Disclaimer: Inuyasha y compañía no me pertenecen, solo los utilizo para nuestro entrenamiento sin ningún lucro.

"Un bebé para Inuyasha"

Mal había empezado su día cuando el agua caliente de la ducha se había terminado y todo porque a su Kagome le daba por tomar largas duchas aún y fueran las seis de la mañana, había empeorado cuando el coche se le había quedado varado a medio camino hacia una importante audición, pero si alguien le hubiese dicho que para el final del día se presentaría Kouga Okami su archimegaultrarequetecontra rival con esa RÍDICULA, NO ABSURDA!, NO! ESTÚPIDA PROPUESTA, el hubiera mandado al demonio y acompañado lo en persona hasta verlo entrar en la morada del infierno mismo a quien se atreviese a decir tal barbaridad, si no cabía duda para Inuyasha Taisho no había peor día en la historia de su vida que este.

Su ceja no dejaba de temblar, un gruñido gutural se podía escuchar provenir de su garganta, su rostro estaba tenso y totalmente contraído, simplemente no podía hablar – Grrr…- fue lo único que salió de su boca.

-Y bien que me dicen? -el joven apuesto de azules ojos con una negra cabellera larga levantada en una coleta alta fue el primero en romper el silencio en la salita del apartamento en el que se encontraban.

- Kouga…- la chica que parecía ser la más tranquila y normal de los tres, apenas intento hablar fue interrumpida de manera estruendosa por el peliplata de ojos dorados que vestía de traje algo elegante y una coleta baja para capturar su largo cabello plata.

-Quieres saber que te digo acerca de tú ESTÚPIDA PROPUESTA?!- la furia subía como espuma por la cabeza del ojidorado, o al menos así lo sentía, no podía soportar un segundo más sin decirle a ese entrometido un par de cosas que se merecía desde hace tiempo- DIGO QUE TE LA PUEDES METER POR…!-.

-Inuyasha… basta- dijo elevando un poco el tono de voz pero sin perder su característica serenidad cuando se trataba de ese par, la azabache le miraba retadoramente.

-No Kagome- grita realmente enervado a la joven y luego volviéndose al motivo de su furia- quien diablos te crees para venir a nuestro hogar a proponernos tal cosa, ahhh esto es tan típico de ti lobo apestoso!, Si ese es el único modo…!- antes de terminar de hablar el semblante de su mirada se torno triste y simplemente continuo hablando en forma calmada- Kouga por favor márchate-.

- Eh? – El joven asombrado noto entonces el cambio de actitud de el hombre frente a él- Esta bien Inuyasha me iré, pero mi oferta seguirá en pie hasta el día de mañana, convérsenlo y tomen la decisión que tomen por favor díganmelo, hasta pronto Kagome- dijo el azabache con una sincera y dulce sonrisa.

-Adiós Kouga- contesto de la misma manera.

Cerrada la puerta con la salida del moreno, Kagome se dirigió hacia la hacia la habitación en la que se encontraba su amado sencillamente esto no sería fácil sino al contrario complicado y rogaba por sabiduría para resolver esta situación, después dedo ella se sentía la principal causante de todo.

-Inuyasha… cachorrito…?- llamo cariñosamente con él apodo secreto que le había puesto y que a él le encantaba, sin embargo el joven seguía con la cabeza gacha sentado al borde de la cama- ven conmigo, quieres que hablemos?- subió a la cama y tiro de sus hombros suavemente.

Inuyasha no pudo más y mostró ante su Kagome, como lagrimas surcaban por su rostro, la expresión del profundo dolor que denotaba rompía miles de pedazos el corazón de la de ojos marrones.

-Cachorrito…

InuYasha se lanzo al regazo de su amada y con sus emociones a flor de piel comenzó a hablar atropelladamente- Kagome…podemos esperar verdad? Esperaremos 2, 3 o tal vez cinco años no son muchos… puedo dejar la actuación y buscar un sustento económico estable y… y…- su voz no podía más con el llanto mientras enterraba el rostro en las piernas de su mujer.

-Perdóname Inu… es mi culpa al no poder darte un bebé.- su voz parecía entrecortarse.

Inuyasha sentía su corazón estrujarse con aquellas palabras, amaba a su Kagome con todo su ser! Y le había hecho el amor desde sus cortos 16 años cuando la había conocido en el bachillerato y jamás la había dejado ir , habían continuado su relación durante el mismo y luego toda la universidad (a pesar del entrometido de su enemigo acérrimo Kouga Okami), llevaban 3 años de graduados y ahora a sus 25 años llevaban 1 año intentando tener un pequeño que alegrara sus vidas pues la idea de tener un hijo era el sueño máximo del peliplata, cosa que Kagome sería incapaz de darle puesto que después de varios intentos, habría de decidir el pedir ayuda y hacerse estudios, sólo para terminar descubriendo que la mujer de su vida era estéril y que jamás podrís concebir bebés. Esto en principio los había destrozado, pero las opciones de adoptar un bebé habían aparecido como una luz al final del túnel, puesto que no importaba que ese pequeño y pequeña bebita no hubiese nacido de su sangre, estaría con ellos producto de su amor y lo amarían con la fuerza del mismo.

Sin embargo el mundo parecía conspirar en su contra puesto que como él y Kagome no creían en que los matrimonios necesitarán un papel para ser reales, aún no eran marido y mujer ante los juzgados de la corte de Japón y para ser candidatos a algún pequeño debían estarlo; además su profesión de actor "no reconocido", no ayudaba en nada puesto que ambos debían trabajar para mantenerse y eso los hacía inadecuados por cuestiones económicas y de tiempo para cuidar de un bebé. Todo eso parecía una pesadilla.

-Inuyasha, aceptemos la propuesta de Kouga…

El peliplata levanta la mirada para ver la cálida sonrisa de su amada- Kagome…-pronuncia casi en un susurro.

-Sólo será por un tiempo y…

Abre en grande sus ojos y alza su rostro -Jamás te pediría algo así!, No!...

-Cachorrito si hacemos esto podremos por fin cumplir nuestro sueño, si me voy con Kouga no dejaré de amarte tan siquiera un poco, además solo será un papel y eso nunca nos ha importado cariño-.

De rodillas y aún exaltado por la nobleza de su mujer comienza a gritarle- Pues ahora me importa, y mucho! No quiero que te cases con Kouga ni con nadie más por nada del mundo quiero que te cases conmigo y nada más! Legalmente!-.

-Inuyasha déjame hacerlo, déjame darnos este bebé cuando nos entreguen la adopción a Kouga y a mí, volveré a ti, con un divorcio y nuestro hijo, por favor…

-Ka… go…me…- su sorpresa es enorme y su mujer de cabellos negros se inclina besarlo tierna y profundamente a lo cual el corresponde.

Al día siguiente , en la oficina del joven y adinerado empresario Okami terminada una importante reunión su secretaria le hace saber de una visita que ya se esperaba, su plan daría resultados pronto.

-Hazlos pasar Shiori por favor – responde contestando por el telefonillo y mostrando una amplia sonrisa

Kagome e Inuyasha entran a la oficina con mirada serena la primera, mientras que el peliplata con una mirada llena de decisión en su rostro.

- Y bien mis amigos que han decidido?- pregunta inclinándose hacia su escritorio de mármol.

-Aceptaremos tu propuesta Kouga.- su voz tenia cierto tinte de reticencia.

-Excelente me parece una sabia decisión - sonríe abiertamente cerrando sus ojos mostrando aparente dicha.

- Espera! Hay ciertas condiciones que pondremos para que este plan pueda funcionar- comenta a disgusto por la efusividad de su rival.

- Entonces discutamos juntos los términos con una buena comida yo invito, les parece?- termina de decir poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta de salida.

-Sí!- sonríe felizmente Kagome

Naturalmente molesto y gritón- Uuuy! Espera, no te tomes esto tan a la ligera lobo sarnoso!-saliendo detrás del azabache ambos olvidando a la tercera en la habitación.- Oye te estoy hablando!.

- "Parece que Inuyasha ha comenzado a recobrar su humor… después de todo tendremos un bebé como siempre soñó"- piensa para sí misma la joven de nívea piel sonriendo y yendo detrás de sus acompañantes.

Continuará…

Besos y cariños.

Moon Skin.