o niña era el kyubi en persona por parte de aquella gente que buscaba venganza por sus familiares; esa gente que había perdido a sus seres queridos querían venganza, pero…contra quién?, lo único que la mayoría pudieron hacer era terminar aceptando que él bebe era el zorro así tenían hacia dónde dirigir su odio.

Los años venideros serian un tormento para cierta criatura inocente que fue sacrificada por el bien de una aldea y que solo obtendría odio y rechazo por parte de aquellos a quienes salvo.

Naruto no me pertenece solo tomo prestado los personajes y la temática de kishimoto, la historia es mía. Este es mi nuevo proyecto, por no decir el segundo, en el que he estado pensando, se aceptan críticas, se pide paciencia al momento de esperar por nuevos capítulos.

Writer-dreamer